Yeho – Capítulo 13

Traducido por Sharon

Editado por Ayanami


Me puse de pie lentamente y me vestí con la bata que Soa dejó. Toqué mi cabello despeinado que cubría mis ojos, cuando me giré, lo vi durmiendo con su pecho desnudo. Subí la sábana, que apenas cubría su cintura, todo el camino hasta sus hombros y me bajé de la cama.

Por la ventana abierta pude ver la lluvia cayendo, ante el cielo oscuro, fruncí el ceño. Si él pasa otro día en cama, comenzarán a circular rumores de nuevo. Probablemente, no digan nada enfrente suyo, pero siempre hablan a sus espaldas.

Algunas veces, escucho a las personas decir que Su Majestad me convirtió en su Señora demasiado rápido y que, ni siquiera, puede salir de entre mis piernas.

Soa nunca me dice nada, pero no puede bloquear a las sirvientas que chismean bajo la ventana.

Miré por la ventana, desde donde puedo escuchar la lluvia con claridad. Las gotas en la noche, dan la ilusión de que todos han dejado de respirar. Parece que todos los sirvientes que, durante el día, se mueven de un lado para el otro, se encuentran en sus cuartos.

Sólo se escucha la lluvia.

Realmente, ha pasado mucho tiempo desde que saqué la mano por la ventana. Las gotas cayeron sobre mi piel desnuda. Reí, mientras recordaba el Festival de la Cosecha. Como siempre estoy en mi cuarto mirando el exterior, era la primera vez que me mojaba bajo la lluvia. Estaba congelado pero, realmente, se sintió bien.

Pensar en la lluvia me recuerda las Magnolias. Ahora que cruzaron mi mente, quiero ir a verlas. Creo que, debido a que es tarde y está lloviendo, no habrá personas en el jardín.

Es un capricho repentino, además, cuando miré a la cama, él ni siquiera movió un dedo. Estaba descalzo, así que me acerqué a la cama para ponerme los zapatos de seda. Me siento desolado al pensar que uso calzado de mujer que ni siquiera mi hermana puede usar, pero bueno…ya estoy acostumbrado.

En silencio, caminé hacia el armario para conseguir un manto largo que cubra mi rostro. Lo único que tengo puesto es una túnica para dormir, así que saqué el manto grande de invierno y cubrí mi rostro.

Abrí la puerta despacio y me encontré a Soa, quien me miraba sorprendida. Toqué mis labios con mi dedo para señalarle que se quede en silencio.

—Su Alteza —susurró, sólo le sonreí.

—Quiero ir a ver las magnolias. Estoy yendo en secreto. No hay nadie aquí, ¿verdad?

—Puede ir cuando salga el sol…le llevaré…

—No quiero que me miren demasiado. Estaré allí un momento, así que espera aquí.

Soa suspiró.

—Probablemente, no sabe cómo llegar, ¿podrá ir por su cuenta? Le guiaré. Pero no puede quedarse por mucho tiempo, así que debe regresar tan pronto como pueda.

Soa tenía razón, por lo que asentí con mi cabeza. Miró los alrededores y me dirigió. La seguí a través del oscuro laberinto que forman los corredores y, después de muchas vueltas, llegamos.

— ¡Ah…!

Quedé asombrado mientras veía el gran árbol de magnolias en el jardín.

Como Soa dijo, es enorme. Es increíble que lo hayan movido aquí. Las flores se abrieron a comienzos de la primavera, así que muchas se han caído y la mayoría son brotes nuevos.

Aun así, hay algunas flores que se sacuden con la lluvia. Inconscientemente, intenté entrar al jardín, pero Soa me detuvo muy rápido.

—Se mojó con la lluvia durante el día, así que no puede salir.

—Sólo me acercaré un poco. De cualquier forma, tenemos que volver pronto. No hay nadie más aquí, será sólo un momento, Soa. Tú quédate aquí.

—Su Alteza…

—Te dije que te quedes. Tienes que cuidarme cuando me enferme, así que no puedes mojarte.

Lo dije en broma pero, con una expresión que demostraba su inconformidad, Soa se quedó quieta. Le sonreí y salí al jardín.

Debido a la lluvia, mi largo manto se mojó de inmediato. Me lo quité y, de inmediato, sentí las gotas tocando mi rostro.

Me reí, pensando en que no podría hacer esto, ni en broma, durante el invierno.

Estaba tocando la lluvia con mi mano, mientras caminaba lentamente hacia el árbol de magnolias. Un pétalo no soportó las gotas y cayó justo frente a mí. Tomé la flor, suave y dura, y volví a mirar el árbol.

La lluvia caía entre las hojas, el cielo oscuro que se mostraba entre las ramas, de alguna forma, lucía solitario. Toqué una de ellas y giré mi cuerpo.

Es tiempo de volver. No podemos quedarnos afuera demasiado debido a que Soa está trabajando, además, me enfermaré como bromeé, si me quedo afuera demasiado tiempo.

Y, si alguien me ve, será difícil soportar el rumor que se llegue a extender acerca de cómo la Señora sale en secreto durante las noches lluviosas.

Vi algunas flores de magnolia y tomé un pétalo, así que estoy satisfecho.

— ¡Yeho!

Soa y yo nos sorprendimos cuando escuchamos a alguien gritar mi nombre. Miramos en dirección de los dormitorios y escuchamos una voz masculina de nuevo.

— ¿Dónde está la Señora? ¡¿Cómo puede ser que no notaran su desaparición?! ¡¿Dónde está Soa?!

—Su Majestad, permanezca aquí, traeremos a Su Alteza… ¡Su Majestad! ¡No tiene sus zapatos, Su Majestad!

Caminé rápidamente fuera del jardín, mientras escuchaba las voces en pánico, pero él fue más rápido. Entró al jardín sin siquiera atarse la túnica para dormir y sin calzado.

—Su Majestad…

Suspiré, y él cruzo el jardín.

— ¡Su Majestad, si viene de ese modo…! —grité en pánico, pero no pude terminar mis palabras, mi boca quedó bloqueada por sus brazos.

Al sentir su pecho desnudo, mis mejillas se sonrojaron. Luché un poco y su fuerte abrazo apretó su agarre aún más. No puedo moverme.

— ¿Estabas afuera, en el jardín? —susurró sobre mi cabeza y su voz tembló. Quizás se deba a la lluvia.

Estaba intentando asentir, pero me di cuenta de que no podía mover mi cuerpo, así que abrí la boca.

—Sí. Salí hace poco, estaba por volver adentro.

Después de escucharme, relajó sus músculos. Ahora puedo moverme, por lo que, me saqué el manto y cubrí su cabeza.

—Ni siquiera estás usando tus ropas apropiadamente. Te mojarás.

—…Saliste a la lluvia.

Ignoró mis palabras y yo le miré confundido.

— ¿Su Majestad?

—Viniste a ver las flores de magnolia, ¿verdad? ¿Yeho?

—Sí —respondí y él suspiró con fuerza.

—Deberías haberme despertado si querías ver las flores. Deberías usar ropas apropiadas si vas a mojarte. A penas tienes una túnica y un manto largo.

—No pude despertarte, estabas durmiendo profundamente. Regresaría rápido, además, no pensaba mojarme…

Arrastré mis palabras, mientras me giraba hacia las magnolias.

—…Son hermosas. No pude permanecer lejos. Una flor tan hermosa…debería haberlas visto antes de que cayeran.

Sí. Debería haber hecho eso, pero me estuve conteniendo. Como le temía a los ojos de las personas durante el día, debería haber venido en la noche.

Estoy algo decepcionado al verlas caer.

Una mano se acercó y tocó mi rostro. Me giré y lo vi mirándome.

—Te enfriarás. Vamos adentro.

— ¡Ah, sí, Su Majestad!

Giré mi cuerpo, él puso mi manto sobre mi cabeza. Debido a eso y por el peso repentino bajé la mirada y vi mis pies cubiertos de lodo. Esa escena tocó algo dentro de mí. Me hizo darme cuenta que actúe impulsivamente, en verdad lo lamento.

¿Qué era tan urgente para ver las flores, cuando Su Majestad está aquí? Y todos los eunucos lo siguieron en pánico, así que todos me vieron.

Incluso llené todo de barro.


Ayanami
No estoy segura de porqué, pero me pareció una escena enternecedora (⊃‿⊂)

5 respuestas a “Yeho – Capítulo 13”

  1. Es tan lindo pero tan débil como un canario en cautiverio, no se porque que esta es como si fuera contado como recuerdos o algo por el estilo que me duele pensar que yeho no pudo soportar mas por su débil cuerpo </3

    1. Tengo miedo de lo que le pueda suceder a Yeho, la verdad es que es tan puro y tan frágil, que me dolería mucho si algo le sucediera, además de que el rey no sabria que hacer.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido