La Tierra está en línea – Capítulo 60: Bai Ruoyao, te quemarás vivo

Traducido por Shisai

Editado por Meli


—Tu nombre me resulta familiar. —El joven, se acercó al pequeño con una sonrisa—. Fu Wensheng… ¿Fú Wensheng? ¿Fù Wensheng? ¿Cómo pronuncias Fu? —comentó repitiendo el nombre con distintos tonos, probando distintos posibles caracteres.

—¿Eso es importante? —El niño preguntó con calma.

—¿Importante? Es muy importante. Tu nombre… ¡ah!, lo recuerdo. —Aplaudió de forma exagerada, con los ojos ligeramente entrecerrados—. ¿Cómo se llamaba el primer polizón que atacó la torre? Zhao Zhao, ¿te acuerdas? —Se giró para mirar a Tang Mo—. Es el que arrastró a todos al juego de ataque a la torre. ¿Cómo se llama?

—No lo recuerdo —Tang Mo respondió fríamente.

—Sí, se llama Fu Wenduo. —se contestó a sí mismo—. Se parece. ¿Cuál es tu relación? Con tu edad, ¿eres… el hijo de ese polizón?

Se acercó al niño, su sonrisa era burlona. Miraba con cautela al niño, con ojos peligrosos y traicioneros como los de una serpiente.

—No lo conozco. —El más pequeño respondió con decisión—. Hace dos meses, el polizón me arrastró al juego y casi muero. Lo odio. A ustedes les debió pasar lo mismo, ¿no? Si tuviera una relación con él, ¿porque diría de forma abierta mi nombre que es similar al suyo y los dejaría dudar de mí?

Había algo de verdad en las palabras de Fu Wensheng.

Todos los jugadores en China maldijeron al polizón que los arrastró al juego. En «Ataque», Luo Fengcheng no les dijo que el «Señor Fu», era Fu Wenduo porque pensó que si anunciaba su identidad, alguien sin cerebro como Jack iría a buscar pelea y sería golpeado por el Mayor.

Si Fu Wensheng estaba emparentado con él, era algo que debería ocultar, por sí actuaban contra él.

El joven lo miró por un momento antes de reírse.

—Tal vez estés utilizando la psicología inversa. Si una persona normal tuviera una relación con el polizón, no se lo diría a los demás y trataría de ocultarlo. Ya que lo has dicho de forma tan obvia, ¿por qué deberíamos dudar de ti?

—Por favor, solo créeme. Fu Wensheng es mi verdadero nombre. Se parece un poco al de ese otro, pero no tengo nada que ver con él —se defendió con seriedad—. Te digo mi verdadero nombre porque quiero que me crean. No puedo vencerlos y pueden matarme en cualquier momento. Quiero vivir, eso es todo.

Tang Mo miró la actuación madura y digna del niño. El joven también lo miró significativamente.

Pronto, las tres personas parecieron olvidar la conversación y volvieron al tema original.

—Esta flor de la luna es igual a la nuestra y el pasillo tiene el mismo aspecto que los otros dos. —Tang Mo volvió a colocar la tapa de cristal y miró la sangre oscura del suelo—. Lo único diferente es este charco de sangre.

—Por lo que he adivinado, había tres jugadores en este pasillo. Al igual que nosotros, su misión era encontrar la flor de la luna a la que le gusta mentir. A la hora de elegir qué camino tomar, debieron luchar. Tal vez ninguno quería ir primero. —explicó el niño.

El chico llamado Fu Wensheng (no necesariamente su nombre real) intentó con todas sus fuerzas unirse al grupo. Era el método que contenía la mayor posibilidad de supervivencia.

Tang Mo continuó diciendo:

—Suponiendo que los tres jugadores usarán la fuerza, el primer jugador que entrara en la trampa debería estar muerto.

—Los dos jugadores restantes pensaron que el otro camino era el correcto. Se descuidaron y murieron en el pozo sin fondo. —El chico acotó. Miró a los dos adultos como si de repente recordara algo. Luego se quedó pensando mientras miraba la figura verde sobre sus cabezas.

—¿Qué estás mirando pequeño Sheng Sheng? —preguntó el sonriente joven.

Fu Wensheng no reaccionó al ver que el joven le llamaba de repente con un apodo tan desagradable e íntimo. Se congeló por un momento antes de caminar hacia Tang Mo.

—Hermano… Hermano Zhao, acabo de pensar que la figura sobre mi cabeza es roja y la tuya es verde. Entonces, las personas de este pasillo, ¿no tendrán una figura de diferente color? Por ejemplo…

—De color púrpura. —Tang Mo infirió.

El niño asintió con fuerza.

—Yo también creo que son de color púrpura. Parece que has estado en ese dormitorio.

Tang Mo no lo negó.

—Entonces, desde el principio, algo en este castillo sugería qué tipo de personas nos encontraríamos a continuación… —El chico pensó en voz alta.

Después de entrar en el Castillo de Joyas de la Reina de Corazones, Tang Mo recibió la misión de encontrar el invernadero de cristal. Para encontrarlo, pasó por muchas habitaciones y pasillos. Una de ellas era un dormitorio. En ese dormitorio, vio un jarrón con tres plumas. Una roja, otra verde y la última morada.

Las plumas estaban teñidas de colores tan extraños que podía recordarlas.

Miró la figura roja sobre la cabeza del niño y la figura verde sobre la cabeza del joven.

—Parece que dentro del castillo hay muchas pistas ocultas. Deberíamos pensar en las pistas que vimos antes. Tal vez sean útiles para completar la misión principal. ¿Has visto alguna otra pista? —Tang Mo miró al niño.

El niño pensó por un momento.

—Vi una escultura de serpiente muy extraña. Estaba en una enorme habitación, pero la escultura ocupaba dos tercios del espacio. Al ser demasiado grande, su cuerpo estaba doblado y se mordía la cola. El agua salía de su boca y recorría un camino oscuro. No sé a dónde iba.

Tang Mo frunció el ceño.

—¿Una serpiente gigante mordiéndose la cola?

—¿Jörmungandr? —Se oyó la voz del joven y Tang Mo y el niño lo miraron. Estaba apoyado en un lado y los miraba a los dos—. ¿No has oído el mito nórdico? El segundo hijo de Loki, una serpiente gigante que simboliza el mal y que se llama Jörmungandr. Causó el Ragnarok y fue asesinado por Thor. Thor, ya sabes… el del martillo, no puedes tomar mi martillo. Ja, ja, ja…

La sonrisa del joven era muy extraña y su broma no tenía ninguna gracia. Su risa exagerada resonó en el corredor. Se rió un rato antes de descubrir que los otros dos lo miraban sin comprender. Se encogió de hombros y se apoyó en la pared, tarareando su propia y terrible canción.

Tang Mo dibujó toscamente una imagen de la fuente en forma de serpiente en su corazón. Por el momento, no era una pista útil. ¿Quizás la fuente insinuaba los medios de ataque de los guardias? ¿O bien, indicaba el camino correcto para salir del corredor?

En comparación con la enorme serpiente que se comía la cola, Tang Mo creía que era más probable que las extrañas líneas del brasero fueran el mapa correcto para salir del Corredor de Gemas.

Los tres examinaron de nuevo el corredor, determinaron que no había pistas y se marcharon.

El triángulo tenía tres corredores unidos, pertenecientes a los equipos verde, rojo y púrpura. Tang Mo sabía que su suerte era siempre muy escasa. Si tuviera que elegir un camino, seleccionaría el más difícil. Si le dejaban elegir por qué pasillo salir, era probable que hubiera problemas. Sin embargo, no podía dar al joven con cara de niño la oportunidad de hablar.

—Elige un camino —el ex bibliotecario dijo mirando al más pequeño.

—¿Yo…? —preguntó sorprendido.

—Hay tres pasillos con tres puertas. Puedes elegir uno —respondió Tang Mo.

El joven sonrió mientras observaba la escena.

El niño pensó por un momento.

—El equipo púrpura no tiene a nadie y resulta que somos tres jugadores. Formemos un nuevo equipo y salgamos por el pasillo púrpura.

No se planteó ninguna objeción y caminaron hasta el final del corredor púrpura. Tang Mo se volvió para mirar al joven.

—Señor Bruce, haga su truco favorito —comentó mientras veía en dirección al pomo de la puerta.

La sonrisa del joven se endureció antes de volverse aún más brillante. Miró a Tang Mo antes de caminar hacia la puerta y abrirla de una patada.

Cautelosos, los tres sujetaron sus armas y comprobaron que no había peligro. Tang Mo salió primero, seguido por el joven y el niño. Una vez que vieron la escena detrás de la puerta, incluso el siempre sonriente joven mostró un momento de asombro.

Después del brillante pasillo a la luz de la luna, vieron un mundo aún más magnífico.

Era como una piedra preciosa. El techo era de topacio azul, las paredes de un cristal rojo brillante y el suelo era de ámbar anaranjado. Zafiros como el mar estaban suspendidos sobre la cabeza de cada jugador. El azul claro, las paredes rojas y el suelo amarillo reflejaban sus caras.

El suelo de ámbar anaranjado parecía demasiado liso, como si pudiesen resbalar en él. Tang Mo pisó el suelo y comprobó que la fricción era muy alta. No afectaba en absoluto al caminar.

—La fricción aquí parece no tener nada que ver con la gema en sí. Este es el verdadero Corredor de Gemas —dijo Tang Mo antes de darse la vuelta rápidamente—. La puerta no se cerró sola. Esto significa que podemos probar los otros dos corredores.

Se dirigieron a los otros dos corredores y abrieron la puerta del final, también conducían a largos y estrechos pasillos de gemas. Después de presenciar la belleza que los humanos no podían alcanzar, Tang Mo ya no se sorprendió.

—Cuando entramos en este corredor, abrimos una puerta en una habitación. Ahora esa habitación ha desaparecido. Se ha convertido en el Corredor de Gemas. Parece que solo podemos elegir entrar en uno de estos tres corredores —analizó.

Las tres personas volvieron al primer pasillo, cruzaron la puerta de madera y salieron.

No había necesidad de luz al caminar. Las gemas parecían brillar, el resplandor provenía de su interior, cada una no era deslumbrante, pero una vez que miles de gemas se juntaban, todo el corredor brillaba como si fuera de día.

Caminando por el Corredor de Gemas, fue la primera vez que Tang Mo sintió que estaba jugando un juego.

El lugar era tan hermoso como un cuento de hadas.

Las tres personas caminaron durante medio minuto antes de llegar a una bifurcación.

El joven se rió.

—Hay 999 bifurcaciones en el Corredor de Gemas. ¿Nos encontramos con una tan rápido?

Tang Mo lo miró en silencio y llegó a una conclusión: las reglas del juego del joven también mencionan que el Corredor de Gemas tenía 999 bifurcaciones.

—¿Qué camino debemos elegir? —preguntó Tang Mo al niño.

Había dos caminos que parecían exactamente iguales. Uno apuntaba a la izquierda y el otro a la derecha.

La frente del pequeño estaba cubierta de sudor mientras se enfrentaba a la elección. No dijo nada mientras sus ojos se movían entre la izquierda y la derecha.

—¿Me vas a dejar elegir de nuevo? —Miró a Tang Mo.

—Tengo muy mala suerte. Si me dejas elegir, hay un 80% de posibilidades de que haya un problema —explicó con calma.

—Si tu suerte no es muy buena, entonces deberíamos elegir la dirección opuesta a la tuya. Elijas lo que elijas, iremos al otro lado —interrumpió el joven.

Tang Mo lo miró.

—Incluso si eliges la dirección opuesta, podría haber un problema porque esto todavía está relacionado con mi elección.

No tenía ninguna esperanza de contrarrestar su mala suerte. A veces se preguntaba si había hecho algo malo como para conseguir aquel libro de habilidades baratas. No podía dejar que otras personas experimentaran su mala suerte.

El joven sonrió. Abrió la boca y pareció querer decir algo, al final habló:

—De todas formas no aceptarás mi elección…

El derecho a elegir volvió a ser del niño.

Los adultos lo miraron fijamente. El pequeño se quedó en silencio durante mucho tiempo antes de señalar a la izquierda.

—Elijo este lado.

—Entonces iremos por aquí. —Tang Mo respondió con calma y se dirigió al pasillo de la izquierda con el niño.

—Oye, ¿no vas a pedir mi opinión? ¿Y si no quiero ir por la izquierda? —se quejó el joven.

—Entonces ve a la derecha —respondió Tang Mo sin voltear la cabeza.

El joven se quedó sin palabras y eligió seguirlos. Tang Mo parecía confiar plenamente en la elección del chico mientras avanzaba, pero su mano se aferraba con fuerza al mango de su sombrilla.

La tercera regla del juego: En cada callejón sin salida, hay dos guardias de la Reina de Corazones patrullando.

Si se trataba de un callejón sin salida, se encontrarían con los guardias de la Reina de Corazones. En este juego de la torre, Tang Mo solo conocía a dos personajes importantes: la Reina de Corazones y sus guardias. No hacía falta decir que la primera era sin duda la gran jefa del juego, pero los segundos no debían ser subestimados. Aparecían en las reglas del juego para advertir a los jugadores que eligieran el camino correcto. Entonces deberían tener cierta fuerza.

Sin embargo, tal vez fuese porque la suerte del chico era muy buena o a que su índice de precisión era bastante alto, ya que caminaron durante medio minuto antes de encontrarse con otra bifurcación.

Los tres hombres se sintieron aliviados por un instante, al no haberse equivocado. Aun así, volvieron a ponerse nerviosos.

Tang Mo miró al niño y este se quedó callado.

Era una elección importante. Cada vez que se decidía por un pasillo, sentía que estaba consumiendo su vida. Fu Wensheng empezó a dudar si debía ir con esas dos personas. Si elegía el camino equivocado, quizás se volverían contra él. Pero bajo la presión directa de Tang Mo, tuvo que tomar una decisión.

—Lado izquierdo…

Tang Mo y el niño caminaron hacia la izquierda, el joven los siguió lentamente.

La siguiente vez, el pequeño eligió la derecha.

Pasaron cinco cruces. Era como si el niño estuviera poseído por la diosa de la suerte, ya que seguía eligiendo el camino correcto. Cada vez que las tres personas entraban en la bifurcación, estaban atentas a los ataques furtivos y avanzaban a la mayor velocidad posible. La torre negra había anunciado: «se dice» que los humanos pasan más de tres horas en el Corredor de Gemas no podrán salir.

No era una regla formal del juego, pero Tang Mo no se atrevió a tomarlo a la ligera. Las tres horas, debían tener algún significado. Lo más probable es que no pudieran salir una vez que pasara ese tiempo.

Una vez que pasaron con éxito la séptima bifurcación y llegaron a la octava, los ojos de Tang Mo se abrieron de par en par con sorpresa, el niño y el joven también mostraron cierta conmoción.

Había tres pasillos idénticos frente a ellos.

Tang Mo fue el primero en reaccionar. Dio un paso adelante y tocó la entrada de los tres corredores, luego giró la cabeza.

—Realmente hay tres pasillos. Ahora hay tres opciones… ¿Cuál debemos elegir? —Miró al pequeño.

La segunda regla del juego: Debe haber al menos un camino en cada bifurcación. Si es la dirección equivocada, será un callejón sin salida.

Tang Mo comprendió ahora lo que significaba esta regla. ¿Quién dijo que la bifurcación debía ser de dos caminos y no de tres o cuatro? Uno de ellos sería un callejón sin salida que llevaría a dos guardias. O tal vez dos caminos eran callejones sin salida y solo uno era el correcto.

El niño se sintió presionado y respiró profundamente para calmarse.

—El de la izquierda… —Eligió, dudando de su decisión—. No sé si estoy eligiendo el camino correcto. Cuando había dos caminos, uno de ellos era un callejón sin salida y el otro era el camino correcto. Si elijo el correcto, seguiremos avanzando y no habrá ningún error. Me temo que… aquí hay un callejón sin salida y dos correctos. Hermano Zhao, ¿entiendes lo que quiero decir?

Tang Mo lo observó en silencio durante mucho tiempo antes de decir:

—Ya que has elegido el camino de la izquierda, iremos por ahí.

—¡Hermano Zhao!

El ex bibliotecario no le contestó y caminó por el camino más a la izquierda.

El joven lo observaba con interés. Después de ver a Tang Mo alejarse, se inclinó hacia el niño ansioso y susurró:

—¿Por qué estás ansioso? Te está ignorando, lo que significa que ha pensado en el problema. Él no tiene prisa, así que, ¿por qué te preocupas? ¿No está bien que vivas?

La expresión en el rostro del pequeño cambió. Miró al auto proclamado Bruce Wayne y éste le mostró una sonrisa maliciosa. Luego metió las manos en el bolsillo y siguió rápidamente a Tang Mo.

Fu Wenshen también lo siguió. A lo largo del camino, pensó que Tang Mo haría algo especial para grabar su ruta. Sin embargo, se limitó a caminar hacia adelante como siempre. No hizo ninguna marca y su rostro estaba tranquilo. Era como si no se hubiera dado cuenta de las múltiples bifurcaciones, de lo que significaba y del peligro que se escondía. Miró la espalda de Tang Mo durante mucho tiempo y dudó, sin hablar.

Pero pronto no tuvo espacio para pensar en ello. Cuando llegaron al final del pasillo, el joven acababa de dar un paso adelante cuando de repente retrocedió. Tang Mo también reaccionó en un instante. Una lanza afilada se dirigía hacia él. Se movió hacia un lado mientras abría su pequeña sombrilla.

Una lanza oscura surgió de la nada. Un guardia humanoide con cuerpo de naipe y una lanza en sus manos salió del aire. Era la carta J. Los naipes vieron que Tang Mo esquivaba su ataque y giraron sus armas hacia él, clavándolas en el aire.

Tang Mo leyó rápidamente el hechizo y abrió la pequeña sombrilla para bloquear el golpe. Recibió el ataque y cayó tres pasos hacia atrás antes de estabilizar su cuerpo.

Al otro lado, el joven había sacado una daga y estabilizó su figura.

Los naipes eran altos y poderosos. Cuando agitaban sus lanzas, apenas tenían técnica. Se limitaban a clavarlas y a levantarlas hacia arriba. Pero eran demasiado duras y afiladas, su fuerza suponía una amenaza para los dos adultos. Los ojos de Tang Mo se contrajeron al ver una oportunidad después de que la lanza apuñalase. Cerró la pequeña sombrilla y la punta atravesó el centro del naipe.

Se produjo un sonido metálico al chocar.

Los ojos de Tang Mo se abrieron de par en par. Pisó el muro de piedras preciosas, girando en el aire mientras gritaba:

—¡Cuidado!

El joven también se teletransportó detrás del otro guardia a una velocidad que no se podía seguir a simple vista. Llevó la daga en la mano izquierda y sonrió a la carta.

—Que te vaya bien. —Su daga apuñaló al guardia, pero solo salieron chispas, no había rastro de que el naipe estuviera dañado.

La cara del joven cambió de repente. Saltó con agilidad y escapó de la lanza del guardia.

Se volvió para mirar a Tang Mo.

—¡Corre! —gritaron al unísono.

Se giraron y corrieron hacia atrás. Tang Mo cogió al niño con un brazo y se lo echó a la espalda. La velocidad de los guardias aumentó al ver que las tres personas huían. Los persiguieron, sin tener éxito.

En el momento en que salieron del pasillo, los movimientos de los dos guardias se detuvieron. Se quedaron allí, girando mecánicamente la cabeza antes de volver al fondo del pasillo. Sus pasos hicieron que el suelo retumbara y que todo el pasillo temblara.

Cuando vio que los dos guardias ya no los perseguían, Tang Mo dejó al niño en el suelo y miró al de apellido Yao.

—Esos dos guardias no tienen habilidades de lucha, sus movimientos y velocidad no son rápidos. Pero son demasiado duros. No pude hacer ninguna herida en sus cuerpos. ¿Tú lo conseguiste?

—No —respondió el joven.

Tang Mo tomó aire.

—Los guardias de la Reina de Corazones son estos naipes. Tal vez ella también sea un naipe. De todos modos, no podemos vencerlos. Están escondidos en el aire, así que aparecerán de repente cuando lleguemos al final del pasillo. Sus ataques son furtivos y no podemos protegernos de ellos. Esta vez hemos tenido suerte. No nos han bloqueado el camino de vuelta. —Hizo una pausa antes de mirar al niño—. Elige otro camino.

—¿Aún quieres dejarme elegir un camino?

Tang Mo asintió.

—Elige tú, quedan dos caminos.

El pequeño apretó los dedos antes de señalar el del medio.

—Este.

—De acuerdo.

Las tres personas entraron en el camino del medio.

No tenían demasiado tiempo para analizar a los guardias que acababan de conocer porque tenían un límite de tiempo. En tres horas, debían abandonar el Corredor de Gemas o nunca podrían salir y serían convertidos en estatuas.

Esta vez, el camino del medio fue el correcto y los tres llegaron a otra bifurcación con dos caminos. El niño eligió la izquierda y los tres entraron.

Por el camino, Tang Mo no dijo nada. Miraba al suelo mientras tenía pensamientos desconocidos.

El tiempo pasó y ninguno supo con exactitud cuántos pasillos recorrieron y cuántas bifurcaciones encontraron. Hallaron un callejón sin salida treinta y seis veces. Una vez que se topaban con un camino equivocado, los dos adultos se retiraban a gran velocidad. El pequeño era muy astuto, la primera vez no estaba preparado, pero desde entonces, se quedaba detrás para no agobiarlos. En el momento en que se encontraran con el peligro, él sería el primero en darse la vuelta y huir.

Pero finalmente, se encontraron con dos guardias que intentaron una emboscada. Uno apareció frente a Tang Mo y el joven, mientras que otro guardia apareció detrás del niño, rodeando a los tres.

Tang Mo se vio obligado a utilizar «Succionar energía desde lejos como un tigre», para alejar a los dos guardias. Un camino se abrió delante de las tres personas y rápidamente aprovecharon la oportunidad para escapar de la trampa tendida por los dos inteligentes naipes.

Después de escapar, el joven miró a Tang Mo.

—Una vez más, ¿un accesorio? ¿O es una habilidad?

El ex bibliotecario lo miró fijo, mientras el otro seguía sonriendo.

—Es un accesorio —respondió con calma.

El joven hizo un sonido significativo y miró al niño.

—Elige otro camino.

Allí, un guardia se coló detrás del chico y no pudo confiar en los dos adultos. Sacó un arma de algún lugar y la utilizó para resistir contra el guardia. Los jugadores que pudieron entrar en el juego de ataque a la torre no serían ordinarios. Fu Wensheng parecía estar a la defensiva pero su arma disparó una terrible bala de fuego, golpeando al guardia en la frente. Aunque no pudo dañar a la carta, la hizo retroceder varios pasos y le ganó tiempo a los otros dos.

—El extremo derecho —El chico eligió.

—Bien, iremos por aquí… —asintió Tang Mo

—No iré. —La voz del autoproclamado Bruce Wayne sonó, haciendo que lo miraran.

El joven alto y delgado estaba apoyado en la pared de piedras preciosas rojas, con una sonrisa repugnante en su rostro. Señaló el pasillo equivocado por el que acababan de pasar las tres personas y dijo:

—Has visto a esos dos guardias. Son mucho más poderosos que los anteriores. Los guardias tienen una fuerza diferente. Si elegimos el camino equivocado, es probable que los que encontremos sean cada vez más poderosos. Por lo tanto… no confío en él. No iré por ese camino. —El joven se rió—. Parece que lo he dicho antes. Um… ¿Todos me llaman Afortunado Bruce? Zhao Zhao, ¿quieres venir conmigo?

Los ojos de Tang Mo lo observaban con curiosidad. Estaba tan tranquilo que no podía seguir sonriendo.

—¿Por qué elegir el medio? —preguntó el exbibliotecario.

—Me gusta. —El joven volvió a sonreír. —¿A dónde vas a ir?

—Caminaré con él por la derecha.

El de rostro infantil extendió sus manos pero no trató de pararlo.

Las tres personas se dividieron. Uno caminó hacia la entrada del pasillo del medio y los otros dos fueron hacia el pasillo de la derecha. El niño dudó mientras miraba al joven y éste le hizo un gesto con la mano. El chico miró inmediatamente hacia otro lado y decidió seguir a Tang Mo.

—¿Entonces, nos separaremos aquí? —exclamó el joven con pesar.

Tang Mo lo miró fríamente y no habló. La sonrisa del joven se volvió más brillante.

—Sigues siendo muy interesante. Espero volver a verte en el futuro. —Suspiró y se dirigió al pasillo central.

—¿Tienes que ir al pasillo del medio?

El joven hizo una pausa y se volvió para ver a Tang Mo, luego sonrió.

—¿Decidiste ir conmigo?

—Nosotros dos iremos por el pasillo de la derecha y tú irás por el del medio. Si eliges el correcto, eso es todo. Si eliges el equivocado, te encontrarás con dos guardias más poderosos e inteligentes que los del pasillo de la izquierda… Señor Bruce, sus posibilidades de escapar son menores al 50%. Con nosotros, aunque se equivoque de pasillo, hay más posibilidades de escapar de los guardias y tendrá más posibilidades de sobrevivir.

—Entonces, adiós —se despidió y entró en el pasillo.

Puso sus manos en sus bolsillos y caminó mientras tarareaba. Entonces escuchó el sonido de pasos detrás de él. Cantó su canción desafinada y se giró.

En el espléndido Corredor de Gemas, vio a un joven apuesto y a un niño pequeño entrando en el corredor. No pudo evitar soltar una carcajada.

—Zhao Zhao, ¿quieres ir conmigo otra vez?

Tang Mo se quedó mirando su rostro durante mucho tiempo. Sentía que el joven le devolvía la mirada deliberadamente. Este pensó que algo era extraño e iba a romper el silencio cuando el ex bibliotecario sonrió mientras decía:

—Nos encontramos de nuevo, señor Bruce. He pensado en ello y tres personas son mejores que dos. Aunque hayas elegido el camino equivocado, al menos los tres tenemos más posibilidades de sobrevivir. Así que vayamos juntos.

El joven resopló y no contestó. Siguió tarareando mientras avanzaba.

Esta vez, el pasillo del medio estaba bien.

Las tres personas caminaron durante medio minuto antes de llegar a una bifurcación. Esta vez había cuatro caminos y el niño miró a Tang Mo con pánico, éste dirigía su mirada al joven no a él.

—No creí que adivinara, señor Bruce.

—He dicho que siempre he tenido suerte.

—Entonces, ¿no es mejor que tú decidas dónde ir esta vez? —Tang Mo mencionó.

El joven suspiró con alivio. Sus ojos se entrecerraron mientras miraba al otro.

—¿Me dejarás decidir?

—Si no quieres, podemos dejar que el niño siga eligiendo el camino. Ambos son muy afortunados en comparación conmigo. No hay ningún problema sea cual sea la persona que elija. Fu… —Cambió sus palabras—. Niño, ¿qué camino elegirás?

El niño no pensó que tendría que elegir al final.

—El de la derecha…

El joven se rió.

—Yo también elijo el de la derecha.

—Los dos eligieron el mismo por casualidad. Entonces iremos a la derecha.

El ex bibliotecario y el pequeño caminaron juntos mientras el joven caminaba a un lado. Parecía acostumbrado a que sus compañeros estuvieran en guardia contra él. Caminaba con tranquilidad, viendo a Tang Mo de vez en cuando. Sintió vagamente que había algo mal, así que lo observó con cuidado de pies a cabeza. Luego retiró la mirada.

No había ninguna anormalidad, a lo sumo… ¿no era un poco mejor la actitud de Tang Mo hacia él?

Pero el joven fue ignorado. Tang Mo le preguntó al pequeño a dónde ir, sin tenerlo en cuenta. Solo cuando había muchos caminos se «dignaba» a pedir la opinión del joven. Cada vez que le preguntaba por qué camino ir, su sonrisa se volvía más brillante, como si hubiera visto algo interesante.

Las tres personas caminaron durante más de dos horas. Finalmente, se detuvieron frente a una bifurcación con siete caminos.

—De hecho, desde la primera vez que nos encontramos con tres caminos, sabíamos que este juego no nos dejaría ir tan a la ligera. —expuso Tang Mo y observó con calma los siete corredores idénticos—. Hay un límite de tiempo de tres horas y 999 bifurcaciones en el Corredor de Gemas. En promedio, tardamos treinta segundos en ir de una bifurcación a otra. Tres horas son diez mil ochocientos segundos. Si no perdemos ni un segundo, podemos recorrer hasta 360 bifurcaciones.

—Sí, lo sé desde el principio. Lo más importante son los múltiples caminos. —El niño estuvo de acuerdo.

Hace más de dos horas, el pequeño quiso recordarle a Tang Moo ese problema.

—La regla de la torre negra decía que cada bifurcación debía tener al menos un callejón sin salida. Incluso si está mal, podemos volver atrás y tomar el camino correcto. Pero en el caso de que haya múltiples opciones, suponiendo que solo haya un camino con guardias, es demasiado fácil que elijamos el camino equivocado. Si vamos por un camino, puede que sea correcto al principio. Sin embargo, al final, es probable que todos los caminos sean callejones sin salida. —Levantó la vista—. La torre negra no ha dicho que deba haber un camino correcto en cada bifurcación.

Tang Mo miró a este niño tranquilo y racional y continuó:

—Sí. Puede que alguno se encuentre con una bifurcación en la que todas las opciones sean callejones sin salida. Es porque hemos tomado el camino equivocado hace mucho tiempo. En una de las bifurcaciones, elegimos un camino aparentemente correcto, pero en realidad era el equivocado. Tomar este camino hará que nos encontremos con un callejón sin salida tarde o temprano. Es como un laberinto. Un camino breve y sin obstáculos no significa que vaya a conectar con el final. Es posible que pase mucho tiempo antes de que descubramos que está conectado a un callejón sin salida.

El joven levantó las manos.

—Entonces, ¿de qué sirve esto ahora?

Tang Mo lo miró.

—Por supuesto que es útil. En primer lugar, no podemos terminar 999 intersecciones en términos de tiempo. En segundo lugar, existe la posibilidad de tomar el camino equivocado infinitamente. Y mientras vayamos por el camino equivocado, nos encontraremos con guardias. La fuerza de los guardias aumenta gradualmente, por lo que tarde o temprano nos matarán. En este caso, no veo cómo salir del corredor. Nadie debería poder salir.

El rostro del joven estaba confuso.

—Pero alguien salió. ¿No dijeron los dos cuervos que una niña salió del Corredor de Gemas?

En la primera misión secundaria, Tang Mo, el joven y la jugadora habían escuchado a dos cuervos charlando. Dijeron que una niña había salido del Corredor de Gemas y que era la única que lo había hecho.

—Sí, lo sé. —Tang Mo sonrió débilmente—. Entonces debe haber una forma de salir de este corredor.

El joven comenzó a reir.

El pequeño también se dio cuenta de lo que estaba pasando.

—¿Has encontrado la ruta correcta?

—¿Aún recuerdas la escultura en la fuente? —Tang Mo le preguntó al pequeño—. No es Jörmungandr ni ningún otro personaje mítico. Es una serpiente comiéndose la cola, es… el infinito.

El joven pareció entender. Los ojos del pequeño se abrieron lentamente y, después de un largo rato, gritó:

—El infinito, el anillo de Möbius, ¿siempre hay una sola superficie?

—Sí. Tú la viste y yo vi unas extrañas líneas curvas. Siempre sentí que esas curvas me resultaban un poco familiares, pero no podía recordar cómo. ¿Cuál era el punto común? No fue hasta que entendí que la escultura de la serpiente gigante es un símbolo de infinito con una conexión de extremo a extremo que me di cuenta de que significaba el anillo de Möbius. —Tang Mo respondió.

En el siglo XIX, el matemático Möbius descubrió que un trozo de papel volteado 180 grados y pegado de extremo a extremo era un anillo mágico. Este anillo tenía una sola superficie y se podía usar un bolígrafo para dibujar una línea en el anillo. En cualquier caso, esta línea volvería al origen y formaría un círculo cerrado. Este descubrimiento se lo llamó anillo de Möbius.

—Las líneas en el brasero son en su mayoría figuras cerradas. En algunas curvas retorcidas, había incluso símbolos de infinito directamente ocultos. No me había dado cuenta. —explicó Tang Mo.

Tal vez el equipo púrpura había visto otras pistas, pero no sobrevivieron para compartirlas con el trío. Por lo tanto, fue hasta ahora que Tang Mo se dio cuenta de que las dos primeras misiones secundarias, aparentemente sencillas, eran en realidad pistas para que los jugadores supieran cómo salir del Corredor de Gemas.

El Corredor de Gemas era un anillo de Möbius.

Aunque pasaran por 999 bifurcaciones y recorrieran cada una de ellas, nunca podrían escapar. Porque estaba conectado de extremo a extremo.

Después de entender esto, el niño volvió a decir:

—Pero aunque sepamos esto, ¿cómo nos ayuda a salir?

Tang Mo lo miró y en su visión periférica, vio que el joven también estaba muy interesado.

—¿Has visto Alicia en el País de las Maravillas? —preguntó con calma.

Se trataba de un libro infantil muy famoso que se había convertido en muchas películas y programas de televisión. El niño asintió.

—También hay una Reina de Corazones y una niña llamada Alicia. En esa novela, la Reina de Corazones le dijo algo a Alicia que luego dio lugar a una conocida teoría del conocimiento —explicó.

El chico era apenas un adolescente y nunca había oído hablar de ninguna teoría del conocimiento relacionada con Alicia en el País de las Maravillas.

El joven abrió de repente la boca.

—La teoría de la Reina de Corazones.

Tang Mo le miró.

—Sí, la Reina de Corazones le dijo a Alicia que por mucho que se esfuerce, no necesariamente avanzará y se detendrá en el mismo lugar. Alicia contestó que en su mundo, mientras corras en una dirección durante un tiempo, seguro que avanzarás. Sin embargo, la Reina de Corazones le dijo que en el País de las Maravillas tendría que correr al doble de velocidad para avanzar. La teoría de la Reina de Corazones era que el esfuerzo no tenía por qué provocar el progreso. Solo cuando el esfuerzo alcanzaba un determinado nivel y suponía una innovación radical, era posible cambiar el status quo.

—Correr a cierta velocidad y quedarse en el sitio, sin poder salir… —El niño pensó un momento antes de darse cuenta—. ¿Qué es el doble de velocidad?

¿Cuál era la innovación y el cambio radical?

Tang Mo cogió la pequeña sombrilla y apuntó con la punta del paraguas a la brillante pared de rubí. Sonrió.

—Golpear la pared.

Un minuto después, se oyó un sonido ensordecedor y apareció un agujero del tamaño de un puño en la pared de rubí. Tang Mo, el joven y el niño aceleraron. Este agujero se hizo cada vez más grande hasta que una persona pudo pasar sin problemas.

Las tres personas salieron del agujero por turnos, pareciendo perros que se arrastraban sin importar su postura. Tras salir del agujero, se levantaron inmediatamente y observaron a su alrededor.

—¿Por qué seguimos aquí? —El niño exclamó.

Era el pasillo por el que habían salido, el que pertenecía al equipo púrpura.

El trío se acercó y encontró una mancha negra en el suelo.

—Este es el corredor por el que salimos al principio. Entonces no salimos del Corredor de Gemas… —La voz del niño se detuvo y miró hacia atrás.

Los tres observaron con sorpresa que el agujero que habían hecho había desaparecido al igual que el Corredor de Gemas. Se volvieron para mirar hacia adelante.

En el lugar donde se había colocado la flor de la luna, el alto muro había sido sustituido por una puerta alta y robusta. Todo estaba en silencio, como si la puerta esperara que alguien la empujara para abrirla.

—Este es el dormitorio de la reina —expresó el niño.

—Sí, es el dormitorio de la reina. —Tang Mo afirmó con una sonrisa.

Habían salido.

El Castillo de Joyas de la Reina de Corazones era un lugar donde el espacio estaba desordenado. El Corredor de Gemas era una trampa de principio a fin. No había ningún sentido en las 999 bifurcaciones. Los guardias al final de los callejones sin salida no tenían ningún significado. Si querían salir del Corredor de Gemas, no necesitaban elegir el camino correcto ni derrotar a los guardias. Tenían que romper el Anillo de Möbius, realizar la teoría de la Reina de Corazones y hacer un cambio importante.

Cuando el muro se rompió, Tang Mo le había devuelto la flor de la luna al niño. Esto se debía a que la cuarta regla del juego decía que solo aquellos que tuvieran la flor de la luna podían salir del Corredor de Gemas.

Cada uno tenía una flor de la luna en sus manos.

—Vayamos a su dormitorio —dijo Tang Mo.

El niño asintió y lo siguió. La voz del joven se oyó detrás ellos:

—Entonces solo tenemos que poner la flor de la luna en el jarrón y el Corredor de Gemas se cerrará para siempre. —Mientras hablaba, siguió a las dos personas—. Ah, ¿el juego va a terminar pronto? Es muy aburrido, quiero jugar un poco más. ¿Deberíamos volver al Corredor de Gemas un rato? Tenemos tres horas de todos modos.

Tang Mo lo miró fríamente.

—Si quieres seguir jugando, ve y haz un agujero por tu cuenta.

El joven extendió sus manos, con una sonrisa aún en su rostro.

Los tres caminaron hacia el dormitorio de la reina y el pequeño dijo:

—Tengan cuidado. Quizá haya una trampa en el dormitorio o quizá la Reina de Corazones…

Una afilada daga pasó volando por delante de los ojos del ex bibliotecario, casi rozando sus pestañas, y se estrelló contra la pared. Había reaccionado muy rápido para evitarlo, pero otro cuchillo plateado voló frente a sus ojos. El ataque furtivo llegó de repente y el niño aún no había reaccionado. Tang Mo apenas lo esquivó dos veces y su cuerpo estaba inestable.

El joven con cara de niño sonreía mientras sus dedos movían con habilidad una navaja mariposa de plata. La afilada hoja rozaba sus dedos, atacando sin cesar a Tang Mo. Este seguía cayendo hacia atrás y finalmente se apoyó en el suelo con una mano.

El joven aprovechó la oportunidad para intentar arrebatarle la flor de la luna de la mano.

Todo sucedió muy rápido. El niño solo vio al joven agarrando el tallo de la flor de la luna de Tang Mo, pero este utilizó una mano como soporte para mantenerse erguido mientras su otra mano agarraba con firmeza el arma del joven, impidiéndole robar la flor.

La sonrisa del joven desapareció y lo miró con asombro.

La palma de Tang Mo se giró y en ella apareció un fósforo gigante. Apuntó la cabeza de la cerilla roja al brazo derecho del joven y lo golpeó con fuerza, al tiempo que de su manga salía fuego.

Las llamas que subieron hasta 1535℃ encendieron la cerilla así como el brazo derecho del joven.

Tang Mo agitó el fósforo y dibujó un arco perfecto en el aire. Después de que la cerilla rozara el suelo, las llamas se disiparon pero la cabeza quedó negra. Al otro lado, el joven retrocedió tres pasos. Miró a Tang Mo.

—¡Tú…! —gritó antes de pisar el suelo vacío, se sujetó de los pantalones de Tang Mo.

Un pozo negro sin fondo apareció en medio del pasillo. Era igual al que hace tres horas había caído la jugadora. Pero el joven era más fuerte que la mujer. Se agarró con una mano mientras su otro brazo ardía. No sintió ningún dolor mientras empezaba a subir sin ayuda.

En ese momento, Tang Mo golpeó el fósforo contra el suelo. Miró al joven que estaba a punto de subir y sonrió.

—Gracias a ti, ahora conozco el verdadero efecto de la cerilla. Solo una temperatura superior a 1500℃ puede encender esta cerilla y una vez que quema algo, las llamas nunca se apagarán. —El joven dejó de tirar de sus pantalones y se lo quedó mirando—. Si te cortas el brazo ahora, todavía puedes vivir. Si no… Bai Ruoyao, te quemarás vivo con él.

Los ojos de Bai Ruoyao se abrieron de par en par mientras veía a Tang Mo. Las llamas seguían ardiendo, como si imprimiera a esta persona en su corazón. Al momento siguiente, no sonrió. No dudó en soltar la mano que sujetaba los pantalones de Tang Mo y blandió el cuchillo de plata, cortando su ardiente brazo derecho.

El joven cayó en el pozo sin fondo.

—Zhao, estoy deseando que llegue nuestro próximo encuentro. No debes volver a encontrarte conmigo… —Su voz risueña se extendió desde el pozo sin fondo y resonó en el pasillo.

Al mismo tiempo, se escuchó en el pasillo una crujiente voz de niño.

¡Ding, dong! El jugador oficial del Distrito 7 de China, Bai Ruoyao, y el jugador oficial del Distrito 6 de China, Fu Wensheng, han superado con éxito el primer piso de la torre negra (modo normal).

Han completado la misión principal «Juego de supervivencia desesperada del Corredor de Gemas», sobreviviendo con éxito durante tres horas y superando un total de 112 bifurcaciones. El jugador Bai Ruoyao ha obtenido 0 flores de la luna y obtiene 0 recompensas. El jugador Fu Wensheng ha obtenido 1 flor de la luna y obtiene 1 recompensa.

♦ ♦ ♦

La autora tiene algo que decir:

Persona Yao: Je, je.

Tang Tang: Oh, te voy a quemar hasta la muerte.

Pequeño Fu: Oh, solo soy una salsa de soja. (Salsa de soja = ocupándome de mis propios asuntos)

Viejo Fu: Oh, jugué un papel en este capítulo. Soy una salsa de soja y ningún lector ha averiguado dónde estoy.


Shisai
¿Cómo supo que se llamaba Bai Ruoyao?

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