Traducido por Gorrión
Editado por Nelea
Corregido por Sharon
—Eh… eso, ¿en serio?
Rook pensó que había escuchado mal.
Definitivamente era un deseo que le hacía pensar a uno que el otro no estaba mentalmente sano.
Como sea, no podía sentir falsedad en los ojos de la chica cubierta por la capucha roja, quien miraba a Rook con una sonrisa inocente.
—Si, pero… Realmente no es posible, ¿verdad?
La chica debió de notar que no iba bien.
Molesta, apartó su mirada y se alejó de Rook. La mayoría de su rostro estaba cubierto por la oscuridad que la capucha le proporcionaba, pero pudo apreciar que estaba rechinando los dientes. Su sonrisa se convirtió en una malvada.
Si esto continuaba, acabaría haciéndola llorar. Rook entró en pánico.
—N-No, no es eso, pero, tú… Por mucho que me digas, que decirte… Ah, espera, uh… Ya sé, déjame ofrecerte algo. Luego, podremos hablar con más calma.
Rook forzosamente agarró el brazo de la chica. Y entonces, miró alrededor, buscando algún puesto en las proximidades de la fuente.
Estaban en el centro de la Capital Real, la Plaza con la fuente de agua, el sitio ideal para calmarse.
Debería haber puestos cerca de la fuente que vendieran aperitivos simples, y bancos en los que sentarse.
Sin embargo, hoy sólo había un puesto abierto. Y para hacerlo aún más problemático, vendía comida basura, pan y carne de cerdo. Hasta ahora, había estado oliendo la deliciosa fragancia de la carne asada, pero entonces, revivió las memorias de Karkata.
A Rook le solía gustar el cerdo. Pero esos recuerdos no eran para nada agradables.
… Aun así, dijo que le daría algo. No podía retractarse de sus palabras ahora. Es más, su estómago estaba vacío. Sentía que si observaba mucho más comenzaría a hacer ruido.
Mientras suspiraba en su mente, se dirigió al puesto de comida.
—Hola, por favor, hamburguesas para dos. Ah, y dos botellas llenas de agua.
En un momento, su comida estuvo lista. El cerdo asado al carbón fue hábilmente dividido con un cuchillo, y cubierto con salsa taré [1]. Luego, junto con vegetales, fue puesto entre los esponjosos panes.
—Aquí tienes.
Echando un vistazo, Rook obtuvo monedas de cobre como cambio. Sentándose en un banco cercano, le dio la botella de agua y la hamburguesa de cerdo asado a la chica.
—No tienes que pagar por esto.
La chica no dijo nada.
Ni siquiera le agradeció, o algo parecido. Simplemente miró la comida mientras pensaba algo.
—… Esto es hamburguesa de cerdo, ¿verdad?
—Sí, ¿quizá no te gusta?
—No, sólo me sorprendió cómo encuentros predestinados como este realmente suceden.
Sonrió mientras recordaba algo interesante. Por su expresión, parecía estarlo disfrutando mucho, con un estado de ánimo que parecía que empezaría a brillar en cualquier momento. No era posible ver rastro del oscuro ambiente lleno de intención asesina de hace unos momentos. Rook se sintió un poco aliviado.
—Gracias a dios. No sabía qué hacer si no te gustaba.
Encogiendo sus hombros, Rook dio un mordisco a su hamburguesa.
El pan que ahora cubría los demás ingredientes había sido recién horneado. Su superficie tenía una sensación crujiente, y su interior una textura esponjosa y dulce. La lechuga crujiente combinaba muy bien con el sabor, complementaba perfectamente el sabor dulce del pan.
De todas formas, más que nada, lo mejor era el cerdo asado.
La gruesa carne tenía una textura firme al principio. Pero, era inesperadamente fácil de masticar. Los jugos de la carne se expandían por la boca con cada mordisco. Poniendo salsa tare a la aceitosa carne, todo combinaba perfectamente.
Le había ofrecido una comida porque su estómago estaba vacío, pero debido al inesperado buen sabor, Rook casi deja escapar un sonido de admiración.
—…Y bien, sobre aquello… ¿Puedo pedírtelo entonces? —le preguntó ella calmadamente mientras Rook estaba distraído por la deliciosa carne.
Él volvió en sí de inmediato, pero la chica no dejó de mirarlo fijamente.
—Ah, sí. Uhh, si no estoy mal… Quieres que te ayude a conocer a la Princesa Catherine-sama, ¿verdad?
—Sí. —Se mantuvo en silencio, viéndose de alguna manera avergonzada, antes de continuar. —Mi padre que vive en el campo fue salvado por la Princesa. Quise agradecerle desde que llegué a la Capital Real… Pero es imposible, ¿no es cierto? Para mí, entrar en el Castillo Real o algo parecido… perdón, pedí demasiado.
La chica agarró fuertemente la bolsa de papel que contenía la comida, arrugándola. Probablemente ya sabía que de alguna manera era imposible.
Le rodeó una atmósfera triste, como si sus expectativas hubieran desaparecido. Rook apartó sus ojos de ella.
Bajo ningún concepto debía decirle que la Princesa en cuestión estaría quedándose en su casa esta noche.
—No, no te preocupes por eso.
Pero por el bien de ella, decidió decirlo.
Esta chica con capucha roja parecía ser inocente. La opresiva intención asesina de antes debía ser a causa de estar vigilante ya que no estaba acostumbrada a la ciudad.
Convenciéndose de que ese era el caso, estaba a punto de contarle que Catherine se alojaría en su casa cuando cerró la boca rápidamente.
La visita de la Princesa era un secreto absoluto. Sería un gran problema si alguien escuchara sobre esto.
Rook examinó los alrededores para confirmar que no hubiera nadie sospechoso cerca.
La fuente estaba rodeada por su usual vividez. Había niños dándole pan a los pájaros pequeños, amas de casa charlando tranquilamente, y hermanas comiendo hamburguesa del puesto como si hubieran entrado en un sueño. Todos estaban en su propio mundo.
En el banco detrás suyo había un chico sosteniendo un libro con una mano mientras cabeceaba. Debido al sombrero que portaba, no era posible ver si estaba realmente durmiendo. Ya que estaba roncando no era posible que los escuchara.
Pero, cosas inesperadas pueden suceder. Mientras Rook meditaba, la chica sacudió su cabeza calmadamente.
—Lo siento, por favor, olvida esa petición… Si acechara por los alrededores del Castillo acabarán pensando que soy una asesina o algo así. Ellos… pensarán que eres mi cómplice.
Los grandes ojos de la chica comenzaron a tornarse llorosos. Con sus hombros temblando, sentía que en cualquier momento comenzarían a caer sus lágrimas.
Acabó haciéndola llorar.
Acorraló a esa chica frágil.
Para él, hacer llorar a una chica lo convertía en el peor hombre del mundo.
Rook sintió la sangre dejar su rostro. Tras agarrar rápidamente las manos de la chica, fue capaz de ver sus ojos.
—Está bien, ¡haré algo sobre tu petición!
Sostuvo sus manos mientras deseaba fuertemente que dejara de llorar.
En contraste a sus inocentes ojos, sus manos eran fuertes. En ese instante, Rook pensó que era raro y sintió que algo estaba fuera de lugar, pero no tenía tiempo para preocuparse de ese tipo de cosas.
—Este es mi secreto, pero… la princesa está en… casa de un conocido. Puedo ir a preguntarle sobre eso ahora mismo.
—¿Eso es cierto?
—¡Sí! Escuché que la Princesa Catherine es gentil, así que debería acceder. Esta noche, vendré aquí con la Princesa, te lo prometo.
Rook asintió con energía y los ojos de la chica brillaron expectantes. Mientras sonreía ampliamente, apretó las manos de Rook con fuerza.
Había estado en contacto con muchas chicas por ser el protagonista principal, pero al ver su sonrisa desde una distancia donde sus respiraciones parecían superponerse, su rostro comenzó a tornarse caliente.
—¿Está bien que crea en ti?
—¡Por supuesto! Ah… Es verdad, ¿cuál es tu nombre? Mi nombre es Rook.
—Mi nombre es Anna. Anna Smith. Encantada de conocerte, Rook-san.
Anna le dijo su nombre sin dudar. Sus ojos demostraban que creían en él sin dudar. Si rompiera su promesa después de todo lo que dijo, ella realmente lloraría.
—Entonces, esta noche traeré a la Princesa aquí. ¡Espera por mí, Smith-san!
Necesitaba volver deprisa para hablar con Catherine.
Ella siempre rebosaba de bondad cuando se trataba de otra gente. Si le contaba sobre los sentimientos puros de Anna, definitivamente accedería a acompañarlo.
—Pero… Ella… ¿será quizá un personaje oculto?
Rook una vez más se sumergió en dulces sueños.
No había ningún desarrollo como este en el juego, y no habría problemas si se olvidaba sobre los Demonios por un día.
Creyendo eso, regresó a la Residencia a ritmo rápido.
♦ ♦ ♦
La chica encapuchada observaba la figura de Rook haciéndose pequeña.
Y entonces, una vez que él se desvaneció entre la gente, dejó salir un suspiro de cansancio.
—…Roppu, ¿escuchaste esa conversación?
Con la chica bajando la voz de una manera indiferente, el chico sentado en el banco de atrás abrió su boca.
—Sí, alto y claro, Teniente Coronel Riku.
—Soy Anna. Una chica de campo que vino a trabajar desde mi lejano hogar. No confundas mi nombre.
Riku corrigió a Roppu que usaba su verdadero nombre.
Cualquier cosa estaba bien como nombre falso. Anna Smith era un nombre muy común. Si hubiera gritado “¡Anna-san!” en voz alta en la plaza de la fuente, una o dos personas habrían girado sus caras. Lo mismo para el apellido Smith. Era tan común que era aburrido.
Como sea, exactamente porque era un nombre común sin ningún significado especial era capaz de merodear sin llamar la atención.
—Lo siento por eso… De todas formas, tu petición fue aceptada con demasiada facilidad. Pensé que se negaría rotundamente.
—Yo también. Pero ese chico es aficionado a las mujeres. Como soy una mujer, no podía negar mi petición.
Cada una de las chicas con las que había cruzado espadas había declarado que lucharían por el bien de Rook. Desde las Espiritistas subordinadas a los Barusak a las Espiritistas de otras prestigiosas Familias. Incluso aquella Demonio traidora, todas luchaban por el bien de Rook.
La única respuesta posible era el lavado de cerebro.
En Derufoi, cuando se reunió con Charlotte, pudo verlo de primera mano.
Ya que era tan mujeriego, no podía tratarlas cruelmente. Si se conocían de la manera adecuada, mientras no apresurara las cosas, Rook acabaría preocupándose por ella sin duda.
Con eso en mente, Riku actuó en consecuencia.
—Pero sí que fue fácil. Caer con solo pretender llorar…
Aceptó su petición fácilmente luego de mostrarle algunas lágrimas.
Para ella fue muy desagradable ponerse a llorar frente a Rook, pero como era necesario para conseguir que trajera a la Princesa, no le importaba. Lidiaría con ello y lloraría un poco.
Aun así, había sido inesperadamente rápido. Riku estaba asombrada. Ese hombre era incapaz de ver las mentiras de una mujer.
Le dieron ganas de reír tanto como para agarrarse el estómago.
—…¿Pero la princesa realmente está ahí?
—No te preocupes. Si rompe su promesa… Simplemente seguiremos el plan inicial.
Incluso si Rook no traía a la Princesa con él esta noche, no habría problema. Sólo tendrían que ir a la Residencia por su cuenta.
—Roppu, mantén contacto con los demás.
Riku se levantó. Agarró el borde de su capucha con la que ocultaba su destacable pelo rojo y sonrió feliz.
—Comencemos la fiesta de bienvenida para la Princesa.
[1] Esta salsa está hecha con salsa de soja, mirin y sake.