Solo soy la hija “normal” de un duque – Capítulo 45: Y entonces, llegó la mañana

Traducido por Lugiia

Editado por Yonile


Cuando abro mis ojos, encuentro a Dirk todavía a mi lado.

Sin embargo…, ¿por qué está arrodillado encima de la cama?

Finjo dormir y observo su figura; sus orejas y su cola parecen haber perdido su energía.

Primero, se limita a revisar su ropa y mirar su cuerpo… En ese instante, sus orejas y su cola se disparan hacia el cielo.

—¿Qué demonios es esto…?

Parece que después de haber notado mi broma, revisa su cuerpo de nuevo.

—¿Eh?

Luego, me dirige la mirada. Ya que está en un estado en el que quiere preguntarme pero no puede, comienza a merodear a mi alrededor.

—Fu, fu.

Ah, esto no es bueno. Me eché a reír sin querer.

—Rosarin, estás despierta, ¡¿verdad?! —exclama Dirk, con su rostro sonrojado y lágrimas en sus ojos.

Me levanto y toco rápidamente sus labios.

—Shh~ Apenas está amaneciendo, estás molestando a todos.

Congelado por mis acciones, mira a su alrededor.

—Esto…, ¿dónde estamos?

—¿Cuánto recuerdas, Dirk?

—Fui a beber con Curtis y los demás…

Ah, parece haber recordado los acontecimientos. Primero se sonroja, luego su rostro se pone pálido y, para finalizar, su expresión se vuelve caótica. Lanzo magia a prueba de ruido por si acaso.

—Continúa.

—Mientras bebía, viniste por alguna razón.

—Así es. Me llamó Curtis.

—Estuve pegado a ti todo el tiempo…

—Sí, eras adorable. Lloraste porque me echabas de menos.

—No estoy feliz por eso, ¡¿de acuerdo?! Luego, compliqué más las cosas y me quejé de no querer separarme de ti.

—Sí, así es.

—Rosarin, por favor, contéstame con sinceridad.

Dirk me agarra por los hombros con un rostro muy pálido.

—Depende de la pregunta —respondo con seriedad.

—¿H-Hasta… dónde llegué?

—De casualidad, ¿cuánto recuerdas?

—¿Eh? Hm…, l-lamer, tocar… Mi memoria después de eso es vaga.

—Qué cruel eres… Después de pasar una noche tan apasionada conmigo, ¿me dices que lo has olvidado todo?

Aguantando mi risa, pongo una expresión triste.

—Apasionada…

Ah, ¿está reaccionando a eso? Lo apasionado fue su beso. De resto, era la primera vez que se me complicaba tanto poder usar magia.

—Dirk, fuiste muy hábil.

Al besar. Sin embargo, hago sonrojar mis mejillas con mi comentario… Bueno, el solo hecho de recordarlo hace que me sonroje de forma natural.

—¡¿Qué?! ¡¿En qué?! ¿Por qué todo tu rostro está rojo? Te ves hermosa, pero en serio, ¡¿qué he hecho?!

Es muy divertido ver a  Dirk envuelto en caos.

—Eso…, no puedo decirlo.

Tapo mi boca con la mano y actúo con timidez.

—¿Está en un nivel en el que no puedes hablar de ello?

—No, probablemente terminó en el nivel que recuerdas. Como pensé, jugar a ser tímida mientras hablo de ese contenido específico es un poco…

Al escuchar mis palabras, Dirk se derrumba sobre la cama. Me observa con atención, pero como sus orejas y su cola están abatidas, su expresión no me causa miedo. Más bien, es lindo de una manera deplorable.

—No te burles así de mí…

—No puedo cumplir eso, ya que es mi propósito en la vida. Además, no es que nuestra relación vaya a cambiar aunque me pongas las manos encima.

—¿Hasta dónde llegué en realidad…?

—No te mentí. Te quedaste dormido a la mitad.

Dirk, por un momento, parece creer en mis palabras, pero luego vuelve a mirar su cuerpo.

—No tengo ningún recuerdo después de eso, pero… e-esto es un chupón, ¿verdad?

—Lo hice por mi molestia al haberte quedado dormido a la mitad. Gracias por la comida.

—¡Oyeee!

—Aunque nos hayamos comprometido por amor, quedarte dormido en ese momento era como decirme que no tengo ningún encanto, así que lo hice porque estaba frustrada —respondo de forma indiferente a pesar de que Dirk me estaba regañando.

—¡Ese no es el caso en absoluto! ¡Eres encantadora! Más bien, ¡hubiera sido peor si no me hubiera quedado dormido en ese momento! ¿Cuánto crees que me aguanto a diario?

—Por favor, dímelo.

—¿Qué…?

—¿Qué y cuánto estás aguantando?

—¡N-No te diré!

—Entonces, no te creeré. Dirk, eres un mentiroso.

—Ugh.

Estoy de mal humor. La verdad es que también pensaba que, a partir de ahora, no estaríamos tanto tiempo juntos. Sin embargo, aunque me gustaron sus caricias, ¡se quedó dormido en el acto! ¡No se levantó sin importar lo que hice!

—No estoy mintiendo. ¿Me estás preguntando cuánto te quiero? —pregunta Dirk. Ante su comentario, mi corazón comienza a latir rápido—. Me he vuelto así solo por ti.

Su cuerpo esbelto, que es mucho más musculoso y grande que antes, me envuelve por completo en un abrazo.

Aun así, la cálida expresión en sus ojos color ámbar sigue siendo la misma.

—Dirk, te prohíbo beber delante de otras mujeres.

—No, no beberé más.

—Déjalo para cuando estés solo conmigo.

—¿Eh? No, ya te dije que no beberé más.

Dirk ladea la cabeza. No, quiero volver a verlo borracho por todos los medios.

—No entiendes. Eras muy tierno y sexy cuando estabas borracho… Quiero volver a verte así. Además, me gustaría que pudieras coquetear solo conmigo.

—¿Eh? ¡¿Eh?! N-No te voy a engañar, ¡¿de acuerdo?! ¡Recuerda que decidí emparejarme solo contigo!

—¿No puedes engañar una vez que decides a tu pareja…?

—Ah, eso es…

Dije algo innecesario, murmura Dirk apartando la mirada. Sin embargo, su rostro se sonroja y vuelve a mirar mis ojos. Al ver que espero una respuesta de su parte, dice tímidamente:

—Una vez que los hombres bestia deciden su pareja, no pueden de… desear a nadie más. No elegimos a otra pareja ni siquiera después de su fallecimiento. Nos emparejamos solo una vez en la vida. Aunque soy mitad humano, mis instintos como hombre bestia son fuertes, por lo que no tengo interés en nadie más que en ti… ¿Te parece desagradable, Rosarin? S-Ser… mirada de forma lasciva por mí

Sus mejillas rojas y brillantes son adorables. Dirk, es muy lindo.

—¿Hm? Me hace feliz~

—¿Eh…?

—Si puedo ser encantadora hasta tal punto para ti, entonces solo puedo ser feliz. Algún día, me encantaría tener hijos tan adorables como tú, así que me preocuparía bastante que no me miraras de esa manera.

—Sí, a mí también me gustaría tener hijos que se parezcan a ti —dijo Dirk, encantado.

En ese instante, me coloca sobre su regazo. ¡Qué felicidad!

—En efecto.

Pensando en que pronto tendré que volver a la aldea de los Elfos, disfruto plenamente del calor de Dirk.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido