Villana mimada por el príncipe vecino – Capítulo 33: Más allá de sus sentimientos

Traducido por Sharon

Editado por Sakuya


Era claro que los culpables que robaron los dulces de Tiararose fueron las Hadas del Mar.

Ella no pudo ocultar su sorpresa, porque hasta ahora las Hadas del Mar no habían ocultado el desagrado que les producía. ¿Realmente tomarían dulces hechos a mano de una persona que no les gustaba?

…Es algo extraño.

Sin embargo, como el misterio de los dulces desaparecidos se resolvió, Tiararose se sentía aliviada.

— ¿Estás pensando en algo?

—Ah, no… Es sólo que las Hadas del Mar me odian. Es extraño.

Aquasteed la había estado mirando pensar dentro del carruaje, y se había preguntado qué le molestaba.

Como las Hadas del Mar estaban involucradas, ahora ambos se encontraban en el camino para ver a Aishira. Como alguien bendecida por las Hadas del Mar, seguramente podría terminar con todo el asunto.

….Ni siquiera considera que la están molestando.

Él sonrió ante Tiararose, quien pensaba sorprendida. Las Hadas del Mar le habían robado, y aun así su hermosa esposa parecía estar manejándolo bien.

—Espero que la Princesa Aishira sepa algo.

—En efecto. Ella es la persona más favorecida de todos los miembros del Reino… Estoy seguro de que podrá ayudar.

—Sí.

Tiararose asintió y miró por la ventana al amplio mar que se acercaba cada vez más.

Aishira Pearland, hija del Duque. Ella era la Heroína de la Secuela de “El Anillo de Lapis Lazuli”.

Normalmente, ella debería haberse casado con Aquasteed por su posición, pero él la había elegido a ella.

Aishira misma sólo había notado sus sentimientos por Aquasteed el día de la ceremonia. Pero en ese momento ya era demasiado tarde, y las cortinas del juego de la secuela se cerraron…

Aun así, Tiararose confiaba en Aishira, porque ella le había dicho que se casaría con quien sus padres eligieran, y que no tenía sentimientos románticos hacia Aquasteed.

—Estoy emocionada por ver a Aishira de nuevo.

—Estuvimos muy ocupados últimamente.

—Sí. Incluso traje algunos dulces de regalo.

Tiararose sonrió con dulzura, y Aquasteed no pudo evitar regresarle el gesto.

Pero sus pensamientos eran diferentes a su expresión.

…Parece ser que la Princesa Aishira realmente sabe algo.

Aquasteed recordaba lo que sucedió ese día. Los dulces de Tiararose habían desaparecido, y ellos consideraron que era probable que fuera por las Hadas del Mar. Así que había lanzado una investigación de inmediato.

No obstante, la usualmente veloz Aishira no había reportado nada, sin importar cuánto esperó. Cuando le preguntó por su progreso, la única respuesta que recibió fue que seguía investigando.

Justo cuando estaba considerando ir en persona, Tiararose vio a las Hadas del Mar.

Así, los dos decidieron ir a verla.

—…Llegaremos pronto.

—El mar de la Princesa Aishira es hermoso.

La luz del Sol brillaba cuando se reflejaba en la superficie del mar. Recién comenzaba la primavera, pero Tiararose pensó que parecía Verano. Se puso un sombrero de ala ancha en cuanto salió del carruaje para protegerse del Sol, y Aquasteed la escoltó mientras caminaban lentamente hacia la Mansión.

♦ ♦ ♦

—Bienvenidos, Príncipe Aquasteed, Princesa Tiararose.

—Perdona la intrusión.

Al llegar fueron guiados a la recepción, donde esperaron por cinco minutos.

Largo cabello recto de color azul que pasaba sus hombros. Sus ojos de color naranja parecían reflejar el Sol en el mar. Era la Heroína de la Secuela, amada por el mar.

—Princesa Tiararose, lamento que mi lentitud al responder… le causara tanta preocupación, realmente lo lamento.

—No, por favor, no permitas que te moleste.

… ¿Lentitud al responder?

Por dentro, Tiararose inclinó la cabeza a un lado ante las palabras de Aishira, pero no podía actuar sorprendida frente a Aquasteed sin importar qué.

Como la Princesa Heredera, cualquier falla suya se conectaría con Aquasteed, su esposo. Aunque Aishira era su amiga, no podía bajar la guardia.

… ¿Quizás Aquasteed descubrió que fue obra de las Hadas del Mar?

Si fuera así, entonces lo que Aishira dijo tendría sentido. Había pedido una investigación, pero antes de que los resultados llegaran Tiararose vio al culpable.

Aquasteed era tan brillante, siempre pensaba un paso más adelante de Tiararose.

— ¿Dónde debería empezar…?

— ¿Princesa Aishira?

Aishira miraba hacia abajo, como si tuviera dificultades para hablar. Tiararose estaba preocupada, pero Aquasteed le dio valor para continuar.

Lo que vino a su mente fue el error que cometió.

—…

Parecía que no se animaba a hablar de ello, pero tampoco podía ir en contra del Príncipe Aquasteed.

Aishira pensó en los días anteriores mientras intentaba encontrar su valor.

Las Hadas del Mar estaban muy encariñadas con Aishira. Después de todo, ella amaba el mar, criaba peces y creó un área grande con corales para que crecieran.

Por eso, cuando estaba triste, las Hadas del Mar también se entristecían.

Después de la boda de Tiararose y Aquasteed, Aishira estuvo llorando en silencio y sola en el mar con el corazón roto. Sabía que si lloraba en su casa, todos sabrían sus sentimientos por el Príncipe, y eso podría causar problemas.

Su padre era el Duque, no podía causar malentendidos.

Sin embargo, la decisión de Aishira no fue correcta. Las Hadas del Mar lloraron al ver sus lágrimas, y pensaron en hacer bromas a la esposa del hombre por el que Aishira tenía sentimientos.

Sí, Tiararose.

— ¿Cómo debería comenzar esta historia…?

Sabía que fueron las Hadas del Mar, pero no podía decir “Me encariñé con el Príncipe Aquasteed, así que las Hadas del Mar te jugaron bromas por ser su esposa.”

¿Cómo podría decir algo como eso?

Además, Tiararose ni siquiera sabía de sus sentimientos románticos hacia Aquasteed. Aishira no quería que se preocupara, ni herirla de ninguna forma.

No pudo decir nada, pero Tiararose le sonrió gentilmente.

—Princesa Aishira, por favor no se presione. Si sucedió algo en el mar, le ayudaremos. ¿Cierto, Aqua?

—Sí.

Aquasteed asintió a las palabras de Tiararose, intentando animar a Aishira.

—…Les dije a las Hadas del Mar que, que se detuvieran. Pero mis palabras no parecen tener efecto.

— ¿Incluso cuando lo dices tú, que tienes su bendición? No puedo entender por qué llegarían a tales extremos para tener mis dulces…

Las Hadas del Mar sólo lo hacían porque pensaban que beneficiaría a Aishira. Por eso no la escucharon cuando les pidió que se detuvieran.

Aishira no sabía qué responder, cuando la voz de Aquasteed cortó el silencio.

—Los dulces de Tiararose son bastante especiales, quizás las Hadas del Mar los disfrutaron.

—Hmm, es verdad que son diferentes, pero…

Los dulces de Tiararose estaban bañados con su magia.

Para empezar, tenían propiedades de curación naturales, o podían elevar la fuerza física, entre otras cosas. Así que podías adquirir algunos efectos pequeños al comerlos.

Aunque, las únicas personas que sabían esto eran algunos humanos y las Hadas del Bosque. Era impensable que las Hadas del Mar lo supieran, pero no tenían otra explicación, así que Tiararose no tenía otra opción más que aceptarlo.

—Si es así, entonces podría haberles preparado dulces si los pedían… Oh, sí, Princesa Aishira, ¿podría decirles a las Hadas del Mar que les prepararé algunos dulces para ellas?

—Por supuesto que puedo hacerlo… Pensaba ir a conocer al Rey de las Hadas del Mar ahora.

— ¿El Rey de las Hadas del Mar?

Fue tan repentino, que Tiararose abrió los ojos por la sorpresa.

Actualmente, no había nadie que tuviera la bendición del Rey de las Hadas del Mar. Por supuesto, incluso Aishira.

… ¿Pretendía pedirle al Rey de las Hadas del Mar que lo detuviera?

Pero debería ser muy difícil encontrarse con el Rey. Lo mismo sucedía en el Bosque, Mar y Cielo, no había excepciones.

—Aishira, ¿ya te has encontrado con el Rey de las Hadas del Mar antes?

Aishira sacudió su cabeza lentamente en respuesta a la pregunta de Aquasteed. Ella era amada por las Hadas del Mar, pero nunca conoció a su Rey.

—Pero, sé el camino para conocerlo. Un Hada me lo dijo.

—Por supuesto. Entonces, ¿le harás una petición al Rey para arreglar la situación?

—…Sí. Ya les he incomodado por demasiado tiempo, pero me gustaría que esperaran un poco más.

—Muy bien. Pero se cuidadosa para no insultar al Rey

—Lo entiendo.

Aquasteed y Aishira rápidamente decidieron qué hacer a continuación. A pesar de estar en el centro de todo, la opinión de Tiararose parecía no importar.

… ¿Realmente está bien pedirle a la Princesa Aishira algo como esto?

Se sentía increíblemente mal por ella cuando cruzó su mirada con la de Aquasteed. Él le sonrió y le palmeó la cabeza, como si le estuviera diciendo que no se preocupara y que él lo manejaría.

—Tiararose.

Mientras ronroneaba cómodamente, la voz determinada de Aishira llamó su nombre. Su mirada era seria, del tipo que hacía a uno enderezar la postura sin pensarlo.

¿Le dirá…? se preguntó Aquasteed sorprendido, pero decidió observar en lugar de detenerla.

—La razón por la que las Hadas del Mar están robando tus dulces, es por mí…

— ¿Huh? ¿Por ti? ¿Princesa Aishira?

—Sí, yo… Yo…

— ¿?

… ¿Princesa Aishira?

Intentó decirlo, pero las palabras no salieron de su boca. Tiararose inclinó la cabeza a un lado, entendiendo que fuera lo que quisiera decir, era algo difícil para ella.

Bueno, si los motivos de las Hadas la involucraban, por supuesto que le sería difícil confesarlo. Aun así, Aishira estaba dando lo mejor de sí para decirlo.

Esa emoción era suficiente para Tiararose.

Se puso de pie y se arrodilló frente a Aishira. Mirando a sus ojos que observaban el suelo, sonrió como si le dijera que todo estaba bien.

—Princesa Aishira, por favor no sientas que debes decírmelo. No debes seguir preocupándote por ello.

—…Tiararose. Estoy tan, tan arrepentida, yo…

—Por favor levanta tu cabeza. Mira, no me molesta tanto como asumes.

…Sólo son dulces, puedo hacerlos de nuevo.

El mayor problema era que Aishira tuviera que sufrir tanta incomodidad.

—Gracias Tiararose. Me perdonas aunque no pueda decirte mis motivos… Te lo prometo, iré a ver al Rey de las Hadas del Mar.

Tiararose esperaba que no fuera a ser muy dura consigo misma.

Con estos pensamientos, ella y Aquasteed dejaron la Mansión de Aishira.

♦ ♦ ♦

— ¡Rey Perla, aquí están los dulces que Tiararose hizo!

—Hmph. ¡Como si fuera a comer algo tan desagradable como comida humana!

Profundo en el océano, donde el Rey vivía.

Quienes conversaban eran el Rey Hada y un Hada, quien le trajo los dulces de Tiararose. Sin embargo, Pearl no parecía interesado.

Aun así, las Hadas del Mar realizaban sus deberes independientemente. Pearl no se involucraba en asuntos entre humanos.

Después de todo, a diferencia de las Hadas del Mar, no estaba encantado con Aishira.


Nota del Autor:

Tiara es la número uno para Aqua, así que es un poco duro con Aishira porque este caso se relaciona con Tiara.

Hubo algunos comentarios sobre Tiara llamando a Aqua sin su título.

Por supuesto, usualmente no estaría permitido así que intenta evitarlo. Pero cuando están besándose, Aqua le pide que lo haga…

7 respuestas a “Villana mimada por el príncipe vecino – Capítulo 33: Más allá de sus sentimientos”

  1. Que yo recuerde, Ashira no es Princesa, es hija de un duque o conde importante, que ayudaba al reino y k realizaba entregas de mercadería, pero ella NO es Princesa… que pasó Allí??

    1. Seguramente porque en la versión original se usa mucho el ‘sama’ entre la nobleza. Asique para no estar les llamando sama a todos de seguro se cambio por el princesa.

      Eso depende de quien tradusca. Y como se escuche mejor.

  2. Este Rey Hada del Mar que no le agrada Aishira es probablemente quien se va enamorar de ella. El famoso “no me agradas” pero al final se terminan super enamorandos.

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