Un día me convertí en una princesa – Capítulo 75

Traducido por Den

Editado por Sakuya


Zenit tomó asiento después de que yo lo hiciera, e inmediatamente después, el bote comenzó a deslizarse sobre el agua. Cuando todas las señoritas estupefactas que seguían en tierra desaparecieron de mi vista, no pude evitar soltar una carcajada.

—Señorita Magrita no lo sabía antes, pero tiene unos pies rápidos.

—Escucho eso a menudo —me sonrió.

Hace unos meses nunca habría imaginado que estar con ella en realidad sería bastante divertido. ¿Era porque me he abierto un poco a ella durante las fiestas de té?

Era extraño que me sintiera más cercana a Zenit ahora que la enfrentaba de esta forma.

—Como dijo la princesa, es una vista muy hermosa.

Miraba asombrada el lugar que nos rodeaba.

Sus ojos eran de un azul más oscuro que el agua de este lago. De repente, recordé los ojos como joyas que vi cuando visité la mansión Alfius. Debe ser difícil ocultarlos cada vez que sale a algún lugar. El mago que trabaja para la familia Alfius probablemente es quien la está ayudando, ¿verdad? 

Ah. ¿La observé demasiado tiempo?

Zenit se volvió para mirarme al sentir mi mirada. Le sonreí como si no pasara nada.

Wahh, mi sonrisa de negocios aparece automáticamente. 

—En este momento, los ojos de la princesa son de un turquesa oscuro como el lago.

—¿Lo son?

—Sí, parecidos a los míos.

Me estremecí de nuevo ante sus palabras. Zenit me sonreía hermosamente. Mi corazón flaqueó ante la amabilidad que pude ver en sus ojos.

—Vi a Su Majestad y a la princesa por primera vez el día del debut.

Si yo fuera la Athanasia original, habría pensado que la amabilidad en sus ojos se basaba en la bondad y las buenas intenciones.

—Ambos parecían tan felices y afectuosos el uno con el otro que no pude evitar verlos todo el tiempo.

Sin embargo, Zenit decía esto porque ya me consideraba como su hermana. Era algo que ya sabía desde el principio, pero no pude evitar sentir pena por ella.

Abrí los ojos, acomodando la sombrilla en mi mano.

—A mí también me gustó la buena relación que tiene con la familia Alfius.

—Sí, son como mi familia.

Se limitó a sonreír tímidamente ante mis palabras. Iba a decir algo, pero decidí no hacerlo. Porque me sentí culpable de ponerla a prueba de esta forma, fingiendo que no sabía nada cuando ya era consciente de todo.

Seguí mirando a la chica frente a mí con un sentimiento absurdo.

El suave cabello color avellana ondeaba bajo la sombrilla de encaje que relucía bajo la luz del sol. Los ojos que me miraban fijamente eran puros y no vacilaban.

Estaba usando un vestido rosa claro; parecía una joven sumamente encantadora y pura. Bueno, de todos modos, tenía catorce años.

—Ah. ¿Cómo esto puede ser tan hermoso? —susurró con dulzura la encantadora princesa del libro, Zenit, con su mirada fija en el agua del lago brillante como una joya. Parecía estar soñando con algo.

—Creo que nunca antes he sido tan feliz en mi vida, princesa.

♦ ♦ ♦

—Cierto, ¿escucharon las noticias? Sobre el mago de la torre negra.

Después del paseo en bote, nos sentamos en el césped donde el paisaje del lago era deslumbrante. Me sentí aliviada de que el monstruo acuático ya no estuviera, según lo que me dijo Félix. Pero en ese momento una de las damas llamó mi atención.

—¡Ah! ¡Yo también lo escuché!

—¡Yo también!

Wow. Las noticias ya se han difundido. Bueno, supongo que era imposible guardar secretos en un palacio tan grande como este. Escuché las noticias de Hannah el día que se comenzaron a esparcir.

—¿Es cierto que apareció el mago de la torre negra, princesa?

Y, por supuesto, las damas querían saber la verdad de las noticias de mí. Bueno, si fuera una de ellas, buscaría a alguien del palacio que también lo supiera. Pero entendí por qué estaban tan emocionadas.

Ah, cielos. Estoy a punto de esbozar la sonrisa de una madre cuando mira a sus hijos.

—Sí. Se dice que alguien llamado el mago de la torre negra vino a saludar a mi padre —respondí a la pregunta de las damas después de que lograra controlar mi expresión facial.

—¡Cielos!

Las damas comenzaron a chillar ante mi respuesta.

No, espera un momento. ¡Dije que era alguien llamado el mago de la torre negra, no que era “el mago de la torre negra”! 

—Si es así, ¡entonces es realmente increíble!

—Wow, no puedo creer que podré ver al mago de la torre negra!

—¡También quiero ver a esa persona! ¡Escuché que es un increíble mago!

Realmente parecía que ese mago era popular.

Era de esperar ya que era considerado una leyenda. Tal vez porque soy del planeta Tierra solo lo consideraba el personaje de una leyenda, pero supongo que no era así para las chicas que eran originalmente de este mundo.

Vaya, es la primera vez que las veo tan emocionadas después de la charla sobre los lobos solitarios de la sociedad. 

—Oh, cielos. ¿Esa persona se está quedando en el palacio imperial?

Sus ojos brillaban como si no tuvieran la intención de ocultar su emoción. Ahora las cosas comenzaron a ponerse difíciles para mí.

—No. Esa persona no está en el palacio en este momento.

Ugh. ¿Cuán decepcionadas estarán cuando se den cuenta que esa persona no es real? Están tan emocionadas… 

Lo supe cuando tuve el banquete con Claude hace unos días.

—Papá, ¿es cierto que hoy conociste al mago de la torre negra? 

Fue el día en que Hannah me contó la noticia después de que saliera en secreto del palacio con Lucas.

Una parte de mí pensaba que no había forma de que eso sucediera, pero la otra parte decía “¿y si…?”

—¿Ya se extendió tanto el rumor? 

En ese momento, mi mirada probablemente fue similar a la de ellas. P-Pero no pude evitarlo. ¡Se trataba de nada más y nada menos que de “ese” mago de “esa” torre negra!

Ahh, la creciente esperanza en mi corazón que estuvo conmigo todo el tiempo, incluso durante mis días solitarios como bebé, todavía perduraban. Pero…

—Es falso. 

Las palabras que espetó Claude, tan casualmente, fueron suficientes para destrozar mis fantasías.

—¿Eh? ¿Falso? 

—Estoy pensando en observar la divertida actuación que está interpretando ya que es bastante interesante, pero no le hagas caso. Es un simple humano que se hace llamar a sí mismo como el mago de la torre negra. 

Simpaticé con el mago impostor de la torre negra mientras pensaba en ese día.

Sí, Claude dijo que iba a observar la actuación un poco más ya que estaba interesado, pero ¡esos definitivamente eran los ojos que miraban a un gusano que se arrastraba por el suelo!

—¿Qué edad creen que tiene el Mago de la torre negra?

—Hmm, probablemente ya tenga el pelo blanco o está calvo.

—¡No es cierto! Se dice que los grandes magos envejecen más lentamente que los demás, por lo que mantienen su apariencia joven durante mucho tiempo. Eso probablemente se deba a que el gran y majestuoso anterior emperador, que también era un mago, Atheranitas, vivió durante mucho tiempo.

Una vez más, sus miradas curiosas se dirigieron hacia mí, obviamente pidiendo una respuesta.

Oigan, les dije que estarán decepcionadas cuando se den cuenta de que es un impostor. Wahh. 

—Mm. Escuché que tenía la apariencia de un hombre joven —les respondí con la información que conocía.

—¡Oh, kyaa! —chillaron de felicidad.

—Una vez leí en un libro que el mago de la torre negra es un espíritu libre, ¡pero pensar que vino a visitar a Su Majestad tan pronto como terminó con su vida de reclusión! Así de grande es el prestigio de Su Majestad. Es tan impresionante.

Zenit también se unió a su conversación, aparentemente interesada.

—Sería un honor si pudiéramos conocer al mago de la torre negra, pero la probabilidad es realmente baja. Ah, qué lástima.

¡Ahh! Zenit, ¡¿tú también?! 

¡El mago de la torre negra no existe! ¡Es un impostor que pretende ser el verdadero! Quiero decir, si lo que Claude me dijo es correcto. 

Aunque debe ser verdad porque nadie más que el mismo Claude fue quien me lo dijo.

Puede que no suene lo suficientemente convincente como para creerlo solo porque alguien me lo había dicho, pero solo el hecho de que me lo dijera Claude, hacía que lo creyera.

♦ ♦ ♦

—Princesa.

Y cuando la reunión estaba llegando a su fin, Zenit se me acercó en silencio. La saludé con una sonrisa.

—Señorita Magrita, hoy también me divertí. Gracias por participar en cada una de las fiestas de té.

Pero Zenit pareció vacilar respecto a algo; estaba actuando diferente de lo habitual.

Ugh. Oye, ¿por qué tiene que verse tan linda cuando titubea? 

—Umm, ¿aceptaría esto? —me entregó una cajita bien decorada. —Es una cinta.

En ese momento, recordé un incidente que tuvo lugar cuando salí del palacio con Lucas.

—¿Tenemos que ir a algún otro lugar? 

—Piénsalo. Todavía no hemos comprado lo más importante. 

—Recuerdo que la cinta que recogí para usted estaba un poco rasgada… Intenté quitarle todo el polvo, pero no lo logré por mucho que lo intentara. Le he estado dando vueltas todo este tiempo.

—Esto es raro. Te lo repetí varias veces antes de venir aquí y, sin embargo, lo olvidaste.  

—Pero casualmente, el otro día que salí encontré una cinta que pensé que le quedaría bien a la princesa.

Zenit sonrió tímidamente, mirando la pequeña caja de regalo que tenía en la mano.

—No podía irme de la tienda sin comprarla.

No pude evitar sentirme un poco conmovida por sus palabras.

Zenit dijo que casualmente vio esta cinta y la compró, pero lo que presencié ese día fue diferente a lo que me acababa de decir.

—Ayúdame a elegir una cinta cuando lleguemos a la tienda. No te aburrirás ya que una será para Su Alteza.

—Ah, pero no es gran cosa, princesa… No sabía si le gustaría o no… pero estaría muy feliz que la guardara, aunque no la use —añadió cuando solo la miré en silencio. Mis ojos temblaron.

M-Me sentiré mal si haces algo como esto. 

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