Felicidades Emperatriz – Capítulo 13: Curiosa coincidencia


Era una tarde fría de primavera y Hua Jin estaba siendo arrastrada por Jiao Yue.

—Es el festival de la flor de melocotón, joven ama. Disfrutemos de ello—Suplicó Jiao Yue

El festival de la flor de melocotón, cada año, cuando las flores florecen, en el oeste de la Ciudad Gloria se celebra el festival al lado de un río, donde están plantados los árboles de duraznos. Todo el mundo puede participar, y quienes lo hacen, pueden remar en un barco con un hermoso paisaje alrededor. Justo en el medio del río, hay un montón de vendedores de comida flotante.

La mujeres de cada hogar preparan algunas delicias caseras y la distribuyen entre los interesados.

Los platos en que se sirven estas delicias tienen un nombre escrito en el. Lo usan, para que de esta manera, las parejas pueden coincidir, y tener ambos lo mismo.

La leyenda dice, que hay una diosa melocotón, quien se casó con un mortal, la verdad, es que es una historia bastante conocida. Por lo tanto, todos los años, las autoridades buscan el mejor melocotón y lo colocan en el farol mejor hecho, y dentro de este hay un documento de matrimonio.

A todo el mundo se le permite buscarlo, y a quien lo encuentra puede pedir matrimonio, si todo sale bien y es aceptado, las autoridades organizan y patrocinan el matrimonio.

Cuando escuchó la explicación de Jio Yue, Hua Jin en silencio no estuvo de acuerdo en ir. En esta época, incluso convertirse en un casamentero es difícil, ya que las autoridades a poco menos le quitan el empleo.

Después de haber alquilado un barco negro para navegar, Hua Jin se relajó mientras comía los manjares y bebía vino. Por otro lado, Jiao Yue y Chu Yun se estaban entusiasmando y mencionaron que el evento para buscar el farol sería interesante.

Hua Jin sentía que sus expresiones eran demasiado sobreexcitadas, bueno, después de todo, sabía que en sus ojos había más de lo que se veía a simple vista. Cuando llegó el anochecer, el evento había comenzado. Era una escena realmente espectacular.

Personas de diferentes edades, género y clases, estaban luchando mientras trataban de hacer un camino hacia los la orilla del río. Sin embargo, esta es incapaz de hacer que entren tantos barcos, como tal, hay personas que salen a bordo de su barco e inmediatamente salen otros. Incluso Hua Jin fue incapaz de evitar este desorden y accidentalmente se tropezó casi dos veces.

Cuando trató de salir de la zona de peligro, un barco muy decorado chocó contra su barco. Los barbáricos pasajeros estaban todos saliendo a la vez y comenzaron a empujarse los unos a los otros, incluyendo a Hua Jin.

Entre los pequeños espacios que había entre la gente, Hua Jin fue capaz de ver a la mente maestra detrás de este desorden y dando instrucciones a la distancia estaba… ¡¡HUA WAN!!

—Pedazo de… ¡mierda! —Hua Jin tenía ambas extremidades atrapadas y no podía escapar.

En ese momento sintió una gran fuerza empujándola, haciendo que eso le permitiera escapar de la multitud. Cuando recuperó la conciencia de repente se vio a sí misma en el aire.

Hua Jin es consciente de que no ha sido capaz de aprender cualquiera de las artes marciales y por eso no podría aterrizar con seguridad. Cuando bajó la mirada, se dio cuenta de que sus manos estaban aferradas a un farol de melocotón y sin pensarlo mucho, lo tiró. Ella esperaba ser capaz de agarrarse a un barco antes de que cayera.

—¡Bang!

Se sacudió el enorme barco adornado, Hua Jin puso una mano sobre su pecho, mientras que con la otra se aferraba a la barandilla. El dolor era tan intenso, al punto que casi grito de dolor.

¡Se acabó! ¡Se acabó! ¡TERMINADO! Finalmente, una vez más, tranquila.

Sin embargo, la desgracia no viene sola, siempre trae compañía. De la nada, apareció un gato negro y se abalanzó sobre la cabeza de Hua Jin y luego se subió encima de la mano con la que se sostenía al barco.

¡Maldito gato! ¡Si me caigo tú vienes conmigo! ¡No me importa quién de los dos muera!

Hua Jin, agarró al gato y cayeron juntos al río.

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