El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 264: Conclusión

Traducido por Shisai

Editado por Meli


Pasaron años después de eso.

Dean y yo vivimos una vida feliz después del matrimonio.

Las únicas personas que conocían la verdadera identidad de Dean eran mi familia, la reina Leticia y mis sirvientes más leales.

De manera oficial, se anunció que me había casado con un civil. Por supuesto, fue difícil llegar al punto del matrimonio.

Nadie se opuso dentro de mi familia, pero los otros nobles estaban bastante irritados al respecto.

En especial los nobles que estaban interesados ​​en deslizarse por la puerta de la familia del duque Armelia con un segundo o tercer hijo: su desprecio nos atacó como una tormenta.

Con la ayuda de la reina Leticia y los sabios nobles que no estaban interesados ​​en expandir más los poderes de la familia del duque Armelia, al final pudimos casarnos.

A nuestra boda solo asistió la familia.

Pero nada de eso importó.

Lo que importaba era que al fin éramos uno.

La persona más feliz de esta boda no fue otra que la reina viuda.

Mientras aullaba durante la ceremonia, su rostro no dejaba de retorcerse.

Cuando comentó que por fin habíamos cumplido un sueño de mucho tiempo… por alguna razón, la expresión de Dean se congeló en una sonrisa exasperada.

Mi trabajo también salió bien.

A diferencia de cuando el príncipe Edward estaba cerca para enemistarme o tratarme como un obstáculo, no había nadie alrededor para interferir.

El apoyo de mi esposo fue un factor muy importante.

Después de convertirse en asistente oficial del gobernante, el trabajo se desarrolló aún mejor.

Para mi sorpresa, quienes estaban más felices de verlo fueron el departamento financiero. Algunos de ellos incluso sollozaron lágrimas de alegría cuando regresó… aunque todavía lucían pálidos.

Por supuesto, tampoco estuvimos exentos de problemas. En mi vida no existía la verdadera paz.

Aun así, mis subordinados tenían la suficiente experiencia como para que con su ayuda pudiéramos conquistar todos los problemas.

Ahora, la familia del duque Armelia se había expandido al territorio con las ciudades más pobladas de la nación. Nuestras ciudades construyeron escuelas y hospitales, difundiendo la alfabetización y las matemáticas básicas a cada ciudadano. También se hizo común que los ciudadanos fueran al hospital cuando estaban enfermos.

La tecnología más nueva desarrollada en las escuelas iba directo al mercado.

La amplia gama de productos raros importados del reino de Acacia intrigaba a todos los visitantes y debido a que las dos naciones comerciaban cada vez más, sus nuevas tecnologías también ingresaron a nuestro reino.

El gremio de comerciantes de Azura se convirtió en uno de primer nivel, lo suficiente para clasificarse entre los cinco primeros dentro del país.

Y estábamos trabajando en varios aspectos para un proyecto de instalación de escaparates en el reino de Acacia.

Desde las negociaciones terminé intercambiando algunas cartas con el príncipe Majid … parecía que todavía no se había rendido por completo. De vez en cuando me enviaba apasionadas invitaciones para que viviera en el reino de Acacia.

Por supuesto, insistió en que no tenía motivos o intereses ocultos… más que en mis talentos.

Pero cada vez que Dean lo veía, siempre actuaba un poco fuera de lugar. Fue bastante adorable, si iba a ser honesta conmigo misma.

En la capital, Su Majestad Leticia fue la primera reina oficial, mostrando a todos sus tácticas fuertes e inteligentes.

Bern estuvo a su lado todo el tiempo, los dos se casaron un año después de que ella  ascendiera al trono.

Mi sorpresa ante esto fue casi indescriptible. Parecía que Dean lo había predicho, aunque todavía estaba sorprendido por el matrimonio real.

Lo que había sido más sorprendente aún, fue que la propuesta de matrimonio la hizo la reina Leticia.

Cuando se le preguntó su parte favorita sobre él, su respuesta fue su lado emocional y sus ideas… qué demonios significaba eso.

Pero no era de buena educación seguir preguntando más, así que dejé el tema.

—Señorita, aquí está su té.

—¡Oh no, Tanya! No puedes moverte tanto ahora.

Mi secretaria, a veces sirvienta, a veces espía, Tanya, estaba ahora embarazada y Dida era el padre.

La noticia de que Tanya se casaría causó una gran conmoción entre el personal aquí… pero cuando supieron que era Dida, parecieron entender.

—Para algo como esto, está bien. En comparación con no moverse en absoluto, es mejor hacer algo de ejercicio.

—¿De verdad estás diciendo esto cuando ni siquiera me dejaste trabajar durante mi propio embarazo?

Cuando la miré sus ojos se desviaron, pareció admitir su derrota.

—Mis disculpas. Después de dejar esto, me tomaré un descanso.

—Bueno. De todos modos, solo descansa aquí por ahora.

Empujé la silla utilizada para recibir invitados hacia ella, dejándola aturdida.

—Pero…

—No te preocupes, nadie está programado para venir ahora de todos modos. Esta es una orden de tu líder. Descansa aquí por un momento.

—Sí, señorita. Haré lo que me diga.

Después de que Tanya se sentó, me acerqué a ella y le toqué con suavidad el estómago.

—Estoy muy emocionada de conocer a este niño.

—En efecto. Cuando nazca el niño, si lo permite… quiero que atiendan a sus hijos. —Acarició su estómago con una sonrisa suave.

—Esa es su propia elección —respondí con una sonrisa exasperada.

—¿Eso significa que me permites hacerlo? —Parecía haber una luz en sus ojos.

—Um… supongo que sí. No importa qué camino tome un hijo tuyo y de Dida, será confiable.

—Me siento honrada. Entonces entrenaré a mi hijo para su satisfacción. Por favor espérenlo. —Tenía una aura impresionante.

—Um, oh… —asentí con la cabeza.

Descansó un poco más y salió de la habitación.

◆ ◆ ◆

—Madre. —Mi hijo entró.

—Ah, Arphys.

Era mi hijo con Dean.

Aunque su cabello y ojos eran iguales a los míos, su rostro era un clon completo del de Dean.

—¿Qué pasa, Arphys, estás aquí solo?

Como en respuesta a mi pregunta, Dean entró con nuestra hija Luce en brazos. A diferencia de Arphys, su cabello y color de ojos eran los de Dean, pero se veía como yo.

—¿Cuántas veces te lo he dicho? No te limites a pasear por aquí.

—Bienvenida, Luce.

Le tendí la mano, se rió y se arrojó hacia mí, al mismo tiempo le di unas palmaditas a Arphys en la cabeza.

—Le gusta mucho este edificio.

—Sí, porque es genial.

—¿Es genial?

—Sí. Los funcionarios trabajan duro para su gente, y eso es genial. Puede que no sean superhéroes, pero dan todo lo que tienen para ser el héroe de alguien. ¿No es maravilloso?

Arphys era bastante maduro para su edad.

Al parecer, Dean también era un niño así. Quizás eran similares en ese sentido.

—Oh, querido. Entonces, ¿también quieres trabajar como ellos en el futuro?

—Sí.

Volví a palmear a Arphys en la cabeza.

—Estoy deseando que llegue ese día. Algún día, no solo los considerarás geniales. Entenderás el peso de este trabajo. No puedo esperar a ver qué haces al trabajar aquí.

—Sí. Tal vez decir esto ahora mismo no tenga mucho peso, pero algún día…

—No dije que no pudieras soñar. Estoy feliz por ti, de hecho. Todavía eres un niño.

Una luz brilló en los ojos de Arphys y  volvió a lucir como un niño.

—Los sueños de la infancia son especiales, porque tienen motivos ocultos. Solo pensar que algo es genial es increíble. Si quieres alcanzar tus sueños, tienes que trabajar duro. Aun si chocas contra la pared de la realidad, si sientes que este es tu camino a seguir, entonces debes continuar… o si encuentras algo mejor, entonces ve por ello. Incluso si eliges una ruta diferente, tu arduo trabajo en otra causa nunca lo traicionará.

—Bueno. Intentaré dar lo mejor de mí.

—Sin embargo, no trabajes demasiado. Si no puedes esperar a crecer, mamá se sentirá sola. Si puedes permanecer tan lindo como eres ahora por un poco más de tiempo, seré muy feliz.

Arphys y Dean hicieron muecas.

—Arphys, Dean… si quieres llamarme una madre idiota, por favor haganlo.

—N-no en absoluto. Estoy feliz, madre.

El comportamiento de Arphys en pánico y vergüenza cuando dijo que esto era suficiente para relajar a cualquiera.

Después de todo, mi hijo era el más lindo del mundo.

Dean tomó a Arphys en sus brazos.

—¿Qué tiene de malo ser un padre idiota? Yo también lo soy. Digamos que somos una familia de idiotas. No solo creo que mi esposa es sabia y gentil y la persona más adorable del mundo, también creo que mi propio hijo es el más lindo.

—Dean…

—Venga. No tenemos la oportunidad de tener un momento familiar íntimo con tanta frecuencia, ¿verdad?

—Qué buena sugerencia, cariño. El resto de mis documentos no son urgentes. Si me ayudas más tarde, podré pulirlos rápido. Disfrutemos algunas de las tartas de Mérida mientras nos relajamos.

Cada uno tomó a uno de nuestros hijos y comenzamos a caminar, con sonrisas felices en nuestros rostros.

5 respuestas a “El Sentido Común de la Hija del Duque – Capítulo 264: Conclusión”

  1. Toy muy feliz, me gustaria haber visto mas ecenas de amorsh sin restricción entre Iris y Dean ( osea de que una cita o la escena de su boda saber los sentimientos de Dean al verla de novia 🥰🥰🥰) pero aun asi es bien lindo ya esto

      1. pss pdt: imaginate que los hijos de Dida y Ryle luego se coqueten, jaja no puedo imaginar como Ryle se va aresignar de estar de consuegro con Dida 😂😂😂

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