La Villana Revierte el Reloj de Arena – Capítulo 92: Venganza III (6)

Traducido por Maru

Editado por Sharon


¿Cómo podían atreverse a decir que no a la pregunta de la futura duquesa? Aunque no lo habían visto claramente, las dos jóvenes se miraron y pronto asintieron.

—Sí, sí… yo, lo vi.

—También vi… a la señorita Aria bajando las escaleras.

—Oh, Dios mío… ¿Cómo pudo hacer algo tan inmoral?

Todas las jóvenes reunidas expresaron su enojo en su declaración.

—Estoy segura de que es porque a mi padre no le gustaba que mi hermana viera a su alteza.

Con una motivación muy convincente, el público se agitó una vez. Mielle dio el golpe decisivo.

—¡Mirad! ¡Esta pulsera! ¡Traté de sujetarla, pero ella la cortó y se escapó!

De hecho, los sirvientes y doncellas que se ofrecieron como voluntarios para su lado, se sorprendieron al ver la pulsera de Aria. Habiendo tendido la trampa perfecta para su hermana, bajó la cabeza y sonrió.

—Mielle…

Caín se mordió los labios mientras miraba desde la distancia.

♦ ♦ ♦

El conde, que se había caído por las escaleras, fue llevado inmediatamente a la habitación. No podían moverlo con facilidad porque no sabían dónde se había lastimado al caer, pero no podían dejarlo, así que todos prestaron atención.

Para salvarlo, su médico de cabecera y otros médicos de renombre se reunieron en la mansión del condado. Afortunadamente no murió, pero no mostró signos de despertarse. Al parecer tenía una grave herida en la cabeza.

—Lo siento, pero tal vez nunca se despierte por el resto de su vida… —le dijo el médico a la condesa, quien cayó al suelo con el rostro pálido. Era impactante que el conde que la protegía hubiera llegado a este estado por su propia hija.

—Ah… padre…

—Mielle, será mejor que te vayas.

Caín palmeó el hombro de Mielle, que estaba llorando. Era un poco frío decir que debería salir de la habitación ahora.

Con la ayuda de Caín, se fueron a una habitación de invitados vacía.

—Mielle, esto es un poco… no importa cuánto piense en esto… —dijo él luego de cerrar la puerta y mirar a su alrededor para comprobar que estuvieran solos.

—¿De qué estás hablando ahora, hermano?

Inmediatamente después, Mielle borró su expresión llena de dolor y lanzó un comentario agudo con una mirada fría. Esto sacudió a Caín.

Todavía temblaba luego de enfrentar a su padre, quien no recuperaba el conocimiento después de caer, a pesar de que sabía que no podía escapar porque ya se había sumado al plan.

Mielle tomó su mano con mucha fuerza, sonrió con benevolencia y comenzó a persuadirlo.

—Hermano, ya pasó. Te harás cargo del trabajo del conde y la encerrarás en la mansión para que nadie pueda verla. Si reiteramos nuestra intención de no castigarla de todos modos, no podrán hacer nada en la corte. ¿O vas a dejar que se case con el príncipe heredero?

—Eso es…

—No. —Caín frunció el ceño profundamente. Mielle, que hizo la grieta tocando la parte que más le importaba, lo provocó para que ya no pudiera escapar.

—Así que tienes que informar a las fuerzas de seguridad lo antes posible antes de que mi hermana se escape con el príncipe heredero.

Caín la miró en silencio.

—Tienes que atraparla rápidamente y luego podrás cortar su sentencia en prisión. Cuanto más tarde sea, más fuerte será su influencia. Lo sabes, ¿verdad?

Tenía razón, así que finalmente llamó a los guardias y acusó a Aria de intentar matar al conde. Se formó apresuradamente un grupo de búsqueda bajo el cargo de intento de asesinato, y la gente quedó ocupada en la búsqueda.

Pero no sabían dónde se había escapado, y luego de registrar la capital toda la noche, no pudieron encontrar ni un solo cabello de Aria. Los documentos oficiales finalmente se enviaron a las ciudades cercanas alrededor de la tarde siguiente.

«Estoy segura de que lo harás bien esta vez. Oscar también tiene grandes expectativas.»

Mielle, con la carta de Isis en la mano que había llegado durante la noche, tarareaba de alegría. Todo saldría bien si el conde no se despertaba. Ella sería la duquesa según lo programado y se casaría con Oscar.

Si mi padre no me ayuda en el futuro, sería mejor no tener uno.

Era Oscar, no el conde, quien compartiría su futuro.

Su confianza en el conde había sido abandonada cuando la prostituta fue traída como nueva esposa. Estaba claro que era una decisión acertada porque lo castigaría severamente, eliminaría a la prostituta e incluso a su hija.

—¿Qué pasa con la madre?

—Ella… ella no va a salir de su habitación.

—¿En serio? Debería comer bien.

—Dentro de un rato, tendrán que echarla desnuda y vagará por las calles como antes. Debería comer bien por ahora. Por cierto, ¿por qué no podemos hacer que la atrapen de todos modos?

Mientras las fuerzas de seguridad la buscaban, la princesa Isis dijo que también había liberado a su gente. Además, persuadió a Caín para que hiciera que sus soldados privados la buscaran, pero ¿por qué no podían atraparla?

—¿No me digas que está relacionado con el príncipe heredero?

¡El príncipe heredero, que había aparecido y desaparecido de repente con Aria! Había dudado de sus ojos, pero la pulsera rota confirmaba que había desaparecido con el príncipe heredero.

¿Cómo diablos desapareció en el aire, como el humo?

Por lo tanto, no le fue posible mencionar al príncipe heredero. ¿Quién creería que el príncipe había aparecido de repente, llevándose a Aria? La defendería más tarde, pero ella tenía la pulsera rota y los testigos. De todos modos, no podía salir de su trampa.

Y el príncipe heredero está destinado a ser sacrificado por la princesa de todos modos.

Era muy extraño, pero no tendría que preocuparse demasiado. Solo unos días después Mielle se enteró de Aria.

—¿Salió de la capital? ¿Con el príncipe heredero?

—Así… es.

Mielle frunció el ceño ante la noticia que Caín había traído urgentemente del exterior.

Había pensado que Aria se había escapado, pero nunca pensó que había estado fuera de la capital. No había pensado que llegaría tan lejos después de enfrentarse a una situación en la que la empujaban como criminal, así que todo lo que hizo fue buscarla cerca. Además, dijeron que estaba de camino de regreso después de pasar por todas las ciudades para mostrar su rostro como si estuviera de vacaciones con el príncipe heredero.

—¿No está loca?

—Sí, está loca —respondió Caín, luciendo más enfadado que Mielle. Parecía como si fuera a torcer el cuello de Asher si pudiera. Había planeado mantener a Aria bajo custodia, pero era más que suficiente para volarle el corazón ya que Aria se había ido de viaje con él durante unos días.

—Supongo que pensó en irse de viaje y decir que ella no es la asesina. Será tonta.

Tenemos testigos y pruebas, pero ¿estás tratando de deshacerte de los cargos con un viaje tan simple? Además, por mucho que saliera corriendo de la capital a caballo, no podía ser absuelta. A menos que invirtiera el tiempo, no había manera de que ocurriera.

—Entonces, ¿la traen atada aquí?

—No, ella negó todos los cargos y dijo que iría a la corte por su cuenta. Entonces escuché que vendrá a la capital con guardias de seguridad, no atada.

—Qué perra frívola y estúpida…

Mielle pensó que Aria podría ser un poco inteligente, como se rumoreaba. Como era de esperar, no podía ser sabia porque era hija de una prostituta.

—Les pediré que celebren un juicio tan pronto como regrese, así que asegúrese de verificar lo que ha preparado. Sin un error. —Caín, a quien le dijeron que no estaba sola sino con Asher, tampoco parecía perdonar a Aria.

Mielle sonrió gentilmente ante sus palabras bastante duras.

—Sí. Mi preparación ya es perfecta, así que no te preocupes, hermano.

Unos días después, Aria entró orgullosa en la capital, y regresó a la mansión rodeada de guardias. Ellos intentaron leer su rostro, incapaces de arrestarla por la fuerza ya que estaba con el príncipe heredero.

Mielle, que había estado esperando desde que el carruaje se acercó a la capital, corrió hacia Aria en cuanto bajó, llorando.

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