La Legión del Unicornio – Prólogo: Los problemas de la Reina Amelian

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné


La Reina Amelian Gracia se encontraba sentada en el gran trono, con unos reposabrazos que eran casi tan grandes como ella, preocupada.

La corona de su padre, el difunto Rey Allen Gracia, era demasiado grande para su pequeña contextura, si se movía lo más mínimo, esta se caería. Ya había pasado un mes desde la coronación, pero todavía no podían pagarle a alguien para que la ajustara, ya que todos los herreros en la ciudad se encontraban ocupados forjando nuevas armas.

Se habían duplicado los patrullajes por la ciudad, pero eso aún no era suficiente para darle a los nobles sentido de seguridad alguno. Si no hubiese sido por algún tipo de protección divina o suerte milagrosa, hace un mes, la Capital de Oro hubiese sido capturada por una armada rebelde diez veces más grande.

Ahora estaba pagando por esa suerte.

La cuestión más importante era la reorganización del poder político. Después de esa batalla, un tercio de los cargos y las tierras quedaron vacías.

Las tierras obtenidas por el líder de la facción rebelde, el Archiduque Crane, fueron repartidas entre aquellos nobles con algún tipo de hazaña durante la guerra, y entre aquellos que por último se habían unido al lado ganador. Había sido bueno que el bastardo hubiese escalado lo suficientemente alto, había sido tan avaricioso en vida que ahora había suficiente para satisfacer a todos.

En cuanto a los cargos políticos, eso era un poco más difícil. Los señores insinuaban que a ellos o a sus hijos no les importaría ayudar con las responsabilidades del estado, pero ¿quién sabía si otro Archiduque Crane emergía de entre ellos?

Después de eso venían los títulos de caballero, títulos que normalmente venían con una o dos aldeas remotas, dados a los comandantes de humilde cuna y a aquellos que tuvieran algún logro. De ahora en más, serían elevados de su clase social original, convirtiéndose en caballeros respetados.

La mayoría de ellos probablemente no podrían leer ni una sola palabra.

Por último, el oro del tesoro dado a los que no se destacaron ni lograron nada de gran mención, pero aún vivían para contar la historia. Incluso si se trataba de la Capital de Oro, no había quedado mucho sobrante después de una guerra civil de tal magnitud.

El Duque Lesting, el ministro de Finanzas encargado de reconstruir los costos después de la guerra, estaba a punto de volverse loco. Durante estos últimos días, durante las reuniones, Gracia sentía que este miraba a su corona y su collar con ojos de lobo.

Las ceremonias de premiación se habían estado llevando a cabo durante un mes, todas la cosas con al menos una pizca de valor ya habían sido dadas.

Aparte de la recompensa tradicional, aquellos con desempeños ejemplares también podrían pedir un favor extra de la corona. Naturalmente, podía prohibirlo, pero rechazar demasiados afectaría su imagen, haciendo que la Reina pareciera demasiado tacaña.

En lo que llevaba de mes, había rechazado quince propuestas de matrimonio, cinco de las cuales eran de campesinos sin título. ¿La frase “pasarse de la raya” no existía en sus diccionarios?

Otros ocho querían enviar a sus herederos al palacio como candidatos a príncipe consorte (como amantes también estaba bien), cuatro querían los derechos para ajustar los impuestos de sus tierras, tres que querían el puesto de Capitán de la Guardia Real, etcétera, etcétera. Después de negociar con ellos aceptaron propuestas alternativas, felizmente volvieron a su beber y alegre hacer, dejando a la Reina sola y con dolor de cabeza.

Ahora sólo quedaba una persona. Pensar en eso hizo que Gracia se sintiera muy feliz, pero también un poco incómoda. No había nada más que dar. Si quisiera mil monedas de oro, sólo podría escribir un pagaré.

Este hombre, los registros decían que su nombre era Ellen, sin apellido. El nombre dejó a Gracia con una fuerte impresión.

Este era el hombre que hace un mes, liderando un pequeño grupo de mercenarios,y  después de pasar la mitad de la noche guiandolos alrededor con correa como perros en un paseo, eliminó al grupo de exploradores de élite enviados por la facción rebelde. Además, obtuvieron un montón de información de aquellos que sobrevivieron.

Esto hizo que el Archiduque Crane vacilase, el ataque se retrasó durante dos días completos, dando a la Capital algo de espacio para respirar. Suficiente para aguantar hasta que llegaran refuerzos. Si fuera un noble, esto garantizaría una promoción de por lo menos dos rangos, y aunque no fuera así, valía el título de Vizconde.

Este hombre cuyo rostro estaba cubierto por una capucha, era el recién nombrado Vizconde del Valle de Soloris, el cual se trataba de una quebrada remota. El nombre significaba “Valle tranquilo”, pero probablemente era más apropiado llamarlo el Valle de nada, había incluso algunos rebeldes rezagados [1] acampando por allí.

Se arrodilló ante ella con la cabeza gacha. La capucha mantenía parte de su rostro en las sombras, sólo su nariz recta y su fina boca se podían ver claramente. Su barbilla era lisa, sin barba, tal vez era joven. Al oír que podía hacer una petición, el Vizconde habló puro dialecto común de Sistar [2], sin una pizca de acento.

—Su Majestad, tengo una petición. Podría ser un poco abrupto, pero espero que pueda concederla. Después de todo, históricamente…

Las cejas de la Reina se crisparon, con su boca curvada hacia abajo casi imperceptiblemente. Aquí está, la decimosexta propuesta de matrimonio. 

El matrimonio de la primera Reina de Sistar con un plebeyo era una leyenda imperecedera [3] que había sido transmitida en la historia, pero los idiotas que felizmente continuaban relatando la leyenda, nunca sabrían que el plebeyo era realmente un príncipe bastardo, y la primera Reina era el fruto de una aventura adúltera [4] entre la Reina y un guardia, no la hija del Rey. Fue un acuerdo secreto para mantener la línea de sangre y el poder, eso era todo.

Su mente vagó durante un rato, por lo que cuando volvió a sus sentidos, ya se había perdido la primera parte de la narración. Así que la Reina asintió con la cabeza como si hubiera estado escuchando e interrumpió su discurso.

—Entonces, ¿cuál es tu petición?

—Por favor, rehabilite la institución de la Legión del Unicornio.

Gracia pensó por un momento, antes de que la frase Legión del Unicornio viniera a ella desde un recóndito rincón de su memoria.

La Legión del Unicornio era una unidad independiente certificada por el Rey Fundador. Su propósito era… viajar por el reino y proteger el sustento de los ciudadanos de la interferencia de las criaturas mágicas. En la mayoría de los casos, estas criaturas mágicas se referían a Dragones, Medusas y Vampiros, aquellos seres con poderes sobrenaturales tan fuertes que los ejércitos normales no tenían oportunidad de enfrentárseles.

El problema era que, dentro de las criaturas mágicas, incluso los Gnomos más pequeños e inofensivos, habían estado desaparecidos de este reino durante más de doscientos años.

Si el que hiciera tal solicitud no se había vuelto loco al leer demasiadas historias de la Era Legendaria, entonces…

La Reina miró al nuevo Vizconde, que levantó la cabeza justo a tiempo para mirarla con calma. No parecía loco, no importaba cómo lo mirases.

Si hubiera algún tipo de engaño envuelto, entonces tendría que ver con los derechos especiales permitidos a la legión. A pesar de que la Legión del Unicornio no era apoyada económicamente por el Reino, fue una de las organizaciones, en un pequeño número, con Derechos de Reclutamiento de Primera Clase.

Los Derechos de Reclutamiento de Clase Superior, significaban que tenían el poder de reclutar a alguien en sus tropas sin importar sus deseos, sólo en tiempos de guerra esto podría ser especialmente permitido por el Rey.

Los Derechos de Reclutamiento de Primera Clase significaban que, mientras el recluta estuviera dispuesto, estos podían ser incorporados y nadie podía interferir aparte del Rey. Esto implicaba que la organización podía reclutar a cualquiera. Por ejemplo, un bandido con sentencia de muerte, un hereje [5] a punto de ser quemado en la hoguera por el Papa o un criminal buscado, todos estos podrían sobornar a la Legión para escapar de una sentencia de muerte. Por lo tanto, sólo los grupos que estaban constantemente al borde de la vida y la muerte podrían tener este poder.

Sin duda, cuando las criaturas mágicas todavía vagaban por el reino, la Legión del Unicornio se ajustaba a todos estos requisitos. Pero ahora…

Los ojos de la Reina se volvieron afilados, pero el joven llamado Ellen no hizo ningún movimiento, por el contrario, se refirió a sus preocupaciones.

—Respecto a las limitaciones de los derechos de reclutamiento, puede excluir a los rebeldes y traidores, puede añadir eso a los documentos. Todo lo demás también puede ser determinado por usted. Lo que quiero… es un recuerdo del pasado.

El joven se puso de pie y se quitó poco a poco la capucha.

La Reina oyó las exclamaciones de los guardias a su alrededor, ella misma también contenía su aliento en estado de shock. Todos los ojos en la sala de audiencias estaban clavados en el nuevo noble.

Tenía cabello dorado pálido, ojos verdes y un par de largas y delgadas orejas, no pertenecientes a ningún humano. Un símbolo de los elfos que hacía largo tiempo habían desaparecido de este continente.

El elfo recibió estas miradas con aplomo [6], como si no fuera diferente de ninguno de ellos.

—Vizconde —dijo la Reina después de un rato con su voz calmada como siempre—. Haré que la secretaría general prepare todos los documentos necesarios. Que la victoria esté siempre con vos.

El elfo se acercó elegantemente para besarle la mano.

La Reina contempló al señor que estaba medio arrodillado ante ella, inevitablemente, un pensamiento de pesar entró en su corazón.

Un hombre tan hermoso… Y no propuso matrimonio.


[1] Un rezagado es alguien que se ha quedado atrás en una marcha.

[2] La frase es:  西斯塔爾語. “西斯塔爾” es el nombre del reino en el que se encuentran, no se ha hecho ninguna mención de otros reinos aparte de éste. Pero creo que el continente se llama diferente. Así que debería haber otros reinos dispersos alrededor.

[3] Con imperecedera se refiere a que tiene una duración ilimitada. Es eterna.

[4] Un adúltero es una persona casada que mantiene relaciones sexuales con alguien que no es su espos@.

[5] Hereje también puede ser clasificado alguien que le ha faltado el respeto a Dios y a la religión.

[6] Aplomo es la seguridad y serenidad con la que una persona actúa.

Una respuesta en “La Legión del Unicornio – Prólogo: Los problemas de la Reina Amelian”

  1. 😱😱😱😱😱😨😨😨😂😂😂😂😂😂😆😆😂😂😂 cuando un hombre guapo no pide matrimonio como recompensa solo hay 3 posibles razones: 1 es gay. 2 esta enamorado o tiene amante o 3 no le interesa el matrimonio o tener una pareja.

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