¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 78: La estrategia del príncipe heredero silencioso

Traducido por Lucy

Editado por Ayanami


—¿Qué? ¿El Shinigami Rojo está vivo?

Dentro de la habitación resonó una voz ronca mezclada con sorpresa.

Padre —es decir, el rey de Sahaja— que había estado sentado en una silla dorada ricamente decorada se medio levantó.

El lugar era la sala de audiencias.

Originalmente, la sala tenía un carácter práctico, con decoraciones poco extravagantes, pero hoy en día se había transformado en un lugar de mal gusto, sin un rastro de pensamiento artístico. No había integridad en el estilo arquitectónico de la sala de audiencias, en la que sólo se utilizaba el oro, no podía llamarse bella bajo ningún concepto.

En respuesta a las palabras del Rey, la mujer que había hablado inclinó aún más la cabeza.

Su cabello de un azul intenso, excepcionalmente corto, sólo le llegaba a la nuca.

La mujer, que era la jefa del Gremio de Asesinos “Kuro” y una rumoreada amante de padre, continuó su informe en una voz algo baja.

—Sí, en Wilhelm. Es la información de un subordinado, pero “ojos rojos”, sin duda, está allí.

—¿En Wilhelm? Por qué en un lugar así. Pero, ¿no murió por la “Maldición de Sahaja”?

—Los detalles son difíciles de entender, pero no hay duda de que es esa persona. El apóstata lo confirmó. Difícilmente puede haber errores.

—Hou.

Yo también agucé mis oídos al escuchar el informe. Era una historia muy interesante.

El asesino que mi padre siempre quiso. No, el único superviviente del clan menor Hiyuma.

Hace ocho años hubo un intento para rodear su casa, el cual terminó en un fracaso, fueron aniquilados dejando sólo al Shinigami con vida.

Es una existencia que, inusualmente para él, mi padre tenía a largo plazo para poner bajo el control de un gremio.

Es el asesino más excelente, además, si consideras que es el último superviviente del clan Hiyuma, su valor de utilidad se dispara. Se vuelve algo inconmensurable si consigues que te reconozca como su maestro.

Consciente de la obsesión de mi padre, no tenía intenciones de involucrarme, pero si hubiera abandonado el país sería otra historia.

Es un desperdicio entregárselo a mi padre.

Ya me habia interesado por él desde antes.

Si es una herramienta capaz, sólo es útil si pongo mis manos en él.

Pensando así, aparecí desde la sombra de un grueso pilar finamente grabado.

Por un instante, mi padre se sorprendió de que una persona saliera de un lugar al que no le prestaba atención, pero cuando se dio cuenta de que era yo, su actitud pomposa volvió.

—Estimado padre.

—Maximilian, eh.

Con su corpulento cuerpo inmóvil, mi padre sólo giró los ojos por la sorpresa, pero al momento siguiente perdió el interés y revirtió su mirada.

Padre, con un manto profundamente bordado en oro, sólo puede ser visto como un cerdo engordado dándose aires.

Sin tener en cuenta mis pensamientos internos, me incliné cortésmente ante aquella persona.

—He oído la charla actual. Si me permite, iré a Wilhelm.

—¿Lo harás?

—Sí.

Al escuchar algo inesperado, mi padre dirigió su mirada hacia mí, a lo que yo asentí en señal de afirmación.

Un cabello liso cayó sobre mi cara. El mismo cabello plateado que el de mi padre, lo cual mostraba nuestra relación de sangre, tenía pensamientos tan repugnantes.

—Confirmaré la existencia del Shinigami Rojo y, si es posible, sugerir que trabaje para el Estimado Padre.

—Hmm…

Buscando mi verdadero motivo, su mirada me atravesó como una flecha. Una voz burlona resonó en toda la sala de audiencias.

—Ciertamente, verificar la verdad es necesario. Pero, ¿qué clase de acontecimientos son para que tú, que nunca participas en campañas, lo sugieras?

—Ninguno en particular. Como ha dicho mi padre, sólo permanezco en el castillo sin distinguirme en los asuntos militares. Sólo pienso que me gustaría ser útil para el Estimado Padre algunas veces, pero ¿hay algún problema con eso?

»Además, he oído que el príncipe heredero de Wilhelm se ha comprometido. Hay una pretensión de darle el enhorabuena. ¿No es la oportunidad perfecta para que yo vaya?

El compromiso del Príncipe Heredero. Al oír esas palabras, las cejas de padre se movieron con desagrado.

Sabía que este tema provocaría una respuesta.

El príncipe heredero Friedrich.

Se podría decir que es el enemigo natural de nuestro país Sahaja.

En los últimos años, él es la causa principal de que cada invasión a Wilhelm sea repelida.

El príncipe heredero de pesadilla con cabello rubio y ojos azules que puede derrotar a diez mil soldados solo.

Es el príncipe que siempre está al frente en momentos de emergencia, la poderosa magia que dispara con una complexión inalterada ha dejado traumatizados a no pocos soldados. El Segundo Príncipe al que se le confió el mando del ejército hace dos años es uno de ellos.

Ahora, cuando aparece en el campo de batalla, los soldados de nuestro ejército caen en picada con suficiente ímpetu como para ser capaces de huir.

Es una historia vergonzosa, pero la tregua con Wilhelm que se nos impuso hace dos años es a causa de esto. No tiene sentido declarar la guerra cuando los soldados no pueden luchar.

Reducir el poder del Príncipe Heredero.

Y, si es posible, eliminar su existencia misma y, esta vez, obtener el control total de ese país, entiendo que mi padre está pensando en eso.

La obsesión de mi padre con Wilhelm es extraordinaria.

El país sin desastres naturales. Bendecido por el clima, con vastas llanuras, también posee muchas minas de oro.

También está el océano al este. Destruir Wilhelm que ha sido bendecido con todo y gobernar esa tierra es la ambición de mi padre desde hace mucho tiempo.

El mayor enemigo de esa ambición es el príncipe heredero Friedrich.

La Corona que aún es joven, con sólo veintiún años, es ensalzada como impecable.

Me he encontrado con él varias veces en ocasiones oficiales, parecía una persona tranquila y serena, sin ningún defecto.

Parece no tener defectos, es talentoso en el manejo de la espada y el poder mágico en su interior es enorme.

Me parece realmente problemático que este sea el próximo Rey de Wilhelm.

—Por supuesto, no tengo la intención de ir en contra de las intenciones de mi Estimado Padre. Si es una ayuda innecesaria, me detendré en ella. No me importa fingir que no he dicho nada.

Sin embargo, confiando en que mi padre estaba escuchando atentamente, le informé.

—El príncipe heredero de Wilhelm está excepcionalmente encaprichado con su prometida. Qué clase de mujer es, qué obsesión tiene, si es posible me gustaría confirmarlo yo mismo… Creo que también sería útil para mi estimado padre…

—Muy bien…

Después de que continuara el silencio lleno de una ligera vacilación, mi padre asintió con esas palabras.

—Si la información es creíble, no hay duda de que el Príncipe Heredero está encaprichado con su prometida. Como prueba, intenté enviar asesinos a esa prometida, pero todos fueron asesinados en la fase de planificación. Fue el Shinigami Rojo quien los mató. Tal vez, fueron asesinados porque habían escogido tontamente una pelea con el Shinigami, pero es un hecho que un plan quedó en nada por eso. Que molesto.

Debería convertirse obedientemente en mío, escupió mi padre.

No creo que el Shinigami se convierta en un subordinado de un hombre del calibre de mi padre, pero asentí para afirmar las palabras de mi padre.

Él asintió satisfecho y me apuntó con el cetro dorado que sostenía.

Resonó el sonido de un metal que chocaba.

—Hay dos cosas que debes hacer. La primera es, por supuesto, sobre la prometida. Asegúrate con tus propios ojos si ella podría ser la debilidad del Príncipe Heredero. Otra es contactar al Shinigami rojo. No necesariamente está en Wilhelm todavía, pero si lo encuentras, asegúrate de traerlo inmediatamente aquí.

Asentí y agaché la cabeza.

—¿Y las heridas? ¿Está bien mientras vuelva con él vivo?

—Si sus miembros están unidos, no me quejaré. Es un hombre que superó la “Maldición de Sahaja”. No será un gran problema.

—Lo entiendo, estimado padre. Ciertamente.

De cara a mi padre, me incliné, y mientras miraba hacia abajo las comisuras de mi boca se levantaron.

Como esperaba, todo salió bien.

Mientras me regodeaba en mi mente, mi padre levantó una voz aguda.

—No pienses en nada extraño, Maiximilian.

—Cosas extrañas, padre está diciendo cosas raras.

Mientras me resistía a reír por la reacción demasiado esperada, abrí los ojos de par en par, como si no entendiera el significado y eché un vistazo para ver que me estaban mirando.

Como era de esperar, es el Rey del país. Ciertamente, creo que tiene grandes aspiraciones, aun así, no son a prueba de ese Príncipe Heredero.

A diferencia del pasado, mi Padre, que sólo da instrucciones sin aparecer en el campo de batalla directamente, no es un oponente para ese hombre que está al frente.

Mi Padre golpeó el suelo con el cetro y habló con una voz fría.

—Crees que no sé nada. Eres el próximo Rey de Sahaja. Por eso cierro los ojos ante ello, pero hay un límite. ¿Lo entiendes?

Debe estar hablando de los subordinados que he reunido en secreto de él.

Esperaba una fuga de información hasta cierto punto. No hay ningún problema.

Mientras sonreía en mi corazón, mostré una apariencia despreocupada.

—No entiendo lo que mi Padre está diciendo, pero ciertamente, lo guardaré en mi corazón.

Todavía no es el momento.

Al insinuar que no estoy planeando nada, mi padre giró la cara con un hmph.

—Me pondré en contacto con Wilhelm… Retírate.

—Disculpe.

Haciendo una reverencia más, abandoné la sala de audiencias decorada con mal gusto.

Cuando me convierta en el Rey, vamos a hacer algo con esta sala primero. Simplemente no puedo soportar este mal gusto.

—Su Alteza.

Nada más salir de la sala, un hombre alto con armadura negra se acercó a mí, sin mirarle a la cara comenzó a hablar.

Incluso sin una confirmación puedo saber quién es por la voz.

Uno de mis escoltas y ayudantes. Fabius.

—Voy a Wilhelm.

Mientras me dirigía a mi habitación en el interior del Palacio Real, sólo le informé de mi intención.

Fabius, que me seguía, habló con una voz llena de perplejidad.

—¿A Wilhelm? ¿Irá Su Alteza?

—No aceptaré ninguna pregunta. Está bien mantener la comitiva al mínimo. Haz los preparativos.

—Sí.

Cuando le proporcioné sólo la información necesaria, Fabius saludó y abandonó la escena.

Al confirmarlo, dirigí mis pasos no a mi habitación, sino al interior del palacio.

Cuando vaya a Wilhelm no podré abrazar a las mujeres durante un tiempo. Si ese es el caso, antes de irme, llamaré a algunas de las ocho concubinas, cuando pensé y recordé que ese hombre dará la bienvenida a la princesa consorte en unos meses.

—Princesa Consorte, eh…

Todavía no tengo una Princesa Consorte. Cualquier mujer es igual, sólo son irritantes.

Cada una de ellas, cuando me ven, me lanzan sus cuerpos para ganar mi favor.

Es monótono, como poner un sello. Incluso las mujeres que al principio muestran su odio, con un poco de amabilidad abren obedientemente las piernas.

Es lo mismo con la octava concubina que llamé esta vez.

Solicitando mi amor y finalmente rogando por la posición de Princesa Consorte.

Pero, no me apetece. No tengo intención de darles un hijo.

No hay ninguna mujer entre las concubinas que sea digna de ser mi Princesa Consorte.

Quiero que la Princesa Consorte sea útil.

Me preocuparía si ella carece de apariencia, también quiero que tenga una posición social suficiente.

Una tonta que me moleste sería desagradable. Ser inteligente no estaría mal. Por supuesto, una mujer hipersensible que no puede hacer que el palacio interior la soporte no es buena.

Si la mujer no tiene el calibre para estar a mi lado, que tarde o temprano liderará la nación, hacerla princesa consorte no tiene sentido.

El asiento de la Princesa Consorte aún está vacío.

Aun así, tengo que empezar a pensar en ello adecuadamente. Un heredero es necesario.

Si no puedo encontrar una mujer adecuada sin importar qué, necesito priorizar las condiciones.

¿Qué clase de mujer pretende tomar este hombre como esposa?

Es el próximo rey de una gran nación como Wilhelm.

Ese hombre, que no había estado interesado en el matrimonio en absoluto, decidió casarse.

Parece que era una candidata a novia desde el principio y el compromiso se decidió en un instante.

Una ceremonia de boda en medio año es excepcionalmente rápida para la realeza.

De un traidor he recibido información de que el Príncipe Heredero está encaprichado con su prometida.

Como persona que conoce a ese Príncipe Heredero, aunque sea un poco, no puedo creerlo sin verlo yo mismo.

Aunque sólo sea para confirmarlo de primera mano, ir a ese país merece una reverencia a padre.

Y luego está el Shinigami Rojo.

Se dice que ha sido visto en el Palacio Real de Wilhelm, pero me pregunto si sigue en ese país.

Qué está haciendo. Por qué está en ese lugar.

Por supuesto, si encuentro al Shinigami, no tengo ninguna intención de entregárselo a mi padre.

Se dice que Hiyuma tiene ojo para la gente. Que impertinente para una simple herramienta, aun así, si ese es el caso, primero necesito hacer que me reconozca como su maestro.

Las herramientas sólo tienen valor cuando se usan.

—Ku, ku…

Inconscientemente, la risa brotó.

—Parece que finalmente me divertiré después de mucho tiempo.

Hay muchas cosas que tengo que hacer.

Pero, en primer lugar, vamos a esperar y ver. Todo comienza a partir de ahí. Está bien actualizar el plan basado en la situación.

Pensando en el tiempo de diversión a partir de ahora, me dirigí al palacio interior con mi voz temblando de buen humor.


Ayanami
Y aquí estamos, terminando un volumen más de esta gran novela 😉 sigan con nosotros que la historia se pondrá aún mejor ♥♥♥

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