No quiero ser amada – Capítulo 48: Tiempo sin vernos

Traducido por Maru

Editado por Sharon

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Igor…

Los ojos de Rihanna se convulsionaron, los hombros se sacudieron brevemente. El hombre alto y moreno la miró con el semblante en blanco y sin emoción. Era guapo, una perfecta estructura de proporción dorada desde el fondo de sus ojos hasta su apariencia masculina y su encanto exótico… igual que antes… siempre el objeto de admiración de las damas de la corte.

Se sintieron intimidadas por los misteriosos rumores sobre el cuerpo tonificado del rey… Se quedaron preguntándose qué tan bueno era en la cama como amante. Buscaron respuestas de la reina pero ella no las tenía.

Las noches que pasó con Igor la dejaron en un estado de gran suspenso. Una mirada macabra a menudo cubría su rostro como si odiara… despreciaba tocarla. Y a menudo, pasaban la noche sin cumplir con sus obligaciones.

Después de la aparición de Leticia en la corte, ella había ido con las damas de la corte discutiendo los secretos que anhelaban saber. ¿La respuesta? El rey estaba extasiado y era ferviente en la cama. Los rumores no podían estar a la altura de su nombre. Desde entonces, las damas de la corte miraron a Rihannan con ojos burlones.

La lamentable y tonta reina que nunca había sido favorecida por el rey había perdido a su esposo por su media hermana. Esta fue la evaluación de la corte de Rihannan.

Tan pronto como sus ojos se clavaron en Igor, ella tembló… momentáneamente. Ojos violetas oscuros la evaluaron.

En ese instante, los recuerdos del pasado se inundaron en olas interminables. Desde el niño que trepó al árbol por ella hasta los últimos momentos que pasó con Leticia… casi se dio la vuelta para correr tan rápido como pudo, para escapar lejos de Igor. Parecía que la destrozaría con palabras crueles y la arrastraría de regreso al infierno.

—Señorita… No, debería ser condesa ahora. —Igor habló primero mientras Rihannan permaneció congelada. Su voz era grave y dio una sonrisa suave perfecta e inesperada—. Mucho tiempo sin verte.

Fue tomada por sorpresa, sus orbes parpadeando.

—Ha sido un tiempo. La última vez que nos vimos fue cuando éramos niños.

Así era… había perdido sus recuerdos del pasado. Se refería a la época en que eran niños.

Rihannan inclinó la cabeza apresuradamente y se sujetó la falda.

—Su Majestad, me disculpo. Mis acciones hace unos segundos fueron algo groseras, si no más. Soy hija del conde Alessin. Y es como usted dice, ha pasado un tiempo desde nuestra última reunión.

Estaba complacida consigo misma; ella no tembló ni reveló su profundo miedo y odio en su corazón. Aunque cometió algunos errores al principio, Rihannan se consoló.

Su comienzo no fue tan malo.

—Por favor siéntate. El criado nos traerá un trago pronto.

Igor señaló la situación de la mesa redonda en el medio de la habitación. Rihannan asintió y se dirigió hacia la mesa mientras Igor sacaba una silla para ella. Se sentó en la silla silenciosamente, incapaz de rechazar su gravosa amabilidad.

Después de sentarse, Igor se alejó y se sentó frente a ella.

Pronto, Basil trajo un juego de té y preparó té.

Rihannan mantuvo la cabeza baja lo más posible con las cejas plateadas ligeramente bajadas para ocultar su tumultuoso corazón y sus emociones tanto como fuera posible. Esto, aquí, ya era demasiado para ella.

—Ahora, tengamos una buena conversación —dijo Igor.

Después de que Basil recogió la tetera, Rihannan separó los labios mientras mantenía la cabeza baja incluso después de escuchar la puerta detrás de ella cerrarse.

—Muchas gracias por aceptar mi solicitud, Su Majestad…

—Me alegra que estés bien. Realmente ha pasado un tiempo. Escuché de mi madre que te fuiste a Crichton. ¿Cómo has estado?