No quiero ser amada – Capítulo 26: Años después

Traducido por Maru

Editado por Sharon


Seis años después…

Tars, capital de Crichton.

Nobles gentiles se reunieron en el jardín lleno de hojas caídas. Muchos vestían muy bien, con sus cálidas ropas de lana que insinuaban un toque del claro clima otoñal, un claro contraste con sus rostros tensos. Sostenían un largo palo de madera, del tipo que no combinaba con su elegante atuendo.

Una bola blanca descansaba sobre las hojas de arce de colores que dormían tranquilamente en el suelo. Mientras tanto, sonó la voz de una mujer y los caballeros la miraron con ojos sin aliento.

—Y… ¡comienza!

Tan pronto como cayó el grito de batalla, la pelota se levantó y saltó al aire.

Los caballeros se movieron rápidamente y corrieron tras la pelota; la vista era algo divertida. Un caballero lanzó su palo hacia la pelota, logrando atraparla, pero otra persona desde el costado inmediatamente se la arrebató. El ladrón se dio la vuelta rápidamente y corrió hacia el otro lado a una velocidad alarmante.

—¡Oh, no! —gritó horriblemente cuando, corriendo por el estrecho camino bloqueado entre los árboles, dos hombres le cortaron el paso; la fuerza lo hizo gemir y rodar hacia el suelo.

Entonces se produjo una pelea.

Un caballero creó la ilusión de golpear la pelota, pero en verdad, su patada le dio un golpe en el estómago a alguien.

Mientras tanto, otro que se escondía de los arbustos saltó y corrió hacia la pelota, pero perdió el equilibrio y cayó sobre el barro, mientras que un tercero le arrancó la pelota al hombre que cayó sobre el fango. Luego, corrió hacia la dirección opuesta, pero fue inmediatamente atrapado por el otro equipo.

El juego se prolongó. Ninguno había marcado un gol. Sus atuendos limpios ahora estaban manchados de barro.

La mujer, rodeada de hermosas damas, sonrió brillantemente y abrió la boca.

—¿Quizás todos quieran saltar al lago? Si no pueden anotar, bien podría convertirse en un gran grupo, ¿no les parece?

Los caballeros expresaron sus profundos suspiros de pesar. Se apresuraban de un lado a otro para ganar con todas sus fuerzas, sin querer encontrarse en el lado perdedor, quienes deberían saltar al lago.

Mientras tanto, las damas nobles miraron a la mujer, no, a la princesa, con sentimientos encontrados, dándose cuenta de su verdadero propósito para proponer el partido.

Hace un tiempo, habían ido al salón y discutieron en un acalorado debate los últimos problemas y escándalos. Un hombre, el que actualmente rodaba por el lodo, dijo algo que causó la agitación de la princesa que llevó a este mismo momento.

Agitada, ella sugirió que jugaran Kiritte, un juego basado en Crichton. El equipo perdedor debía saltar al frío y helado lago como penalización.

Al ver la miseria de los jóvenes, las nobles se volvieron hacia la mujer de cabello plateado que estaba sentada cómodamente a su lado. Ella era la única que podía detener a la princesa.

La mujer de cabello plateado miró por encima del hombro y lanzó una mirada sombría.

—Detente ahora, princesa.

—¿Por qué? Ha sido divertido.

—Ya has hecho suficiente. Si terminaras herida, solo enfrentaríamos muchos problemas. Terminemos aquí.

—Mmmmmm… —La princesa mostró signos de preocupación, colocando su palma en la barbilla.

Y luego los nobles y las mujeres alzaron la voz.

—Sí, así es, princesa. ¿Qué pasa si terminas herida?

—Sí, esto es demasiado peligroso.

—Paremos aquí…

Helena, la princesa, los miró fríamente. La otra parte inmediatamente cerró la boca.

¿Se atrevían a decirle qué hacer? Helena resopló, pero finalmente, levantó la mano y sonó el silbato, una señal del final del partido.

Aliviados, los hombres suspiraron.

El juego terminó mucho antes de que alguien fuera declarado ganador. Esperaban que se hubiera divertido lo suficiente para regresar a palacio.

Pero, contra sus amargas esperanzas, la voz de Helena pisoteó brutalmente sus expectativas. Levantó la cabeza cuando el sol brilló sobre el cabello rizado de color platino y los ojos verde claro.

—He dado suficiente tiempo, pero nadie fue capaz de anotar. Y no creo que sea justo que todos salten al lago, entonces, ¿por qué alguno de los presentes lo hace en su lugar? Rhia, ¿no elegirías uno para mí?

Todos los ojos se volvieron hacia la mujer de cabello plateado.


Maru
Vaya… Ya ha pasado el tiempo y parece que Rhia está muy bien con sus primos. ¿Qué veremos a partir de ahora? Jum…

3 respuestas a “No quiero ser amada – Capítulo 26: Años después”

  1. Siento que la prima de Riha es un poco sádica. Aún así, esto solo pronostica días de travesuras (aunque ahora será travesuras de niños grandes y mimados)…

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