Traducido por Shiro
Editado por Ayanami
Las tenues llamas de las velas parpadean de un lado a otro.
Él, se me acerca, sella sus labios en los míos, comienza a mordisquear y chuparlos, respiraciones calientes y apasionadas circulan en medio del enredo. Mi cara está ardiendo y el resto de mi cuerpo se calienta a cada segundo. Me duele la cabeza, apenas abro un poco mis ojos, veo los negros y lujuriosos ojos de él.
¡Dios mío! ¿Qué demonios está pasando? ¡Algo salió mal!
Trato de liberarme, pero para mi propia consternación, descubro que, para mi cuerpo, sofocado por el calor, el único lugar donde encuentra algo de consuelo es en el cuerpo fresco de él. Levanto un brazo tambaleante, para alejarlo, pero él lo alza sobre mi cabeza con su mano y lo inmoviliza. Gruño de dolor.
Maldito bastardo. ¡Se está aprovechando de mí estando convaleciente! Seguí leyendo “Indiferente a las Arenas Frías – Capítulo 12: Frío Otoñal”