Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 173: Ahora que lo pienso…

Traducido por Herijo

Editado por Sakuya


Aunque el verano estaba a punto de concluir, al llegar a la real fortaleza de Jugfena, parecía como si estuviésemos en pleno apogeo estival. Debido a la barrera que forman las montañas de Amon Nor al este, el aire caliente se estanca en la zona oriental de Arxia. Así que, no es de extrañar que Jugfena experimente temperaturas más elevadas que la capital. Aunque Kaldia también es más cálida que la capital, suele ser más fresca que Jugfena debido a las frías corrientes que ocasionalmente soplan desde las montañas de Amon Nor.

—Hola. Les agradezco los esfuerzos que han realizado para escoltarlos hasta aquí. La orden de los Caballeros y yo nos haremos cargo a partir de este punto.

»Has tenido que venir aquí antes de lo previsto. Hubiera deseado que pudieras disfrutar un poco más de tu vida escolar.

Ergnade emergió de la robusta fortaleza para darnos la bienvenida. Sin duda, es la persona más apropiada para tal tarea, ya que es el hermano menor del actual Conde Einsbark, con Wiegraf habiéndo asumido el título.

—Si bien la orden llegó antes de lo previsto, no hubo ningún problema, siempre estoy preparada para actuar en cualquier momento. Ergnade, pensé que estabas en el frente…

—No, me llamaron de vuelta hace un tiempo. No ha habido movimientos recientes en el frente, así que las cosas quedaron a cargo de mis subordinados, y actualmente me encargo de la exploración y el reconocimiento. Nunca imaginé que te enterarías de movimientos enemigos tan importantes de Rindarl, estando en la capital real.

—Quizás debido a estar lejos del campo de batalla, me resultó más fácil notar sus acciones indirectas. Además, fue el Marqués Freche quien me proporcionó esta información crucial.

—Ohh, Freche, eh. Parece que tu red de conexiones se está expandiendo a un ritmo impresionante. La familia Rolentsor, la familia Terejia, los Moltons, los Freches, y mi propia familia Einsbark, parece que la próxima será la familia del archiduque.

—Fue solo una coincidencia que estuviéramos en la misma clase. Tuve la suerte de tener la oportunidad de conocer a tanta gente.

Ergnade y yo dirigimos nuestras miradas a Eric, quien bajaba del carruaje con una expresión de disgusto. Está aquí principalmente porque se niega a retractar sus insultos por el bien de su propio honor, lo que le pone de mal humor. Además, debe viajar conmigo, a quien detesta, lo que solo empeora su estado de ánimo.

—Ya veo, él es el indicado.

—Sí, él es el Barón Eric Teal Dovadain, representante de la Cámara Alta de los Lores.

A pesar de que la familia Einsbark tiene fuertes vínculos con la familia real y la Cámara Alta de los Lores, Ergnade rara vez visita la capital real. Esta es su primera vez encontrándose con Eric.

—Supongo que lo llevaré a ver a mi hermano mayor. Deberías permitir que tus soldados descansen primero. Como siempre, hemos dejado vacíos los pisos del segundo al cuarto del mismo edificio sur de antes para tu ejército. Te avisaré cuando sea hora de la cena, así que prepárate.

—Entendido. Agradezco de corazón que te preocupes por el bienestar de mis soldados.

—Creo que no me importaría si empezaras a responder ‘sí, padre, muchas gracias’ en lugar de eso.

Ergnade concluyó nuestra conversación con una broma y me dio una palmada amistosa en el hombro, pero yo solo lo miré en silencio. Recuerdo la extraña expresión de la última vez que intenté llamarlo padre.

Incluso antes de ingresar a la escuela para nobles, yo ya me encontraba en el Fuerte Jugfena, así que estoy familiarizada con el diseño del lugar y el espacio asignado para nuestro uso. No hubo debates sobre quién obtendría qué habitación; todos eligieron sus propios lugares, ya acostumbrados a la estructura de la fortaleza.

—Como siempre, el cuarto piso será reservado para mi señora, junto con Claudia, Oscar, yo y Teo.

—Ahh, te has tomado la molestia de arreglar todo. Gracias, Gunther.

—Para nada… de todos modos, ¿qué hacemos con Rashiok?

—¿Eh…?

Dirigí una mirada hacia Rashiok, quien descansaba en el espacio vacío entre los edificios del fuerte y su muro. Fue en ese mismo lugar donde Ergnade me enseñó a manejar la alabarda hace mucho tiempo. Por alguna razón, Rashiok parecía cómodo ahí y no mostraba intención de moverse. Dado que estamos en estado de guerra, no puedo esperar que otras tropas militares se encarguen de mi draconis, y como soy la responsable de él, debería ser yo quien se ocupe. Bueno, Rashiok había estado bien por su cuenta hasta que me convocaron aquí al Fuerte Jugfena, pero…

Había otro draconis sentado junto a Rashiok. Este era un poco más pequeño, con escamas casi completamente blancas y alas de un tono bermellón. Dado que Rashiok parece ser más grande que el promedio, supongo que este otro draconis es de un tamaño más común.

Por lo que puedo observar, este draconis no parece ser uno de los hermanos de Rashiok. Sus hermanos que fueron dejados aquí antes en el Fuerte Jugfena, deberían tener colores similares a él, aunque con tonos ligeramente diferentes en sus alas.

—Ah… Bueno, ¿no están simplemente apareándose?

Al verme observar a los dos draconis, Gunther habló con cierta vacilación.

—¿Apareándose…?

—Probablemente. Aunque no tengo ninguna prueba.

Apareándose… Entiendo. Rashiok ya es un draconis adulto, no sería extraño que encontrara una pareja.

Entendiendo eso, desvié la mirada de los dos draconis. Al pensar que uno de ellos podría ser su pareja, me sentí un poco avergonzada de seguir observándolos.

—Ahora que lo pienso, hablando de encontrar una novia… Gunther, ¿cómo te va en ese aspecto? Incluso Teo me informó a principios de esta primavera que se había casado.

Al mencionar lo que acababa de pensar a Gunther, él repentinamente escupió su bebida. ¿Dije algo tan sorprendente?

Ya ha superado la edad adecuada para casarse, pero bueno, considerando que está trabajando en el ejército, no se puede hacer mucho al respecto. Sin embargo, pronto alcanzará la edad en la que será demasiado tarde para casarse.

No sé su edad exacta, pero debería ser unos 20 años mayor que yo, más o menos. Así que estimo que está en sus primeros 30s… Ya veo… Justo cuando estaba pensando que ya está en la edad en la que debería llamarlo tío en lugar de hermano mayor, Gunther me miró con enfado, murmurando —¡Ocúpate de tus propios asuntos, mocosa!

—Si tienes a alguien en mente, por favor, date prisa y avísame. Te ayudaré a casarte lo más rápido posible.

—¡Qué! ¡Eres molesta!

Definitivamente parece que a Gunther le preocupa este tema al menos un poco, y otro asunto acaba de surgir en mi mente. ¿Cómo está Claudia en ese sentido? Esperar que ella me comunique algo sobre este tema sería completamente inútil, pero según los deseos de su familia, se esperaba que encontrara a alguien con quien casarse antes de cumplir los veinte años, y ahora tiene 23.

Cuando regrese a Kaldia, necesito verificar esta situación tan pronto como sea posible. Como una de mis servidoras más leales, su matrimonio también me concierne, después de todo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido