Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 61: El mismo nombre (5)

Traducido por Herijo

Editado por Raon Miru


Al día siguiente, a pesar de que se sentía exhausto y un poco enfermo, Ratoka arrastró su pesado cuerpo y llevó consigo unas cuantas semillas de las que había recogido el día anterior para ir a ver a Elise.

Estas eran del tamaño de su mano, y de un ligero color rosado. Y aunque no podían comerse crudas, poseían un delicioso sabor dulce cuando se hervían.

Ciertas plantas son buenas para recuperar las fuerzas del cuerpo cuando se comen.

Él recordó a la Hermana que le había enseñado esas palabras. Puesto que ella tenía un cuerpo débil, pensó que serían perfectas para la joven.

Mientras viajaba por las sombras lo más que podía para evitar el calor, el niño temeroso se preguntaba si la chica lo estaría esperando, ya que no la había visitado en mucho tiempo.

Sin embargo, cuando llegó al jardín, la vio  mirando hacia abajo desde su ventana con una expresión decepcionada, haciendo que su ritmo cardiaco se acelerara

—¡Elise! —gritó su nombre.

Cuando ella lo notó, su expresión fue de sorpresa y alegría.

—¡Elise!

El saludo que recibió de vuelta fue exactamente igual al suyo. A pesar de que solía odiarlo mucho, tal vez debido a la expresión llena de alegría de la joven, no le importó ni un poco. Aunque era molesto que Eliza le haya cambiado el nombre, cuando Ratoka pensaba que era el mismo que el de la chica que tiene enfrente, no le importaba más.

—Lo lamento, sin siquiera decir nada dejé de venir.

—No te preocupes… ya que no habías venido a visitarme estaba preocupada. Me preguntaba si algo te había pasado…

Su alivio al verlo era evidente, y su deslumbrante sonrisa le hizo sentir un poco de culpa en su pecho. Había hecho que se preocupase, y había dudado de que ella se sentiría así, causando que se sintiera culpable, por lo que una vez más bajó su cabeza y se disculpó.

Después de ese intercambio, sacó su regalo en un intento de sentirse un poco mejor.

—Umm… recolecté estas para ti —dijo mientras su corazón latía rápido.

Puesto que la habitación de la muchacha estaba en el segundo piso, tenía que lanzarlas para que las recibiera.

¿Y si decía que no necesitaba esas cosas? Su corazón latía. Después de todo ella era una noble. ¿Qué pasaría si no le gustaban estas semillas que ni siquiera los plebeyos se molestaban en buscar?

Mientras Ratoka estaba esperando de manera nerviosa. Elise inclinó su cabeza en confusión para después hacerle una pregunta al tembloroso joven.

—¿Recolectar? ¿Qué significa eso?

Fue una pregunta totalmente inesperada, lo que hizo que el cerebro del niño tuviera dificultades procesando lo que estaba ocurriendo.

—Ah… ¿Qué? —contestó de manera tonta y con una expresión en blanco.

El silencio cayó un momento entre ellos dos.

Ella había preguntado qué significaba. Es lo que escuchó, y a pesar de que él  tomó cinco grandes bocanadas de aire, aun no podía entender la pregunta para nada, lo cual no se podía evitar.

Era algo que consideraba normal para sobrevivir como niño. Sin embargo, los nobles no hacían su comida ellos mismos, y encima de eso, Elise siempre había sido enfermiza por lo que creció encerrada en el interior. Así que esencialmente no tenía el sentido común básico de la vida cotidiana.

De pronto un sonido de risas se podía escuchar desde el interior de la habitación, haciendo que la espalda del inquieto joven se volviera rígida.

Él había olvidado que cuando fue puesto en las barracas se le advirtió que se mantuviera lejos de la mansión. A pesar de que parecía obvio, la mansión era donde vivían los nobles. Como un plebeyo, básicamente no debería tener permitido acercarse. Recién ahora recordaba ese hecho.

Había otra razón por la que permanencia en las sombras en primer lugar cuando venía aquí. Solo en este momento recordó que no había garantía de que Elise estaría sola.

—¿Qué ocurre Maya? ¿De qué te ríes?

—De nada señorita. Es solo que estoy segura de que su amigo debe de estar muy sorprendido. Le pido disculpas.

Mientras el muchacho permanecía completamente congelado. Ella empezó hablar de nuevo sin siquiera importarle. La otra voz le contestó de manera calmada.

—Varias plantas y frutas son comestibles, y pueden ser cultivadas y recogidas. A esto es a lo que se le llama recolección. Cuando Eliza le estaba contando historias de su tiempo en las barracas seguramente le mencionó esto también.

—Ciertamente… Con que a eso se refiere con recolección.

Ante el entendimiento, Elise sonrió felizmente en satisfacción y regresó la mirada a Ratoka, quien le devolvió la sonrisa de manera inmediata, pero sabía que su mejilla aún estaba temblando.

Esa persona en la habitación de la joven debía saber que él ha venido a visitarla antes. Esa persona estuvo observándole en silencio durante las visitas anteriores. Se preguntaba si todas las ocasiones había estado escuchando sus conversaciones en secreto.

Siempre había pensado que estas tranquilas y agradables charlas les pertenecían a ellos dos y a nadie más, por lo que las consideraba sagradas.

Su mejilla continuaba temblando y toda su cabeza era llenada con complejas emociones.

Elise era una noble. Seguramente ellos debían estar acostumbrados a tener a alguien más escuchando sus conversaciones, debía ser algo natural para ellos.

La joven no sabía lo que significaba la palabra recolección, y eso era normal para ella. Lo que significaba que Ratoka no había dicho o hecho nada malo.

Sin embargo, ella era tan diferente de su percepción de los nobles, que sintió como si hubiera sido confrontado por el hecho de que sí era una después de todo. Una fuerte impresión de lo que eran los nobles a los cuales la Hermana de ojos como el amanecer odiaba permanecía en su mente.

—¿Qué ocurre?

—Nada… estoy bien…

Su posición actual donde ella estaba a una altura mayor parecía reflejar su diferencia de poder haciendo que él gentilmente apartara su vista de Elise.

2 respuestas a “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 61: El mismo nombre (5)”

  1. Oooh esa monja que le lavó el cerebro a Ratoka no sé qué pensar, aunque si es cierto que los nobles acá son bastante peligrosos para la gente común owo
    Gracias por el capítulo, lo esperaba con ganas!

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