El Duque que odia las mujeres – Capítulo 38: Myseln

Traducido por Kiara

Editado por Tanuki


—Hannah, todavía hay tiempo hasta que nuestro próximo envío llegue a la posada, ¿por qué no vamos a la ciudad? Vayamos a la cafetería de Hilda a almorzar.

Hannah y yo habíamos estado alojadas en la posada durante dos semanas. Estaba actuando como una joven que venía de un pequeño pueblo en Hermiata. Mentir para llegar aquí había sido problemático, pero lo logramos.

Le dije al conde que me gustaría ir a recuperarme en un centro de salud y belleza debido a mi experiencia de secuestro. Así que le pedí que se quedara con la mayoría de mis pertenencias personales y que me las enviaran a Hermiata porque me iría a casa directamente desde ese lugar. Hannah iría a la mansión por cualquier carta de casa. El caramelo que vendía era directamente de un granjero del que era amiga, no tenía nada que ver con la mansión, por lo que mi padre no se dará cuenta de que me estoy quedando en la ciudad.

Envié cartas a James y al duque. Le dije a James que no me visitara porque me molestaría, y que iba a un spa, y también rechacé su propuesta. Era probable que me persiguieran si regresaba a casa. Quería estar en un entorno donde no podía pensar en el duque. No sabía qué escribirle al duque, quería hacerle saber que no quería volver a verlo, pero no directamente. Con el tiempo, mi carta estaba llena de frases sarcásticas, estaba muy orgullosa de mi trabajo. Con esto, no volveré a encontrarme con el.

♦ ♦ ♦

Me quedé absorta en la vida en la sala central. El Rupen Inn solo tenía cinco habitaciones, Hannah y yo alquilamos una de ellas. Mis manos estuvieron con vendas por un tiempo, pero pronto podría quitarmelas y usar guantes livianos. Las costras finalmente se despegaron y las cicatrices comenzaron a sanar.

—Julia, Hannah, ¿vienen a almorzar? —nuestra anfitriona, Shirley preguntó detrás de nosotros —. He terminado de limpiar, ¿puedo ir contigo a la cafetería de Montbull?

Shirley era una chica encantadora con el pelo castaño claro y rizado con unos impresionantes ojos color avellana. Tenía las mejillas redondas y un hoyuelo cuando sonreía. Ella era la única hija de la pareja propietaria de la posada. Tenía diecisiete años de edad. Me consideraba una hermana mayor, tal vez ella había estado anhelando una. O tal vez, fue porque golpeé a un estafador que trató de estafar la posada en mi primera noche aquí.

No me importa en absoluto. Me gustó la sensación de ser una hermana mayor.

—Claro, Shirley, vamos juntas. Las comidas son más divertidas con más gente —dije.

—Genial. Por favor, espera mientras se lo cuento a mi madre. Ella respondió con una sonrisa feliz y se apresuró a buscar a su madre, Ann.

Es una niña adorable, muy confiable y pura.

—Shirley, por favor ten cuidado. Tenemos tiempo, así que no te apresures. Llamé por ella.

Mis nuevas experiencias fueron muy frescas y emocionantes. Estaba disfrutando mi tiempo como una plebeya ordinaria. Había muchas cosas que aprender y hacer, y estaba adquiriendo una comprensión de las vidas de la gente común que nunca tendría como una dama noble.

Todos los días eran divertidos.

Como Hannah puede reunirse con Thomas todos los días, ella rie mucho más. Parecía ser cierto que las mujeres enamoradas sí cambian. Me pregunté si sería así cuando conociera a mi futuro amante. La cara del duque apareció en mi mente. Rápidamente lo deseche, ¿Por qué tuve que recordar esa expresión de odio? Solo el recuerdo me hizo enojar.

Nunca quise ver ese rostro oscuro de la desgracia nunca más. Incluso si intentara encontrarme utilizando su red de espías, no podría hacerlo. Dudo que él imagine que me quedo en el Myseln.

Me había cortado el pelo y lo había teñido de marrón. Cuando vuelva a casa, lo amarrare hasta que vuelva a crecer.

Pero vender caramelos es arriesgado. El Duque sabía que estaba tratando de vender caramelo, y parece poco probable que él trate de buscarme usando eso.

Después de almorzar en Hilda’s, Shirley y yo decidimos dar un paseo al mercado. La vibrante Plaza del Mercado se había convertido en mi lugar favorito. A pesar de que no era un día de mercado, había muchos puestos de lona blanca en la plaza, estaba lleno de clientes. Observé a la gente ir y venir un rato, luego me dirigí a saludar a una vendedora de frutas con la que me había familiarizado.

—Hola, Julia, Shirley, acabo de recibir este lote de manzanas. Aquí tienen una para cada una, uno para tu hermana, Julia.

—Gracias, señora Susanna. ¿Dónde está Jolie?

El puesto de Susanna siempre tenía un dulce aroma a fruta fresca a su alrededor. Ella siempre compartía su fruta con nosotros, así que, a su vez, caminaba con su perro, Jolie, una joven y elegante collie de frontera. Tenía muchas ganas de pasear al perro porque; No pude hacer tal cosa en Hermiata. Sin embargo, había perros, por lo general eran salvajes, por lo que realmente no se podía dar un paseo. Jolie solía estar sentada o acostada al lado del puesto de Susanna, y ladraba alegremente cada vez que me oía pasar.

—Un cliente regular la llevó a dar un paseo hoy. Creo que volverán pronto. Espere un poco, estoy segura de que a Jolie le encantaría verla, señorita Julia.

—En serio, que bien.

Shirley se rió levemente detrás de su mano.

—Julia, realmente te gusta Jolie.

Justo cuando estaba a punto de responder, hubo un ladrido y algo pesado saltó sobre mi espalda casi derribandome.

—¡Jolie! ¡Calma!

Hubo un ladrido de respuesta.

Jolie había saltado a mi espalda, y respiraba excitado. Tan pronto como me di vuelta, Jolie estaba lamiendo mi cara.

—¡Oh! ¡Jolie!

—Julia, ¿estás bien? —preguntó Shirley con ansiedad. Asentí y miré a Jolie y luego a la persona que le había llevado de paseo hoy. La persona era familiar, su rostro estaba enrojecido y sus ojos observaban los alrededores. Llevaba ropa bastante fina para ser una persona ordinaria. Pero cuando sus ojos se posaron en Shirley, parecía que había perdido su alma.

¡Este es Percy! Percy, uno de los subordinados del duque, a quien conocí en el escondite de Grust. ¡Cómo es que está aquí! Me puse rígida cuando mi corazón comenzó a latir más rápido, e intenté de alguna manera no dejar que me viera.

—Luke, muchas gracias por caminar con Jolie —dijo Susanna alegremente —, no has estado por aquí por un tiempo, ¿has vuelto a la ciudad por un tiempo?

Percy, a quien Susanna conocía como Luke, no respondió. Estaba mirando con nostalgia a Shirley. Muchos transeúntes pasaron entre ellos, pero estaban atrapados en un mundo de dos.

—Que linda, pensé que eras un ángel. ¿Cuál es su nombre, señorita? Le preguntó a Shirley.

Al principio, pensé que le había encomendado el duque que me encontrara, pero pronto me di cuenta de que me preocupaba por nada. Percy no tenía ojos para nada más que Shirley. Estaba claro que se había enamorado de ella a primera vista. De todos modos, aunque no estaba al tanto de mi verdadera identidad, era mejor irse lo antes posible. De repente me arrepentí de no tomar un seudónimo, pero no lo hice por Hannah y Thomas. Si buscaran a una mujer llamada Julia que se lesionó las manos, pronto me encontrarían.

Me volví hacia Susanna observando a Percy y Shirley con una mirada cálida en su rostro.

—Susanna, Shirley, me iré. Te veo después, ¿de acuerdo?

—¿Hmm? Hermana, yo también iré —respondió Shirley.

Percy volvió a la cordura, y puso su mano en mi hombro con una súplica desesperada,

— ¿Eres su hermana? Mi nombre es Luke, no soy una persona sospechosa. ¿Se llama Shirley? Que nombre tan bonito. ¿Dónde viven?

Sus ojos se encontraron con los míos, pudo ver mi cara, pero no había señales de reconocimiento.

—Luke es un vendedor ambulante, se detiene en mi tienda cuando está en Myseln. Él es de confianza, así que no tienes que preocuparte —Susanna dijo en su nombre.

¡Susanna, esta persona es realmente una espía real! “Luke” es un seudónimo. ¡Es un mentiroso, no es digno de confianza en absoluto! Pero no pude decir eso en voz alta. Trabajar para la familia real es un trabajo de élite. Shirley no lo vería como algo malo si le gustara.

—Hermana, no soy un hombre malo. ¡Me he enamorado a primera vista! Haré feliz a Shirley —Percy dijo con mayor excitación en sus ojos.

— ¡No es tu hermana! ¿Por qué dices cosas que implican una propuesta? —Shirley respondió en voz baja.

—Señor Luke, mi hermana es una joven delicada, escuchar algo así de un hombre que no conoce bien, es demasiado.

La expresión de Percy decayó como si fuera el fin del mundo y soltó su mano de mi hombro. Se volvió hacia Shirley y dijo:

—Lo siento mucho, Shirley. Me dejé llevar porque eras tan hermosa. Estoy asombrado y abrumado. Por favor, entienda que me gustaría casarme con usted.

Shirley tímidamente bajó la mirada mientras se sonrojaba por su confesión. Debió ser la primera vez que recibió una confesión de amor tan ardiente.

—Si eso es cierto, entonces lo pensaré. Dejaré que mi hermana juzgue si usted sería una buena persona para mí.

¡¿Eh?! ¿Por qué tengo que juzgar?

Percy, Shirley, Susanna y la gente que pasaba me miraban fijamente. Quería que un agujero se abriera allí y me tragara. Así que respire hondo y dije:

—Si eres realmente serio con Shirley, vuelve dentro de un mes. ¿Dices que te enamoraste a primera vista? Si aún te gusta Shirley en un mes, puedes comenzar a cortejarla. ¿Estaría bien?

¡Se me ocurrió un buen plan! En un mes, habría regresado a Hermiata. Despues de ahi no importa si Shirley podría llevarse bien con Percy y casarse con él si quisiera.

—¡Lo entiendo, hermana! ¡Te mostraré mi integridad y determinación!

Otras personas habían estado escuchando nuestra conversación. Cuando Percy aceptó, la multitud aplaudió. Jolie se emocionó y comenzó a ladrar y agitar su peluda cola negra y blanca.

3 respuestas a “El Duque que odia las mujeres – Capítulo 38: Myseln”

  1. Jajajaja, qué suerte tiene Julia XD por cierto, porqué todos proponen matrimonio en dos segundos y para Julia es tan complicado, omg.

  2. Hermoso, duque donde estas?
    Pero vale la pena esperar asi es mas emocionante.
    Me gustaria saber que esta haciendo el duque. Espero que se haya desecho de la mentirosa.
    Gracias por si trabajo

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