¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 89: El Shinigami y el Apóstata

Traducido por Lucy

Editado por Ayanami


Ese es el príncipe heredero Maximiliano… ¿no es así?

Mientras observo en secreto a dos personas que bailan en la fiesta nocturna, examino las presencias en mi entorno.

El Príncipe Heredero de Sahaja que veo por primera vez parece ser como dicen los rumores.

Incluso si finge amabilidad en un país vecino, no la muestra en Wilhelm.

Lo más probable es que sea porque no es rival para el Príncipe Heredero de Wilhelm, parece todo un villano. 

No tengo ni idea de lo que está pensando. 

Maximiliano no tenía planes de venir a Wilhelm. Puedo decir eso con certeza. Si está aquí, debe tener algún asunto urgente. Ese debe ser el caso.

Pidió reunirse con la princesa, ¿no es así?

No entiendo eso.

La Princesa de verdad es mi maestra y una existencia insustituible para mí, pero debería ser una persona de la que no vale la pena preocuparse.

Sin embargo, por qué vino de forma expresa aquí e incluso pidió conocer a la Princesa.

No puedo imaginar que no tenga ningún significado.

Hasta que entienda su objetivo, será mejor que no me aleje mucho de la Princesa. 

Incluso si está bien cuando la Princesa está con su esposo, puede ser mejor tener cuidado en otros momentos. Nunca se sabe en qué enemistad puede incurrir la realeza.

Soy incapaz de decir que ella nunca será apuntada.

Una vez más, miré a la Princesa bailando con Maximiliano.

Sentí que su expresión era más rígida que de costumbre. Al darme cuenta de que ella de verdad lo detesta, me escaqueé un poco.

Hablando del Príncipe Heredero Maximiliano, es el llamado príncipe silencioso de la Corona, famoso por su apropiada belleza.

De hecho, hay muchas jóvenes que envían miradas apasionadas hacia Maximiliano, quien está bailando en la pista. Incluso desde mi perspectiva de hombre tiene un rostro hermoso, por lo que creo que debe ser considerado así.

Pero, la Princesa parece desinteresada por completo.

La princesa está enamorada de su esposo a profundidad. 

Parece no tener conciencia de sí misma, pero mi ama está, de forma inesperada, enamorada del hombre que se convertirá en su esposo dentro de unos meses. En cuanto a ese esposo, no hacía falta decirlo.

La propia persona lo negaba con increíble vigor, pero viéndolos creo que cualquiera podría darse cuenta.

Cuando están juntos se pegan el uno al otro y coquetean sin importar la ocasión.

Siempre tocándose en alguna parte, parecía una tontería burlarse de ese dulce ambiente. La respuesta correcta era huir con rapidez.

Me descalificaría como guardia, pero ella tiene al invencible Príncipe Heredero de su lado.

Ese hombre nunca dejará de protegerla.

Cuando se trata de una persona creíble a la que pueda confiarle a la Princesa, creo que el hombre elegido por ella es bueno. Estoy bastante aliviado, ya que puedo moverme con libertad mientras tanto.

Ahora bien, cuál es el objetivo de Sahaja. Lo más probable es que los preparativos para la conquista de Wilhelm, pero…

El Rey de Sahaja tiene como objetivo a Wilelm, incluso los niños pequeños de ese país saben de este hecho.

Han pasado dos años desde la última guerra. No sería extraño que hicieran un movimiento pronto.

Pero, Wilhelm tiene a ese Príncipe Heredero.

El impecable Príncipe Heredero. Desde el punto de vista de Sahaja, era el Príncipe Heredero de sus pesadillas.

A menos que se ocuparan de él de alguna manera, no había perspectivas de victoria para Sahaja.

No había manera de que pudieran ganar contra un hombre que masacró a diez mil soldados solo.

Pensando así…

Tal vez… ¿Están apuntando a la Princesa para reducir el poder del Príncipe Heredero…? ¿Están observando…? De ninguna manera… No, pero.

No puedo decir que no con confianza.

Si eran conscientes del enamoramiento de ese esposo, no sería extraño pensar que lo más rápido es atrapar a la persona que está a su lado.

Eso era mucho más fácil que derrotar a la persona misma.

En serio… Oy, tch.

Por un momento, sentí una débil sed de sangre.

Al notarlo, me sentí molesto. Porque recordaba esta sed de sangre.

Oi, oi, oi… Este tipo no se fue a casa. 

Me rasqué la cabeza. Eso era demasiado inesperado.

El dueño de la sed de sangre era el “Apóstata Negro” que pertenecía al gremio de asesinos Sahaja “Kuro”.

Es Scheat.

No confundiría su única sed de sangre.

Él dejó salir su sed de sangre que solo yo entendería… Muéstrate, eh.

Al notar eso, se me escapó un suspiro.

Miré hacia la pista de baile.

El Príncipe Heredero Maximiliano y la Princesa están bailando.

Y mirándolos está el esposo de la Princesa.

Mientras esa persona esté mirándolos, el Príncipe Heredero no podrá hacer nada extraño.

Juzgando que estaba bien irse, aunque de mala gana, decidí responder a la llamada de Scheat.

♦️ ♦️ ♦️

—¿No te has ido a casa?

Me dirigí a un lugar fuera de la vista detrás del castillo.

De inmediato, me di cuenta de dónde se escondía Scheat y llamé en esa dirección.

En efecto, Scheat apareció poco a poco.

Me quedé boquiabierto ante la figura que salió de la sombra del árbol.

Ropa de sacerdote con una espada larga. Sin embargo, un rosario con una cruz invertida decoraba su pecho.

Frente a Scheat con su rumoreada ropa de trabajo, chasqueé la lengua en mi mente.

Ropa de trabajo… Es decir, está trabajando.

Aunque no nos vean, seguimos dentro del castillo.

No quería causarle problemas a la Princesa haciendo cosas llamativas.

En contraste conmigo, que estaba tenso por si estallaba una pelea, Scheat estaba despreocupado.

—¿Eh? ¿Te has dado cuenta? Después de todo, Caín es perceptivo. No pensé que habría alguien que pudiera sentir mi presencia.

Al escuchar su franca y ligera voz sin interés por la lucha, relajé en secreto mi cuerpo.

Aun así, mantuve la mínima tensión.

—Oi… Me llamaste con tu sed de sangre, así que qué estás diciendo. En primer lugar, tu sed de sangre es única. Esfuérzate más si quieres ocultarla.

Sed de sangre pegajosa. No había manera de que la confunda, incluso si la cantidad era baja.

Escupí eso, pero, por alguna razón, Scheat sonrió con delicia.

—Vaya. Es la primera vez que Caín me habla así. Me alegro. Al fin y al cabo, es divertido hablar con una persona de la misma categoría.

Sus característicos ojos de gato se entrecerraron. Cada vez me irritaba más el hombre que hablaba de manera despreocupada.

—¿No dijiste que ibas a volver a Sahaja…?

—He vuelto. Recibí un trabajo, así que vine de nuevo. Tú también lo entiendes, ¿verdad? Tan pronto como vuelvo a casa, consigo otro trabajo. Es difícil ser popular. No hay tiempo para descansar.

«De vez en cuando quiero unas largas vacaciones», miré al hombre que dijo eso.

No tengo tiempo para seguir sus absurdas bromas.

Debo sacarle la información sobre su propósito.

—¿A quién has venido a matar esta vez? Lo más seguro es que no se trate de la persona importante de Sahaja.

Cuando se le preguntó si había venido a matar al príncipe heredero Maximiliano por orden del Rey, los ojos de Scheat se abrieron de par en par y sacudió las manos.

—Equivocado, —apeló de forma exagerada. —No iría de manera expresa a otro país a matarlo. Es una molestia. Además, hablar de trabajos es un tabú. Lo entiendes, ¿verdad?

Por un momento estuvo a punto de convencerme, pero me detuve.

El sentido común de los asesinos de Sahaja. Como si me importara a estas alturas.

—Ya no tengo nada que ver con el gremio…

—¿Por lo tanto no estás obligado a cumplir las reglas? Bueno, es cierto. Las organizaciones traen muchos problemas. Debe ser agradable estar libre de ellos. Yo también anhelo eso.

—No importa, responde mi pregunta. ¿Por qué has venido? ¿A quién has venido a matar?

La forma en que el hombre habló de verdad me irritó.

Después de poner las manos detrás de su cabeza con lo que pregunté, Scheat puso un dedo contra sus labios y pareció reflexionar durante un rato.

—Eso es un secreto, no te convencerás con eso, ¿verdad? Bueno, da igual. Te enseñaré. No es algo que haya que ocultar. Esta vez estoy a la espera, en esencia. Y tengo otra tarea. Esa tarea es… invitarte.

—¿Ja?

Sin entender lo que me habían dicho, salió una voz tonta.

—Estoy diciendo que he venido a un país extranjero para invitarte. Este yo, lo hizo. Porque parece que Caín mataría a otros antes de hablar. Después de todo, estoy calificado.

—¿Invitarme… a “Kuro”?

Recordé la organización a la que pertenecía Scheat y, al sospechar, hice una pregunta, pero él negó con la cabeza.

—No. A mi cliente. Verás, te quieren por todos los medios. Para mí sería divertido que vinieras con nosotros, pero he aceptado una petición.

«¿Qué vas a hacer?» Entendí que era lo que preguntaba la mirada del hombre. Su cliente era el Rey de Sahaja.

Era casi seguro por su actitud.

Pero, como era natural, no asentiré.

Ya había hecho un contrato con la Princesa, no tenía ninguna intención de cambiar mis principios.

No importa quién sea, era demasiado tarde.

—Me niego.

—Ya lo creo. Tu cara también lo dice. La verdad es que no esperaba encontrarte hoy aquí. Pensé que ya habías dejado el país. Porque, ¿sabes? La última vez dijiste que no volverías a Sahaja y que no servirías aquí. Por eso pensé que era imposible que estuvieras aquí.

—Es mi culpa.

—No importa. Quería conocerte, así que está bien, pero… ¿Por qué sigues aquí? ¿Este país es tan agradable para vivir?

Respondí a la brevedad, mientras Scheat ladeaba la cabeza.

—La verdad es que no.

Eso no importaba.

El lugar donde debo estar es donde está mi amo.

Estaba aquí porque es donde está la princesa. Eso es todo.

De hecho, sea más allá del océano o allá en el desierto, no importaba. Mientras mi amo esté allí.

—Me quedo aquí porque tengo una razón para hacerlo. Eso es todo. Y no tiene nada que ver contigo… y con los tipos que se esconden en la espesura de allí.

Con estas palabras, lancé un cuchillo que llevaba oculto en el pecho.

Después de un silbido, escuché una voz apagada desde el interior de la espesura. Después de un momento, escuché el sonido de una persona cayendo.

Al parecer, el cuchillo impactó de forma espléndida en uno de los órganos vitales y acabó con la vida del objetivo.

Confirmándolo solo con los ojos, Scheat aplaudió de forma poco natural.

—Maravilloso. He oído que el Shinigami también es hábil con los cuchillos, pero esto supera mis expectativas. Incluso sin una línea de visión has dado en los puntos vitales.

—¿Cuánta gente has traído solo para mí…?

Las presencias de los pocos que quedaban se retiraron con rapidez cuando su compañero se desplomó.

Cuando lo confirmé y desvié la mirada hacia Scheat, éste se encogió de hombros con buena cara.

—No lo sé. No tengo nada que ver con ellos. ¿El cliente no los consiguió por su propia cuenta por la preocupación? Por eso no tengo que preocuparme por ellos.

—¿Por eso no te has movido?

—Sí. Después de todo, no es mi trabajo. No me importa quién vive o muere aparte del objetivo.

Hice una mueca cuando Scheat dijo que no le importaban sus compañeros con una cara seria.

—Estás roto…

—Si tú lo dices, eres igual, Shinigami rojo. Matando de forma indiscriminada, tu naturaleza es peor que la mía.

Es así…

No eran mis camaradas, así que solo no necesitaba hacer la elección.

Pero era inevitable que me digan eso, creo que era natural que me vieran así.

Por eso asentí con la cabeza.

—Aah, estoy roto. No lo voy a negar.

—Somos iguales. Solo podemos vivir como asesinos. Como herramientas. Por eso, ven. Por qué no ser herramientas útiles juntos.

—Eso está mal.

—¿Eh?

Como Scheat tenía los ojos bien abiertos, lo dije con claridad. Estaba orgulloso de mí mismo por ser capaz de negarlo de inmediato.

Fue inconsciente, pero creo que quizás estaba sonriendo.

No soy una herramienta.

Porque la Princesa, mi maestra, no me ha tratado ni una sola vez como una herramienta. Ella me enfrentó de manera adecuada como una persona.

Ella dijo que mis aborrecidos ojos rojos eran hermosos.

Se lo agradezco.

—No lo entenderías. No importa lo que digan, no me iré. Si usas la fuerza, solo me resistiré… Entiendes mi fuerza, ¿verdad?

Hice un contrato con la Princesa, así que los grilletes de mi poder cayeron.

Puedo usar el arte secreto sin problemas, mi habilidad física también aumentó, ahora es incomparable a antes del contrato.

Tengo mucha más confianza en mí mismo que antes.

La confianza en que podría repelerlo, aunque no sea ileso… está ahí.

—Hmmm, si es posible, me gustaría abstenerme. Me dijeron que te trajera conmigo, pero pareces mucho más fuerte de lo que he oído, y no es que haya recibido la orden de matarte. Siendo sincero, sería difícil capturarte vivo. Sea como sea, va en contra de mi política matar sin una orden.

«¿Qué debo hacer?» Como Scheat dijo eso como si estuviera de verdad preocupado, me miró perplejo.

—Entonces… dejémoslo de lado por hoy.

—Hmm, eso es razonable, eh. Le diré a mi cliente que no estás interesado en servirle. Cuál será la siguiente orden, no lo sé, pero… Bueno, por ahora lo que sea. Haré esto.

Entonces, mientras Scheat intentaba retirarse, lo detuve.

Había una cosa más crucial que necesito escuchar.

—Oye, Scheat. Dijiste que estabas a la espera de otra tarea… ¿Estás apuntando a alguien?

Cuando dije su nombre, dejó de caminar de repente.

Miró hacia atrás sin prisa.

—Pues sí… pero como era de esperar no puedo decirte a quién… Averígualo tú mismo.

—¿Apuntas a la realeza de este país…?

—¿Te involucra a ti?

—Tch… No lo hace.

Sería malo exponer sin habilidad mi relación con la Princesa.

Al darme cuenta de eso, rechiné los dientes al no poder cuestionarlo más.

Scheat me miró de forma intensa.

—¿Qué…?

—Caín… Recuerdas mi nombre.

—¿Ja? Te he llamado por él, ¿no?

—Sí, es así. Pero de verdad no pensé que lo harías.

Me preocupé cuando Scheat me miró con una cara de sorpresa.

—¿Por qué? Lo había oído, así que decidí llamarte por él.

Scheat también me llama por mi nombre, así que no tengo ninguna razón para no llamarlo por el suyo.

—Ah, sí. De verdad es así…

Sin entender el significado, ladeé la cabeza, pero Scheat se limitó a asentir, por lo que veo.

Entonces, levantó la cara.

—¿Qué?

—Nada… Pero, si es así. Si es posible, te ruego que vengas a este lado. Entonces, más tarde. Encontrémonos si hay una oportunidad, Caín.

—¡Oi!

Llame a Scheat, pero desapareció en un abrir y cerrar de ojos.

Sin embargo, si quisiera perseguirlo, podría hacerlo.

—Estoy preocupado por la Princesa.

Abandoné el pensamiento sin dudarlo y decidí volver al lugar de la fiesta nocturna.

Al final, no tengo ni idea de a quién apunta Scheat.

Lo único que entiendo es que el Rey de Sahaja sigue apuntando a mí.

«¿Debería irme del lado de la Princesa para no molestarla?»

«No, eso es demasiado precipitado.»

—En primer lugar, ¿debo matar a la gente que busca invitarme?

«Me parece una buena idea…»

«Sí. Vamos a hacerlo por ahora.»

No quiero que la Princesa, que está ocupada con los preparativos de su matrimonio, pierda el tiempo con mis problemas personales.

Entonces, debería resolverlo antes de que la Princesa se entere.

Si persisten en invitarme demasiado, no tendré más remedio que consultar a la Princesa y considerar ir a Sahaja en un ataque directo, pero… si es posible.

«Quiero estar del lado de mi maestra…»

Debería priorizar la vida de mi maestra sobre la mía.

Porque ese es el destino del clan Hiyuma, no me gustaría dejar el lado del Maestra por mis propias circunstancias.

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