Espada y Vestido – Prólogo

Traducido por Kiara

Editado por Shiro

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El Rey Demonio se burló, con su rostro medio golpeado y su cuerpo cubierto de sangre, lo que golpeó la mitad de su rostro fue mi mano derecha. Qué mala suerte. No sólo su cara habría salido malherida, su cuello debería haber sido cortado, si tan sólo mi espada sagrada no se hubiera roto.

—Para ser un simple humano, eres bastante impresionante.

—Para un monstruo que fue completamente golpeado por este simple humano, parece que todavía eres bastante terco, ¿eh?

—¡C… cállate!

Algunas partes del rostro del Rey Demonio enrojecieron, y su boca dejó escapar un sonido estrangulado. Si ustedes se preguntaban por qué mencioné “algunas partes”, es porque más de la mitad de su rostro está cubierto de moretones, lo que me impide distinguir las partes rojizas de las que están heridas.

—De todos modos, has sido atrapado por mí.

—Así es, pero… 

Me encogí de hombros. 

—¿Y qué?

La cara del Rey Demonio ya de por sí maltratada se arrugó aún más dolorosamente.

En resumen, la situación actual era así.

El líder de los Caballeros Sagrados, o sea yo, y el Rey Demonio, este tipo, luchamos hasta la muerte; tuve la oportunidad de ganar, pero, no pude lanzar el último golpe porque mi maldita espada sagrada se rompió y éste entonces aprovechó la oportunidad para cultivar enredaderas y así atar firmemente mis piernas.

De hecho, no podía mover mis piernas pero sí la parte superior de mi cuerpo. Si ese maldito Rey Demonio se acercara, podría estrangularlo y romperle el cuello. También aún tenía un escudo y la armadura sagrada para evitar ataques de largo alcance. Además, tenía una poderosa magia sagrada, por lo que sus ataques sólo se sentirían como cosquillas. 

El problema era que debería poder cortar las enredaderas con un movimiento si tan sólo tuviera mi espada, desafortunadamente éstas eran demasiado fuertes como para romperlas con las manos desnudas.

En otras palabras, eso significaba que los dos sólo podíamos sólo mirarnos impotentes. Sin tener idea de cómo atacar.

¿Debería lanzar el escudo?

—¡Hey! ¡Tú, chico! —lo llamé.

—¿Chico? Mi nombre…

—Olvídalo, tu nombre es demasiado largo como para recordarlo. De todos modos, no sólo alargues lo inevitable. ¡Tú decides! ¿Quieres huir o venir a mí para enfrentar tu muerte?

Las vides que me ataban, perderán poder y se dispersarán en cuanto ese Rey Demonio escape. De hecho, era una pena no poder llevar conmigo la cabeza de mi presa pero al menos mi misión principal, levantar la maldición del Príncipe Heredero, había terminado. Oh, ¡cierto! Santa espada… El Sumo Sacerdote definitivamente me regañará. Pero la espada sagrada se debilitó después de que destruyó la maldición, así que no era mi culpa.

El Rey Demonio se mordió los labios, se notaba por su expresión que había tomado una gran decisión. 

Hmm… Tengo un mal presentimiento.

—Si uso este hechizo, en los próximos cien años, mi maná… 

—Uhh, creo que no tienes que ser tan exagerado —dije molesta.

—¡Deja de interrumpirme! Como hombre, e incluso Caballero Sagrado, ¿dónde están tus modales?

—¡¿Me estás tomando el pelo?! Estoy a punto de matarte, ¿por qué debería pensar en mostrarte modales? 

Además, nunca he sido un hombre. Bueno, generalmente me malinterpretaban de vez en cuando… Ah, pero ¡espera! Quería aclarar este malentendido directamente, pero antes de poder hacerlo, el Rey Demonio continuó cantando su hechizo. Su expresión se tornó realmente sería, lo que me hizo decidir escucharlo sólo por esta vez. De todos modos, no podía detenerlo con mi situación actual. Si no me quedara otra opción, podría lanzar el escudo.

—Querida Diosa de la Espada. Este rey siente la desesperación atravesar lo más profundo de su cuerpo.

¿Realmente tiene que hablar así? ¿No siente la piel de gallina al escuchar sus propias palabras?

—Aunque este rey admite la derrota, para este rey es demasiado doloroso dejarte…

—¡Al punto! ¿No puedes decir lo que quieres sin tantos rodeos?

—¡Je!

—¿Qué? —le respondí con indiferencia mientras me movía un poco. No estaba viendo una representación teatral antigua, entonces, ¿cuál era su propósito al hablar así? 

El Rey Demonio jadeó y luego se aclaró la garganta un par de veces.

—El punto principal es que no puedo dejarte ir a salvo.

—¿Qué dices? ¿No me dejarás ir, pero quieres huir como cobarde?

—No… no lo soy. No huiré .

—Si no huyes, ¿quieres que los dos sigamos mirándonos y pasando el tiempo de esta manera?

—¡Ughh, sólo mira! ¡Haré que te arrepientas pronto!

¿Ahora sí debería lanzar el escudo? 

En el momento en que agarré fuertemente mi escudo con ambas manos, ese maldito Rey Demonio se dio cuenta rápidamente de lo que iba a hacer y se escondió ágilmente detrás de las ruinas.

Él entonces miró por encima de éstas, continuando su charla.

—Sé que no puedo dañar tu cuerpo, pero es diferente con tu alma.

—¿Qué…? 

¿Alma? ¡Ese bastardo…! 

Giré el escudo con movimientos amenazantes y el Rey Demonio rápidamente escondió su cabeza.

—¿Qué planeas hacer con mi alma?

—Como es natural, apenas puedo lastimarte porque has sido bendecido por el Sumo Sacerdote y tienes un fuerte poder sagrado, pero…

—¡¿No puedes hablar mientras muestras tu cabeza?!

—¡Sé que quieres tirar eso! —gritó. 

—Por supuesto que tengo que tirarlo, ¡maldita sea! 

Huh, esa maldita cabeza y cuerpo deberían haber estado separados si sólo la espada sagrada no estuviera rota. ¿Qué quería decir con mi alma? Como él lo dijo, he sido bendecido por el Sumo Sacerdote, por lo tanto, no sólo mi cuerpo sino también mi alma eran inmunes a las maldiciones. 

Además, mi poder sagrado era realmente poderoso. Sin embargo, aunque mi cuerpo, el cual a través de muchos entrenamientos se ha hecho fuerte con el tiempo, estaba protegido por armaduras no podía hacer lo mismo con mi alma. No podías usar una armadura en tu interior, ¿verdad?

—Entonces, ¿cuál es tu plan? 

Respondió mi pregunta usando la misma posición, la cual parecía la de una tortuga escondiendo su cabeza en su caparazón.

—Como Rey Demonio que soy, obtuve ciertos sacrificios humanos.

—¡Qué… bastardo! La ley de esclavitud fue abolida desde hace mucho tiempo,  pero ¿todavía tienes algunos humanos como sacrificios? ¡Esa era una vieja tradición!

—Dentro de uno de ellos, había una niña débil.

—¿Acabas de ignorar lo que estaba diciendo?

—¡Este rey extraerá su alma y la insertará en la espada de la diosa que no es otra que tú…!

El escudo que se desprendió de mis manos derribó las ruinas restantes con sonidos atronadores. Chasqueé la lengua con desaprobación. Aparentemente todavía faltaba. 

Una pila de piedras que solía ser parte del techo, se derrumbó en el suelo y dispersó un poco de humo de polvo pálido. En el medio, se podía ver que el Rey Demonio se había sorprendido y arrastrado temblando. 

—¡TÚ, TONTO HOMBRE! —gritó con el rostro aún más descolorido.

—¿Eres el idiota que quiere meterse con un alma humana normal y, sin embargo, me llamas tonto?

—¡De todos modos, planeo cambiar tu alma con el alma de esa débil chica! ¡No importa cuán poderoso seas como caballero sagrado, será imposible para ti usar la mitad de tu magia atrapado en el frágil cuerpo de una chica!

—¿Qué dijiste? ¡Maldito seas! Soy… !

—¡Me sacrificaré por la paz del mundo de los demonios!

Era un Rey Demonio, pero seguía hablando como si fuera un héroe que estaba a punto de morir defendiendo a su país. Entonces, ese maldito Rey Demonio rápidamente entonó el cántico de un hechizo en un grito antes de ser completamente envuelto por una oscuridad aterradora.

—¡Bastardo! ¡Siempre he sido una mujer!

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