El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 248: Muerte

Traducido por Shisai

Editado por Meli


—Hay varias trampas colocadas por todo el palacio. Este lugar es una de ellas. Solo te digo esto por necesidad, pero no puedo decir más que eso.

Asentimos de acuerdo con ella.

Después de entrar a la habitación, tomó un libro y presionó el área elevada detrás de él. Parte del estante se abrió como una puerta.

—Muy bien, vamos. —Lady Leticia bajó la oscura escalera sin dudarlo—. Innumerables miembros de la realeza han ocultado una historia sombría. Para desviar la atención de las personas, utilizaron muchos disparadores y trampas para ingresar a lugares aislados. Ese es el tipo de lugar al que vamos ahora.

Caminamos por un sendero hacia adelante, al final, había otra escalera.

—Por favor, presiona la tercera piedra de la derecha.

Rudy pasó al frente y presionó el lugar que Lady Leticia le indicó. La luz entró desde arriba. Atravesamos la puerta e ingresamos en una pequeña habitación de piedra, lo único que había era una puerta sólida y una estrecha escalera de caracol.

—Bien. Subiremos más escaleras.

—¿Estamos… en la torre? —pregunté cuando llegamos a la mitad.

—En efecto. Esta es la torre donde encarcelamos a los prisioneros nobles. Por supuesto, es inseguro que haya otra puerta aparte de la entrada. Pero como dije antes, podría ser otra trampa para desviar la atención de la gente. —Sonrió con amargura y lucía un poco cansada después de una subida tan larga.

Después de quitar algunas de las piedras según sus órdenes, pudimos ver el otro lado del muro a través de un espacio pequeño en la parte superior de las escaleras. Los tres nos apiñamos allí juntos, mirando hacia una habitación rodeada de jaulas de metal. En esa zona oscura, estaba Yuri Noir.

—Lady Leticia, ¿esto es…? —Rudy no pudo evitar susurrar la pregunta.

Ella se llevó un dedo a los labios para callarlo. En silencio miramos el espacio. De repente hubo un movimiento y frente a nosotros apareció otro prisionero: el príncipe Edward.

—¡Yuri! Estoy aquí para salvarte —expresó con tono amoroso.

—¿Cómo has llegado hasta aquí? —preguntó con frialdad y la mirada fija en él.

—Este hombre me dejó salir. Espera aquí, te dejaré libre.

Siguiendo al príncipe Edward iba un hombre bien vestido. Nos era familiar; por lo que Rudy y yo abrimos los ojos de par en par.

Era parte de la facción del segundo príncipe, recibió el leve castigo: le quitaron el poder y lo encarcelaron en su casa porque no había participado en el escándalo de la impresión de dinero. Y detrás de él, estaban los dos caballeros que deberían haber estado de guardia en la puerta.

—Detente ahí. —Yuri dijo con frialdad.

El príncipe Edward luchó torpemente con la puerta de la jaula. Cuando la abrió  la miró con sorpresa.

—¿Qué pasa, Yuri? No hay nada que temer. Escaparemos y este hombre y sus colegas nos ayudarán a escondernos. Para que cuando llegue el momento, ascienda al trono como rey. —Sonrió.

—¿Realmente no lo sabes? No tienen ninguna intención de ayudarme en primer lugar. —Su mirada sombría se transformó en una fría sonrisa.

—Sé que no puedes confiar en ellos ahora, Yuri, pero salgamos de aquí primero.

—Si me voy de aquí ahora, seré asesinada. Por ese tipo y sus compañeros.

—¡Eso no sucederá, Yuri! Están aquí para ayudarnos. De cualquier manera, ven aquí. Créeme.

—Para ellos sigues siendo esencial. Eres útil, después de todo. Para recuperar su propio estado, necesita empujarte a la vanguardia. Soy diferente. Para ellos soy un obstáculo. Solo les preocupa mi conexión con el reino Towair. Si terminas triunfando en el trono, mi existencia evitará que otros nobles puedan presentarte a sus propias hijas como posibles reinas.

—Yuri, te estás contradiciendo. Si sintieran que eres una especie de carga, no se arriesgarían a rescatarte.

—Es la única oportunidad que tendrán para eliminar a alguien por debajo del príncipe Alfred que podría decir algo negativo antes de que puedas tener éxito en el trono. ¿No es la mejor oportunidad para ellos cuando supuestamente nos escondemos? —Yuri dijo con voz acerada. —Además, no necesito gente como esta de un país moribundo. Tengo otros caballeros para ayudarme.

Los hombres detrás del príncipe Edward soltaron una carcajada.

—¿Escuchó eso, príncipe Edward? Realmente queremos ayudar a la persona que más ama. Pero parece que tiene vínculos con el reino de Towair después de todo. Ella no es rival para ti.

—¡De ningún modo! Ella está emocionalmente inestable después de haber estado encerrada durante tanto tiempo. Yuri, soy tu caballero, ¿no? ¿No teníamos nuestra promesa de que pase lo que pase, no importa con quién nos encontremos, te protegería?

Yuri no respondió a sus preguntas. Ella simplemente lo miró sin emoción.

—¡Príncipe Edward! Te han engañado. Desde el inicio, podrías ascender al trono sin problemas. La única razón por la que fallaste fue porque esta mujer tenía vínculos externos. Ahora abriré tus ojos a la verdad.

Uno de los caballeros sacó su espada y cargó contra ella y el otro caballero detuvo al príncipe Edward para evitar que la protegiera a Yuri. Yuri continuó mirando la escena con la misma expresión.

—¡Detente! —el príncipe Edward logró escapar e interponerse.

Se escuchó un golpe sordo, en un instante él había sido atravesado por la espada. El tiempo parecía haberse detenido, el silencio reinaba en la habitación.

El caballero que sostenía la espada se dio cuenta de la gravedad de la situación y la espada cayó de su mano temblorosa, golpeando ruidosamente contra el suelo. El príncipe cayó, rodeado de un rojo que se extendía.

Incluso mientras miraba su propio cuerpo con sorpresa, logró levantar la cabeza para sonreírle a Yuri.

—Yu… ri… —Extendió la mano para llegar a ella.

—¿Por qué…? ¿Por qué me protegerías así? —Sus apagados ojos brillaron con lágrimas y chilló—. ¡No soy más que una carga para ti! Eliminar una carga como están haciendo… ¿no es eso lo que haría un noble? ¿Entonces por qué…?

—¿No teníamos una promesa? No importa lo que pase, no importa con quién nos encontremos, te protegería —Sonrió mientras brotaba sangre de su boca.

Si no hubiera entrado junto a los hombres, tal vez esto no hubiera sucedido. Él fue el único que la protegió desde el principio hasta el final.

Shisai
Noooooooooo, no quiero que se muera, es un tonto pero no quiero que muera

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