Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 6 – Capítulo 3

Traducido por Shiro

Editado por Meli


Ambos se miraron en silencio por un par de minutos hasta que Zhou Yun Sheng bajó el puro y tartamudeó:

—L-Lo siento. Arruiné su costoso puro. Le compraré una caja.

Las pálidas mejillas del joven se habían sonrojado, y sus ojos se veían un poco acuosos. Parecía muy avergonzado, pero muy lindo.

Un leve brillo surcó los ojos de Su Xin Mu.

—No pasa nada —dijo, llevando el cigarro hasta el cenicero—. Mencionaste que tenías pruebas, ¿me puedes mostrar?

—Sí. —Zhou Yun Sheng le entregó una unidad USB.

Sun Xi Mu la introdujo en el puerto y reprodujo el video. Al final de este, el joven, acostado en la cama, ahogaba sollozos incontrolables. El inmenso dolor ocasionado por la pérdida de un ser querido era desgarrador.

Los ojos de Zhou Yun Sheng se enrojecieron; ladeó la cabeza y se secó las lágrimas.

El hombre se mantuvo inexpresivo de principio a fin, pero cuando abrió la boca para hablar de nuevo, su tono era más suave.

—¿Cómo quieres que te ayude?

—Quiero hacer un concierto, entradas gratis. Invertiré cincuenta millones. Quiero que el Grupo de Entretenimiento Informativo Huanya se encargue de la publicidad, el lugar, la seguridad y otros asuntos. En el concierto, quiero mostrar el video para limpiar mi nombre y el de mi padre…

Sun Xi Mu alzó la mano y dijo con voz profunda:

—Perdona que te interrumpa, pero ¿cómo piensas limpiar tu nombre y el de Ou Yi Bai? Este video no es suficiente. No me digas que tienes pensado cantar esas canciones bajo tu nombre, pero que fueron escritas por Lin Si Qing. No creo que esto convenza a la audiencia.

Sus palabras lo dejaron, por un momento, congelado. Sacó un disco de su bolso y se lo entregó.

—Quiero cantar mis propias canciones; canciones nuevas. Nadie las ha escuchado aún. Señor Sun, estoy en capacidad de realizar este concierto, por favor, créame. Aunque es bastante apresurado coordinar todo en solo un mes, con la fuerza de Huancaya, no es imposible. Por favor, escuche las canciones, y luego decida si me ayuda o no.

La expresión del joven desbordaba sinceridad, con mucha incertidumbre e impotencia escondidas en sus ojos llenos de lágrimas.

Sun Xi Mu lo consideró por un momento y, luego, introdujo el disco en la computadora.

Mientras el hombre escuchaba con seriedad las canciones, Zhou Yun Sheng miraba, pensativo, el puro sobre la mesa. Fuese su apariencia, altura, temperamento o pasatiempos; Sun Xi Mu era muy similar a su amante, pero solo podía discernir si eran o no la misma persona después de contacto íntimo.

Molesto, Zhou Yun Sheng frunció el ceño. No podía abalanzarse sobre cualquiera que se asemejara a su amante y besarlo con desenfreno.

¿No me haría eso un maníaco sexual? ¡Eso suena tan obsceno!

Si su corazonada era correcta, todo saldría bien, pero si no lo era, la cooperación entre ambos se vendría abajo. Además, se rumoraba que Sun Xi Mu era un fanático del orden y que detestaba que extraños se le acercaran.

Conflictuado y absorto en sus pensamientos, Zhou Yun Sheng acarició sus labios rosa carne hasta que se tornaron rojo oscuro. Se veían muy tentadores.

En apariencia, Sun Xi Mu escuchaba las canciones, pero en realidad, observaba en secreto al joven. Al ver sus acciones, sus ojos destellaron por un instante y su corazón se estremeció, al tiempo una leve sed se extendió desde su boca hacia el resto de su cuerpo.

Una vez que escuchó las canciones, Sun Xi Mu reprimió el caos en su corazón y extendió la mano.

—Vuelve mañana por la mañana. Te presentaré al personal que estará a cargo del concierto. Espero esta sea una grata cooperación.

Zhou Yun Sheng se llenó de felicidad, le estrechó la mano como muestra de su gratitud. Se levantó, apresurado, y se retiró.

Después que se fue, Sun Xi Mu se recostó en su silla por un momento, tomó el puro del cenicero, lo encendió y lo succionó. Por alguna razón, lo encontró dulce e intenso, intoxicante, más que ningún otro que hubiese probado antes.

♦ ♦ ♦

Al día siguiente. Zhou Yun Sheng llegó al edificio del Grupo de Entretenimiento Informativo Huanya temprano en la mañana. El jefe le había ordenado a la persona a cargo de la compañía que le presentara al productor musical principal del País C, Qin Tai He. Él ya había visto el video y escuchado las diez canciones, por lo que su actitud hacia Zhou Yun Sheng fue bastante comedida.

—Como el señor Sun planea cooperar contigo, nuestra compañía no puede rehusarse. Lin Si Qing, te robó la canción titulada «Because Of You», pero todas las canciones de tus álbumes previos fueron escritas por él. ¿Es eso correcto? —lo cuestionó Qin Tai He sin contemplaciones.

—Así es, pero eso no quiere decir que no soy talentoso, solo que no había encontrado mi camino —contestó, ruborizándose.

—Sabremos si tienes talento o no después de la prueba. Si llegásemos a ayudarte y terminaras involucrado en otro incidente de plagio, la reputación del Grupo de Entretenimiento Informativo Huanya se vería muy afectada. Por lo que debemos ser cuidadosos. —Qin Tai He señaló el piano en la sala de práctica y dijo—: Adapta la Sinfonía Número 40 de Mozart a una versión pop. Recuerda debes impresionarme a mí y a todos los presentes.

Improvisar una canción era muy difícil, pero adaptar una pieza clásica lo era aún más. Un error, por mínimo que fuera, haría que la pieza perdiera su esencia, convirtiéndola en una obra de arte de inferior calidad.

Zhou Yun Sheng levantó la vista. En la sala de práctica se encontraba el director ejecutivo del Grupo de Entretenimiento Informativo Huanya, un compositor conocido, un coreógrafo y varios agentes importantes. Todos poseían un alto estatus en la industria y, naturalmente, eran difíciles de complacer. Impresionarlos a todos, era una tarea casi imposible.

Pero Zhou Yun Sheng no era una persona ordinaria. Había vivido numerosas encarnaciones y se había encontrado con un sinfín de situaciones peligrosas; una prueba como esa ni siquiera merecía ser mencionada. Además, había heredado la pasión e inspiración, sin límites, por la música de Ou Zi Nan.

Caminó hasta el piano, levantó la tapa y tocó algunas notas. Qin Tai He y el jefe intercambiaron miradas y esperaron con calma.

En lugar de sentarse para tocar, el joven se quedó de pie, tocando algunas notas dispersas, incitando a los presentes a reír. Pero después de tocar aquí y allá un rato, la velocidad con la que sus manos presionaban las teclas incrementó, y las notas desordenadas convergieron en una melodía, flotando en el aire. Convirtió la seria sinfonía en una animada pieza de jazz, las teclas del piano subieron y bajaron con sus dedos, y su timidez se transformó en un entusiasmo desenfrenado, su caderas se balancearon con el ritmo.

Poco a poco, las expresiones de la audiencia se fueron relajando y alegrando. El coreógrafo de renombre internacional, Simon, se puso de pie y, dando un paso hacia delante, comenzó a bailar al ritmo de la música, improvisando al son del jazz.

Su baile inspiró a Zhou Yun Sheng, quien cruzó las manos a medida que continuaba tocando, haciendo escalar la melodía ya entusiasta.

Qin Tai He había estado brazos cruzados, pero sin darse cuenta su postura se relajó y hasta chasqueó los dedos mientras sacudía las caderas; sin duda, afectado por la música. Incluso el remilgado y correcto director ejecutivo no pudo evitar moverse al ritmo, balanceando su cabeza ligeramente.

De pie en la entrada, Sun XI Mu observó en silencio la escena, inexpresivo, pero su mirada estaba concentrada en el joven que estaba de espaldas a él. De sus manos fluía una melodía, su trasero se sacudía, pero la cálida y vivaz apariencia era refrescante. Poco le faltó a los labios de Sun Xi Mu para que su elevación, aunque leve, fuese notoria; pero fue interrumpido cuando alguien chocó con él.

—Lo siento, jefe, no fue mi intención. Perdí el control por un momento —se disculpó, avergonzado, el asistente vestido de traje recto; pero sus caderas no se detuvieron, siguiendo involuntariamente el ritmo de la música. La imagen era bastante chistosa.

El hombre le dedicó una mirada significativa y luego entró a grandes zancadas.

Al ver al visitante, la alegre música se detuvo abruptamente, y el joven que instantes antes sonreía radiante había pasado a retorcer sus manos.

—Señor Sun —dijo con cautela.

Qin Tai He y el resto de la audiencia también dejó de bailar, todos se mostraron arrepentidos por haberse dejado llevar.

—¿Qué tal estuvo? —inquirió el hombre con voz profunda.

—Excelente. Fuera de mis expectativas. Solo una cosa me preocupa; un concierto dura dos horas, y me temo que diez canciones no son suficientes. Me pregunto si el señor Ou posee más trabajos. Si es así, por favor, le pido me los facilite lo antes posible. Debemos perfeccionar el repertorio y contamos apenas con un mes. También hay muchas cosas que debemos solventar como: la coordinación de la banda, la coordinación de los bailarines, la ubicación y el movimiento en el escenario, etcétera… Estaremos muy ocupados. Lo mejor para el señor Ou sería que comenzara a fortalecer su cuerpo, de lo contrario no tendrá suficiente resistencia. —Qin Tai He miró, dubitativo, el cuerpo de Ou Zi Nan.

Zhou Yun Sheng asintió con la cabeza una y otra vez, pero no estaba preocupado. El cuerpo de Ou Zi Nan, en efecto, era muy débil, pero después de ajustarlo, ni se diga de un concierto, podría hacer de manera consecutiva y sin descanso hasta diez sin ningún problema.

Una vez escuchó las palabras de Qin Tai He, Sun Xi Mu tomó una decisión.

—Si no hay problemas, por favor, firme el contrato, señor Ou. Todo el personal del concierto también deberá firmar un contrato de confidencialidad.

En cuanto terminó de hablar, su asistente de inmediato sacó una alta pila de contratos de su maletín e hizo que todos los firmaran.

Tres días después, Ou Zi Nan inició sesión en la cuenta abandonada de su blog y anunció que realizaría un gran concierto con capacidad para cincuenta mil personas en Star Pavilion, donde también proporcionaría evidencia de su inocencia.

Como era de esperar, los internautas no le creyeron en absoluto, y un grupo de personas ingresó a su blog para insultarlo, llamándolo desvergonzado y farolero. Era de conocimiento general que Star Pavilion era la instalación mejor equipada del País C; solo los mejores cantantes eran capaces de subir a ese escenario. Ou Zi Nan era un falso sin talento, un verdadero villano. No tenía habilidades, mucho menos calificaciones para presentarse allí.

Aun así, muchas personas declararon que estarían allí sin falta, pero no para mostrar su apoyo, sino para protestar, maldecir y arrojarle huevos podridos; jurando que lo expulsarían de una vez por todas de la industria del entretenimiento.

Muchas eran las personas con malas intenciones, y los fanes de Lin Si Qing y Ge Meng Shu se unieron a esa ola, afirmando que si el concierto era real, irían corriendo para vengar en persona a sus ídolos.

Gradualmente, la situación alcanzó el clímax, y el blog de Ou Zi Nan casi colapsó a causa del tráfico de visitantes. Entonces, el Grupo de Entretenimiento Informativo Huanya hizo publicaciones en su sitio web oficial, para anunciar que eran sus patrocinadores oficiales.

Los usuarios de internet, alborotados por las noticias, se abalanzaron al sitio web para obtener entradas. En menos de una hora, cincuenta mil entradas gratuitas quedaron agotadas.

Qué maldad tan asombrosa.

Debido a eso, Sun Xi Mu gastó una gran cantidad de dinero para que la mejor empresa de seguridad del mundo se encargara de resguardar el lugar. Y no conforme con eso, solicitó el despliegue de cientos de policías, todos listos para arrestar a cualquiera que se pusiera extremista. Además, se instaló una cámara oculta en cada rincón del Star Pavilion para que todo quedase monitoreado. Por último, el escenario se ubicó a ocho metros de distancia del público, contrario a la distancia usual de cuatro metros. Mientras más lejos estuviera la audiencia, más sencillo sería garantizar la seguridad de Ou Zi Nan.

Mientras las oleadas de hostilidad se intensificaban día a día, Zhou Yun Sheng, inalterable, se lanzó de cabeza en los demandantes ensayos.

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