Dama a Reina – Capítulo 29: No tuve elección

Traducido por Kiara Adsgar

Editado por Yusuke


Si alguien le preguntara a Lucio por qué tomó la decisión de hacer lo que hizo, le tomaría mucho tiempo encontrar una respuesta. Él mismo no sabía por qué. Agonizaría por un largo tiempo, antes de elegir una de dos respuestas. Una respuesta probablemente sería: “Mi cuerpo se movió solo”. La otra respuesta sería… “Para pagar la deuda que debo”.

Ambas eran razones plausibles, pero en verdad no eran las verdaderas. Incluso él estaba confundido acerca de la verdadera motivación para sus acciones. En cierto modo, Lucio sentía pena por Patrizia. La dejó sola por su concubina, Rosemond, quien también había cometido un acto pecaminoso contra las esposas de los delegador. Pero por razones complicadas, esto estaba más allá de su control.

¿Fue por eso que tomó la flecha envenenada en nombre de Patrizia? ¿O tal vez realmente no necesitaba una razón tan complicada, y simplemente reaccionó por instinto?

Lucio era el único que podía responder a la maraña de preguntas en su mente, pero él mismo no podía pensar en ninguna razón clara. Si alguien le preguntara la razón de su sacrificio, daría las dos razones anteriores, pero en su interior, tenía la intención de encontrar la verdadera respuesta. Le gustaban los acertijos. Especialmente cuando estaban relacionados con él mismo.

Todavía no estaba despierto, tal vez porque todavía no había encontrado la respuesta a su pregunta. ¿Por qué tomó una flecha y arriesgó su vida por Patrizia, la reina a quien no amaba? Tal vez tendría la respuesta para cuando se despertara, o tal vez no obtendría ninguna respuesta.

♦ ♦ ♦

—Así es, ve y bebe. —Patrizia acarició la melena de Sally, y Sally relincho contenta. Después de que Patrizia le dio de beber a su caballo, recogió un poco de hierba para que comiera. Fue después de que el animal se saciará que Patrizia la ató cerca de la entrada de la cueva. Por supuesto, Sally ya había demostrado una gran lealtad e inteligencia, y Patrizia no esperaba que la yegua se perdiera.

Luego, Patrizia fue en busca de hierbas para Lucio. Ella no tenía un amplio conocimiento de la medicina, pero había tenido algunas lecciones básicas de sus clases de educación  como reina. Resultó que esa información que aprendió le iba a resultar muy útil, recorrió el bosque para encontrar un medicamento que pudiera ayudar. Sin embargo, la mayoría de lo que vio eran plantas venenosas, mientras que la hierba deseada no estaba por ningún lado. Después de durar alrededor de una hora caminando por el bosque, fue cuando finalmente vio lo que necesitaba.

—¡Ah! —exclamó al reconocer una pequeña flor morada.

Scula. Era una flor rara que tenia el período de floración más corto en el Imperio Mavinous. Muchas personas deseaban la flor por su belleza, pero era apreciada por una razón diferente en el ámbito de la medicina. La flor era de gran valor medicinal, ya que podía neutralizar la mayoría de los venenos.

Patrizia corrió hacia donde vio la flor, pero pronto chocó contra un muro de realidad. La scula florecía estaba un acantilado bastante alto. Ella midió la altura con sus ojos, y determinó que si caía desde ese punto, probablemente moriría.

Patrizia reflexiono durante unos minutos. ¿Debería ir a recoger la flor o no? Sin embargo, su debate interno no duró mucho. Tenía que recoger la flor. Este no  era un sacrificio lleno de sentimiento para salvar a un amante. Si Lucio moría por no recibir un antídoto, entonces Patrizia también estaba muerta.

Patrizia estaba decidida, y agarró una roca que sobresalía frente a ella. No era muy atlética, pero iba a arriesgarse. La suerte no era la que había colocado una flor de scula justo delante de ella.

—Haah, haah…

Patrizia respiró hondo por el esfuerzo mientras escalaba la empinada pared del acantilado. Un ligero miedo a las alturas hizo que sus pies temblarán como si estuviera electrificada, pero la supervivencia fue lo primero. Quería enterrarse en los brazos de sus padres y llorar, pero por el momento, primero tenía que superar este miedo. Se mordió el labio y reunió todo su coraje para asegurarse otro punto de apoyo. Vivir. Solo vivir.

—¡Sólo un poco más!

Patrizia contuvo el aliento cuando sus dedos apretados se agarraron a otra roca. Las lágrimas se erizaron en el borde de sus ojos, pero aún no era hora de llorar. Podía hacer eso después de recoger la flor o, si realmente tenía mala suerte, después de morir.

La flor de scula estaba ahora al alcance. Patrizia concentró todas sus fuerzas en estirar el brazo para agarrar la flor. Su cuerpo tembló hasta el punto de que las lágrimas pincharon sus ojos, pero no le importó. Si ella solo pudiera conseguirla…

—¡Ah!

En ese momento, una roca en la que estaba parada con un pie se rompió y rodó por el acantilado. Su pie se arrastró desesperadamente en el aire vacío por un momento de parada cardíaca, antes de rápidamente pisar otra roca. Su corazón latía violentamente en su pecho cuando se dio cuenta de que estaba a solo centímetros de la muerte. Ella suspiró aliviada y una vez más extendió la mano para recoger la scula.

—¡Ah… un poco…!

Ella estaba muy cerca. Estiró los dedos con todas sus fuerzas. Finalmente, la planta rozó su mano y logró agarrarla.

—¡Sí! —gritó Patrizia triunfante. Ahora que tenía la flor, todo lo que tenía que hacer era bajar por el acantilado. Agarró la flor de scula con fuerza en su mano, y comenzó a descender con cuidadado por el acantilado. Afortunadamente, estaba menos ansiosa por bajar, ya que tenía la satisfacción de lograr su objetivo.

Cuando sus pies finalmente pisaron tierra firme, agradeció por estar viva. Sin embargo, no tuvo tiempo de celebrar y se apresuró a la cueva donde dejó a Lucio.

♦ ♦ ♦

Mientras tanto, Raphaella disfruto de la actividad de caza como un pez en el agua. Ella era excepcionalmente hábil con el arco, y no estaba satisfecha con su caza hasta que vació y rellenó su carcaj dos veces. Los caballeros en su alrededor parecían debidamente intimidados por ella. Habían oído que era experta, pero no sabían hasta qué punto..

La mujer caballero estaba orgullosa de la pila de animales detrás de ella. Hmm, esto sería suficiente para ganar, ¿verdad? Ella contó sus muertes con entusiasmo, pero luego su rostro se puso serio cuando un pensamiento repentino vino a ella.

—Espero que Su Majestad esté bien. —Raphaella había ofrecido ir con Patrizia, pero su amiga insistió en ir sola. Raphaella sabía cuánto valoraba la reina su tiempo a solas.

—Sir Lasille, ¿sabe dónde está Su Majestad? —Raphaella le preguntó a un caballero a su lado.

—No lo sé.

En retrospectiva, era una pregunta bastante tonta. Sir Lasille no lo sabría, ya que no estaba en la guardia de Patrizia. Raphaella se regañó internamente. No podía creer que hubiera sido tan descuidada de dejar que Patrizia se fuera sola.

Con una mirada de consternación, Raphaella giró su caballo a correr. Esperaba que toda esta preocupación estuviera solo en su cabeza.

♦ ♦ ♦

Beber un té de hierbas era la mejor manera de tomar medicamentos, pero Patrizia no podía darse el lujo de hacerlo, no en una cueva sin herramientas para hervir las hierbas. Después de regresar a su escondite, se preguntó cómo darle de comer la hierba a Lucio. La mejor manera sería que él lo masticara por si mismo, pero todavía estaba fuera de combate. El tiempo fue corto, ella necesitaba encontrar una manera de darle la medicina lo antes posible.

Un pensamiento repentino y ridículo la golpeó, y Patrizia quiso reír avergonzada. No, no, no. ¿Cómo podría hacerlo con este hombre…?

Ella sacudió su cabeza. No había nada más que hacer. Ella lo miró con torpeza. Sus ojos aún estaban cerrados como si estuviera muerto, y casi lo miró, salvo por las débiles respiraciones que tomó. Ella apretó la flor de scula en sus manos.

—¿Qué estás haciendo, Patrizia? —murmuró para sí misma. Ella se estaba volviendo loca. Después de todo el trabajo duro que hizo, no podía darse por vencida ahora solo porque no quería hacer algo.

Se armó de valor, se colocó la flor de scula en la boca y comenzó a masticar. El plan era exprimir los jugos y luego transferirlos a la boca de Lucio. No era la forma más agradable de administrar medicamentos, sino la más segura y eficiente. Más importante aún, una pequeña cantidad de jugo también podría ser absorbida por su cuerpo, por lo que ambos se beneficiarían de sus efectos curativos.

La mente de Patrizia estaba aturdida mientras metódicamente movía la mandíbula para exprimir la mayor cantidad de jugo posible. Cuando terminó, cuidadosamente acercó su boca a la cara de Lucio y separó sus labios con sus manos. Su boca se abrió fácilmente porque estaba inconsciente. Ella superpuso sus labios con los de ella, y le entregó la pasta en la boca. Lo importante a continuación era que el antídoto pasara por su garganta, y ella no retiró sus labios hasta lograr que lo tragara por completo.

Después de eso, Patrizia se echó hacia atrás y dio un suspiro de alivio. Se lamió el sabor amargo, luego se sentó y esperó. Ella había hecho todo lo que pudo. El destino de Lucio ahora estaba en el cielo.

Patrizia miró fijamente al inconsciente Lucio.

4 respuestas a “Dama a Reina – Capítulo 29: No tuve elección”

  1. no siento ni la mas minima pena por el bicho no le perdono a su moza , lo de la carne de cerdo ahi tiene por pendejo que chupe

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