Traducido por Sharon
Editado por Ayanami
Un anillo de luz apareció en el cielo del país y, el logo del juego brillaba en la plaza donde todo comenzó.
No había forma en que esto no fuera parte de algún evento inesperado que estaba por comenzar.
—Príncipe Aqua… ¿Cuánto sabe de la situación?
Ella no tenía dudas de que estaba ocultando algo.
—¿Tiara?
—¿Eh? Ah… ¿lo dije en voz alta?
—Alto y claro.
Tiararose había estado inmersa en sus propios pensamientos descuidadamente, pero se encontraba en la oficina de Aquasteed. No era digno de una villana estar anunciando sus pensamientos con torpeza.
Como ya lo había dicho, pensó que lo mejor sería explicar con franqueza.
—Um… Estabas bastante interesado en ese anillo de luz y la marca que apareció en la fuente de agua.
—¿Y crees que sé algo de ellos?
—Correcto… Parecías muy tranquilo al respecto, así que pensé que sabías algo. Imagino que habrás escuchado algo al respecto de su alteza Pheles.
Aquasteed lucía sorprendido de que le hablara del tema con tanta convicción. Al mismo tiempo, comprendió que Tiararose le observaba con mucha profundidad.
Aun así, no podía hablar al respecto con facilidad. Mejor dicho, sería más exacto decir que le era difícil hablar de ello con Tiararose.
Ella estaba triste al ver su rostro preocupado, y se preguntó si no hubiera sido mejor no haberle preguntado nada.
—Por supuesto, si es algo de lo que no puedes hablar, no presionaré más. Puedo ver que estás preocupado, príncipe Aqua… ¿Hay algo con lo que pueda ayudar?
—Gracias, Tiara. Es muy tranquilizador tenerte a mi lado. —Aquasteed se levantó de su silla frente al escritorio y caminó hacia donde estaba su esposa. Se sentó a su lado, y le habló con calma—: Todo estará bien.
Una sonrisa vaga regresó al rostro de Tiararose cuando él acarició su cabello con gentileza, como si le estuviera diciendo que no se preocupara. Parecía que no estaba interesado en contarle sin importar con cuánta honestidad le preguntara. El comportamiento sospechoso de Aquasteed la estaba haciendo sentir desesperadamente triste.
Sé que no puedes hablar.
Aquasteed es un miembro de la realeza, y el príncipe heredero. Había muchas cosas que no podría decirle, en especial porque ella vino desde el país vecino para casarse.
Podía entender los motivos por lo que lo hacía, pero su tristeza venía de su deseo de monopolizarlo.
Si había algo molestándolo, él debería poder hablarlo con su esposa. Sabía que Aquasteed sólo lo hacía porque se preocupa por ella, pero, el hecho de que no le permitiera alcanzar el núcleo del problema, la hacía sentir sola.
En el momento en que se dio cuenta de esto, se sintió avergonzada. ¿Estaba siendo demasiado codiciosa? Cuando se casaron, a pesar de que había pensado que la heroína de la secuela le robaría a Aquasteed, las cosas habían resultado bien.
—¿Tiara? Tu rostro está algo rojo… ¿estás resfriada?
—¿Eh? Ah, no, no te preocupes. Estoy bien.
La gran mano de Aquasteed se colocó en su frente y verificó su temperatura. Su piel era fría y agradable al tacto, y cuando cerró los ojos por reflejo, sintió un beso delicado en su mejilla.
—Príncipe Aqua…
—Deberías descansar un poco, Tiara. Estoy feliz de que te preocupes por mí, pero eso que dijiste me hace sentir inseguro.
—Ah.
No podía estar segura de ello, pero, aunque supiera que era un evento del juego que involucra a Aquasteed, no sería suficiente para encender su motivación.
Sintiéndose decaída, se encogió de hombros y decidió regresar a su cuarto a descansar, pensando que si se quedaba estaría en medio del trabajo de Aquasteed.
♦ ♦ ♦
Mientras se arrastraba a su cuarto, se encontró con Liliarge sentada en el corredor, mirando por una ventana. Estaba quedándose en el castillo con Pheles, ya que estaba preocupada por Sotiris.
Pero es raro ver a la señorita Lilia por su cuenta.
Siempre está a un lado de Pheles, así que ¿por qué ahora se encuentra sola?
Sintiendo la mirada de Tiararose, Liliarge se giró para verla.
—¡Tiara! ¿Qué sucedió? Luces como si hubieras estado llorando…
—Señorita Lilia, yo…
—Puedes hablar conmigo si quieres. Vamos a tu cuarto, ¿de acuerdo?
—Bien…
Liliarge le sonrió con amabilidad, y regresaron juntas al cuarto de Tiararose.
Después de asegurarse de que Philliane se había retirado luego de servir el té y las galletas, Tiararose comenzó a hablar sobre lo que había sucedido antes, y cómo no era capaz de controlar sus emociones, dejándola increíblemente triste.
—Así que eso sucedió. Pero eres la esposa de Aquasteed, es natural que seas algo codiciosa.
—¿De verdad? Soy parte de la realeza. Aunque creo que está bien estar un paso detrás de Aquasteed, quiero estar a su lado.
—¿Eso estaría bien?
—Ah…
Los ojos de Tiararose se abrieron al escuchar la pregunta sincera de Liliarge.
Para ella, que tenía sus recuerdos de una vida anterior como una mujer japonesa, era natural que las mujeres no desobedecieran a los hombres. Debido a ello, pensó que lo mejor sería escuchar el juicio de Aquasteed.
Pero esto no era Japón, es Marineforest. El mundo dentro del juego.
—A diferencia de Pheles, nací siendo plebeya, por eso pienso diferente. Incluso ahora, hay muchas veces en las que no entiendo lo qué está pensando, y tendemos a no estar de acuerdo muchas veces.
—Señorita Lilia…
—Aun así, no puede evitarse que tengamos diferentes formas de sentirnos al respecto. Es parte de estar vivos, ¿sabes? —Lilliarge la miró y le dijo—: No sería tan divertido vivir si entierras tus emociones.
—Soy la hija de un marqués, que vino a este país para casarse con el príncipe heredero, Aqua… Sólo pensé que tenía que mostrar mi mejor comportamiento.
De otra forma, la heroína del juego le robaría todo lo que tenía para sí. Tiararose había sido muy proactiva durante los eventos del juego, pero, esta vez, había actuado de manera tímida porque sintió que su comportamiento había molestado a Aquasteed.
—Ustedes dos se parecen mucho a Pheles, ¿sabías?
—¿De verdad?
—Sí. Él es muy autoconsciente sobre sus obligaciones como miembro de la realeza, y tiende a matar sus emociones en el proceso.
—Ah…
Tiararose había aprendido sobre sus deberes como miembro de la realeza desde una temprana edad. Incluso ahora, que sus recuerdos como una mujer japonesa habían resurgido, su deseo para dedicarse a ser una mujer noble no había desaparecido. Simplemente, era como una segunda naturaleza.
Quizás, es lo mismo para Aquasteed y Pheles. Podría ser inevitable, parte de su instinto.
—Pheles es muy fuerte. Sirvió solo como rey durante mucho tiempo, yo apenas sabía mis deberes como su esposa. Era muy mala al hablar con gracia también.
Por ello, Liliarge se sentía mal dependiendo de Aquasteed y Tiararose para resolver sus desastres. No quería molestarlos con sus problemas.
Pero tanto Aquasteed como Pheles la aceptaron con naturalidad, como parte de sus deberes como miembros de la realeza. Ellos no entendían los sentimientos de Liliarge, lo que la hacía sentir triste todo el tiempo.
—En resúmen, nosotras, las mujeres, tendemos a estar tristes a menudo. Y chicas de la realeza, como tú y yo, no podemos evitar entristecernos por nuestros hombres.
—Señorita Lilia…
La declaración de Liliarge era tan extraña que Tiararose no pudo evitar reírse un poco.
—Por lo menos, has vuelto a sonreír, Tiara.
—Ah…
—Ciertamente, eres mucho más linda cuando ríes.
—¿Eso cree…?
Tocó sus mejillas, liberando la tensión de su rostro. Había estado muy avergonzada para hacerlo frente a Aquasteed, pero no tenía problemas con hacerlo frente a Liliarge, porque era una mujer como ella.
Tomó una respiración profunda y recompuso sus sentimientos.
No había forma alrededor de esta tristeza. Era algo que sucedía. Sostuvo sus mejillas con sus manos y se golpeó suavemente.
—¡Muy bien! —Se motivó.
Viendo esto, Liliarge parpadeó sorprendida y, al igual que Tiararose hace unos momentos, estalló en carcajadas.
—A veces te comportas algo masculina, ¿sabes?
—¡¿Eh?! ¿De verdad?
Era la primera vez que alguien la llamaba así desde que comenzó a vivir elegantemente como una hija de la realeza. Pero no era algo malo, porque Liliarge lo hizo sonar como un elogio.
—¡Ya sé! Cuénteme sobre usted y el señor Pheles. ¿Fue muy difícil fundar una nación por su cuenta?
—Ah, seguro, puedo hacer eso. —Liliarge le dio una mordida a una galleta y habló feliz—. ¿Dónde debería comenzar? —Entonces, pareció recordar algo de repente—. Ah, ahora que lo pienso, cuando fundamos la nación, tomamos los campamentos de los Reyes Hada.
—¿Cómo?
—Escuché que hoy en día las hadas realizan una versión simplificada de ello en un tablero de juego.
—Es cierto. El señor Grail es muy bueno en ello.
El juego solía jugarse hace no mucho tiempo. En él, usabas tres piezas en un tablero de 5×5 para convertir las piezas del jugador en las tuyas al saltar sobre ellas. Era parecido al juego de Reversi[1].
Tiararose recordaba que siempre pierde en esos juegos mentales.
—Pero tomar un campamento… ¿No unieron fuerzas cuando fundaron el país?
—Dije que lo “tomamos”, pero quizás, sería demasiado duro ponerlo de esa forma. Se dice de esa manera para que los hombres puedan asegurar sus propias fuerzas. Algo como “Soy tan fuerte que debo proteger este lugar a toda costa”.
Era una lucha entre cuánto se podía bendecir o proteger el país propio.
Liliarge dijo que pudieron hacerlo porque los Reyes Hada amaban la tierra de Marineforest. Y como los campamentos fueron tomados, el país se volvió una tierra abundante.
Ya que los Reyes Hada estaban ansiosos por luchar por el país, el esfuerzo de Pheles debió haber sido tremendo.
Escuchando esa historia, Tiararose se sintió impresionada, preguntándose si podría ver un evento como el que involucró la fundación de la nación. Ella sería la única en saber sobre la historia secreta del nacimiento de un nuevo país en el juego.
¿El príncipe Aqua sabe sobre esto?
Ese pensamiento permanecía en su mente.
Quizás, había escuchado esta historia de Pheles mismo, como ella la escuchó de Liliarge. ¿Por eso estaba preocupado? Sólo era un presentimiento, pero Aquasteed acaba de hacer el Anillo del Cielo Estrellado. Quizás, está preocupado porque tuvieran que luchar en el futuro.
—¿Tu tristeza tiene algo que ver con este juego de tomar el campamento del otro?
Actualmente les pertenecían a Pheles, Keith, Grail y Pearl.
—Si Aquasteed se vuelve el rey, necesitará tomar el que Pheles le quitó a los Reyes Hada.
—¿Necesitará pelear contra Su Majestad…?
—No, simplemente, será un despliegue de poder. Pheles está envejeciendo, así que estoy segura de que desea facilitarle la situación.
La voz animada de Liliarge no contenía nada de preocupación, lo que alivió a Tiararose. Al mismo tiempo, confirmó sus propias dudas.
De repente, la primera reina saltó desde el sofá hacia el balcón. Mientras la princesa la seguía, Liliarge se sentó en la baranda y miró al anillo que se formó en el cielo.
—Este anillo de luz… Quizás, está aquí porque Marineforest está buscando un nuevo gobernante.
—Pero si el príncipe Aqua está tan preocupado, entonces, no podrá volverse el rey, ¿verdad…?
—Es probable, pero no estoy segura. Si Pheles estuviera aquí podría comprender esto un poco más, aunque no creo que él vaya a decirme —dijo Liliarge, haciendo un puchero—. Me hace sentir triste, ¿sabes? Pheles no me dice aquello que considera que no necesito saber. Estoy segura que es porque no quiere que me preocupe ni me involucre en nada peligroso, pero… Es muy triste. Quiero estar a su lado como su esposa.
—Señorita Lilia… —Tiararose asintió vigorosamente. En verdad entendía ese sentimiento.
—Por eso ignoré la opinión de Pheles, continué consumiendo más y más poder, y terminé convirtiéndome en un monstruo.
—Ah.
—Creo que Pheles debe sentirse triste por eso también.
Tiararose pensó que Liliarge también tenía un lado masculino, pero no se atrevió a decirlo en voz alta. Le preocupaba que estuviera pasando una línea.
—Aunque si eso no hubiera sucedido, no habría podido ayudarlo. Así que todo terminó bien al final.
—¿De verdad…?
Se sentía mal por haber traído malos recuerdos, sin embargo, a Liliarge no pareció importarle y siguió sonriendo.
Después de regresar al cuarto, disfrutaron de las galletitas restantes. Mientras tanto, la princesa fue a través de la información que Liliarge le compartió y consideró los posibles finales del juego.
El anillo de luz podría ayudar a Aquasteed a establecerse como el nuevo rey del Cielo Estrellado. Siempre y cuando pudiera leer el mensaje que apareció en la plaza de los inicios, la señal del comienzo era los anillos de los reyes. El problema era quién podría reunirlos a todos y ofrecerles sus rezos.
El texto estaba escrito en japonés.
Así que tenía sentido que la heroína del juego apareciera en el evento.
Tiararose era la villana, pero pudo pasar por los pasajes escondidos de los Reyes Hada, así que no debería haber problemas. Sólo necesitaba cuatro anillos más y ofrecerles una plegaria.
Entonces, comenzaría la posesión de los campamentos, el cual, no era otro más que la plaza de los inicios.
Pero allí es donde comienzan las preocupaciones.
Como ya hay un rey, ¿tomar el campamento sería como intentar tomar el país? Aun así, las personas nunca podrían calmarse hasta que no se encargaran del anillo de luz en el cielo.
—Luces preocupada.
—Señorita Lilia…
—Tiara, tengo un favor que pedirte. Dale a Aquasteed el impulso que necesita y conviértelo en el verdadero rey. Quiero que Pheles sea libre para que no sólo pueda ver este país, sino el resto del mundo.
Escuchar el tono serio de Liliarge hizo que Tiararose contuviera el aliento. Ser el rey del cielo estrellado era la responsabilidad de Pheles desde la fundación del país. Pensando en que él también debía ser liberado, tomó una decisión.
Juntaré los anillos y comenzaré el evento en la plaza de los inicios.
[1] El reversi, othello o yang es un juego entre dos personas, que comparten 64 fichas iguales, de caras distintas, que se van colocando por turnos en un tablero dividido en 64 escaques.
Cada cuanto suben los capítulos, hay alguna página donde pueda seguir leyendo en inglés o japonés, o están al día?
Hola! En el indice de cada novela suele decir fecha de prox cap. Tambien puedes revisar el estado de la novela en https://reinodekovel.com/sobre-el-sitio/estado-de-las-novelas/