No quiero ser amada – Capítulo 25: El niño y el sol

Traducido por Maru

Editado por Sharon


Cucharones y platos volaron por encima y pronto, la posada se volvió bulliciosa. Mientras tanto, el niño y el hombre sentados en la esquina comieron en silencio.

—¡Es mejor que vigiles bien tu ingle, para que no te encuentres sin pelotas! —dijo la mujer enojada.

—¡Sí, te maldigo, mujer! —Un hombre maldijo y cubrió su área inferior inmediatamente.

—Da la casualidad que la joven se va de la propiedad y pronto abordará el barco a Crichton —dijo la mujer—. ¿Qué dices, vienes conmigo? ¡Le diremos a la joven cómo escupe en la tumba de su madre!

—¡Escupo sobre la tumba de tu madre! —replicó el hombre.

El niño se congeló, y el tenedor cayó de su agarre. Se puso de pie de un salto y se acercó a la ruidosa mesa.

—¿Qué dijiste? La joven, ¿se va de Arundell? —dijo con ansiedad.

El hombre y la mujer parecían algo desconcertados por la repentina aparición del niño, pero aun así, le contaron lo que sabían.

—Niño, lo escuché de un pariente que trabajaba en la mansión —dijo el hombre.

—La joven vendió algunas propiedades y terrenos, luego reservó un boleto desde el puerto de Salerno a Crichton. Se fueron esta tarde… —agregó la mujer.

Pero antes de que pudieran terminar, el chico salió corriendo de la posada. El hombre, su sirviente, se atragantó con su comida porque no le quedó más remedio que seguirlo.

—Su Majestad, ¿a dónde vamos?

No importaba cuántas veces preguntó, el niño no le respondió. La rareza del cambio de actitud lo confundió. Era terco, cierto, y tenía un temperamento un poco desagradable, pero nunca había tratado a sus subordinados con frialdad hasta ahora…

El hombre estaba realmente sin ideas.

Y para cuando llegaron al puerto, el barco ya había abandonado el muelle. El niño saltó de su caballo y protestó para que los marineros volvieran a atracar el barco. Por supuesto, ellos no escucharían a un niño haciendo berrinches.

¿Y quién seguiría las órdenes de un niño?

Él se puso agrio e irritado; no dudó en amenazarlos a menos que cumplieran con sus órdenes.

Pero un niño era un niño y su corta edad solo podía llegar hasta allí.

Los marineros ásperos se enfurecieron, y el hombre necesitó interponerse para proteger al joven rey.

Y esas acciones anteriores los llevaron a donde estaban ahora: ambos solos en el puerto.

El hombre suspiró y se pasó los dedos por el pelo despeinado. Él y el niño, no, el joven rey salieron del palacio sin una palabra de aviso. Estaba seguro que el palacio real había sido destrozado. El joven rey desapareció repentinamente, no sería exagerado que la reina movilizara inmediatamente a una tropa creyendo que fue secuestrado.

Cuando el hombre recordó actitud de tigre, su rostro se puso rojo de inmediato.

Estaba seguro que la reina le cortaría la cabeza de un solo golpe. No, en realidad, sería una muerte honorable. Ser cortado en pedazos y luego alimentado a los cerdos sería una muerte vergonzosa.

—Su Majestad, deberíamos contactar al palacio real, o poner rumbo con destino a la ciudad capital de inmediato. Y… y cuando se encuentre con la reina, debe hablar muy bien de mí, de lo contrario, ¡moriré!

A pesar de la solicitud sincera, fue ignorado. El niño miraba el mar en silencio.

Su… Su Majestad, ¿me está escuchando? ¿Por qué me trata como una roca rodando por las calles? Oh… soy un hombre muerto. La reina tendrá mi cabeza… pensó con dolor, llorando de pena.

—Basil —dijo el niño.

El hombre, Basil, levantó la vista rápidamente con un corazón alegre. El joven rey finalmente volvió en sí.

—¡Sí! Su Majestad, ¿volveremos al palacio? —Basil sonrió ampliamente; su sonrisa llegó a sus oídos.

—¿Estás loco? —Igor chasqueó la lengua—. ¿Por qué no vuelves solo?

—Pero… Su Majestad…

Basil fue apuñalado en el corazón, su sugerencia fue ignorada por completo. Sin embargo, no podía ignorar la orden del joven rey. Se le ordenó irse. Basil se dio la vuelta y se alejó.

Con Basil expulsado, Igor miró el barco que parecía un punto en el horizonte. Las olas azul oscuro rodaron y borraron la única evidencia física de la nave. Igor no vio más que un mar azul interminable y un cielo blanco.

Presionó sus labios suavemente y suspiró.

—Aaah… —Mientras exhalaba con lamento, varios pájaros volaron por encima y, ​​antes de darse cuenta, el oro naranja se extendió a lo largo y ancho de los cielos.

Igor miraba el mar, perdido en la percusión rítmica de las olas rodando en el puerto. Sus ojos estaban fijos en el horizonte, su rostro brillaba con los últimos rayos naranjas antes de que el crepúsculo llamara a las estrellas.

A medida que la oscuridad disminuía gradualmente, un sonido triste sonó en el aire. Era la canción de una mujer que echaba de menos a su amante que se había ido al mar.

Igor extendió la mano hacia el cielo, mirando las gruesas nubes y los pájaros que deambulaban libremente por los cielos. Ellos volaban a través del lienzo en constante desarrollo del amanecer, como si sus alas fueran finas plumas dibujando esos tonos boyantes. Las alas en el cielo se convirtieron en los colores de los sueños.

Igor miró su mano, donde había una brillante pluma dorada.

Hace unas días, cuando despertó de un sueño profundo, el pensamiento y ansiedad de encontrar la pluma lo atravesaron incesantemente.

Su pulgar alisó las puntas de la pluma que era del color rojo mientras sus ojos violetas brillaban y el sol moribundo resplandecía. Y luego, su rostro se selló con una nueva determinación.

El joven rey se dio la vuelta y gritó en voz alta:

—¡Basil, volvamos al palacio!


Maru
¿Qué es esto? Esto no pasó previamente. Iba a buscarla, y a ido por ella desesperadamente. No me digas que también ha vuelto al pasado... Estoy confundida. Aun volviendo al pasado, es un imbécil, no cambiaría lo que ha hecho... Aunque a lo mejor solo me estoy montando una película. No sé qué pensará Sharon.

Sharon
También me da la sensación de que regresó… De cualquier forma, su “yo” pequeño todavía no es un idiota, así que no hay que castigarlo por los errores del futuro. Aunque si quiere buscar el perdón de Rihannan, va a tener que arrastrarse por el suelo mínimo unos doscientos capítulos

11 respuestas a “No quiero ser amada – Capítulo 25: El niño y el sol”

  1. Estoy de acuerdo con Sharon, que puede que esté mal que le atribuyamos el rencor al niño por las cosas de su pasado futuro (? JSKAJA o sea, cosas que en *esa* realidad, no existen ni han pasado. Pero siento que es difícil porque Raenoseque, recuerda todo el dolor que vivió en su vida pasada(? y creo que es válido su manera de pensar también 😔 la neta yo soy bien reconcorosa y si yo fuera ella, lo eliminó de mi vida pa’ siempre

    1. 😅😅la verdaad es que tambien soy rencorosaaa …. cuando dicen bueno aun no lo ha hecho o esos son sus errores del pasado ….. pero a mi que pedooo¡¡¡ me da igual lo hecho hecho esta ….. Lo malo es que hay muy pocas protagonistas asiii …. hasta ahora la unica que siguio mis principios es la prota de Dama Angelical ☺☺ ella si me encantoooo 😚😚 no se dejo conmoveer por nadieee …. aunque todoo “fue un error del pasado”

  2. Pues aunque hubiera señales de que “recuerda” el pasado… aún así quiero que sufra. Porque si de verdad la quiso mínimamente la tendría que haber respetado un poco. Un poquiiiiiito al menos… y, aún de manera fingida, debería haber mostrado vergüenza debió cuando fue descubierto junto a Leticia. Pero no… no lo hizo. Sea que recuerde, o sea que aún no hizo nada. Aún así quiero que sangre por la herida unos cuantos muchos capítulos más. No es mi culpa, la autora quiso que sea así con su protagonista masculino.

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