La chica que sostiene el anillo – Capítulo 36: El Asalto del demonio

Traducido por Rencov

Editado por Michi


La fuerza de cinco mil hombres de Noel partió del castillo de Evear y se dirigió primero a capturar a Rockbell. Luego tomarían la carretera de Kanan y apuntarían a Madress. Las fuerzas enemigas en las aldeas y puestos avanzados serían expulsadas por la promesa de no hacer daño a menos que se opusieran. Noel, su comandante, era increíblemente infame, por lo que la mayoría de ellos renunciaron a la resistencia. La última guerra había demostrado lo que le sucedió a los lores locales que se oponían a ella. No queriendo ser quemados vivos, enviaron rehenes como prueba de acatamiento. Las semillas que Riglette había plantado finalmente habían brotado.

Otros solo se unieron a su grupo, y Noel avanzó, aceptando a todos los voluntarios. Fue entonces cuando vio una cara nostálgica entre los recién llegados.

—Oh, si no es Mirut. ¿Qué haces en un lugar como este?

—Pensé que te encontraría si viniera. Los demás aldeanos y yo te estábamos esperando.

—Realmente ha pasado un tiempo. ¿Has estado bien?

Noel le dio a Mirut una palmada fuerte en la espalda que lo hizo tropezar. Había crecido en los últimos tres años, pero era más delgado que antes.

—La verdad no, ya que tuve que trabajar en las minas todo este tiempo. Hasta que fui liberado gracias al Ejército del Círculo Rojo.

Se le había ordenado a las aldeas del Norte de Coimbra que enviaran trabajadores si no podían pagar los duros impuestos, así pues los jóvenes fueron llevados a trabajar en las minas a pesar de que no había forma de que encontraran algo con facilidad, teniendo en cuenta que incluso Grohl había renunciado a ellas. Incontables vidas se habían perdido por el trabajo sin descanso y los derrumbes. Tampoco se podía obtener nada escapando, porque todas las aldeas habían caído en la pobreza. Era una bendición encontrarse bien de salud.

—Ya veo, es bueno que ya no tengas que trabajar.

—Sí, realmente lo es, aunque es bastante extraño ser salvado por el Ejército del Círculo Rojo. Puede que esté bien en confiar en Lord Elgar en vista de que no está saqueando como el anterior. Por eso pensamos que sería mejor unirnos.

Mirut tironeó la cuerda de su viejo arco con una expresión intrépida, rodeado de hombres que probablemente eran aldeanos de Zoim. Noel tuvo la vaga sensación de que los recordaba. Todavía había antiguos habitantes de la aldea en su Cuerpo: los que se habían negado a irse a casa después de la última guerra. Ellos fueron los que actuaron de manera de conjunta con el Bloque de la Hormiga Blanca, y se regocijaron por el regreso de su capitana. Habiendo practicado desesperadamente para convertirse en una banda militar, sus desempeños fueron de primera categoría.

Noel declaró su desaprobación:

—Ah, pero podrías morir, sabes. Si viniste aquí por capricho, creo que deberías volver. La muerte llega rápido.

Él lucía demasiado delgado para pelear, y ella no quería que Mirut muriera después de haber sido tan amable con ella en la aldea. Es por eso que le dijo que se detuviera.

—Si no hubieras venido, habría muerto en esa mina, así que tengo que pagar esa deuda. Vas a invadir el Sur, ¿verdad? En ese caso, necesitarás tantas manos como puedas. Por favor, déjame ayudarte.

El Ejército del Círculo Rojo ya había absorbido una gran cantidad de tales voluntarios cuando obtuvieron el control total sobre el Norte de Coimbra. Eran de una sola opinión: querer vengarse de aquellos que ahora fumaban perfumes dulces. Su odio hacia Wilm y Gaddis, los traidores de la guerra anterior, era particularmente intenso

—¿Qué hará Cal? No puedes dejarla sola.

—Ella está bien sola. Ella vive bien en el pueblo, incluso sin mí. Por cierto, todavía atesora ese libro ilustrado…

Noel lo cortó a la fuerza:

—¿Qué estás diciendo? No puedo permitir eso.

Vivir por tu cuenta era terriblemente solitario. Incluso con todos sus compañeros, Noel entendía eso. Solo pensar en regresar a su deambular soledoso la hacía sentir horrible, y estaba segura de que no podría soportarlo y que moriría.

—¡Pero yo!

—Todavía es solitario estar solo. Creo que Cal se ha vuelto más fuerte.

—Ya no somos niños. ¡No podemos estar juntos siempre!

—Entonces tráela contigo. Si trabajas duro, incluso obtendrás comida.

En respuesta al rechazo de Mirut, Noel decidió proponer una alternativa. La mantendría entretenida y evitaría que Cal se sintiera sola, por lo que realmente estaba matando a dos pájaros de un tiro.

—Ah, pero no puedo dejar que quede atrapada en la batalla…

—Está bien, está bien. Puedes correr si parece peligroso. Te dejaré ir si eso sucede, entonces, ¿cómo suena?

—Uh, eeeeeeh.

—Está bien si no te gusta. Está bien regresar y vivir felizmente con Cal. Creo que sería lo mejor.

—Lo entiendo… para ser honesto, estaba preocupado por dejarla sola. Volveré.

—Sí, eso es bueno. ¡Entonces podemos jugar juntos de nuevo! Además, estoy segura de que esta vez todo irá bien.

Noel se echó a reír y le tendió una mano a Mirut, quien la agarró con las manos llenas de cicatrices.

—Realmente no cambias, Noe- Capitana Noel. Sin embargo, has crecido.

—Ajaja, te has hecho viejo Mirut.

—Por favor, por lo menos di que me he vuelto un adulto…

♦♦♦

Después de un tiempo, Mirut regresó a Zoim y trajo a Cal de regreso. Con un poco de reflexión sobre qué hacer, se decidió que Cal podría ser la asistente de Riglette. Básicamente, estaría ocupada con los trabajos pequeños. Se aseguraron de que ella escuchara, para que pudiera sentirse mejor, a pesar de que los deberes de Riglette aumentaron ahora que tenía que entrenar a Cal. Noel pensó que a veces los problemas eran buenos, y no le dio importancia.

—Um, Noel… Riglette parece un poco enojada…

—Así es ella. Estarás bien una vez que te acostumbres. Ella es sorprendentemente divertida a veces, así que haz lo mejor que puedas, ¿entendido?

Noel le dio una palmada suave a Cal en el hombro. Mientras que Riglette hacía alarde de sus lentes y sobresaltaba una postura imponente con las manos en las caderas.

—No me importa si es una niñita inculta, o una pelirroja tonta, no van comer gratis. Trabaja duro para que no te mueras de hambre. En pocas palabras, odio la incompetencia.

—Suena interesante, ¿no?

—Ah… ajaja…

La primera risa que escuchó de Cal en mucho tiempo fue apretada. Si bien ella pensaba que todo era demasiado, Noel pensó que Cal se acostumbraría.

Aun así, los compañeros de Noel habían aumentado en número. Los cinco mil hombres que cooperaban con ella eran una verdadera pandilla heterogénea: los jóvenes de su isla de exilio, los ex piratas que una vez la habían atacado e incluso los soldados coimbranos que habían estado en la isla. Además de todo, ella todavía tenía el Bloque de la Hormiga Blanca, así como los subordinados de cuando había sido ascendida al comando de cien en Coimbra. En este momento, el Ejército del Círculo Rojo y los aldeanos de Zoim se estaban agregando a su número, y Kai felizmente les había enviado algo de la infantería ligera de Gemb con sus característicos cascos de ala ancha.

He reunido tantos compañeros, y mi mundo realmente se ha ampliado.

Noel había viajado a muchas provincias durante su tiempo en el exilio. Debido a que había traído prosperidad a la isla, los soldados que la vigilaban habían llegado a un acuerdo con ella, por lo que básicamente había sido libre de hacer lo que fuera. Siden había hecho arreglos para que ella visitara Gemb a través de Giv, y luego se moviera a través de Karmbeeth, por lo que había podido hablar con muchas personas diferentes. Cada provincia había estado sufriendo, y ella se había preocupado por pensar en cómo derribar a Amil. Como resultado, todos los virreyes cercanos a Siden habían comenzado a hacer planes para hacer uso de Noel. Ella solo había estado de acuerdo porque sabía que también estaría siguiendo los planes de Elgar. Noel no tenía la intención de ser un peón desechable, pero cooperaría y se convertiría en compañera de aquellos que la ayudaran a alcanzar sus objetivos. Además, Siden le había mostrado mucha amabilidad por la que sentía cierta gratitud. Por todo eso había decidido llevar a los soldados de la isla Willa a Elgar cuando Gemb atacó a Longstorm. Así era cómo podía pagarle a Siden por sus comodidades, así como proteger sus promesas que le hizo a Cynthia y a Elgar.

Siden parecía estar tramando algo más, pero no parecía ser particularmente malo, por lo que iba a dejarlo pasar. Ella sentía curiosidad por lo misterioso que Kai se había visto, pero no había podido obtener una respuesta de él, sin importar cuántas veces preguntara. Los gembitas no solo eran famosos por su valor, sino también por su obstinación a la muerte.

Mientras Noel pensaba en varias cosas, Cynthia se lanzó a un soliloquio oscuro a su lado:

—Pero aun así, lo que cambiará, cambiará. ¿Quién podría haber pensado que la gente odiaba al mayor Gene-, no, Wilm, lo suficiente como para apoyarnos tanto?

—Es simple. Cada vez que sucede algo malo, la gente querrá un chivo expiatorio, ¿no? Siempre que haya alguien a quien culpar, y no importa quién sea, habrá alguien a quien apedrear. Así son los humanos.

—Parece que has comenzado a decir cosas sabias —Cynthia asintió levemente—. Parece que no solo tu altura ha crecido, sino también tu carácter.

El pecho de Noel se hinchó de orgullo y se puso las gafas para enfatizar su inteligencia. Estas podrían duplicar sus poderes de persuasión.

—Bueno, después de todo, he estado estudiando durante estos últimos tres años; asuntos interesantes y molestos por igual. El equilibrio es importante en todas las cosas.

—Así es; incluso de los que entienden y los que aún no lo hacen.

—Para ponerlo simple, sería un problema si siempre estuviese soleado, así que he aguantado un poco esa lluvia detestable.

Había días soleados, días lluviosos y días nublados que no eran ninguno de los dos. Aunque estaría de buen humor si todos los días estuvieran llenos de sol, la tierra se secaría a su alrededor. Por el contrario, si la lluvia no disminuyera, los cultivos se pudrirán en el suelo. El equilibrio era la clave. En lo que respecta a Noel, la mezcla óptima era de siete partes de sol y tres partes de lluvia. Ella podía trabajar la tierra cuando salía el sol y quedarse en la cama todo el día cuando lloviera. Probablemente solo tomaría ese tiempo para enriquecer el suelo.

—Si bien eso es cierto, parece un poco dolorosamente obvio.

Cynthia esbozó una sonrisa amarga. Si algo tan obvio como esto no ocurriera, la tierra se volvería terriblemente seca. El problema era que la invasión a otro continente para acumular riquezas había destruido todo tipo de equilibrio. El mayor misterio de todo era cómo esto continuaba a pesar del conocimiento de lo que había sucedido en la expedición. Ella no podía comprenderlo, pero Riglette había dicho que era simplemente cómo era la gente, por lo que no se podía evitar.

—Bueno, eso es cierto, pero sabes, lo más sorprendente es cómo puedo soportar la lluvia.

Todavía se irritaría, pero ya no se notaba, o eso esperaba, pero los niños de la isla le habían dicho que su rostro se arrugaba con la lluvia. Ella trató de chasquear la lengua.

—No es tan impresionante, pero considerando que eres tú, puede que sí lo sea.

—Es todo gracias a los tres años en esa isla.

Después de su adecuada declaración, Noel se volvió para mirar inquieta a su alrededor.

—Oh cierto, ¿quieres ir a ver ese viejo y deteriorado fuerte? ¿Sigue ahí?

Por alguna razón, Noel quería visitar la fortaleza donde había conocido a Cynthia por primera vez, y sentía una curiosidad increíble sobre cómo le estaba yendo. No tenía tiempo que perder, pero no había forma de evitar su curiosidad.

—Probablemente todavía esté allí, pero no tenemos tiempo para ello. ¿Qué harías con esas ruinas en primer lugar?

Noel se tocó las gafas y le contó sinceramente sus planes:

—¿Explorarlo mientras me bañó en recuerdos? Estoy segura de que hay mucho que hacer.

La expresión de asombro de Cynthia era igual que antes. Era una cara que a Noel le gustaba. Era la cara de una interrupción intempestiva con la intención de entrenar a un cierto individuo problemático, y podía sentir algo de gentileza en su interior. Había pasado esos tres años aprendiendo cómo encontrar tal cosa.

—Como dije, no tenemos tiempo. Vamos a atacar a Rockbell. Intenta estar un poco más nerviosa…

En ese momento, un mensajero llegó a caballo.

—¡Sir Noel! ¡Las puertas de Rockbell se han abierto, y la ciudad se ha rendido! ¡Por favor entre a la ciudad como está!

—Sí, entendido. Que todos se enteren. Además, presta mucha atención a esas tropas de Madress. Y mantengan a Barbas en guardia, ¿de acuerdo? Lo dudo, pero podrían intentar hacer un ataque sorpresa.

—¡Entendido! —gritó el mensajero mientras giraba su caballo para dirigirse al Cuerpo de Barbas.

Sorprendida, Cynthia agarró a Noel.

—Espera, ¡¿qué es esto?! ¡Como si fueran rendirse sin siquiera cruzar espadas con nosotros una vez! ¡Y ese lord debería estar emparentado con Wilm!

Noel lo sabía, por supuesto. En una pelea seria, recibirían daños graves, es por eso que se habían rendido. Siempre había quienes se olvidaban de sus posiciones sociales y estatus frente a sus muertes. Riglette había sido la fuente de información sobre la personalidad de su pariente.

—Confié la materia de la negociación a Riglette. La dejé usar cualquier método para que se rindieran. Parece que todo salió bien.

—¿Si-sir Riglette lo hizo?

—Sí. Mientras estábamos en la isla, Riglette refinó aún más sus habilidades de chasqueo de lengua, pero eso no fue lo único que hizo, porque parece que se ha enseñado a sí misma a cómo intimidar a las personas. Ella agarra con todas sus fuerzas una vez que obtenga en sus manos la debilidad de alguien, por lo que incluso podrías decir que es aún más insidiosa que antes.

—Ya, ya veo…

Cynthia comenzó a retroceder sin disimulo, no quería estar demasiado cerca de Riglette que todavía estaba en su monólogo. Burlarse de ella era demasiado tentador, por lo que Noel no podía dejar pasar la oportunidad. Las reacciones que mostraba eran interesantes, por lo que se había convertido en un hábito. Pensando en eso, le recordó que ella había elogiado a Riglette una vez, diciendo que su perseverancia era la misma de siempre, pero que había comenzado a lucir un poco más malvada. La declaración había sido recibida con un chasquido de lengua.

—Me conocen como la demonio, ¿cierto? Entonces probablemente les dijo que si no se rendían, algo horrible sucedería, o alguna amenaza de ese estilo. Tienes que recordar mi infamia. ¿Acaso no es esto la “nobleza obliga”?

Siempre tomando su desquite con la gente, Riglette había continuado con su desagradable pasatiempo de promover la infamia de Noel en su destino gastando sus fondos en difundir historias sobre la valentía del demonio, así como historias horribles de sus hazañas en plena creencia de que esas semillas se convertirían en una cosecha resplandeciente. Noel misma estaba preocupada por eso, cansada de las constantes amenazas y el hecho de que los isleños de Willa la habían estado llamando demonio todo el tiempo. Parecía ser un término de cariño, pero eso no ayudaba mucho.

—Supongo que… sí.

—Bueno, si nos ahorra tiempo, realmente deberíamos evitar esfuerzos innecesarios.

Después de una risa, Noel dio una señal y comenzó a caminar en compañía de sus tropas; su objetivo: Rockbell. El interior probablemente aún estaría destruido dado que Wilm no tenía ni la voluntad ni la forma de repararlo.

—Me pregunto si seguirá destrozado por dentro.

—He oído que es así. Wilm se enfocó en la Operación la Luz del Amanecer. Usando a los pobres del norte como carne de cañón, gastó dinero y hombres en su apuesta continental. Los resultados son como puedes ver.

Era impensable intentar ese tipo de expedición, pero Noel pensó que quería intentar hablar con él. Tenía la sensación de que su mundo se expandiría. Fue entonces cuando recordó a Irvan que venía del otro continente, y pensó en tener una conversación con él, ya que parecía interesante.

—Pensé que podría hacerlo bien en la última guerra, pero parece que es mucho más difícil de lo que esperé.

—Si asciendes demasiado alto, recibirás una gran responsabilidad. Eso es lo que es un líder.

—Eso es cierto, pero una sola decisión afectaría a todos. Eso es realmente duro. Terminaría a cargo de muchas vidas.

—Esas no son las palabras de un líder militar. Los soldados se sentirán incómodos, así que por favor detente ahí.

Cynthia empujó suavemente su cabeza, y Noel una vez más sintió nostalgia.

—¡Ajaja, eso es verdad!

—Aaaah…

—Pero si lo hago grande, tendré muchos compañeros, ¿verdad? Eso sería súper divertido, así que creo que apuntaré alto después de todo. Quiero ascender aún más alto.

Noel sacó su trompeta y mostró cuánto más hábil se había vuelto. La música del día fue: la Marcha del Cuerpo de Noel. No solo se unieron los soldados de la isla Willa, después de haberla practicado innumerables veces, sino que también se unieron las tropas coimbranas con las que se habían unido en algún momento. Incluso Noel se sorprendió, y al final todos marcharon mientras cantaban. Sin embargo, el toque de corneta de Riglette era el mismo de siempre. El estandarte de los martillos gemelos voló con orgullo cuando Noel entró en la ciudad caída de Rockbell.

♦♦♦

Apenas cinco días después de que los informes de la caída del Norte de Coimbra hubieran llegado al Castillo de Madress, llegaron los informes de la caída de Rockbell, supuestamente el último muro de defensa antes de Madress misma.

—¡¿Y pensar que se hacen llamar soldados de Coimbra después de rendirse sin luchar?! ¿¡Son mujeres!?

—Virrey, es el Sur de Coimbra ahora —Perius escupió palabras amargas—. Y ya habíamos enviado nuestras mejores tropas al continente. Pese a que tenemos números, todos son nuevos reclutas. Aún no se les ha inculcado orgullo militar.

Wilm le dirigió una mirada furiosa. La razón por la que había hecho uso de Perius, aunque sabía que lo odiaba, se debía a su popularidad entre los funcionarios civiles y plebeyos. Asimismo, sabía que un hombre tan recto como él nunca lo traicionaría, y porque no tenía el lujo de poder matar a hombres capaces.

—Entonces notifique a los desertores que recibirán un duro castigo. ¡No me importa si tengo que matar a sus esposas e hijos para dar el ejemplo! ¡Si no detenemos esto, el ejército caerá!

—El Lord de Rockbell es uno de sus parientes. Apenas puedo imaginar que se rindió sin luchar. Si desea castigar a los hombres, sus funcionarios designados no podrán escapar de la responsabilidad. ¿Aún así tiene la intención de hacerlo?

—Hmph…

Wilm no pudo encontrar las palabras para responder. No había sido otro que él mismo quien había designado a ese hombre. El conde Barel Ludwig había muerto a manos de la primera rebelión. Wilm había colocado a su hijo Leue en el ejército y nombrado familiares para controlar todas las ciudades de los alrededores para solidificar su posición. Él esperaba que no se rebelaran si todos compartían una posición similar, pero sus expectativas habían sido traicionadas con bastante facilidad. Nunca pensó que se doblegarían tan fácilmente para salvar sus propias vidas.

—De cualquier manera, a este ritmo no podremos defender cada fuerte y ciudad. Retiremos a Leue de la defensa de la carretera. Sería mejor para él quedarse en el castillo.

—¿Desea esperar los refuerzos aquí? Endurezca la defensa antes de que lleguen los rebeldes —aconsejó Perius.

Era una estrategia cobarde, pero un ataque tenía demasiados riesgos. Los únicos comandantes en los que Wilm podía confiar eran Leue y él mismo. Naturalmente, le era impensable salir y dejar a Madress indefensa. Todo lo que podía hacer era esperar.

Las promociones de oficiales militares y civiles deberían reforzar la provincia a través del fortalecimiento de los soldados. Pensar que hemos perdido el punto principal de la gobernanza. ¿Cuánto tiempo han estado nublados mis ojos?

Wilm ciertamente había estado pensando en el futuro de la provincia antes de haber traicionado a Grohl. En verdad, había querido ayudar a la gente y enriquecer su hogar, pero las ambiciones que surgieron en él se habían apoderado y solo había trabajado para promoverlos solos. Nunca había pensado en la gente desde que Amil se había convertido en el emperador.

—Pero… ¿podemos evitar que avancen más? —preguntó Wilm.

—Sí. Por fortuna, Madress no quedó atrapada en la guerra anterior, por lo que las defensas siguen siendo sólidas. Podemos durar bastante tiempo siempre que sigamos abastecidos por mar. Incluso existe la posibilidad de que el ejército rebelde se disuelva solo con el tiempo.

—Muy bien, entonces esperaremos en el castillo. Solicite refuerzos a Bahar y suministros a Ribeldam. Si son reacios, ¡dígale que serán los siguientes!

—Entendido.

Con una breve respuesta, Perius se giró para irse, y Wilm lo llamó al verle retirarse.

—Espere, Perius. ¿No desea unirse al Ejército del Círculo Rojo?

—¿Qué quiere decir?

—¡No se haga el tonto! El hijo del finado Grohl los dirige, y estoy seguro de que le ha jurado lealtad a Grohl. ¿Por qué sigue aquí?

Incluso sus parientes lo habían traicionado y se habían rendido. Él había matado a Grohl, así que no había forma de que Perius perdonara su usurpación. Wilm no creía que él fuera del tipo que traicionara, pero las semillas de la duda habían sido sembradas en su alma. Es por eso que busqué confirmación.

—No puedo aceptar cambiar las cosas a través de la fuerza militar. Forzar la justicia de uno con violencia es el camino del mundo, pero ¿no se extiende más infierno… ahora más que nunca? Por eso no llevo una espada, y eso no va a cambiar, sin importar quién sea el oponente.

Los pensamientos de Perius serían incomprensibles para otros líderes, pero era un hombre que probablemente reprendería a un emperador, incluso si esto provocara su muerte.

—Entiendo…

—No obstante, deseo poder tomar su cabeza y entregársela al joven señor, por irracional que sea. Lo siento mucho, pero por favor no pregunte eso de nuevo. Podría quedar atrapado en mis emociones e intentar algo imprudente.

—Uh… oh, está bien.

Wilm desvió la mirada, incapaz de soportar la cara de odio de Perius.

Esto no debería haber sucedido. Las cosas salieron muy bien al principio, pero ¿cómo pudieron haber llegado a esto? ¿Dónde me equivoqué?

La expedición a la que Wilm había apostado parecía prometedora al inicio. Habían traído bienes y gemas, incluso personas, y el comercio se había abierto con una nueva provincia. Cuando la gente comenzó a regresar, la economía comenzó a crecer en el Sur de Coimbra. Él había traído consigo el bien para la gente, y todos reconocieron que era más digno para gobernar que Grohl. Entonces todo cambió en un instante. Los avances en el continente se detuvieron a medida que la superioridad numérica disminuyó, y como para el colmo de los males, la situación cambió de tal manera que el dinero y los hombres enviados en la expedición claramente no iban a regresar. Si alguien intentara detener esto ahora, Amil se enfurecería y emprendería acciones por su cuenta aún más. Al haber ganado su posición por la fuerza, Wilm no podía oponerse a nada. Gaddis lo tuvo peor en el norte, solicitando refuerzos todos los días. Wilm no tenía el lujo de poder apoyarlo, por lo que lo había ignorado todo, invitando al estado actual de las cosas.

El Ejército del Círculo Rojo surge ante el mal gobierno y toma a Rockbell… ¿podría repetirse la historia?

La muerte de Grohl pasó en la mente de Wilm: una muerte en desespero en medio del desprecio de la gente y sus soldados, después de haber sido traicionado por su asesor más confiable. Por alguna razón, se encontró imaginando su propia situación en la de Grohl. Según los informes de sus hombres, el líder de la fuerza era Noel Bosheit, que portaba el estandarte de los martillos gemelos. En algún momento ella había escapado de la isla Willa y se había unido a Elgar, probablemente habiendo matado a Riglette; no es que le molestara. No tenía simpatía por esa chica.

—Ella fue inútil hasta el final. Ni siquiera pudo hacer el trabajo de observar a alguien bien. Aun así, esa Noel… ¿cuánto más quiere meterse en mi camino? ¡Debería haber acabado con ella cuando tuve la oportunidad!

A Wilm nunca le había gustado Noel, pero había sido completamente manipulado como un muñeco pues pensaba que ella no era más que una niñita con algunas habilidades marciales. Por eso había sido capaz de lidiar con ella usando solo acusaciones falsas. Ella no debería haber sido tanto de un problema, pero todo lo que él había hecho fue prolongar el conflicto. Y ahora ella vino por él. Wilm fue golpeado por una inquietud indescriptible.

—¡Ah!

Sintiendo algo detrás de él, se dio la vuelta. Naturalmente, no había nada allí, pero podía sentir una presencia; alguna pequeña alma negra, como si hubiera visto la imagen residual de un niño corriendo para ponerse a cubierto.

—¡Que tonto! Ja, yo soy el hombre que gobierna Coimbra. No me enfrento a nada más que al hijo de Grohl al frente del Ejército del Círculo Rojo y a una niñata a la que ya he derrotado. No hay forma de que pueda perder. Cualquier fuerza reunida sobre la marcha de esa manera será muy frágil. ¡Encontrarán su fin en mi mano!

Wilm levantó la voz para asegurarse de escucharla, porque si no podía, su mente permanecería inquieta.

En cualquier caso, tengo refuerzos en camino, y defender a Madress no debería ser muy difícil. No importa cuántas veces ataque el enemigo. Todo esto está bien dentro de mi capacidad.

Él había acordado recibir de Bahar a Bartheck, uno de los vasallos valiosos y confiables de Amil,  que había heredado los vagones de guerra del actual primer ministro Mills. Se les había confiado el cuidado de su provincia vecina con su velocidad, y sin duda ya habían oído hablar de la rebelión. Por lo que no había necesidad de enviar un mensajero, así que todo lo que quedaba era prepararse. Wilm podía confiar en él para tomar buenas decisiones, puesto que también era un militar experimentado.

En Madress en este momento tiene cinco mil hombres para defenderla, y la fuerza de defensa de la carretera de Leue también contaba con cinco mil hombres. Reunir a todos los soldados de los alrededores probablemente podría dar a Wilm veinte mil hombres. Los informes indicaban que el Ejército del Círculo Rojo tenía unos diez mil hombres. La tierra que rodeaba el castillo iba a sufrir daños, pero la desgracia de Wilm era inevitable. Él debería haber iniciado una purga para frenar la rebelión, incluso si eso significaba chocar con Gaddis. Después de todo, los muertos no hablan.

Elgar, mocoso… has estado avanzando sin ninguna dificultad hasta ahora. Yo, Wilm, te enseñaré que no puedes ganar una guerra solo con fuerza de voluntad. ¡Entonces te enviaré a saludar a tu padre en el infierno!

Wilm golpeó el suelo con su bastón de mando como si sacudiera la furia que hervía en su interior.


Este es el bastón de mando:

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