Matrimonio Oculto – Capítulo 79: Lindas, adorables orejas de conejo.

Traducido por Sharon

Editado por Ayanami


Después de trabajar, Jia Qingqing finalmente encontró una oportunidad para adular a Jiang Muye. Lo que lo volvía más perfecto era que Ning Xi no estaría alrededor. Por ello, se acercó a él con una expresión tímida.

—Hermano Muye, ¿a dónde deberíamos ir a comer? ¿Te gustaría ir al Hotel Cien Ríos por mariscos? Mi padre es un miembro allí, podríamos usar el cuarto VIP.

Jiang Muye se estiró perezoso, demostrando su poco entusiasmo.

—Olvídalo, no iré. ¡Estoy demasiado cansado hoy!

—¿Ah? —Preguntó ansiosa Jia Qingqing—. Pero es tu primer día en el estudio, ¡deberías venir al festín de bienvenida sin importar qué!

La expresión de Jiang Muye empeoró al escucharla.

—¿Quién hizo la regla de que debíamos ir a un festín de bienvenida en el primer día? ¡Si tanto quieres ir, deberías hacerlo!

En realidad, todos sabían que él no tenía el mejor de los humores. Era sencillo llevarse bien cuando estaba de buen humor, pero si estaba de malas, entonces…

Ahora mismo, era obvio que no estaba de buen humor.

Habiendo sido regañada, el rostro de Jia Qingqing se sonrojó de inmediato.

—Sólo pensé que era la etiqueta apropiada. Hermano, Muye, ¿por qué lo dices de esa manera?

Maldición, ¿quién es tu hermano?

Sintiendo frustración en su corazón, Jiang Muye estaba a punto de explotar. A un lado, Guo Qisheng, que vio la situación empeorando, intentó apaciguarlos.

—Vamos a posponerlo para otro día entonces. Muye parece muy cansado, así que deberíamos dejarlo descansar y acostumbrarse al ambiente en el primer día, ya que no creíamos que podríamos filmar tantas escenas de un tirón. Todos, regresemos temprano y descansemos. Tenemos muchas oportunidades para un festín más tarde.

—Muy bien entonces… —Después de salir de tan mala situación, Jia Qingqing asintió de mala gana. Al mismo tiempo, su odio hacia Ning Xi aumentó. Todo era porque ella estuvo abrazando a su hermano Muye todo el día, por ello estaba cansado al punto en que ni siquiera quería salir a cenar.

Jia Qingqing bajó su cabeza y comenzó a ver algunas fotos en su teléfono. Una maravillosa sonrisa se extendió por su rostro.

¡Ning Xi, solo espera, te haré pagar el precio!

♦ ♦ ♦

En la residencia Lu.

—¡Querido, estoy de regreso!

Una vez que pasó por la puerta, la fatiga de Ning Xi desapareció al instante.

Pequeño Tesoro trotó para darle la bienvenida en cuanto escuchó su voz. Incluso sostenía un vaso de jugo entre sus manos.

—¡Querido, eres demasiado dulce! ¡Te amo! —Ning Xi tomó la bebida y la bebió de un sorbo. Luego, habló felizmente—: Ven aquí, ven aquí. ¡La tía te ayudará a cambiar en ropas lindas y vamos a salir a comer hot pot!

El pequeño, que siempre huía a su cuarto en el momento en que escuchaba la palabra “salir”, obedientemente, le permitió a Ning Xi dirigirlo al piso de arriba.

Cuando alcanzaron el cuarto, incluso le permitió probarle varios conjuntos.

—Este es demasiado simple, este es demasiado oscuro, este es muy aburrido… ¡Santo cielo! ¿Quién te compró esta ropa? ¿Qué clase de sentido estético es este? Ni siquiera tengo que preguntar, debe haber sido tu padre. ¿Se olvidó que tienes cinco, no treinta? —Ning Xi se quejó mientras revisaba las ropas. Finalmente, escogió una que la dejó satisfecha—. ¡Wow! ¡Este es muy lindo!

Era una remera de manga cortas con una capucha que tenía dos orejas de conejo con unos pantalones a juego. El enterito incluso tenía un gran bolsillo enfrente parecido al de Doraemon.

—¡Viendo este estilo, tu tío debe haber sido quien lo compró! Es bastante confiable en este frente. Los niños deben usar ropas lindas y lucir animados —asintió Ning Xi satisfecha. Luego preguntó—: Querido, ¿qué piensas? ¿Te gusta este? ¡Si no te gusta, buscaré otro para ti!

Ning Xi no se olvidó de pedir la opinión de Pequeño Tesoro, aunque él siempre concordaba con su elección.

Como se esperaba, esta vez, el pequeño bollo también asintió.

Así, Ning Xi le ayudó feliz a vestirse.

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