Sentido Común de una Casa Guerrera – Capítulo 110: Una escena en la Academia

Traducido por Lugiia

Editado por Sakuya


Después de eso, trabajé duro para establecer mi posición en la alta sociedad.

Acepté casi todas las invitaciones que recibí de las casas nobles con las que me había hecho amiga antes de inscribirme en la Academia, y también organicé mis propias fiestas de té para profundizar nuestras relaciones.

También empecé a aceptar invitaciones de casas nobles con las que, hasta ahora, no había estado socializando. De esa manera, construí relaciones con ellos.

Además, en mi tiempo libre, recibía lecciones de la señora Aurelia enfocadas en el arte de la conversación.

Naturalmente, durante ese período de tiempo, participé también en el entrenamiento de mi padre.

Como pasé mis días de una manera tan satisfactoria, mi largo descanso académico terminó en un abrir y cerrar de ojos.

—Al final, Abel nunca apareció… —murmuré distraídamente mientras miraba el paisaje ondulante.

—¿Tanto quería verlo, señorita? —respondió Anna, quien iba en el mismo carruaje que yo.

—Sí… Algo en él me causa un poco de curiosidad.

Me molestaba el hecho de que, nadie que participara en ese entrenamiento, supiera con exactitud a qué unidad pertenecía originalmente.

El único que parecía saber era Berlis, quien era uno de los oficiales personales de mi padre y, además, su mano derecha al igual que Kuroitsu; sin embargo, era evasivo sobre el tema.

Por eso, intenté visitar el ejército yo misma, pero no pude encontrar a alguien que luciera como Abel en ninguna parte.

¿Cuál podría ser su verdadera identidad…? Esa pregunta ocupaba un rincón en mi mente.

—Bueno…, todo mi interés es probablemente porque espero tener otro encuentro con él.

El choque de nuestras espadas hizo que mi corazón bailara.

No sé por qué se ocultaba, pero era, sin duda, el oponente más formidable que había entre los participantes de ese entrenamiento.

Precisamente por esa razón, por el bien de mi propio entrenamiento… y, también por el de Anna y Enerine, quería que participara en el entrenamiento de nuevo.

Antes de que me diera cuenta, llegamos a la Academia mientras pensaba en esos asuntos.

Bajando del carruaje, miré a la Academia que se alzaba delante de mí. Aunque solo había estado fuera durante mis vacaciones, se sentía extrañamente nostálgico…

Anna iba a llevar mi equipaje al dormitorio y desempacar, así que volvió a subir al carruaje y se dirigió ahí.

Después de despedirme de ella, fui al jardín que estaba enfrente de la capilla y me senté en un banco en los alrededores.

—Ah…, señorita Mellice, ha pasado un tiempo.

—Oh…, joven Druna. En efecto, ha pasado un tiempo desde la última vez que hablamos.

Mientras disfrutaba del paisaje por un momento, Druna vino en dirección al centro de estudios.

—¿Ha estado todo bien con el joven Parks?

Por un momento, me quedé sin palabras ante su inesperada pregunta.

—¿Eh? Sí… Mi hermano mayor está saludable como siempre. Últimamente, ha estado dedicándose a la gestión de su territorio, por lo que no ha estado mucho en la capital.

—Ya veo…

—Disculpe, pero ¿cómo conoce a mi hermano…?

Siendo honesta, no se me ocurrió ninguna forma de conectar a Druna y mi hermano.

En lugar de un hombre como Druna, entusiasta en artes marciales y que probablemente lucharía en el frente, mi hermano era más bien un experto en estrategia, como Berlis.

—Lo conocí hace mucho tiempo cuando participé en la sesión de entrenamiento del ejército en el palacio. Ahí fue donde mi alargada nariz fue aplastada.

—Oh, Dios…

No pude evitar reírme de la anécdota sobre una escena, que me era desconocida, entre mi hermano y Druna.

—Aunque esto puede ser bastante descortés, pero… le sorprendió, ¿verdad? Cuando chocó espadas con mi hermano.

De vez en cuando, aparecían personas que subestimaban las habilidades de mi hermano y tomaban una actitud beligerante y prepotente al desafiarlo, pero terminaban siendo totalmente derrotados.

Como mi hermano era conocido como el hijo de “ese general Gazelle”, pero no parecía ser parte de la facción combatiente del ejército, a menudo se burlaban de él los miembros del ejército y la orden de caballeros que admiraban a nuestro padre.

Dicho eso, mi hermano era el heredero en pleno derecho de la casa del marqués Anderson.

No había forma de que él, quien había sido entrenado desde su infancia por nuestro padre, fuera débil.

—Sí. Al mismo tiempo, se convirtió en una buena experiencia de aprendizaje. Fui capaz de entender que tener un mundo extremadamente estrecho solo resultará en tener un conocimiento parcializado del valor de las cosas.

—Oh, Dios… Entonces, ¿está diciendo que si le hubiera conocido en ese momento, habría sido una persona completamente diferente? Eso me hace querer haberlo conocido.

—Por favor, no… Cuando lo recuerdo, hay muchas cosas de las que me siento muy avergonzado en relación a mi conducta en aquel entonces.

—Hmm… Si usted no me dice, entonces le preguntaré a mi hermano.

—Usted gana, señorita. Desde el inicio, esta fue una batalla perdida para mí.

Druna levantó las dos manos ligeramente en señal de rendición.

Ante su gesto, me reí una vez más.

—Por cierto, ¿está esperando encontrarse con el joven Louis, señorita Mellice?

—Sí, por supuesto… ¿Qué hay de usted, joven Druna? ¿A quién está esperando?

Escuchando mi pregunta, su rostro se puso visiblemente rojo.

Vaya, qué lindo… Al verlo, una sonrisa apareció de forma natural en mi rostro.

Este jardín se usaba generalmente para los encuentros entre hombres y mujeres.

Eso se debía a que la sala común de cada dormitorio solo podía ser utilizada por aquellas personas del mismo género, por lo que no había muchos lugares donde uno pudiera reunirse con los del sexo opuesto. Por lo tanto, este lugar se utilizaba exclusivamente para que las parejas comprometidas se reunieran.

En otras palabras, mi pregunta tenía un significado directo de: “¿Va a encontrarse con su prometida?”.

Probablemente por eso su rostro se puso tan rojo.

—S-Sí…

—¡Oh, Dios! Si ese es el caso, entonces no debo retenerlo más tiempo. Por favor, vaya deprisa a su encuentro, joven Druna.

—Lo haré, señorita. Entonces, con esto, me despido.

Después de que Druna se fue, me senté de nuevo en el banco.

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