Ningún mundo parece el adecuado – Capítulo 9: Quiero ser tu novio

Traducido por Sora y Zacc

Editado por Yugen

Corregido por Shiro


Shao Qian no pudo evitar hundirse más en los brazos de su padre. Fantasear parecía ser algo que disfrutaba, de lo contrario, ¿cómo hacía para pensar tan a menudo en imposibles?

—Cuida bien de Xiao-Hui, segundo tío.

Una vez que Zhang Zi Xuan dijo eso, se dio la vuelta y se fue. Después de unos minutos, se escuchó el sonido del arranque de un coche.

—Querido hijo, papi te protegerá —lo reconfortó Zhang Guo Qiang, dándole unas palmaditas en la cabeza—. Pero estos días has ido demasiado lejos, Zhang Zi Xuan solo estaba preocupado por ti.

—Mhm, ya lo sé. Iré a descansar. Buenas noches, papá —respondió antes de regresar a su habitación y cerrar la puerta.

Viendo cómo se cerraba la puerta, Zhang Guo Qiang sacudió su cabeza.

Olvídalo, mejor que los niños arreglen las cosas por su cuenta.

♦ ♦ ♦

En medio de la noche, la presión de algo pesado contra su cuerpo, despertó a Shao Qian. Ni siquiera tuvo tiempo de quejarse cuando una boca apestosa a alcohol se apoderó de la suya. La persona que lo aprisionaba tenía atrapadas sus dos muñecas con una mano sobre la almohada, mientras que con la otra levantó la camisa de su pijama y acarició su cuerpo.

De manera inconsciente, lo primero que intentó hacer fue movilizar la energía de su alma para alejarlo, sin embargo, no sabía por qué, pero el originalmente abundante poder del alma, desapareció sin dejar rastro. Al descubrir esto, Shao Qian entró en pánico. Nunca antes se había encontrado con una situación como esa.

Apretó los dientes, no permitiendo que la lengua intrusa entrara en su boca, y forcejeó, buscando liberarse del agarre del otro. La persona que lo presionaba se enojó un poco debido a su resistencia, y pellizcó su costado con la mano que antes había estado acariciando su cintura.

—Xiao-Hui, ¿te gusta tu hermano mayor? —susurró el perpetrador en su oído.

¡Joder! ¡¿Cómo es esto posible?!, pensó incrédulo en cuanto escuchó la voz de Zhang Zi Xuan.

—Tú… ¡Suéltame en este instante! ¡O llamaré a gritos a mi padre! —dijo, rechinando los dientes.

—Si no tienes miedo de dejarle ver lo que estamos haciendo, no dudes en hacerlo. —Se acercó a la parte posterior de su oreja y la succionó con fuerza—. Cuando lo hagas, también puedes explicarle al segundo tío quién te hizo el chupón detrás de tu oreja.

—¿Qué demonios quieres? —Shao Qian, aunque bajó la voz, no disminuyó la ferocidad—. No pienses que no me atrevo a llamar a gritos a mi padre.

—Me gustas. —Le besó la nuca—. Me gustaste desde el primer momento en que te vi…

No entendía nada de lo que estaba sucediendo.

¿El protagonista acaba de confesarme su amor? ¡Que alguien me diga qué hacer!

—Xiao-Hui, ¿te gusto? —Al no escuchar ninguna respuesta, Zhang Zi Xuan se puso un poco ansioso—. Sin duda yo también te gusto, ¿verdad?

—Eres mi pariente.

Así que esto es incesto, joven. Date prisa y despierta. Tal vez esto no te impida juntarte con Zhang Qing. En el peor de los casos, me iré del país y me mantendré alejado de ustedes. ¡Aún tienes oportunidad de juntarte con ella!

—Quiero ser tu novio. —Estimulado quizás por sus palabras, Zhang Zi Xuan inhaló con fuerza el recoveco de su cuello—. Bebé, hueles divino.

También hueles bien, así que ve a olerte a ti mismo, ¡gracias! 

Shao Qian dio una patada, queriendo echar a la otra persona de la cama, sin embargo, no sabía si era porque estaba ebrio, pero la fuerza con la que lo agarraba era muy grande, y no podía empujarlo o alejarlo sin importar lo mucho que intentara.

—¡Papá…! ¡Mm…! —Quedándose sin opciones, Shao Qian comenzó a gritar.

No obstante, apenas había dicho una palabra cuando Zhang Zi Xuan selló sus labios.

—Bebé, el efecto insonorizado de esta habitación es excelente. Pórtate bien, no te haré nada.

Al oír estas palabras, Shao Qian dejó de luchar. Zhang Zi Xuan vio cómo se calmaba lentamente y, cuando consideró que ya no se resistiría, aligeró la fuerza con la que lo agarraba. Sin embargo, aún presionaba al joven con su cuerpo. Parecía no tener intenciones de moverse.

Todo este tiempo, Shao Qian había estado esperando una oportunidad. Entonces, cuando oyó que la respiración de Zhang Zi Xuan comenzaba a suavizarse, lo pateó con brusquedad y, aprovechando la conmoción que acompañaba al dolor, se salió a toda velocidad de la cama, abrió la puerta, corrió a la habitación de Zhang Guo Qiang y llamó.

—¿Qué pasa, hijo? —Un soñoliento Zhang Guo Qiang abrió la puerta y sonrió al verlo.

—Yo… quiero dormir aquí hoy. —Shao Qian se volvió y miró en dirección a su habitación. Al no ver salir a Zhang Zi Xuan, comenzó a preguntarse si lo habría pateado con demasiada fuerza.

Shiro
¡¿For real, amigo?! ¡¿Eso es lo que te preocupa?!

—Está bien. —Después de que Zhang Guo Qiang dejó entrar a su hijo, cerró la puerta—. Nunca antes hemos dormido juntos.

En cuanto a Zhang Zi Xuan, no era que no pudiera moverse a causa del dolor, sino que había permanecido de pie por la puerta, escuchando hablar al par de padre e hijo. Entonces, cuando oyó el sonido de la puerta cerrándose, su rostro se tornó sombrío al extremo.

¿Cómo puede mi amante acostarse con otro hombre a su antojo?

Necesitaba pensar en un plan para separar por completo a su querido de esta familia, y para ello necesitaba de tiempo meditarlo con sumo cuidado. Nunca pensó que la oportunidad perfecta se presentaría tan pronto.

♦ ♦ ♦

Durante los últimos días, Shao Qian se había dedicado a caminar por los alrededores para darle al hermano Mao la «oportunidad» de atraparlo. Pero no esperaba que, incluso después de tantos días, este no hiciera movimiento alguno.

Sin embargo, contrario a sus expectativas, alguien de la familia confabuló con dicho delincuente. Un día, con la excusa de sacar a Shao Qian de paseo en auto, cuando el joven no prestaba atención, el hermano Mao, quien había estado escondiéndose en el vehículo, le cubrió la boca y la nariz con un pañuelo hasta que perdió la conciencia.

Shao Qian no le dio importancia a este tipo de pequeño truco. Había percibido el olor del químico apenas abrió la puerta del auto, pero decidió seguirles la corriente y actuar de acuerdo a sus deseos, desmayándose y cayendo en un profundo sueño.

—Hermano Mao, ¿ya está dormido? —Zhang Qing movió el espejo retrovisor para mirar a Shao Qian medio acostado en el asiento trasero.

—El producto químico es muy eficaz, no hay duda de que está dormido—. Un joven delgado salió del maletero del coche y casualmente empujó a Shao Qian del asiento—. Zhang Qing,  no pensé que fueras tan cruel. No perdonas ni a tu pequeño hermano.

—De igual forma, nunca me trató como su hermana mayor. —Zhang Qing río con frialdad—. Originalmente, conseguí que lo llevarás a jugar, pero él cambió de pronto. Fue como si hubiese reaccionado, convirtiéndose en un bebé obediente.

—Ese día, cuando le dije que fuera a robar cosas, había planeado todo para que la policía lo atrapara. Nunca pensé que no iría —escupió el hermano Mao—. Este chico no es estúpido, probablemente se dio cuenta lo que estaba pasando.

—¿Y qué? Quiero que muera. —La cara de Zhang Qing estaba llena de odio.

Ya que no quieres ir a la cómoda prisión, te enviaré al infierno.

—Qué mujer tan venenosa —murmuró y miró a Zhang Qing con expresión compleja.

No sabía cómo hizo para tener dinero de pronto ni por qué odiaba tanto a su propio hermano. Sin embargo, ya había recibido su pago, así que llevaría a cabalidad su trabajo. Solo esperaba que Zhang Zi Hui no encontrara en el más allá a otra mujer tan venenosa como ella.

♦ ♦ ♦

Cuando Zhang Zi Xuan regresó a casa del trabajo, escuchó que Zhang Qing había llevado a Zhang Zi Hui a pasear, y sus cejas se juntaron de inmediato al fruncir el ceño.

Todos en la residencia son conscientes de la mala relación que existe entre los dos, ¿cómo pudieron dejarlos salir juntos? 

Sin embargo, en la casa, nadie era capaz de controlarlos aparte del anciano amo de llaves. Y como él no estaba ese día en casa, nadie pudo detenerlos.

Al no poder ver a su amado, Zhang Zi Xuan estaba muy irritable. Tomó su teléfono y llamó a Shao Qian recibiendo, a cambio, el tono que indicaba que el teléfono al que estaba llamando se encontraba apagado. Ansioso, llamó a Zhang Qing, obteniendo la misma respuesta.

Intuitivamente, sintió que algo no estaba bien, por lo que hizo que localizaran el auto que conducía Zhang Qing a toda prisa. En ese momento, encontró sumamente afortunado que todos los vehículos de su familia estuvieran equipados con dispositivos de rastreo.

No obstante, los resultados no fueron optimistas: el vehículo se encontraba en los suburbios más remotos. Además, seguía en movimiento, parecía dirigirse a la playa. Esto hizo que Zhang Zi Xuan se pusiera aún más ansioso, entrando en un estado de alerta alarmante.

La posibilidad de que algo pudiese haberle sucedido al joven, no se atrevía a contemplarla, de lo contrario, podría enloquecer. Pero si de verdad algo le sucedió, cortaría a esa detestable mujer en pedacitos.

♦ ♦ ♦

Sintiendo el auto todavía en movimiento, Shao Qian oyó el suave sonido proveniente de las olas del mar.

¿Acaso quieren tirarme al océano para alimentar a los tiburones? ¿Pensaron que de esta manera no quedarían rastros de mi muerte? O Zhang Qing es ingenua o los celos la obcecaron, se burló en su corazón.

El auto se detuvo y Shao Qian sintió que lo sacaban. En ese preciso momento, fingió despertar.

—Eh, ¿hermana mayor? ¿Dónde estamos?

—Buen chico, ¿te gusta estar aquí? —Se inclinó y acarició la mejilla de Shao Qian con expresión desquiciada. El odio y los celos la habían consumido por completo; había perdido la cabeza—. De ahora en adelante te quedarás aquí, ¿de acuerdo?

—Entonces, le diré al hermano mayor Zi Xuan que lo compre —respondió como si no fuera consciente de su entorno actual—. Pero el hermano dijo que si quería una villa con vista al mar que no me moleste en comprarla y que desarrolle el terreno directamente.

Shiro
Con desarrollar el terreno se refiere a comprarlo y construir villas o un área residencial que genere ganancias. Así, al mismo tiempo obtendría una casa con vista al mar.

—¡Cállate! ¡Cállate!

«Hermano mayor Zi Xuan, hermano mayor Zi Xuan». ¿Cuándo empezó esta escoria a llamar al primo mayor de esta manera? Obviamente… Obviamente debí ser yo la persona que le gustara al primo mayor. También debí ser yo quien fuera cercana a él. Pero este portador de mala suerte siempre acaparaba toda su atención.

A un lado, el hermano Mao escuchó todo lo que dijo Shao Qian. Cuando mencionó  el tema del desarrollo, sus ojos brillaron.

Parece que le cobré muy poco a Zhang Qing. Después de este asunto, arreglaré las cuentas con ella.

Pero ¿cómo podía Shao Qian decir esto sin motivo alguno? Él sabía que el hermano Mao era codicioso e insaciable por naturaleza, y que no dudaría en convertir en cajero automático a quien fuera que pudiera brindarle más beneficios. Por supuesto, Zhang Qing, al haber buscado a alguien como él, era la única responsable de su desgracia.

—¿De qué sirve hablar con él? Tíralo y ya —comentó el hermano Mao mientras sacaba un tubo de acero del maletero del auto y lo balanceaba en dirección a la cabeza de Shao Qian.

¿Piensan que no tengo sentido de supervivencia?

En el instante en el que el tubo de acero descendió, lo esquivó y este continuó su trayectoria hasta estrellarse contra el suelo, rozándole el hombro en el proceso.

—¡Bastardo! ¿Te atreves a esquivarlo? —maldijo furioso antes de balancear de nuevo el tubo de acero.

Esta vez, Shao Qian  rodó hacia un lado y, en cuanto se levantó, comenzó a correr. Fue en ese momento que Zhang Zi Xuan llegó junto con sus guardaespaldas.

Cuando Shao Qian lo vio acercándose, de manera intencional, se resbaló y cayó al océano. Por otro lado, el hermano Mao, quien corría tras él, entró en pánico al ver el auto que se aproximaba. Arrojó el tubo de acero y comenzó a correr hacia el auto de Zhang Qing. No importaba cuán codicioso e insaciable fuera, sabía discernir cuándo una situación le era desventajosa, por lo que quería escabullirse y huir con sigilo.

Sin embargo, una cosa eran sus aspiraciones y otra la realidad. Su mano apenas había rozado la puerta del asiento del conductor cuando oyó el sonido de un disparo, y presenció cómo al instante se formaba un agujero en la puerta, muy cerca de donde se encontraba su mano. Esta vez, no se atrevió a moverse con imprudencia, y se agachó temblando temblando lentamente en el suelo, tras lo que colocó las manos sobre su cabeza.

—¡¿Todavía no lo han encontrado?! —Zhang Zi Xuan bajó del auto en desorden, medio tambaleándose, quitándose el abrigo mientras corría hacia el lugar donde Shao Qian había caído e intentaba saltar al océano. Sin embargo, ¿cómo podían permitirle que saltara al océano?

—Jefe, el agua aquí no es demasiado profunda, ya hemos dado instrucciones a los demás para que busquen al segundo joven maestro. Incluso si salta ahora, no será de ayuda. Usted debe encargarse de tener todo preparado para atenderlo apenas lo encuentren —dijo, buscando persuadirlo, alguien en el grupo de guardaespaldas que había unido fuerzas para retenerlo.

Zhang Zi Xuan continuaba luchando desesperadamente con expresión feroz como la de un demonio; parecía no escuchar lo que otros le decían. No obstante, era solo una persona y, al final, con su fuerza menguando, no pudo librarse de los guardaespaldas que lo restringían.

Poco después, el amo de llaves llegó a toda velocidad con más hombres, corriendo hacia Zhang Zi Xuan apenas vio la situación en la que se encontraba.

—Primer joven maestro, no se preocupe, el segundo joven maestro estará bien. Ya he arreglado todo para que los buzos lo busquen.

Ese día había ido a ocuparse de algunos asuntos de trabajo, recibiendo las noticias de que el segundo joven maestro y la señorita habían salido en cuanto regresó a la casa. No conforme con eso, el primer joven maestro había ido tras ellos. A pesar de lo mucho que habló la criada, no lo hizo con claridad, por lo que se vio obligado a indagar acerca de la situación a través de los guardaespaldas de Zhang Zi Xuan.

Cuando se enteró de que Shao Qian había salido con la señorita a la playa y que este había caído en el océano, el viejo amo de llaves sintió que el cielo había comenzado a dar vueltas, su vista nublándose y ennegreciéndose ligeramente. Aunque no lo conocía desde hacía mucho tiempo, le había tomado mucho cariño a ese niño.

El viejo amo de llaves quería creer que todo esto era solo una broma pesada del guardaespaldas. Tal era su deseo, que se había autoengañado con que le regalaría un paquete rojo a la primera persona que le dijera que solo estaban jugando con él. Pero, de principio a fin, un hecho jamás dejaría de serlo. Y que el joven maestro hubiese caído al océano era una verdad irrefutable.

—Señor, ¿qué hay de la señorita? —preguntó uno de los guardaespaldas dejando escapar un suspiro de alivio; este había reunido algo de coraje cuando vio al amo de llaves correr en su dirección. Que el jefe solo quisiera saltar atrás del segundo joven maestro lo destrozaba, no podía mirarlo.

Ahora por fin contaban de nuevo con una figura de autoridad. Hasta los momentos no se habían atrevido a tomar acción alguna en contra de la señorita, quien lloraba y gimoteaba a un lado de ellos.

—Ustedes, vigilen al primer joven maestro —ordenó el amo de llaves quien miraba a Zhang Qing con mirada gélida. La familia Zhang le daba gran importancia a las relaciones y a la rectitud; un acto tan cruel e inescrupuloso era inaudito.

Será mejor que ore con todas sus fuerzas y que el segundo joven maestro sobreviva, de lo contrario la haré arrepentirse de haber nacido.

Shiro
¡¿Qué onda con toda esta gente y sus pensamientos asesinos?! Σ( ° △°|||)

YukiroSaori
No sé, pero todos me dan miedito…

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