Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 2 – Capítulo 4: El príncipe Christopher

Traducido por Maru

Editado por Sakuya


Así es, el gran favorito para ganar todo esto, como seguro que todos sabéis. El chico lleva cuatro largos años luchando por su afecto. No es de extrañar que le tomara tanto tiempo; el objeto de su deseo no tiene exactamente sentido para el romance. Incluso después de su llegada al palacio, pasó todo su tiempo en los archivos leyendo o en el Laboratorio de Farmacia divirtiéndose con los viejos chiflados que adulaban el cráneo de un mono quemado. Seguí leyendo “Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 2 – Capítulo 4: El príncipe Christopher”

Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 2 – Capítulo 3: El guardaespaldas de las sombras, el Espantapájaros

Traducido por Maru

Editado por Sakuya

Entonces… Su nombre e identidad están bajo estricta confidencialidad, por lo que, para los propósitos de nuestra historia, me referiré a él como “Espantapájaros”.

Como implica el título de su trabajo, Espantapájaros protege a la señorita Elianna desde las sombras y… ¿qué? ¿Estás diciendo que es natural que él esté con ella porque es su guardaespaldas? ¿Te parece extraño que sea un posible candidato en una apuesta para ver con quién pasa la señorita Elianna sus vacaciones de año nuevo?

Está bien, sí, entiendo lo que estás diciendo, pero escúchame. La señorita Elianna ama tanto los libros que se ganó el epíteto de “Princesa Bibliófila”. El príncipe está planeando un retiro previo a la boda en Gral Villa, pero si ella lo abandona y elige pasar su tiempo en casa leyendo, ¿con quién pasará más tiempo? Su guardaespaldas, ¿verdad?

Por esa razón, creo que Espantapájaros es el caballo negro de esta carrera. Vaya, estoy dejando que mis opiniones personales se deslicen demasiado. De todos modos, dejadme contaros un poco de las luchas que lo he visto experimentar estos últimos cuatro años.

♦ ♦ ♦

Unos momentos antes de la explosión en el laboratorio, me había acercado a Espantapájaros preocupado.

—Esos tipos están haciendo un movimiento con ella. Eso significa problemas para nosotros. ¿Cómo vamos a salir de esto?

El Espantapájaros era un hombre de complexión delgada y una apariencia poco digna de mención. Recientemente me enteré de que su trabajo (y posteriormente su empleador) era el mismo que el mío. Su misión era acompañar a la señorita Elianna mientras ella deambulaba por el palacio.

Estaba parado en un rincón de la habitación, bostezando, con una expresión aburrida en su rostro. Ignoró el alboroto pasando en el fondo, manteniendo a la señorita Elianna a la vista, pero en realidad nunca mirándola a ella mientras se encogía hacia mí.

—Eh, ¿a quién le importa? El príncipe solo dijo que teníamos que protegerla. Nunca me dijo que interviniera en lo que sea que esté haciendo.

—Bueno… —murmuré pensativamente—, es cierto que ha sido entretenido ver esto.

—Me aseguré de deshacerme de cualquier cosa que se vea desagradable para que no corra ningún peligro. Estoy haciendo lo que me pidió que hiciera, así que no tiene motivos para quejarse. —Su boca se abrió en otro bostezo—. De todos modos, creo que voy a tomar una siesta.

Era difícil saber qué tan en serio estaba o no este hombre tomando su trabajo. Le creí cuando dijo que había eliminado cualquier posible peligro a su alrededor, pero ¿estaba realmente bien dejar a esos tipos que le estaban coqueteando? Podía imaginarme la vena apareciendo en la frente del príncipe Chris ahora.

Espantapájaros había estado protegiendo a la señorita Elianna desde antes de que se mudara a la capital. ¿También había hecho la vista gorda a los avances de los hombres sobre ella en ese entonces? Podía imaginarme otra vena apareciendo en la frente del príncipe Chris.

Volví a mirar a los investigadores. Había muchos de ellos para usar como sacrificios potenciales para mantenernos a salvo al menos. Y justo cuando estaba pensando eso, ocurrió la explosión.

La señorita Elianna estaba cubierta de hollín y justo a tiempo para que nuestro empleador llegara al lugar y lo presenciara. Antes de salir a toda velocidad de la zona de peligro, me detuve para preguntarle a Espantapájaros:

—¿Pensé que habías dicho que ella no estaría en peligro?

—Supongo que subestimé esas hierbas. La dama y esos investigadores son una combinación volátil. —Un sudor frío se formó en su frente. Parecía que incluso Espantapájaros no había predicho esta situación.

La repentina aparición del príncipe en el laboratorio dejó a los investigadores luchando por adaptarse a su llegada.

La señorita Elianna se volvió hacia él, con una expresión de sorpresa en su rostro cubierto de hollín.

—Príncipe Christopher, ¿por qué está…? ¿Necesita algo? ¿No se está sintiendo bien?

A pesar del lamentable estado de su prometida, el príncipe todavía le dedicó su habitual sonrisa deslumbrante.

—Deberías preocuparte más por ti que por mí. Vine a buscarte porque no te vi en los archivos.

Sus ojos se cerraron como si procesara lo que estaba diciendo. Ella le dio una disculpa formal antes de inclinar la cabeza con curiosidad.

—¿Necesitaba algo de mí? —Por la forma en que preguntó, estaba claro que la señorita Elianna no veía ninguna otra razón por la que él quisiera reunirse con ella si no tuviera nada que ver con ella.

Los labios del príncipe se tensaron aún más mientras sacaba un pañuelo y trataba de limpiarle la cara.

—No, gracias —dijo ella, dándole la espalda—. Solo lo ensuciará. —En cambio, aceptó un trapo de uno de los investigadores mayores y comenzó a limpiarse.

Eso fue suficiente para que yo decidiera. Sí, me voy a largar de aquí.

Podía escuchar a Espantapájaros murmurar detrás de mí.

—¿Alguien tiene una de esas agujas que me pueden hacer parecer como que estoy muerto? Al menos hasta que esto termine.

Recé por su bienestar mientras huía de la escena.

 

Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 2 – Capítulo 2: Investigadores de hierbas

Traducido por Maru

Editado por Sakuya


El Laboratorio de Farmacia había sido un departamento de gran prestigio cuando encabezó el estudio de los tratamientos para la Pesadilla Cenicienta cuando la plaga estaba arrasando el reino. Ahora que la enfermedad había pasado y el país estaba en camino de recuperarse, su laboratorio de investigación había sido relegado a las sombras, como si toda la importancia que una vez se les dio, nunca hubiera existido. Seguí leyendo “Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 2 – Capítulo 2: Investigadores de hierbas”

Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 2 – Capítulo 1: El herbolario Jefe

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—Jejeje, tengo lombrices de tierra secas en este frasco de aquí, perfecto para bajar la fiebre y curar veneno. Éste tiene conchas de cigarra vacías. También es bueno para reducir la fiebre y ayuda a reducir la picazón de la urticaria. ¡Oh, sí, este! Recibí un reabastecimiento de esto ayer. Es un tipo de serpiente llamada Serpiente de las Cien Flores. Se abre así y se deja secar. Funciona de maravilla en el dolor de articulaciones de personas mayores como yo —explicó el anciano.

Cualquier otra dama noble que escuchara un detalle tan minucioso y grotesco, se desmayaría en el acto, pero la chica que estaba ahí, en cambio, parecía pensativa mientras examinaba cada frasco con gran intriga. Seguí leyendo “Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 2 – Capítulo 1: El herbolario Jefe”

Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 2 – Capítulo 0: La carrera de los marginados sociales

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—Mmmmm… Bueno, en este momento, el favorito y con más probabilidades de ganar es probablemente el príncipe Chris. Independientemente de lo que piensen los demás, se ha asegurado una posición bastante sólida.

El final del año se acercaba rápidamente aquí en el palacio. Mientras ayudaba a la señorita Elianna a entregar algunos documentos, aproveché la oportunidad para actualizar en secreto a algunos de los funcionarios civiles sobre las apuestas que estábamos haciendo los que estábamos en el interior del palacio. Seguí leyendo “Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 2 – Capítulo 0: La carrera de los marginados sociales”

Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 8: Promesas hechas en invierno

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Podía sentir las multitudes llenando el salón de baile del palacio. Se escuchaba música suave que invitaba a la gente a entrar. Los camareros se maniobraban con gracia a través del laberinto de cuerpos, y los cubiertos tintineaban mientras avanzaban. En medio de todo este clamor llegó el goteo ocasional de palabras extranjeras, sin duda de dignatarios y diplomáticos extranjeros que socializaban entre ellos.

El príncipe Christopher y yo entramos en una antesala cercana. Fuimos recibidos por los asombrados jadeos de su majestad y el príncipe Theodore. Me encogí de vergüenza, pero la reina Henrietta, que ya había entrado en la habitación antes que nosotros, se levantó de inmediato y se acercó a examinar mi apariencia. Seguí leyendo “Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 8: Promesas hechas en invierno”

Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 7: El banquete de la noche santa

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En una cuadra de la capital de Sauslind, Saoura, las luces parpadeaban.

El cielo había estado soleado y despejado desde temprano esa mañana, y de pie en el palacio, se podía ver toda la ciudad, desde el distrito lleno de mansiones de nobles, hasta el distrito de comerciantes y el distrito residencial. Incluso se podía ver la ciudad más cercana flotando en la distancia. Por encima de todo, el cielo se pintó de un color rosa descolorido cuando el día se convirtió en noche. Las hileras de casas comenzaron a iluminarse gradualmente a medida que caía la oscuridad. Seguí leyendo “Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 7: El banquete de la noche santa”

Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 6: Los amados hoyuelos del cerdito

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Los rostros habituales estaban reunidos en mis aposentos privados del palacio. Estaba sentada en el salón con el príncipe Christopher a mi lado. Tenía una sonrisa plasmada en su rostro, pero no llegaba a sus ojos.

Había otros tres presentes. Se mantuvieron pegados a la entrada, fuera de la línea de visión del príncipe. A uno le parecía divertida la situación. Otro parecía dispuesto a huir. El último se puso de pie y miraba con indiferencia. Seguí leyendo “Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 6: Los amados hoyuelos del cerdito”

Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 5: Sus verdaderos sentimientos

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Después de escapar de la oficina del príncipe, evité que todos se dieran cuenta y tomé un pasillo externo para llegar al suelo cubierto de nieve. Dado que los preparativos para el Banquete de la Noche Santa estaban en marcha en los jardines interiores, se habían limpiado varios lugares de nieve mientras se arrastraban los abetos. Debían haber tenido algún diseño en mente, pero a pesar de todo, busqué consuelo en la nieve profunda y desierta.

Lo más probable es que hubiera querido huir por un tiempo y esos sentimientos solo se habían vuelto más fuertes. Pensando en retrospectiva, inconscientemente había hecho lo mismo en la noche de la fiesta. Esos sentimientos se habían manifestado en palabras momentos antes cuando hablé con el príncipe. Seguí leyendo “Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 5: Sus verdaderos sentimientos”

Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 4: Plagas

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Un suave suspiro escapó de mis labios. Luego mi cuerpo saltó y salí de mi ensueño, levantando los ojos.

Agnes, que había estado explicando los procedimientos para el banquete de la noche santa, guardó los documentos que tenía en la mano.

—Parece que está distraída, señorita Elianna.

Cuando señaló mi falta de concentración, me sentí tan culpable que me disculpé. Seguí leyendo “Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 4: Plagas”

Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 3: Las intenciones de las mariposas

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—… y lo que queda en las Cuevas de Totti son las pinturas más antiguas de la civilización Gel. La más famosa es la sala de fiestas con la pintura del banquete de los dioses. Incluso ahora, los colores siguen siendo impecables. Ha llamado la atención porque las técnicas mostradas revolucionaron el arte durante ese período. Esas pinturas también son famosas por sacar a la luz la civilización Gel. Hasta ese momento, su existencia había sido teorizada pero nunca probada. Y por eso también… Oh, lo siento, ya sabes todo esto. Es como intentar enseñar a un pez a nadar. —Contuvo su entusiasmo, forzando una sonrisa amarga mientras se llevaba la taza a los labios.

La mujer que respondió lucía una leve sonrisa. Su voz era inquebrantable mientras continuaba por él: Seguí leyendo “Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 3: Las intenciones de las mariposas”

Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 2: Semilla en ciernes

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Un rincón del invernadero estaba iluminado con hermosos colores y una atmósfera igualmente brillante. Era temprano en la tarde. Habían pasado dos días desde mi conversación con la reina Henrietta.

Era un día soleado y, aunque hacía frío afuera, había una calidez relajante en el aire que envolvía el invernadero y lo hacía acogedor. La música fluía suavemente entre el sonido de la conversación alegre de las mujeres. Las flores extranjeras florecientes y la nieve blanca prístina apilada afuera, creaban un vivo contraste. Esta vista y la música que la acompañaba mostraban el esplendor y el arte de Sauslind. Seguí leyendo “Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 2: Semilla en ciernes”

Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 1: Las condiciones de la reina

Traducido por Maru

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—Una situación grave…

Era temprano en la tarde. Afuera, las duras garras del invierno se apretaban alrededor del reino. Sin embargo, yo estaba sentada en la oficina del príncipe Christopher, donde la multitud habitual se había reunido.

Un hombre de rasgos juveniles y cabello color miel, Lord Alan, estaba realizando el mantenimiento de uno de sus instrumentos. El Banquete de la Noche Santa se acercaba rápidamente y habló de realizar su propio programa musical para la ocasión. Seguí leyendo “Princesa Bibliófila – Volumen 3 – Arco 1 – Capítulo 1: Las condiciones de la reina”

Princesa Bibliófila – Volumen 2 – Arco 3: El deseo de engañar

Traducido por Maru

Editado por Sakuya


Las coloridas hojas del otoño se habían ido. El viento se volvió tan frío como un cuchillo, una clara indicación de que pronto se oirían los pasos del invierno marchando por la tierra. Fue durante este tiempo, entre temporadas, que ocurrió cierto incidente.

A nuestro regreso del Festival de Caza de Otoño, me encontré atascada con la tarea de clasificar documentos, tan ocupada como los otros caballeros que trabajaban arduamente en la capital. Sí, eso es correcto. Por alguna razón, estaba actualmente en la oficina de Lord Alexei Strasser. Seguí leyendo “Princesa Bibliófila – Volumen 2 – Arco 3: El deseo de engañar”

Princesa Bibliófila – Volumen 2 – Arco 2 – Llave 3

Traducido por Maru

Editado por Sakuya


Después de inclinarme ante el Demonio pidiendo piedad, me dieron una montaña de materiales con los que lidiar, a pesar de estar fuera de servicio ese día. Los llevé conmigo a los archivos reales, sin saber por completo que aún me esperaba mi último juicio del día.

Mientras guardaba el último libro, mi cuerpo se sentía pesado por la fatiga acumulada. Si me detenía a pensar en lo que me había llevado a esta posición, una sensación de vacío amenazaba con abrumarme. Decidí no insistir mucho en ello por el bien de mi propia tranquilidad mental.

Cuando doblé la esquina de uno de los estantes, escuché el sonido de un libro cayendo cerca. Pensé que era uno de los miembros del personal, pero no obstante eché un vistazo. Al final de uno de los pasillos, un hombre había dejado caer el libro que tenía en la mano y estaba ahí, estupefacto. Había una chica parada a poca distancia frente a él, leyendo un tomo propio. Seguí leyendo “Princesa Bibliófila – Volumen 2 – Arco 2 – Llave 3”

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