¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 121: Ella y sus queridas amigas (1)

Traducido por Lucy

Editado por Ayanami


—¡¡¡Mi dulce hermana!!! ¡¡¡Estos dulces son muy deliciosos!!!

—¡Lady Lidiana! ¡Por favor, pruebe este té! ¡Es una joya recomendada!

—Yo… ya veo. Lo haré.

¿Por qué ha resultado así…? Frente a mí, Char está presentando dulces y, como si luchara contra ella, Marianne me está recomendado el té que había traído. Al fondo también está Miriallia que está sorbiendo de manera elegante el té. El Año Nuevo comenzó con un alboroto. El lugar era una sala con balcón en la planta baja de las dependencias reales del Palacio Real. Rodeada de tres jóvenes, mi sonrisa se crispó.

♦ ♦ ♦

El otro día, por alguna razón, me abrazó la segunda hija del conde Vidal, la señorita Charlotte. Asustada por Freed parecía un animalito, así que de manera inconsciente acabé protegiéndola. Aunque me confundió que me llamaran “dulce hermana”, pensando que se le pasaría pronto, lo olvidé, pero eran pensamientos ingenuos. Para mi sorpresa, al día siguiente recibí una abultada carta de ella pidiendo permiso para visitarme. Mostraba sus apasionados sentimientos en lo que llegó a ser diez hojas de papel, después de leerlas sonreí con dureza.

—Ja, ja, ja… Increíble.

—Hmph. A esa mujer le gusta mucho Lidi.

Freed se asomó de repente por detrás de mí que estaba sentada en el sofá. Miro lo que yo sostenía con una mueca de desagrado. Mientras le devolvía una sonrisa amarga, doblé la carta con cuidado y la volví a meter en el sobre original.

—Freed, tienes una mala actitud con Char.

—Es porque ella dijo algo como que Will le conviene más a Lidi que yo. Es innecesario tratar con amabilidad a una mujer así, ¿verdad?

Freed, que dijo eso como si fuera obvio, es infantil.

—Char tiene dieciséis años, todavía es una niña. No importa cómo lo digas, creo que eres de mente estrecha.

—Como sea. No importa lo generoso que sea con otras cosas, no es bueno si se trata de Lidi. Aunque la otra parte sea una niña cinco años menor, estaré celoso.

—No digas eso con orgullo…

Freed, que declaró sin pudor que estaría celoso aunque la otra parte fuera un niño, estaba tan decidido que agotó mis fuerzas. De seguro era mi imaginación la que me hacía feliz por esto, aunque fuera un poco. De lo contrario, sería demasiado tonto.

—Recuerda. Si se trata de Lidi, no cederé ni un centímetro.

—Ah…

Ante las palabras de Freed, recordé la desagradable aventura amorosa de anoche. Había seguido siendo abrazada sin cesar por Freed quien se volvió demasiado codicioso, cuando me di cuenta de que era de día, al final, se había calmado con éxito para terminar en tres ocasiones y, sin embargo, no llegamos a nada. Todavía me pregunto si me acostumbré a ello. Desde que había llegado a permanecer aquí, los días en que mi cuerpo no estaba en mal estado después de ser abrazado de manera continua habían aumentado poco a poco. Apenas sentía dolor cuando me despertaba por la mañana. La falta de sueño era solo un poco dolorosa. La cantidad necesaria de la medicina de la señora Delris también estaba disminuyendo. Es algo bueno, pero repliqué ¿a qué te estás acostumbrando? Por cierto, no he informado de este desafortunado hecho a Freed.

—¿Todos dicen que eres un gentil Príncipe Heredero…?

De manera accidental, recordé el rumor que había escuchado antes y le hice una pregunta. Pero, es un hecho que me hace dudar. Solo había visto a Freed hablarle de manera brusca a las mujeres, así que no puedo confiar del todo en los rumores. Por eso, pensando que era la oportunidad adecuada, le pregunté. Tras recibir la pregunta, Freed me abrazó por la espalda y afirmó como si fuera algo natural.

—Después de conocer a Lidi decidí ser diferente a antes. En aquella época, siendo sincero, no me importaban las mujeres. Como no tenía ningún interés podía tratarlas con delicadeza… Pero ahora tengo a Lidi. Es un desperdicio preocuparse por tratarlas con amabilidad, prefiero pasar mi valioso tiempo con Lidi.

Guardé silencio.

—Además, es un extraño malentendido, no quiero entristecer a Lidi en absoluto.

—Freed…

El tono de su voz se volvió suave de repente. Lidi es única, con eso puso toda su fuerza en su abrazo. Mientras que con obediencia confiaba mi cuerpo a él, pensé que confiaba en su persona. Comprendo de sobra que Freed siente algo por mí, es incuestionable. Por eso no pienso nada acerca de que trate a otras mujeres con amabilidad. Pero bueno… también soy una mujer. No puedo decir que no me gusten sus palabras. Después de todo, me parece especial ser la única a la que trata con amabilidad, es como si me hubiera elegido. Aunque estaba asombrada por estos pensamientos míos, volví a pensar en el asunto que nos ocupaba. Delante de mí estaba la carta de Char pidiendo un permiso para visitarme. De manera misteriosa, tenía a la mano otras cartas con una intención similar, dos de ellas habían sido entregadas después. Una es de mi amiga íntima Marianne. La otra… es la señorita Miriallia, a quien parecía no gustarle la última vez. No entendía por qué me enviaba una carta pidiendo permiso para visitarme, pero en cualquier caso, había tres cartas ante mí. Alineándolas delante de mí, pensé un poco. Ahora bien, ¿cómo debo tratar con esto? Estoy un poco preocupada.

—Lidi.

—¿Nn?

Cuando Freed me llamó por detrás, levanté la cara. Sin dejar de abrazarme, sugirió.

—En todas las cartas se pide un permiso de visita, ¿no? Yo doy mi permiso, así que si quieren reunirse, podrían quedar todas en el castillo.

—En el castillo… ¿Podríamos usar una habitación de invitados en la zona general?

Mientras ladeaba la cabeza ante las palabras de Freed pregunté. Sintiendo que podía estar haciendo algo egoísta, si se negaba volvería de forma temporal a la residencia ducal… Es lo que pensé. Cuando le informé de ello, Freed tomó un mechón de mi cabello, y mientras lo enroscaba en sus dedos, dijo:

—No, hay una sala de reuniones en los aposentos reales. Lidi ya es reconocida como mi princesa consorte por todos en el castillo, así que no hay problema. Me sentiré mucho más aliviado que si se tratara de algún lugar inapropiado… Sobre todo, si volvieras a la residencia ducal y no regresaras, estaría muy preocupado.

—Diciendo que no volvería…

Cuando giré la cabeza hacia él como para decir, ¿de qué estás hablando? Me encontré con los ojos serios de Freed.

—¿Qué haría si dijeras que prefieres quedarte en tu casa y no volver? Por supuesto, en ese caso iría a buscarte de inmediato… Pero prefiero no preocuparme por eso.

Se llevó mi cabello envuelto a la boca y dejó caer sus labios sobre él. Ante este gesto mi corazón latió tan rápido que me sentí tan avergonzada que quise llorar.

—Uugh…

Era demasiado para mí, así que bajé la cabeza. Freed estaba detrás de mí, sin poder ver mis ojos. Solo era un pequeño alivio. De lo contrario, de seguro quedaría al descubierto que estoy de un color rojo intenso. Sin conocer mi agitación interior, Freed dejó caer sus labios cerca de mi oreja, y así mismo su lengua se deslizó hacia mi nuca y cuello. Mientras me estremecía ante el contacto de su áspera lengua, susurró con una voz baja mezclada con un suspiro apasionado:

—Oye, Lidi, ¿podemos a hacerlo?

—Sí, sí. Entiendo.

—Me alegro…

Aunque parpadeé ante el sonido de súplica algo febril, asentí. Freed, que había dado la vuelta antes de que me diera cuenta, se puso de rodillas y cubrió mis labios como si fuera algo natural. Cuando su beso se hizo más profundo no tuve ganas de ofrecerle resistencia, en un abrir y cerrar de ojos, me levantó en sus brazos y me llevó al dormitorio. Por supuesto, ¿después fue tan dulce como prometió? Eso es lo que pasó. Ah, jeez… de verdad, ¿qué debo hacer? Lo predije, pero en serio no puedo rechazarlo. La forma en que está progresando es aterradora.

Ah, je. La charla se fue en una dirección extraña.

♦ ♦ ♦

Bueno, así fue, y ahora estoy rodeada por tres jóvenes. Pero, con Char, Marianne y la señorita Miriallia, los miembros son demasiado caóticos. Marianne está observando la sala para el uso de la realeza con ojos brillantes, Char me miraba embelesada, la señorita Miriallia… ¿qué está haciendo? Me pregunto si está examinando la situación. De todos modos, con cada una de ellas actuando diferente, es demasiado terrible.

—Hermana~, es la primera vez que como este nuevo dulce llamado Yōkan. ¡Es muy delicioso! ¿Dónde lo has conseguido?

Char parecía complacida con el Yōkan que serví como dulces para el té y me preguntó sobre su distribuidor. El Yōkan se terminó rápido el otro día y obtuvo un gran éxito, pero al final se decidió que la receta quedaría bajo el control del Palacio Real. A mí no me importa quién lo hiciera, pero por experiencia sé que eso no funcionaría. Por indicaciones de mi padre, el primer ministro, al menos registré la receta original, y luego se la confié a Bart y al vicejefe de cocina. Desde entonces, parece que se está extendiendo como una confitería especial ofrecida por el Palacio Real. Mi hermano lamentó el aumento de trabajo, pero no debería ser un trabajo desagradable, ya que su expresión parecía feliz. Cuando aproveché la oportunidad para mencionar la fabricación de artículos derivados como el kuri yōkan y el mizu yōkan, etc… se empezó a quejar. En ese momento, salí corriendo diciendo que lo haría en otro momento, pero más que por mi hermano, siento que más tarde me molestarán los que lo escucharon. Mientras lo recordaba, calmé a Char que se inclinó hacia adelante.

—Mira, cálmate. Como el yōkan se hizo en la cocina del castillo, no se vende en ninguna tienda. Si te gusta, ¿quieres que te prepare un poco para que lo lleves a casa como recuerdo?

—¡Sí! ¡Por supuesto, por favor!

Char sonrió con felicidad. Con su cabello rosa-marrón recogido a un lado, parecía tan dulce que fue curativo. Cuando pensé un poco después de intentar hablar con ella, entendí que era una niña un poco ingenua, pero muy honesta. Parecía tener un carácter fácil, para bien o para mal. Mientras hablaba con Char, me sentía como si tuviera una hermana pequeña, así que solo quería cuidarla. Quería acariciar su cabeza y mimarla. Mirando nuestro intercambio, Marianne habló de manera desapasionada.

Lady Lidiana. ¿Cuándo se hizo conocida de la señorita Charlotte? Además, “dulce hermana”… ¿No es una forma demasiado grosera de dirigirse a la futura Reina?

Marianne, que no ocultaba su expresión de descontento, la amonestó mientras sonreía con amargura.

—Bueno, pasó eso y lo otro. Además, no me importa, así que no digas nada más, Marianne. ¿Y? ¿Cuál es tu problema? Es inusual que quieras encontrarte conmigo.

—Um… Eso es, ya sabes…

Cuando pregunté por el motivo de su visita, de repente Marianne bajó la cabeza con una expresión preocupada. Preocupada por la excesiva indecisión de Marianne, la llamé.

—¿Marianne? ¿Qué ocurre?

—No, pensándolo bien, es una charla sin importancia. Pensando que por alguna razón tenía que informar a lady Lidiana he venido a toda prisa, pero ahora me estoy arrepintiendo. Venir hasta el castillo para eso, qué desvergüenza… De alguna manera, me he disculpado… rápido…

—No es nada. Estaba bastante aburrida, así que me alegro de que hayas venido aquí.

Cuando dije eso con sinceridad, Marianne puso una cara de alivio. Aun así, preguntó con timidez.

—Um, ¿no se enfadó el príncipe heredero?

—¿Eh?

Cuando pregunté de vuelta, sin entender por qué el nombre de Freed salió ahora, Marianne puso su mano en su mejilla con una expresión de hechizo.

—Que el Príncipe Heredero está encaprichado con lady Lidiana es una historia famosa conocida por todos. He oído el rumor de que no le apetece separarse de usted ni siquiera un momento. Hoy, le he robado el tiempo junto a lady Lidiana, así que me preocupa si he provocado el disgusto del príncipe heredero…

—Es Su Alteza quien me dijo que usara esta habitación, no debe preocuparse…

Pude notar que mi cara se crispó ante el contenido del rumor que se había difundido. Encaprichado. ¿Qué significa eso? Es una palabra vertiginosa que escucho por primera vez. Se extiende un rumor tan extraño, eh. Pero, ¿por qué? Aunque intenté hacer memoria, no tengo recuerdos del comportamiento que podría causarlo. Me quedé muy perpleja sobre por qué en el mundo se había extendido un rumor tan incomprensible.

—Este tipo de rumor se está extendiendo… Me duele la cabeza. Marianne, ¿qué querías informarme?

Es inútil interrogarla sobre los chismes.

Ya que se ha llegado a esto, le pedí que cambiara de tema, y enderezándose Marianne asintió.

—Sí. Si no recuerdo mal, lady Lidiana se fue antes del último baile celebrado en el Palacio Real, ¿no?

—Sí. sí.

Recordando de manera sucesiva lo ocurrido con el príncipe heredero Maximiliano, fruncí las cejas. Marianne continuó hablando.

—Se trata de lo que ocurrió después. El cantante que había mencionado en la fiesta de té de lady Lidiana apareció.

—También hubo una historia así…

El plan original era ver a la cantante. Eso, por alguna razón, cambió a una obra de sangre.

—La canción que cantó…

—¿Canción? Es verdad, ¿se dice que canta canciones inusuales?

—Sí, es cierto. Sin embargo, era igual a la canción que había oído cantar a lady Lidiana antes…

—¿La que cantaba?

—Sí. Es la canción que ha cantado una vez delante del cerezo. La letra era así…

—Eh… no puede ser.

Al escuchar la letra que salió de la boca de Marianne me solidifiqué por la sorpresa. Esa canción solo la he cantado una vez delante de ella. Pero, ¿ese cantante la interpretó? ¿Qué estás diciendo, Marianne? Es imposible que lo haya hecho… Es porque, la canción que dejé escuchar a Marianne era una canción de mi vida anterior. No debería existir en este mundo.

—¿Estás diciendo que ese cantante la cantó…?

Cuando, incapaz de creerlo, confirmé una vez, Marianne asintió con tranquilidad.

—Sí, recuerdo que lady Lidiana dijo antes que nadie conocía esta canción. Por eso me pareció extraño que la conociera. Pensé que era mejor que se lo notificara a lady Lidiana, vine aquí soportando mi vergüenza…

Sonreí hacia Marianne, cuya expresión se nubló al pensar que podría haber hecho algo innecesario, pero le aseguré que no era el caso. No era para nada innecesario. Estoy muy agradecida por esta información. Marianne no diría una mentira. En otras palabras, el cantante debe ser una persona reencarnada como yo. Además, para cantar una canción japonesa, es del mismo país que yo. No es que la reencarnación deba limitarse a la misma época, y no pretendo forzarla, pero me gustaría hablar con él, es lo que pensé.

Lucy
Umm... ¿Qué es lo que significara este nuevo personaje? Y si son de la misma época, ¿se conocerán de vidas pasadas?

Una respuesta en “¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 121: Ella y sus queridas amigas (1)”

  1. Q interesante
    También está la persona con la que fue a la guerra el príncipe hace muchos cap pasados
    Recuerdo q los métodos de guerra eran parecidos a los de la antigüedad q la prota conocía
    Será q hay más personas con sistcustancaias parecidas a la prota

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