El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 255: Campo de batalla (1)

Traducido por Shisai

Editado por Meli

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Al día siguiente regresé al trabajo.

Tanya expresó una gran preocupación por mí con lágrimas en los ojos, y Mérida fue muy similar.

Aunque otras personas cercanas a mí no conocían los detalles, asumieron que me había enfermado por exceso de trabajo, por lo que también fueron cariñosos y cálidos.

Los funcionarios estaban encantados con mi regreso. Estaba en deuda con ellos, por lo que intenté cumplir mi función lo mejor posible todos los días. Sin embargo, por mucho que me sumergiera en mis labores… no por eso me entregué por completo.

Mi corazón aún dolía, no podía olvidarlo.

¿Cuánto tiempo había pasado con él en esta casa?

Siempre había mucho trabajo, pero seguíamos hablando del futuro. Celebramos cada nueva estrategia y enfrentamos juntos los obstáculos

Incluso si quisiera tratarlo como parte del pasado y abandonarlo, había demasiadas partes de esta mansión que conservaban su presencia.

No lo pude evitar, no podía arreglar las cosas. Porque después de todo, incluso ahora… yo lo amaba.

Estos pensamientos pasaron por un rincón de mi mente mientras me ocupaba de las pilas de documentos. El tiempo pasó, y traté de recuperar mi ritmo de trabajo.

♦ ♦ ♦

El día de la negociación con el Reino de Acacia había llegado.

Tanya estaba detrás de mí, mientras mi madre se sentaba a mi lado. Ambas vestían de manera común, pero estaban armadas hasta los dientes; podrían anticipar y reaccionar a cualquier movimiento.

Dado que se trataba de una negociación de paz, si ingresaban tropas les daría a otros una razón para chismorrear; en consecuencia, Ryle y Dida asignaron a los guardias a cuidar el exterior de la mansión.

—Señorita, creo que están aquí —informó Tanya en sigilo.

Me obligué a entrar en un estado de mayor conciencia.

—Bienvenido, príncipe Majid. —Le sonreí cuando entró.

Él, estaba vestido con un atuendo real completo, y respondió con una sonrisa.

Me pareció bastante sospechoso, pero estoy segura de que él también me miró de la misma manera.

—Estoy muy feliz de poder volver a verte —Besó el dorso de mi mano.

—Un placer conocerlo, príncipe Majid. —Me reí de sus payasadas.

Hizo una mueca, cuando enfaticé que nos estábamos reuniendo por primera vez. No obstante, fue él quien marcó la pauta la primera vez que estuvo aquí. Ambos fingimos que la visita anterior no había sucedido.

—Por favor, príncipe Majid, siéntese. —Me senté después de él y lo miré.

Qué sonrisa intrépida. El aura noble y seria encajaba a la perfección con su rostro hermoso y áspero. Todo en él daba la impresión de un rey.

—Qué buen territorio. La gente vive con riqueza, y los gobernantes y la política son estables.

—Ah, gracias.

Qué falso. Sentí una pizca de ira arder en mi corazón, evité expresarlo en mi rostro.

—Pero recientemente han sucedido asuntos espantosos —declaré en tono triste.

—Oh… —Sus ojos brillaron con preocupación.

—Otros países nos han atacado.

—Es increíble… qué desafortunado.

—En efecto. No esperaba que la nación que pidió mi mano nos atacará.

La habitación se quedó en silencio.

Yo quería probarlo y él parecía estar considerando sus próximas palabras ahora.

—Lo que quería explicar era… Esa no fue mi intención sino la del Reino de Towair y nuestro rey anterior. No tuve nada que ver con los esquemas.

Su sencilla admisión me hizo exhalar.

—No fue tu intención… Aun así, la invasión del Reino de Acacia al territorio de mi nación es un hecho indiscutible. ¿Cómo planea asumir la responsabilidad?

Él sonrió y mi piel se erizó.

—Perdóneme. Tengo mis propios pensamientos y sentimientos por lo que no quiero desagradarte. Sin embargo, primero tengo que explicarme en nombre de mi país. Todo este incidente se debió al rey anterior y a una parte de sus seguidores. Nuestra nación no tenía la intención de atacar su territorio.

—Lo dice de una manera diferente, pero el contenido de su declaración sigue siendo el mismo.

—Qué comentario tan agudo —dijo el príncipe Majid con una sonrisa exasperada.

—Me emociono porque mis ciudadanos fueron atacados.

—Qué aterrador.

—Hm, ¿mi expresión era tan aterradora?

—No, no es el caso. Es porque tu expresión no cambió, que da miedo. Cuando personas así están decepcionadas, tienden a dejarse llevar por sus emociones, pero no es tu caso.

No reaccioné a lo que dijo, pero en mi interior no sabía qué sentir.

Qué difícil fue lidiar con él.

—Hemos preparado reparaciones para las víctimas de este motín. El contenido está en este documento… todo lo que tiene que hacer es firmar.

El hombre de mediana edad que esperaba detrás del príncipe extendió el documento con respeto. Lo acepté y comencé a leer.

—Esto no es suficiente —dije en voz baja.

—¿Oh? —Su mirada se agudizó.

La atmósfera de la habitación se tensó.

—Príncipe Majid… de hecho, el primer príncipe de su nación ha buscado nuestra protección y ahora se queda aquí.

Su rostro parecía más estresado después de esta declaración.