Creo que mi prometido se ha rendido – Epílogo: La novia del Príncipe Heredero ~ A veces hermano y hermana ~ (16)

Traducido por Shaey

Editado por Ayanami


Este tipo de desarrollo, nunca lo imaginé…

En el jardín del Palacio Real, la tez de Christina se puso pálida, mientras suspiraba.

El día anterior, Christina fue a la mansión del Marqués Klüger para reunirse con Irene. Aunque Alberto le había informado que le contaría a Irene el encuentro con el propio Tobías, Christina empezó a preocuparse al pensar en los sentimientos de Irene, así que fue a verla. Además, también había sentimientos dentro de Christina que querían saber qué clase de mujer es Irene.

El matrimonio forzado resultaría en una pena. Precisamente porque pensaba así, Christina había decidido ayudarla. Sin embargo, terminó con Irene teniendo que reunirse con Tobías, y como Christina no podía imaginar qué tipo de acción tomaría Irene, quería comprender su personalidad de antemano.

Cuando Christina llegó a la mansión del marqués Klüger, el mayordomo vino a saludarla y le dijo que Irene estaba en la habitación de Marx y la guió hasta allí. Y, en el momento en que se abrió la puerta, ella escuchó la confesión a Alberto.

Aunque inmediatamente después Christina fue abrazada por Alberto y se le dijo que todo estaba bien para calmarla, no pudo sentirse aliviada.

El juego que creía que ya había terminado, tal vez, seguía aún ahora —ella no pudo evitar pensar así y su temblor no cesaba.

Viendo que Christina estaba a punto de llorar, Alberto suspiró, y más tarde la acompañó, suavemente, de vuelta a su mansión. Justo antes de que se separaran, susurró suavemente junto al oído de Christina.

—Escucha, ¿ok, Kuu? Mañana asegúrate de venir al Palacio Real. Yo me encargaré de recibirte y de arreglar todo, así que asegúrate de venir, ¿de acuerdo?

Antes de eso, parecía que Alberto también había murmurado algo más, pero Christina sólo recordaba esas últimas palabras de él.

Al día siguiente, Christina fue al Palacio Real y Alberto le dijo: “Lo siento, pero de repente llegaron unos trabajos que debo atender rápidamente, así que, ¿primero podrías tomarte un respiro en el jardín?”, así que se dirigió al jardín donde una vez tomó el té junto con Anna.

— ¿Qué debo hacer…sí Irene-sama, se convierte en mi rival amorosa…?

Con el fin de tener tiempo para pensar a solas, Christina despidió a la criada y caminó sin rumbo.

En el Juego que ella conocía, Clara era la protagonista. Por eso era la rival de amor de Christina. Sin embargo, ¿qué hay de la situación actual?

Clara fue expulsada a alguna región remota, saliendo de la escena del Juego. Entonces, apareció Irene.

Al darse cuenta de repente de algo, Christina miró hacia arriba en el aire.

¿¡Quizás, es una nueva historia…!?

Para un juego popular, conseguir un segundo o Neo era algo que ocurría con frecuencia.

¿Qué pasaría si esta vez, se convirtiera en un nuevo mundo de Juego con Irene como protagonista, e invariablemente Christina, como antagonista, en el escenario de la historia?

¡No…!

Christina murmuró sin querer sus verdaderos sentimientos.

Esta vez, demostraré que puedo enfrentarla, a pesar de decírselo a Alberto, no tenía mucha confianza en obtener alguna oportunidad contra la coacción del progreso del juego. Esta vez, ella no tenía ningún conocimiento de fondo sobre ello. Ya sea que se trate de un segundo juego o Neo, no está en la memoria de su vida anterior después de todo.

— ¿Qué debo hacer…?

Cuando murmuró su inquietud, de repente, Christina detuvo su paso. Al acercarse a otro jardín, escuchó una voz. Era una voz que conocía bien.

—…Y, creo que coincide con la de la hermana Chris

Al escuchar su propio nombre, el corazón de Christina saltó.

Cuando levantó su línea de visión, sin darse cuenta, había llegado al santuario trasero cerca de la habitación privada de la Familia Real.

Aunque ese jardín es accesible para aquellos que no son parte de la Familia Real, uno necesita un permiso especial para poder usarlo.

En el jardín, donde la hermosa flor blanca del Iberis florece magníficamente en el suelo, Anna mostraba una encantadora sonrisa en su rostro.

Se parecía mucho a Alberto, con su brillante pelo negro. Su vestido de hoy es el popular a rayas. La caída de su abultada y voluminosa falda acentúa aún más su belleza.

Sus redondos ojos negros brillan alegremente, mostrando su expresión pura hacia el varón que está a su lado.

Anna-sama…

A Christina siempre se le había permitido entrar y salir de ese jardín. Sin embargo, de alguna manera, sentía que no debía acercarse y permanecer quieta.

Sentado al lado de Anna está Marx.

Vistiendo un traje azul oscuro adornado con un elegante bordado de plata, miraba a Anna con una mirada extremadamente suave. Era como la de un hermano.

—Sí, creo que es muy bonito, princesa Anna. Entonces, pensemos en el diseño, ¿de acuerdo?

— ¡Un!

Ambos estaban sentados, uno al lado del otro, en el banco frente al santuario trasero del jardín, mirando muy de cerca al otro.

Sería malo si los interrumpo.

Como Christina, conocía el sentimiento de amor de Anna, decidió retirarse y darse la vuelta. Sin embargo, de repente, una pared blanca apareció ante ella, sorprendiéndola y haciendo que su cuerpo se endureciera.

—Wha…

Casi dejando escapar un chillido, Christina se lo tragó, mientras levantaba su línea de visión.

Al encontrar su mirada, la comisura de su boca se elevó.

—Bueno, qué coincidencia, Srta. Christina. ¿Milady también está en medio de un paseo?

Con su vívido cabello rojo atado, el joven, cuyos ojos esmeralda brillan bellamente —Vistiendo una camisa blanca y pantalones rojos adornados con bordados dorados, a pesar de su simple apariencia, su arrogancia, de alguna manera, rezumaba:

“No importa quién, haré que se arrodillen ante mí”, vestido con ese tipo de aura, el que puso una sonrisa de realeza, es el que prometió quedarse en el Palacio Real hasta que conociera a Irene, Tobías.

Christina, que terminó por ponerse rígida, de inmediato, cambió su tono y puso una leve sonrisa en su rostro.

—Vaya, cómo está usted…Su Alteza Tobías.

A su lado, un joven de pelo corto y ojos azules, que parece ser su ayudante, le esperaba.

Al darse cuenta de que no era una situación en la que terminaran solos, Christina, espontáneamente, dio un suspiro de alivio.

Tobías se río.

—Tienes una gran cautela.

— ¿Eh?

Cuando ella levantó su rostro sin entender sus palabras, él estaba mirando en dirección opuesta a Christina.

—Oh cielos, hay otra linda princesa en ese tipo de lugar.

—…Su Alteza. Cualquier otro comportamiento excesivo es…

No estaba claro si el asistente que está a su lado tenía, realmente, la intención de detener a Tobías con ese tono plano, sin embargo, Tobías sólo ignoró su objeción como si fuera natural.

—Déjame ver, hoy vamos a burlarnos de eso.

Decir ‘burla’

Christina no podía pasar por alto cómo llamó a la princesa del país como “eso”, y, sobre todo, no quería que hubiera ninguna molestia entre los dos, por lo que tosió una vez, aclarándose la garganta.

El joven príncipe echó un vistazo a su “él es ciertamente cuatro años mayor que yo, pero no puedo evitar pensar que es joven” Christina sonrió y le dijo.

—Vaya, para decir ‘burla’. Ya que es una rara ocasión…

¿Qué tal si tomas el té conmigo? Pero antes de que ella lo dijera, él abrió la boca.

—Aah, eso es. Observar a los dos sería más interesante, ¿no es así?

— ¿Eh?

Christina se quedó atónita por esa inusual propuesta. Tal vez, Tobías no tenía ninguna duda sobre su propia propuesta, ya que se apoyó en la pequeña puerta de la entrada del jardín. Cruzó los brazos frente a su pecho y se puso en posición de observar a los dos.

—Eh, umm….

Si bien puede ser cierto que esta puerta está cubierta de rosas y hiedra, y no sería visto desde el otro lado, eso no significa que deba espiar, tiene muy mal gusto.

Cuando Christina miró al asistente, él, con una cara inexpresiva, se quedó allí sin decir nada.

Su pensamiento de que, si el maestro se mantenía dócil, todo estaría bien, se expresó con toda claridad.

Christina dudaba de si estaba bien reprender al Príncipe delante de ella, así que, por ahora, decidió dirigir su atención hacia los dos.

Cada vez que Marx decía algo, Anna siempre se reía con alegría.

Esa brillante sonrisa suya hizo que las mejillas de Christina se aflojaran.

Deseo que el amor de Anna-sama se cumpla.

Estrechando sus ojos, mientras pensaba así, su corazón saltó de repente.

Marx se acercó a Anna y le susurró algo al lado de su oído.

Anna estaba consciente de que la distancia entre ellos se acercaba, y con cara de sorpresa sus mejillas se tiñeron de rojo.

Haa, con una voz débil Christina dejó salir el aliento que sostenía inconscientemente.

…Cuando la persona que te gusta se acerca a ti, tu corazón seguramente palpitará rápido… pero Marx también debería pensar un poco en su proximidad, pensando así, miró a su travieso amigo, y se quedó atónita.

Marx estaba mirando a Anna, la cual miraba hacia abajo con una cara roja.

Esa expresión suya, causó que el corazón de Christina clamara.

Dentro del color de sus ojos, había algo familiar para ella.

Brillaba en lo profundo de sus ojos suavemente estrechados, algo que causó que su corazón perdiera la calma.

Christina tragó.

Sé que…

Christina conocía esos ojos.

Los que Alberto tenía a veces cuando la miraba, lo que causaba que su columna vertebral se sacudiera.

Como una bestia que oculta su presencia, dirigiendo su mirada a su presa, la mirada de un depredador.

— ¿…Marx…?

Christina murmuró con una voz débil.

Su voz no les llegó, pero al momento siguiente Marx borró esa luz en sus ojos. De vez en cuando, arregló el pelo de Anna que era despeinado por el viento, la devolvió con una suave sonrisa, mientras ella le miraba.

Fue como si, esa gentil sonrisa se hiciera para controlar sus propios sentimientos.

A su lado, Tobías resopló mientras reía.

—Ya veo, es interesante.

Parecía feliz. ¿Me pregunto qué es lo interesante? mientras se volvía hacia Tobías, Christina palideció de repente.

Marx es, el prometido de Irene.

Y que él, actualmente, este pasando tiempo íntimo con la princesa. No es difícil tratar esto como el factor principal para concluir que el compromiso de Irene y Marx es falso.

—Su, Su Alteza Tobías…

De alguna manera, debo pasarlo por alto, decidiendo tal cosa y llamándolo, su mirada regresó a Christina y, de repente, tuvo una expresión como si tuviera interés en ella.

Fue como el día en que se conocieron, su mirada se deslizó a lo largo de sus ojos, nariz, labios, hasta su pelo, movido por el viento, causándole la piel de gallina.

—…

Cuando sus hombros se sacudieron, vio desde el borde de su visión, su mano peinando suavemente el cabello de Christina.

No puedo dejar que me toque el pelo.

Christina recordó el incidente anterior cuando Alberto la culpó y la inmovilizó con ira, reflexivamente, se cepilló el pelo y se escapó de su mano.

Aunque fue de mala educación, Tobías soltó una risa sofocante y sonrió.

—…Inesperadamente, Milady también tiene una fuerte voluntad…ese pelo también es maravilloso, pero su pelo es verdaderamente maravilloso. Algún día, me gustaría tenerlo a mano y decorarlo.

[Shaey: ¿Qué pasa con él y el pelo? ¿Fetiche del pelo?]

—…

Esto no se trata de tener o no tener una voluntad fuerte. Christina se contuvo para no acobardarse y le respondió con una mirada fuerte.

—Su Alteza Tobías. Dentro del Reino de Noin, los hombres no deben tocar a las mujeres sin pensar.

Su expresión se volvió seria, e inclinó la cabeza.

— ¿De verdad? Aun así, vi al prometido de Milady tocando mucho a Milady.

Aunque no lo vea, el hecho de que le digan que lo ve a menudo la hace sonrojarse.

—A…Alberto-sama es…mi prometido.  Está bien que Alberto-sama me toque.

Tobías otra vez, se río.

—Ya veo, así que, si están comprometidos, entonces, está bien hacer cualquier cosa.

Fue una respuesta mezquina. Recibiendo una burla que insinúa relaciones físicas, Christina apretó el puño. Aun así, para no perder su elegancia, respondió con dignidad.

—Su Alteza Tobías. En mi opinión, para hacer tuya a una mujer, no es presionarla con poder, sino capturando su corazón.

Él es una persona que usa su estatus social como pretexto para obligar a alguien más. Por eso, Irene huyó con miedo. Aunque, para obtener el corazón de uno, no debe ser por medio del poder, sino ofreciendo el corazón. Así, el que sólo ataque a la otra persona, hará que pierda lo que podría haber obtenido.

Tobías, a quien se le dijo claramente que su manera de hacer está mal, abrió bien los ojos por una fracción de segundo.

Sin embargo, inmediatamente después, una sonrisa cínica, como si ridiculizara a la otra persona, flotó en su cara.

—…Una mujer realmente poco amada. Eso, y tú también.

Christina cerró la boca.

A pesar de su posición como prometida del Príncipe Heredero, se había ganado el disgusto de la otra persona, Christina se sentía decepcionada de sí misma. No importa lo terrible que sea su actitud, era el invitado del país.

Como si perdiera el interés en Christina, que bajó la mirada, Tobías apartó la suya.

Se mantuvo en silencio, lo que hizo que Christina se sintiera intrigada y, cuando ella levantó su línea de visión, sin querer, levantó la voz después de ver esa expresión.

— ¡Anna-sama, está fuera de los límites…!

Tobías miraba a Anna que charlaba agradablemente con Marx, con ojos como si anhelara algo.

Quiero que sea feliz. Quiero que esté con alguien a quien realmente ame.

Porque, para mí y Alberto, ella es mi preciosa hermanita.

Mientras ella exponía sin querer sus sentimientos personales, él miró a Christina y murmuró sin interés.

—Lo que quiero es una mujer que me ame señorita Christina.

—…

Si ese es el caso, ¿no es Irene la correcta?

Las palabras que casi se filtraron, fueron retenidas por su razonamiento.

Él, mientras se reía asfixiado, le dio la espalda a Christina.

—Sin embargo, no se puede evitar. Porque quiero arrebatarle todo a esa persona.

—… ¿Esa persona?

Sin saber a quién se refería, Christina preguntó, pero Tobías se alejó sin responder nada.

Whoosh, el viento sopló a través.

El inexpresivo asistente, silenciosamente, siguió a Tobías a su espalda, dejando a Christina desconcertada.

El que Irene amaba, era quizás Alberto.

¿Era ella su nuevo rival en el amor? Aun cuando ella continuaba manteniendo el miedo dentro de su corazón, Christina no desea que fuera infeliz, además, también desea que Anna sea feliz.

Dentro de esta compleja situación, Christina se quedó distraída e inquieta en ese lugar, hasta que Alberto vino a recogerla.


Shaey
Aquí Shaey diciéndoles que con esto llegamos hasta donde está en inglés, pero, así como lo veis. Tanto en inglés como en japonés, esta novela está parada. Sobre todo, porque la autora en japonés no ha publicado más desde el 2018…ahora, bueno, veremos y anhelaremos como serán los siguientes escenarios ༼ಢ_ಢ༽ (lloro internamente)

Ayanami
Rogando porque la autora se encuentre bien y decida retomar la historia, porque le faltó mucho!!!! //(ㄒoㄒ)// Pero de momento, este es el final de nuestra historia, gracias por acompañarnos hasta aquí (´。• ω •。`) ♡

10 respuestas a “Creo que mi prometido se ha rendido – Epílogo: La novia del Príncipe Heredero ~ A veces hermano y hermana ~ (16)”

  1. Tan buena historia y me quedé a medias

    -La prota por qué no cree que Alberto la ama? Se la quiere comer cada rato
    -Está Irene que perrita salió, cómo se le ocurre decir que está enamorada del príncipe? Si ya está comprometido y ves que se aman hazte a un lado y trágate todo!
    -Me desespera Anna pero creo que por la escena que vieron su amor con Marx es mutuo
    -Creo que está Irene es reencarnada porque dijo algo de original, como que sabe de la historia y de alguna manera hizo que la llevaran a ese reino a conocer al príncipe (suposiciones mías)
    -Wey que ya se casen jajajja pobre Alberto está sufriendo por problemas que le trajo su amigo 🤦🏻‍♀️

  2. Bueno, empece a leer la historia y hasta el momento termine odiando a Anna, entiendo que es una princesa y sus padres y los criados la mimen, en realidad no me molesta pero es una princesa, debería de comportarse como tal, y por mi parte me gustaría que casaran a Irene con Max, así tal vez Anna madure e Irene no se case con quien ya esta comprometida y deje de andar molestando que ya se tuvo suficiente con Carla. Otra cosa que me exasperaba es que la prota no entiende nada!, si es linda y me gusta pero las situaciones esas como no puede entender.

  3. La prota de esta serie, aunque es linda e inocente, es bastante torpe en entender las cosas, repetidamente se aclara que ella no entendio algo dicho o una situacion que es bastante obvia…
    Me simpatizan mas las protas y heroinas que comprenden y enfrentan estratagemas a su alrededor, pero esta chica no entiende ni lo que se le dice de frente… No se si es algo que en su idioma original seria dificil de entender o si al ser tan inocente su linea de pensamiento es simple y plana?

    1. Jaja primero gracias!!
      Es una pena que la historia se quedara a medias :c, teniendo buen material… Pero he aquí mi duda más importante, ¿por qué está en la categoría +18? Si hasta donde va no hay ninguna situación así xD…

      Como quiera gracias y a leer las demás historias 🤭❤️

  4. Nooooooooo TTTT .. TTTT porqueeeeee!?!? Aaaaaaaaah…. c,.c,… snif snif….. bueno ahora q estoy mejor les agradezco todo el tiempo dedicado a traducir, editar conseguir los cap y actualizar. Seamos positivos q seguramente la autora hara algo maravilloso para q esta novela no se pierda en el tiempo. Arigato :'(

    1. Gracias a vosotros por leernos 🙂
      Por ende, anqui en el Kovel tenemos otras novelas, sientete a gusto a ver algunas 😉
      GRacias por vuestros comentarios.

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