Traducido por Maru
Editado por Sakuya
Ese músculo bajo los dientes y labios de Ling Xia era fuerte y flexible. Parecía tenso en el momento en que mordió con firmeza, pero pronto se relajó, como si le permitiera a Ling Xia morder todo lo que quisiera.
Al escuchar la disculpa y el gentil consuelo de Yu ZhiJue, Ling Xia finalmente se soltó y lloró, cediendo a su vergüenza. Cuando Yu ZhiJue abrió sus piernas justo ahora, estaba profundamente herido y asustado, hasta el punto de que sus entrañas se contraían y retorcían.
Realmente quería abrir sus ojos rojos e hinchados para ver a Yu ZhiJue, pero la otra persona permaneció manteniéndolo en su abrazo con tenacidad, como si temiera que Ling Xia huyera. Seguí leyendo “Rehabilitando al villano – Capítulo 61”
Traducido por Akatsuki
Editado por Ayanami
Corregido por Meli
Jiang Li me transfirió el diez por ciento de las acciones de XQ que se creían desaparecidas. Eso me dio un poco de tranquilidad, pero aún tenía preguntas.
—Ya que XQ conserva el diez por ciento faltante, ¿qué te hace pensar que Ai Rui pagará el préstamo? Seguí leyendo “Boda relámpago – Capítulo 67: Resumen”
Traducido por Mei
Editado por Nemoné
Corregido por Aurora Blue
Umm… Estar almorzando todos juntos en la cafetería resulta ser más incómodo de lo que imaginé…
Tuvimos que juntar dos mesas para que cupieran todos y acomodarnos de a tres personas por mesa. Me las arreglo para que Bella se siente frente a Lookz, pero resulta contraproducente; tengo la sensación de que los estoy presionando demasiado. Seguí leyendo “Villana sanadora – Capítulo 34”
Traducido por Mei
Editado por Nemoné
Corregido por Aurora Blue
—¿Quieres que elija…? —pregunta Luler—. Cualquier cosa está bien para mí. —Sus mejillas comienzan a enrojecer.
¿Hmm…? ¡¿En qué está pensando?! No tenía la intención de utilizarlos para castigarlo. Seguí leyendo “Villana sanadora – Capítulo 33”
Traducido por Den
Editado por Nemoné
Lydia apenas pudo dormir, por lo que se quedó despierta toda la noche, esperando el amanecer.
Incluso si Teresa se dormía, parecía que este cuerpo no podía regresar al control de Lydia hasta que saliera el sol.
El cielo nublado que yacía sobre ellos no les dejaba sentir como si hubiera amanecido, pero en medio de la tenue luz del sol, Lydia finalmente se sintió liberada del control de Teresa y se levantó de la cama para rápidamente cambiarse de ropa. Seguí leyendo “El Conde y el hada – Volumen 4 – Capítulo 4: El mar y las Selkies”