¡No quiero ser Princesa! – Extra 2: Su secreto (1)

Traducido por Lucy

Editado por Nemoné


Fue cuando tenía dieciséis años. Como la reproducción del daifuku fue todo un éxito, como de costumbre vine a la cocina. La existencia del daifuku sorprende y conmociona a todo el mundo, y es un hecho reciente que mi idea fue aceptada. Sorprendido de que su hija tenga un talento inusual, mi padre me dio su permiso para entrar en la cocina después de lo sucedido. Tal vez este resultado fue también gracias a mi costumbre de asomarme al interior de la cocina cada vez que tenía tiempo libre.

Cuando hoy también me he dejado caer sin rumbo, me han recibido el jefe de cocina Thomas y los cocineros a su cargo, y la conversación ha girado rápido en torno a si voy a hacer algún plato nuevo. Mientras estaba allí pensando que no me importaba ya que me sentía aburrida de todos modos, Thomas, que por lo general me interrogaba con más celo que nadie, bajó los ojos y su expresión se nubló. Gracias a su depresión, su cuerpo regordete se volvió aún más redondo.

—¿Thomas? ¿Qué pasa?

El hombre, que siempre me interroga con ojos brillantes, al estar callado me preocupó. O mejor dicho, me resultó desagradable. Dejé lo que estaba haciendo, y cuando traté de preguntar por la razón, de forma inusual dijo de forma evasiva que no era nada. Me pregunto si este hombre sabe que esa actitud es de lo más preocupante.

—Si pasara algo, ¿podría hablar? Por supuesto, no voy a insistir, sin embargo, voy a estar demasiado preocupada como para pensar en cocinar.

—Lo siento, Maestro…

Thomas bajó la cabeza en señal de disculpa. Cuando le insté de nuevo, habló con vacilación.

—Me disculpo por hacerte dejar lo que estabas haciendo, Maestro. Soy un bendito comparado con ellos… Solo estaba pensando que…

—¿Ellos?

No entiendo a qué quiere llegar. De quién demonios está hablando. Como transmití mi duda solo con la mirada, con un solo movimiento de cabeza Thomas comenzó a hablar.

—Los juniors bajo mi maestro. Me formé bajo el anterior jefe de cocina, mi padre, pero se convirtieron en aprendices de él después de que se retirara de aquí.

—¿Qué pasó con esos juniors…?

Cuando pregunté, un poco molesta por su forma de hablar, Thomas comenzó a explicarlo poco a poco.

♦ ♦ ♦

Según su historia, parece que no es fácil para los cocineros encontrar un trabajo en este mundo.

Sin conexiones, no serás contratado por los nobles. Es un mundo demasiado duro. Que su padre fuera jefe de cocina a tiempo completo de la casa ducal de Vivoir fue conexión mas que suficiente para que lo contrataran, pero después de someterse a la severa formación todos sus juniors no encontraron trabajo.

—Todos están capacitados. Pero… cómo decirlo, son torpes…

Incluso si consiguen una entrevista fracasan, sin referencias solo son rechazados en la puerta. A juzgar por lo perdida que estaba la voz de Thomas, entiendo que debe preocuparse mucho.

—Entonces, ¿cómo se ganan la vida? ¿Han encontrado otro trabajo?

—No, todos tienen su orgullo de cocinero. Quieren tener trabajos relacionados con la cocina de alguna manera, y después de correr por todos lados, al final encontraron un trabajo temporal en un pequeño restaurante de la ciudad.

Qué, entonces encontraron al final trabajo. Entonces por qué Thomas tiene una cara tan grave. Cuando ladeé la cabeza confundida, él suspiró diciendo que de ahí venía el problema.

—El restaurante donde mis juniors fueron contratados era de verdad pequeño… Pero, a mediodía y por la noche, rebosaba de gente, era un restaurante famoso en esa zona. Entonces, llamó la atención de un noble…

Informó al tendero para que cerrara la tienda y vinieran a trabajar para él.

—El tendero se negó. Abrió el restaurante porque quería que la gente comiera su comida de esa manera. No pretendía ser empleado por un noble, eso dijo.

—Qué persona tan decidida…

Ya veo, estoy convencida. Hay muchos cocineros que quieren ser contratados por los nobles. Pero, en la misma línea, hay de los que se preocupan más porque la gente coma su comida. Estos cocineros, después de ganar una cantidad considerable de dinero, suelen abrir sus propios negocios en la ciudad. Parece que el tendero de esta vez era de ese tipo. 

—Pero, ese noble no entendió sus palabras. Su situación financiera mejoraría en comparación con la gestión de un restaurante en la ciudad. La valoración de la sociedad también aumentará. Por qué te niegas, se puso en un ataque de ira.

—Hay idiotas por todas partes…

Es de los que no pueden sentar cabeza si no tiene todo bajo control. Este tipo de noble. Es de verdad una historia absurda.

—¿Y? Me pregunto qué hizo el tendero.

—El tendero no asintió. El orgullo del noble debe haber sido herido. Como venganza, abrió el mismo tipo de tienda frente a la de él. Fue meticuloso, colocó allí a sus cocineros personales, además puso los precios más bajos.

—Vaya, mi…

Aunque el método es destacable, no hay duda de su eficacia. Montar una tienda superior cerca de la tienda que quieres aplastar es en cierto modo lo básico. Cosas similares se hacían a menudo en mi vida anterior.

—El tendero llevaba un tiempo haciendo lo posible, pero los clientes son directos. Si hay un lugar donde puedan comer delicioso a precios más bajos, acudirán allí, no pudo mantener la tienda y tuvo que cerrarla.

—Tal vez…, previendo eso, el flujo fue que se le pidió algo así como “Ahora, ven a mi mansión”.

—Como se esperaba de la maestra. Fue justo así. Pero el comerciante desechó la propuesta.

—Es natural… Le robaron su preciada tienda, no hay manera de que vaya cuando se le dice que lo haga.

Más aún si se enorgullecía de su tienda.

—Pero, con eso el tendero provocó por completo la ira del noble. Presionó a las otras tiendas para que no lo contrataran o ayudaran ni a él o a la gente que trabajaba allí. Suponiendo que fueran descubiertos, sabían lo que les esperaría. La gente del pueblo que conocía toda la historia entonces no podía moverse.

—Lo peor… Como referencia, me pregunto si podría decirme quién es ese noble.

Hay muchos nobles que se han ganado la reputación de gourmets. Por desgracia, entre ellos hay algunos que aunque ruedan en dinero, de verdad carecen de dignidad, hay bastantes tipos tan impertinentes entre los nobles. Cuando pregunté adivinando quién de ellos podría hacer, Thomas habló con timidez.

—Es el Barón Wire…

—Ah, él…

Fruncí las cejas ante el nombre que salió. Barón Wire. Es un nombre que en el último tiempo escucho a menudo de mi hermano. Por supuesto, no en el buen sentido. Se rodea de una gran cantidad de cocineros y no escatima en dinero para celebrar fiestas gastronómicas semanales en su residencia. Es un hombre que adquirió el título de barón tras triunfar en el comercio exterior, reuniendo abundantes riquezas en su vida. Ya debe estar cerca de los setenta años. Aun así, sigue teniendo mayores ambiciones, siempre que tiene tiempo libre va a la corte real con el objetivo de establecer conexiones con nobles de alto rango. Tiene un mal carácter de hombre bastante lujurioso. El otro día, seguro tomó como segunda esposa a una joven de veinte años. Debió casarse con una tercera hija de una casa vizcondal endeudada con la condición de cargar con su deuda. Recuerdo que mi hermano le llamó “Hiena” con tristeza.

—Ya veo, si es él puedo verlo…

Nunca lo conocí de forma directa, pero reviso su retrato actualizado cada año. Un hombre pequeño que engordó con una dieta gourmet. Recuerdo haberme sentido incómoda con su mirada fija.

—¿Sabe la maestra del Barón Wire?

Al ver mi mueca de desagrado, Thomas hizo una pregunta.

—Nunca lo he conocido, pero sé qué clase de persona es. Por desgracia, su reputación no es demasiado buena. He oído que es un estereotipo de persona que lo resuelve todo con dinero.

—Es justo así… —dijo, dejando escapar un gran suspiro, y se sentó en una silla cercana.

Rápido reconfirmó el estado actual de sus Juniors con él.

—Es decir, aunque la tienda había sido aplastada, el Barón Wire ha mantenido un ojo vigilante, por lo que es imposible reconstruir la tienda o encontrar un nuevo trabajo… Ese es el estado actual, ¿verdad?

—Sí… yo también quería ayudar de alguna manera.

Por supuesto, no hay nada que un simple cocinero como Thomas pueda hacer. Me puse la mano en la barbilla, y traté de pensar en cómo quejarme al Palacio Real. Qué tal si primero presionamos a la Guardia Real para que patrulle la ciudad, y luego nos quejamos de forma directa al Palacio Real.

—¿Han intentado quejarse a los de arriba?

—Lo hemos pensado, pero pensar en las represalias posteriores nos da miedo. Además, aunque es un problema grave para nosotros, no creo que escuchen los problemas de una sola tienda privada. Por desgracia, este tipo de historias son una docena en la ciudad. No puedo decir que se nos conceda un trato preferente en absoluto.

—¿Es común la historia actual sobre el Barón Wire…?

—Sí.

Thomas asintió con gravedad. Los otros cocineros que nos observaban a distancia asintieron como si le siguieran. Me sentí mareada por no ser consciente de la situación que se desarrollaba ante mis ojos. Sabía que había muchos nobles horribles. Y que había nobles que hacían lo que querían, abusando de su autoridad. Pero, como era natural, nunca hubiera pensado que uno estuviera tan cerca de mí… De alguna manera, estoy demasiado enfadada.

—Thomas…

—¿Sí?

Antes de darme cuenta, estaba hablando en voz baja. Mientras susurraba tan despacio que hacía que se me erizara la piel mientras colgaba la cabeza, todos dieron un paso atrás a la vez.

—Hay algunas cosas que quiero preguntar, ¿de acuerdo? Me pregunto si podrías responder.

—Sí.

Fijé mi mirada en Thomas que asintió. No desvió la mirada.

—Bien. En primer lugar, lo confirmaré. ¿Quieres ayudar a tus compañeros?

—¡Claro que sí…!

Su respuesta en ningún momento dudó. Al asentir una vez, continué.

—Ya veo, entonces lo siguiente. Por eso, me pregunto si podrías hacerles obedecer a una adolescente de dieciséis años… Si no puedes hacerlo, no hay nada que pueda hacer.

Al escuchar mis palabras, Thomas levantó la cara de repente.

—Maestra… En otras palabras, ¿la maestra les ayudará?

Cómo, los ojos de Thomas me cuestionaron. Cierto, se me ocurrió una manera. Aunque lo diga, no es que vaya a buscar la pelea con el Barón de forma directa. Solo soy una adolescente, entiendo que no puedo ganar. Por supuesto, la forma que usaré es legítima. La idea se ha estado generando en mí durante mucho tiempo. Es un plan que he ido posponiendo debido al personal, al lugar y, sobre todo, al problema de hacerlo a espaldas de papá. Asintiendo de nuevo, continué la charla.

—No puedo prometer al cien por ciento las posibilidades de éxito. Si no pueden seguirme a pesar de eso, olvídense. Sobre todo el tendero. Me pregunto si no desprecia a los nobles. Si puedes hacer algo al respecto, tengo una idea.

—¡Por supuesto, por supuesto lo persuadiré!

Antes de que pudiera terminar de hablar, Thomas amontonó palabras a gritos.

—Por favor. Por favor, ayúdales. Son buenos chicos. Son los últimos alumnos de mi padre, ¡siempre he querido hacer algo para ayudarlos!

—Prometo hacer todo lo que pueda…

Mientras él apelaba con fuerza, en mi corazón me resolví. No hay manera de que pueda salvar a todos. No soy tan arrogante. También sé que hay personas que sufren. No tengo respuesta si me critican por ayudar a estas personas. Lo sé. Aunque lo odie, no hay mucho que una adolescente pueda hacer sola. Aun así, hay gente que está sufriendo ahora mismo delante de mí. No tengo ninguna razón para no ayudarles. Si tengo la manera de hacerlo, mejor aún. Por eso, me moveré. Eso es todo. Llámalo hipocresía si quieres. Gritar “hipocresía” no ayuda a nadie, pero será genial si puedo ayudar a alguien con mis acciones. Mientras asientan, es imperdonable abandonarlos a mitad de camino. Es mi responsabilidad llevarlo a cabo, una vez más me centré.

—Pero tú también eres algo. Aunque sea la hija del duque, solo soy una adolescente sin rango en la corte. La reacción habitual sería no creerme cuando digo que voy a ayudar —dije un poco asombrada Thomas seguía agradeciendo entre lágrimas.

Él negó con la cabeza y me miró.

—En estos últimos años, a través de los platos de la maestra he llegado a entender de memoria su esplendor. Eso va para todos nosotros, los cocineros. La edad no importa. Si la maestra dice que va a ayudar, seguro se salvarán. Yo lo creo.

—Ya… veo.

En los ojos de Thomas firmemente fijados en mí, estaba el resplandor de la fe. Mientras yo miraba a mi alrededor, vi que los otros cocineros que habían escuchado nuestra conversación ponían ojos similares. ¿Qué es esta composición que era como el nacimiento de una nueva religión…? Con los ojos reverentes de todos sobre mí, de forma inconsciente me incliné hacia atrás. No quiero creer una cosa tan espantosa, pero en esta situación la fundadora de la secta sería yo. Por favor…, perdóname. En mi impaciencia interior, aparté la mirada de ellos y hablé para romper la ilusión.

—Te agradezco que digas eso, sin embargo no soy una persona tan virtuosa. También tengo una razón, quiero aplicar un plan que tenía antes de este asunto. También es muy beneficioso para mí. Así que, no digas demasiado… Es embarazoso.

Déjalo, apúrate y déjalo. De todos modos, es solo una organización superficial. Cuando les informé de que no me muevo por pura intención, se despertarán con rapidez. No soy nada parecida a una santa. Me conviene de varias maneras. Como era de esperar, si no tuviera forma de ayudar, no diría algo tan ambicioso. Por suerte, hay cosas que quiero probar, por eso lo he dicho, así que me molesta que me veneren con honestidad. Como tengo la intención de recaudar fondos de mi propio bolsillo, es natural pensar en los beneficios. Pero, se resistieron por completo a mi llamamiento desesperado. Thomas habló con ojos brillantes.

—Como se esperaba de la maestra. No solo les ayudarás, sino que incluso te beneficiarás tú misma. Te respeto cada vez más.

—Ya… ya veo.

—Por favor, diga si hay algo que podamos hacer. Estamos en deuda con el Jefe de Cocina, y sería un honor ser la fuerza de la maestra, ¡aunque sea un poco!

Incluso los cocineros que escucharon nuestra charla están apretando los puños con entusiasmo para decir que van a cooperar. Que alguien los detenga… Mientras se agotaban mis fuerzas, en primer lugar hice que los cocineros que siguen las órdenes de Thomas, cuyas miradas parecían llenas de motivación para hacer algo, prometieran con firmeza guardar el secreto a mi padre y hermano.


Lucy
Uff, me pregunto que idea se le habrá ocurrido. ¿Tal vez abrir su propio restaurante? Si está respaldada por el palacio real no es como si el Barón Wire tuviera mucho que pudiera hacer al respecto

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido