Riku – Capítulo 68: Un día normal como cualquier otro

Traducido por Gorrión

Editado por Nelea

Corregido por Sharon


El viento de comienzos de verano soplaba en el Castillo Myuuz.

Vrusto Asuteroid dejó escapar un gran suspiro.

El color del campo se hacía más verde y las frutas comenzaban a aparecer. Mirando al cielo, era posible ver las nubes que parecían algodones de azúcar flotando.

Era la estación donde se podían comer dulces helados mientras se disfrutaba del fresco viento bajo la sombra de los árboles.

—Fuwaaa… que sueño.

Su descanso acabaría pronto, y ya sería hora del entrenamiento de la tarde.

Vrusto estaba encargado del entrenamiento mientras Riku estuviera ausente. Ya que tenía que acompañar a los Demonios todos los días, solo era capaz de acabar el papeleo tras el anochecer. Es más, aunque él no debería ser el único encargado, sino también Riku y otros Demonios que habían acabado destinados en la Capital Real, no tenía tiempo suficiente.

Su vida cotidiana consistía en moverse con toda su energía todo el día y mirar documentos por la noche. Si su cuerpo se rompiera pronto, no sería extraño.

—En serio, despierta ya… Idiota —se quejó mientras sacaba una botella de agua.

Aunque Riku había regresado de la Capital Real, aún no había despertado.

Y de la misma manera, hoy tendría que entrenar a los Demonios de nuevo hasta que su garganta quedará seca.

—… Haa. Supongo que nada cambiará aunque diga todo esto.

Mordiendo el borde de la botella, Vrusto la abrió hábilmente. El agua fría pasó a través de su garganta seca de gritar. Ese día, Vrusto finalmente pudo descansar un poco.

El verano era una estación realmente cálida.

Pero aunque fuera un tiempo caluroso, necesitaba completar sus deberes.

Por la tarde tenía que entrenar los soldados. Seguramente podría terminar luego de usar todo su tiempo, justo como ayer.

Era una evidencia de que era un día tranquilo, y como no había ningún problema, Vrusto no se quejaba de ello.

Además de todo, el bando de los Demonios había secuestrado a la Princesa humana. No sería raro si atacaran en represalia en cualquier momento. Aunque era pacífico ahora, necesitaba entrenarse para la batalla y centrarse.

Vrusto palmeó su rostro para motivarse y en ese momento…

—¡Hiiii…!

—¡No tengas miedo! ¡Esa persona está herida! ¡Además, es humano!

—Estúpido, no hay manera de que podamos ganar.

Debido al grito de alguien, las orejas de Vrusto se levantaron.

Gritos miserables se escuchaban de una intensa lucha de espadas sonando en la dirección del campo de entrenamiento.

—¿Qué está pasando?

Dejando de lado sus pensamiento apáticos en ese instante, corrió hacia los campos de entrenamiento.

Entre las palabras gritadas, escuchó “humano”.

En nueve de diez oportunidades, si decían humano… Significaba que los Espiritistas habían aparecido.

El Castillo de Myuuz ya había caído una vez.

Como el lugar estaba devastado, los Espiritistas podrían invadirlo en un instante. Pero ya que no había reportes del Fuerte que protegía la vanguardia de Myuuz, el que atacaba no podía ser una gran Armada, quizá uno o dos Espiritistas.

Si solo es esto, sería posible acabar con ellos.

—¿Qué clase de persona ha venido a luchar?

Moviendo su nariz, respiró el aire. Pero, no notaba ningún olor familiar.

En ese caso, inevitablemente, eso significaría que esto era por causa de cierta persona.

En el instante que llegó a los campos de entrenamiento, se sobresaltó.

Los Demonios estacionados en Myuuz pertenecían a la Segunda y Tercera División enfocados en mejorar su físico y técnicas.

No serían derrotados por enemigos promedio, y sin embargo, esos fuertes Demonios estaban tirados en el suelo en su último suspiro.

Uno tras otro caían y se convertían en parte de la montaña de cuerpos.

Mirando a los soldados ser derrotados tan fácilmente hasta el punto de ser algo malo, la persona culpable por esa situación sonrió.

—¿Qué pasa? No habrán estado haciendo el vago porque no estuve por aquí, ¿verdad?

Los fuertes Demonios fueron completamente derrotados por un solo Demonio pelirrojo.

—¡¿Qué estás haciendo, Ojou-chan?!

En el momento en que Vrusto se recuperó de la sorpresa, olvidó su cansancio y comenzó a gritar.

—Viniste, Teniente Segundo Vrusto. ¿Ha terminado tu descanso?

—Estúpida. ¡Por tu culpa, he tenido que acabar antes! Y, ahora mismo no estás completamente recuperada, ¿no? ¡¿Qué haces masacrando a los subordinados?!

Gorrión
Que escena padre-hija tan tierna

Vrusto se sostuvo el estómago donde un dolor punzante le atravesó.

Había estado tan preocupado por ella, pero se sintió estúpido por pensar que debía haberla cuidado mejor.

—Estás más animada de lo que pensé. Realmente, después de despertar, ya estás golpeando a los soldados.

—Es entrenamiento. Necesito recuperar facultades pronto, ya sabes.

Riku movió ligeramente su alabarda. Apuntaba a Vrusto.

—¿Qué te parece Vrusto? ¿Quieres un duelo contra mí?

—No, tengo que declinar. No estoy de humor para pelear contra Ojou-chan.

Cruzando sus brazos como si se rindiera, Vrusto miró alrededor de los campos de entrenamiento.

Cada uno de los Demonios estaba tirado en el suelo. Los únicos no heridos eran los que estaban mirando desde lejos porque no querían verse arrastrados. No expondrían su cuello al peligro.

Tras estar de acuerdo en su mente con su sabia decisión, Riku habló a Vrusto.

—Teniente Segundo Vrusto, mañana iré a la Capital de los Demonios. Prepara todo.

—Si, si… Hm, ¿Capital? ¿Mañana? —repitió incosncientemente.

Riku había perdido uno de sus brazos y estuvo inconsciente por tres días. Cuando Vrusto pensaba en cómo les había dado una paliza a los soldados justo tras despertar, ella dice que se marcha a la Capital Demonio.

Vrusto pensó que era algún tipo de broma, pero Riku mantenía una expresión seria.

—Si. Junto con mi promoción a Mayor General, se celebrará una reunión. Ya que es necesario llevar escoltas, tú me acompañaras.

Riku dijo algunas cosas raras como si fueran obvias.

Vrusto escuchó que si Riku conseguía traer de vuelta a la Princesa, sería ascendida a Mayor General, pero no pensó que todo sería tan rápido.

Además, lo que le molestaba era la palabra ‘escolta’. Él también tenía su propio trabajo que hacer. Si se mantenía despierto toda la noche, lograría terminarlo antes de partir, pero quería dormir.

—Heh, es muy rápido. Felicidades por la promoción. Pero, ¿no piensa Ojou-chan que no sería un problema incluso si no lleva escolta?

—De acuerdo al General Gortoberuk, es necesario para mi tener la dignidad de un Mayor General, ya ves.

Tras la respuesta inmediata, Riku puso su alabarda en la espalda. Parece que su decisión no cambiará pese a las inútiles quejas de Vrusto.

Sus palabras eran inútiles…

—Dignidad, de acuerdo… Entonces, ¿a quién llevarás contigo? Además, ¿no está el General Gortoberuk ausente? ¿Qué vamos a hacer con el mando?

—Le dejaré Myuuz a los subordinados de Gortoberuk y Asty. Estoy planeando dejar las emergencias a Roppu.

—…

Al parecer todo estaba decidido.

En realidad, la posición de Vrusto era más alta que la de Asty, y se suponía que él se quedaría al mando.

—Ah, ah, otra vez toda la noche.

—¿Es así? Da tu mejor esfuerzo. Ahora, llamaré a los soldados que vendrán conmigo.  Si tu nombre aparece, estas convocado en frente del puente mañana temprano. Partimos tan pronto como el sol comience a salir.

Mientras las lamentaciones de Vrusto eran dirigidas a otro lugar, Riku inmediatamente comenzó a andar hacia los soldados tirados en el suelo.

—Beah Applefield, Samon Makkenju,  Hanii Hant…

La reacción de los soldados cuyo nombre era mencionado variaba según cada uno.

Algunas personas daban la sensación de llenar sus ojos de un brillo como si fuera un honor acompañarla, mientras otros estaban exhaustos como Vrusto. Pero, no había nadie que mirara a Riku con odio.

Viendo sus reacciones, Vrusto notó algo raro.

—… Gurizri Araska. Esos son los quince nombres. Ahora, seguidme.

—Sí

Escuchando sus respuestas, Riku dejó el campo de entrenamiento.

Rápidamente siguiendo su pequeña espalda, Vrusto le pidió explicaciones sobre lo que había notado.

—Hey, ¿está bien? Llevar esos miembros…

—Sí, está bien. Entre los que derroté hoy, había unos pocos más o menos fuertes.

—Quizá sea así… Pero algunos solían seguir al General Zerrik, ¿sabes? —le susurró.

Por supuesto, entre los elegidos había Demonios que la habían reconocido desde el momento en que estaba en la División del Dragón de la Armada Demonio, y quienes la obedecieron luego de que llegara al Castillo Myuuz.

Sin embargo, por alguna razón, algunos Demonios que le juraron lealtad a Zerrik estaban mezclados entre ellos. Además, no sólo no la habían reconocido, sino que pertenecían a la ‘Facción Anti-Riku’, quienes se opusieron a ella hasta el final.

—Incluso si dices todo eso sobre la dignidad, esos chicos intentarán hacer algo que la arruine, ¿verdad?

—Esas preocupaciones son innecesarias. —Mirando el rostro de Vrusto, Riku dejó salir una leve sonrisa. —Porque esos chicos me han reconocido.

—¿Reconocido?

—No es algo de lo que me enorgullezca, pero soy suficientemente fuerte para derrotar a todos eso soldados a pesar de faltarme un brazo.

Riku continuó hablando despreocupadamente.

—Eso es cierto. Para ser sincero, las únicas personas que pueden oponerse a Ojou-chan son aquellas tan fuertes como el Capitán. Entonces, ¿hay algo que hacer sobre todo esto?

—… El General Edgar Zerrik era un hombre con más músculo que cerebro. Los soldados que entrenó tienen la misma naturaleza.

Vrusto hubiera respondido con un ‘No me digas’, pero tenía la sensación de que Riku quería decirle algo. En lugar de hablar, esperó a que ella le contara sus planes para no irritarla.

Pensando de esa forma, se forzó a callarse.

—… Bueno, eso es cierto. El General Zerrik tenía un aire de alguien como “¡la fuerza lo es todo! ¡El poder de la Raza Demonio es superior!” y esas cosas.

—En otras palabras, si les muestro mi fuerza, puedo hacer que sean sumisos. Es más, si también reconozco su poder, estarán bajo mi completo control —Riku continuó en un tono diferente al de siempre.

Vrusto jadeó ante su explicación.

De hecho, la razón por la que los Demonios que solían estar bajo el mando de Zerrik no reconocían a Riku era por su naturaleza humana. Ellos no querían que un humano estuviera por encima de ellos.

Quizás la razón por la que Riku se dirigió de inmediato a los campos de entrenamiento fue para ganarse a los subordinados de Zerrik, sometiéndolos con su fuerza.

No hay manera de que los Demonios que fueron derrotados tan extremadamente fácil contra alguien herido y sin un brazo vayan a ir en su contra. Está poniendo su fe en estos chicos hasta el punto de llevarlos a la Capital Real como escoltas.

Vrusto dudaba si los subordinados de Zerrik la aceptarían. Pero, para bien o para mal, al parecer eran gente bastante simple.

—Además… Aunque les dije que tenían que venir conmigo ninguno se quejo de ello, ¿verdad?

—Supongo. Incluso esos chicos que tenían una cara divertida lo aceptaron.

De una forma u otra, daban una sensación de veteranía.

Justo como Vrusto, estarían llenos de quejas en su interior. Pero obedecieron a su deber ya que habían reconocido a Riku, y porque eran sus subordinados después de todo.

El Ejército del Rey Demonio se dividía en cuatro grandes divisiones.

Debido a que el paradero de Piguro era desconocido, el Cuarto Ejército… La División Dragón, liderada por Leivein, fue encargada a un Oficial Superior.

Lo más probable es que después de ser promovida a Mayor General, Riku fuera llamada a la División Dragón y se le entregaría temporalmente el mando.

Además de eso, Riku tenía el control completo de la Tercera y Segunda División, que estaban estacionadas en Myuuz.

Gorrión
¡Riku tiene el poder!

Nelea
¡Qué diablos! Sólo le falta la primera Divisón. ¿Cuántos comandantes hay?

El comandante de ambas divisiones, Gortoberuk, favorecía a Riku. Sin duda, con una simple llamada de Riku, las tropas de Myuuz se moverían.

… Los restantes eran la Primera División, liderada por el Rey Demonio Provisional, Charlotte.

Eran tropas de élite escogidas a conciencia, pero a cambio de esto, sus números eran pocos comparados con el resto.

Riku se preguntaba qué podría estar pensando Charlotte al darle el mando de más de la mitad del Ejército.

—… Hey, ojou-chan, podría ser… Que… ¿Estás planeando ir a la Capital Demonio y asesinar al Rey Demonio regente Charlotte?

—Como si fuera eso.

Con la tímida pregunta de Vrusto, Riku bufó.

—Leivein me prohibió hacer cosas como el asesinato.

—Ah, ahora que lo dices, te lo dijo en Deurofoi.

Aunque no había pasado ni siquiera un año, se sentía algo lejano en su memoria. ¿Todavía seguía en efecto la profecía de Shibira? ¿O quizá solo vio la sangre de Riku perdiendo el brazo?

Si fuera lo segundo, entonces estaba bajo control, pero si la profecía aún no se había cumplido, Riku necesitaba estar lista para lo que pudiera pasar.

Antes de que Vrusto comenzará a advertirle sobre la profecía, habló.

—Pero de todas formas, en… Caso de que Charlotte se retirara, ¿quién sería el que la sucedería?

—Charlotte es solo la Regente. Además, no digas cosas que traigan mala suerte como esas.

Vrusto ligeramente dio una palmada a la espalda de Riku.

No pretendía darle con mucha fuerza, pero Riku terminó tambaleándose hacia delante. Y, debido a su único brazo, no pudo mantener su centro de equilibrio.

Al recuperar el balance, miró a Vrusto con un rostro lleno de resentimiento.

—… ¿Qué estás haciendo?

—No, nada realmente. Bueno, no hay buenos candidatos para tomar el mando. No hay nadie más que Pluutos-sama, el más pequeño de los hermanos del Rey Demonio, y él es una persona culta desinteresada en la guerra.

El Rey Demonio tenía pocos parientes.

El Demonio más fuerte portador del Poder del Dragón casi fue asesinado por el Rey Demonio actual. Los restantes eran familia de Leivein y Pluuto.

Pero, ya que no había esperanzas de que Leivein despertara, inevitablemente, Pluutos o su mujeriego hijo eran los únicos herederos posibles alTrrono. Si esto llegara a ocurrir sería el fin de los Demonios.

—Es por eso que te lo digo. No hay nadie para reemplazarla —dijo Vrusto con franqueza.

Él sabía que Riku odiaba a Charlotte. Leivein solo le había dicho que no le hiciera cosas como asesinarla, pero al final, solo prohibió eso.

Con el tema de conversación que estaban teniendo, Vrusto estaba seguro de que diría algo como “No voy a matarla; le sacaré la cabeza limpiamente”.

Quería evitar esa posibilidad mientras tuviera tiempo.

—Ahora mismo, no hay más remedio que obedecer al Rey Demonio Provisional Charlotte. ¿Entiendes, ojou-chan?

Como para persuadir a Riku, Vrusto ligeramente acarició su pelo rojo.

Nelea
Aww, mira que buen padre es Vrusto

Riku se mantuvo en silencio mirando al frente.

—¡Te estoy preguntando si lo has entendido!

—… Si, no hay otra forma más que obedecer a Charlotte por ahora. Es por eso que asistiré a la reunión apropiadamente —murmuró Riku insatisfecha.

—Está bien entonces.

Apartando su mano, Vrusto mostró una amplia sonrisa.

Era su deber como instructor detenerla si hacía algo sospechoso. Pero…

—Ah, Ojou-chan, ¿quieres dulces helados? Deberían quedar algunos en el almacén.

—¿No necesitas terminar de revisar todos esos documentos?

—Está bien. Al final, estoy dejándolo todo para la larga noche.

Con Vrusto diciendo esto, Riku asintió tras un poco. Mirando su rostro de perfil, de alguna manera parecía estar de buen humor.

—¡De acuerdo, está decidido!

Se apresuró al almacén mientras pensaba en los dulces. Como si también quisiera comer rápido, Riku apresuró el paso.

Ella no había cambiado de cómo era normalmente. Viéndola actuar así, Vrusto se permitió sentirse aliviado por un momento.

Gorrión
Necesito que Riku sea la nueva Reina Demonio

Nelea
¡Vamos Emperatriz Riku! O al menos que Leivein despierte y gobierne con ella

2 respuestas a “Riku – Capítulo 68: Un día normal como cualquier otro”

  1. Apoyo la noción!!! RIKU REINA!!!!
    no se por que? pero desde hace tiempo shipeo a Riku con el Rey Demonio, es mi deseo, hahaa…
    Bueno ahora lo que más me preocupa es su brazo, y no puedo dejarlo así, algo debe parar para recuperarlo…

  2. Wow, Ojala Y Vrusto no muera!! Y que haya una escena en la que se digan que se quieren (como familia, no como amantes xDDD Riku es de Leivein :v)

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