La Villana Revierte el Reloj de Arena – Capítulo 113: El resultado de la elección (3)

Traducido por Maru

Editado por Sharon


—¡Señor Lohan! ¿Por qué? ¿Qué diablos está pasando…?

Mielle no se atrevió a hablar correctamente debido a los ojos penetrantes que brotaban de todos lados. Siempre había sido amada por los demás y había crecido en ese ambiente. Había estado en prisión, pero hasta entonces la habían tratado como una dama noble. Ahora era diferente; la estaban tratando como si fuera menos que los vagabundos en las calles y mirándola con frialdad.

—¿Cómo te atreves a decir mi nombre? No sabes quién eres. Las personas como tú son las que más odio, que venden a sus familias y su país para salvar sus vidas.

Con los ojos y el tono fríos, Mielle miró hacia arriba de nuevo y le dio una mirada lastimera. Hacía poco tiempo que había elogiado que ella era una mujer muy inteligente y con mucho conocimiento, y la había mirado con sus ojos cálidos y encantadores.

Había sido reconfortada y reconocida, y por un momento se había sentido feliz. No era como si hubiera estado obsesionada con Oscar porque pensaba que él era la persona adecuada para ella. Aunque confió en ella para venderle información, pensó que Lohan era una persona amigable que la salvó en una crisis.

Pero, ¿fue todo falso? El rostro frío del presente y el rostro cálido del pasado se superpusieron y las lágrimas parecieron fluir. Era aún más increíble que todas las palabras y acciones que le había dicho fueran falsas, ya que le había tendido una trampa.

—¡Señor Lohan!

Así que Mielle volvió a gritar su nombre, pero aun así volvió una mirada fría. Además de eso, le dio una advertencia porque seguía llamándolo por su nombre.

—Si dices mi nombre otra vez, no te dejaré ir —le dijo en un tono despectivo.

—Ugh…

Todo lo que quedó fue el llanto de Mielle, e Isis, que había estado escuchando la conversación, tratando de resolver la situación, miró hacia arriba un instante, recordando las cartas y los papeles que se habían intercambiado.

—Bueno, tengo los papeles que ha intercambiado conmigo…

Eran documentos con el sello del rey, y mientras fuera una trampa, si hubiera papeles con un sello, él podría ser arrestado por conspirador. Entonces le insistió que se pusiera de su lado y detuviera esta tontería, pero Lohan se rió.

—Crees que es un sello real, ¿no?

¡Los documentos oficiales del Reino de Croa tenían el mismo sello!

Recordó que incluso había hecho algunas comparaciones por si acaso.

—¡Definitivamente…! ¡Lo verifiqué con Vika…!

—¿En serio? Entonces, tengo que preguntarle a la persona que lo consultó —comentó, y se dio la vuelta. Extrañamente, Vika, que había estado ayudando al Partido Aristocrático durante mucho tiempo y le había ofrecido este trabajo, dio un paso adelante.

—Has depositado tu confianza en mí, has pasado por esto, pero deberías haber retenido a un poco más de gente —dijo Vika, luciendo un poco arrepentido—. Lo siento, pero todos los papeles que te traje están hechos de sellos falsos.

—¿Qué… qué…?

Se dio cuenta de que la persona en la que más había confiado era un traidor. ¿Qué tipo de reacción debía mostrar? Se limitó a mirar a Vika, incapaz de creerlo. Había sido de gran ayuda y asesor de los nobles del Partido Aristocrático durante mucho tiempo, ella no podía imaginar que se atrevería a traicionarla.

A Mielle le sucedió lo mismo. Le costaba aceptar la situación y su llanto se hizo más fuerte. Por un momento, sus gritos se extendieron por la plaza, e Isis, que se había perdido estúpidamente en sus pensamientos pareció encontrar otra solución.

—¡Incluso si el sello es falso, la letra es la del rey! —dijo como si fuera la última esperanza.

—Ja, ¿no lo entiendes todavía? Era poca cosa atrapar a traidores de otro país, ¿y por qué hice un trabajo tan molesto? ¿Eh, Vika?

—Sí, yo mismo respondí a sus cartas.

Después de reconocer que era una trampa perfecta, Mielle dejó de llorar y palideció. Lo mismo sucedió con Isis. Se dio cuenta de que Asher la había incriminado y ella había jugado en su mano. Estaba atrapada en una trampa de la que no podía escapar.

—No sé por qué sigues obsesionado con estas pequeñas cosas sin arrepentirte de tus propios pecados. Incluso si fueran cartas de Lohan, ¿qué importa si fue un proceso para encontrar a los traidores en primer lugar? —preguntó Aria en un tono extrañado, queriendo verlos irse al infierno, y Asher la elogió por ser tan inteligente.

—Tienes razón, no sé por qué se preocupa por eso. Tal vez ella no sea consciente de la situación, o es solo su nivel natural.

—Estoy decepcionado, Asterope. Me has usado para esta cosa insignificante. Pensé que sucedió algo grande y con mucho gusto usé mi tiempo ocupado para ayudarte.

—No enfatices el favor que me has hecho, ya te pagué por eso.

—Bueno, sí, conseguí varias cosas, y también a otras personas —dijo Lohan, sonriendo significativamente a Aria. Como no conocía los detalles, ella frunció el ceño e inclinó la cabeza, y Asher se molestó.

—No digas más palabras inútiles y regresa. Deja todo sobre Mielle por escrito y te enviaré a alguien si necesito algo más.

—Está bien, lo haré. Creo que es hora de irnos, ya que están llegando carros que transportan a otros pecadores.

Tan pronto como terminaron sus palabras, llegaron a la plaza carruajes ruidosos de acero que transportaban a los pecadores. Hechos de hierro duro para que los prisioneros no pudieran escapar, tenía una pared de barras de hierro para que pudieran ver el interior.

—Llegan tarde porque hay muchos.

Los espectadores empezaron a hablar sorprendidos al ver a los nobles encerrados. Los respetados nobles del imperio tomaban forma de pecadores. Y Caín, que estaba en uno, vio a Aria mirándolo y comenzó a gritar como si no hubiera superado su ira.

—¡Aria! ¿Por qué estás ahí? ¿Por qué?

Era como si hubiera enloquecido.

—No sabes en qué situación te encuentras —murmuró Asher—. Esa es una pregunta extraña. ¿Por qué está haciendo un escándalo cuando es natural que Aria esté conmigo como mi pareja? Cállate.

Como si esperara la orden de Asher, un caballero amordazó a Caín, pero él siguió gritando y luchando, y finalmente perdió el conocimiento después de varios golpes en la cara.

—¡Hermano! —gritó Mielle cuando vieron que lo trataban con dureza. Isis volvió la cabeza y cerró los ojos al ver al duque.

—No tiene que volver la cabeza, señorita Isis, porque ese es su lugar. Lla factura que le entregó a Lohan fue adoptada como prueba. Me alegro que lo haya hecho, estaba escrita con mucha claridad. Ahorrará mi tiempo y energía —dijo Asher, y le hizo un gesto a los caballeros, quienes se pararon cerca de Mielle e Isis. Ellas no podían ponerse de pie correctamente, pero uno de los hombres las empujó para apresurarlas, y Mielle cayó al suelo.

—¡Aaaah!

Si hubiera sido solo hace unos meses, todas las personas que se habían reunido se habrían acercado a la pobre Mielle, pero desafortunadamente, fue Aria quien le tendió la mano.

—Mielle, ¿estás bien?

Asher pensó que Aria estaba aquí para burlarse, y cuando se mordió el labio inferior, Mielle le lanzó una mirada dura y hostil. La simpatía que recibió de ella solo fue vista como vergüenza e insulto.

—Señorita Aria, pareces demasiado tierna. Eres muy amable con aquellos que te han tendido una trampa varias veces —dijo Asher disgustado y le indicó que regresara rápidamente, pero no fue su respuesta la que llegó.

—Necesito que me hagas un favor.

—¿Un favor?

—Sí, se trata de Mielle, y espero que lo escuches, aunque es difícil.

—¿Qué es lo que me preguntas con seriedad? De todos modos, Mielle será ejecutada. —No solo Asher, sino también Mielle, Lohan y todos los que se reunieron en la plaza, estaban esperando sus siguientes palabras.

—No sé si es una solicitud difícil, pero… quiero que cuides bien a Mielle.

¿Quieres que la cuide bien?

Le estaba pidiendo que cuidara bien de Mielle, que había estado tratando de lastimarla y vender al imperio, y el público se sintió avergonzado como si hubiera escuchado palabras ridículas. Lohan se tragó una risita y preguntó:

—¿Estás delirando?

Era un tono amargo, pero la mayoría parecía estar de acuerdo con él, incluso la defendida Mielle. Aria finalmente tenía la oportunidad de cortarle la cabeza, pero no podía entender por qué buscaba protegerla.

Mientras tanto, Asher notó que Aria no había pedido simplemente que cuidaran de Mielle, y por lo que trató de averiguar sus verdaderas intenciones.

—¿Por qué?

—Mielle es todavía una niña y no puede emitir un juicio adecuado y, como todos sabéis, es buena por naturaleza, pero está siendo mal guiada a esta temprana edad. Ella es demasiado joven para ser castigada. Simplemente fue arrastrada, y si había una falla… —Aria, quien había dicho que la culpa de Mielle era de otra persona, se detuvo, acariciando sus ojos por un momento para secarse las lágrimas.

—Entonces, ¿de quién es la culpa? —le preguntó Asher, algo impaciente.

—Esa sería yo, que no la cuidé bien. Yo era su hermana, pero no pude evitar que tomara el camino equivocado… Espero que cuides bien de Mielle y me des un poco de su castigo.

¿Qué quiere decir ella? ¿Cómo podría castigarla el príncipe heredero?

Tan pronto como terminó, los ojos de todos se reunieron en un solo lugar..

Como habían adivinado, Asher frunció el ceño y expresó su desaprobación.

—Mielle no debería saber sobre asuntos importantes por su edad. Si hubiera vendido información, no habría sido de mucha ayuda. ¿Verdad, señor Lohan?

Esta vez la flecha regresó a Lohan y, como ella dijo, no dijo nada importante más que el secreto de Asher, así que era cierto.

Pero aun así, era difícil de entender si realmente estaba preguntando por el bienestar de Mielle en la situación donde todos los nobles involucrados en esta traición serían ahorcados. Además, Aria y Mielle no estaban en buenos términos. De hecho, estaban tratando de matarse entre sí.

—¿Hablas en serio? —preguntó Lohan, levantando las comisuras de su boca.

—Por supuesto. Como todos ustedes saben, Mielle está mental y seriamente perturbada por varias desgracias a una edad temprana. Algo de esto es mi culpa… por lo que compartiré su pecado. ¿Mis palabras son correctas, Mielle? ¿Hiciste lo que te dijeron y solo vendiste información ligera para vivir sin ser consciente de la situación?

Mielle miró a Aria, parpadeando varias veces y sin saber cómo reaccionar cuando en verdad la estaba defendiendo. Sus ojos parecían reflejar la vergüenza que estaba sintiendo, y las sospechas de que le estuviera tendiendo otra trampa.

Y fue Asher quien finalmente dio un paso atrás en sus esfuerzos. ¿Cómo podría no escuchar sus súplicas y tratar de persuadirla? Se preguntó qué pretendía, pero estaba dispuesto a escucharla por ahora.

—Entiendo lo que dices… No te preocupes, todo se revelará en detalle a través de los documentos e investigaciones de Lohan. Si los pecados de la señorita Mielle son triviales, entonces su castigo será leve.

Sería difícil darle a Mielle el castigo adecuado, ya que lo había dicho frente a todos.

Aria abrazó a Mielle con una cara feliz.

—Todavía no sé cuál será el veredicto, pero me alegro de todos modos, Mielle. En el futuro, esta hermana te guiará y te dirá lo que está bien y lo que está mal, para que ya no caigas en un camino peligroso —habló Aria con una sonrisa gentil, y Mielle notó sus intenciones. Ella tragó y empezó a negar con la cabeza.

—¡Oh, no…! ¡Que…!

¿Me guiarás y me dirás qué está bien y qué está mal?

—Entonces, reflexiona sobre el pasado hasta que llegue el veredicto.

Antes de que Mielle pudiera siquiera decir algo, Aria se apresuró a encomendarla con un caballero. Vio cómo se la llevaban con una sonrisa benevolente.

—Yo, yo… —comenzó, pero luego se detuvo, abriendo y cerrando la boca sin dejar escapar ningún sonido. Su expresión se volvió ansiosa porque se dio cuenta de su situación y posición. ¿Qué más podía refutar? No importa lo que dijera, era obvio que estaba en desventaja.

Se atrevió a ser la más cercana al rey de otro país, y si no recibía la ayuda de Aria, podría ser ejecutada.

Los carros, que habían llevado a todos los pecadores en la plaza con tanto alboroto, desaparecieron en la dirección opuesta al Castillo Imperial, y Aria habló con Asher, quien tenía un rostro descontento mientras se retiraban a la multitud reunida.

—¿Volverás al Castillo Imperial? ¿Puedo acompañarte en el carruaje si no te importa?

Tenía mucho trabajo por hacer ya que había arrestado a un gran número de aristócratas y bastante dispuesto a montar un lugar aparte, pero ella quería terminar la conversación mientras él regresaba al Castillo Imperial.

—¿Por qué no tomamos té cerca? Tengo tiempo para tomar el té contigo —sugirió Asher en su lugar, sabiendo lo que pretendía.

—¿Puedo unirme a vosotros?

Lohan empujó su rostro hacia adentro como si quisiera escuchar la historia, pero antes de que Aria pudiera responder, el irritado Asher lo bloqueó firmemente.

—No, has terminado con tu trabajo y tendrás que volver a tu país.

—Eso es demasiado. Traté de resistir la tentación de la traición y me puse de tu lado.

—¿En serio? Supongo que lo lamentas, pero no está mal romper nuestra promesa y comenzar una guerra.

—¿Qué guerra? Eso no es lo que yo dije. Ojalá pudiéramos estar en paz durante cien años más o doscientos si es posible —dijo Lohan con un rostro visiblemente serio en respuesta a la aguda pregunta de Asher.

—Si quieres eso, vuelve rápido.

—Ya veo, ya veo… veré a la señorita Aria en cualquier momento en el futuro.

Finalmente, Lohan desapareció en el carro y se fue con una palabra significativa, y Aria se fue con Asher. La Montaña de las Flores era el mejor lugar para compartir historias importantes mientras tomaban té, por lo que Aria pidió una habitación privada.

—¿Cuál es tu promesa? ¿Qué le prometiste a Lohan? —le preguntó a Sher en cuanto ordenaron.

Primero quería preguntarle sobre sus intenciones con Mielle, pero al ver su rostro curioso, le dio una leve sonrisa.

—Te lo diré, no te lo voy a ocultar. Si me ayudaba con este asunto, prometí estar en paz con el Reino de Croa durante cincuenta años.

—¿Cincuenta años? Por cierto, ¿no vas a ir a la guerra de todos modos? —bromeó, sabiendo que la relación entre ambos era muy buena. Asher sonrió.

—Bueno, no estoy seguro de cuándo o qué pasará, pero ahora estamos en buenos términos pero en el pasado, hubo una historia de una larga guerra con el imperio, donde innumerables personas murieron y la tierra fue quitada.

—Ya… veo.

Significaba que Lohan había tenido miedo del imperio y ayudó a deshacerse del Partido Aristocrático, ya que eran quienes tenían más territorio y tropas en el continente, sin importar las circunstancias en el interior.

—Bueno, ahora es mi turno. ¿Por qué pediste ese favor sobre Mielle? —le preguntó mientras miraba su reloj. Luego debía atender a una cita programada inútilmente por Lohan, por lo que al verlo algo impaciente, Aria respondió de manera directa.unta.

—Si la dejo ir, obviamente la colgarán.

—Pensé que querías eso.

Ella le había contado todo sobre su pasado, por eso estaba confundido.

—Creo que sería agradable al final, pero cuando lo pensé, no quise dejar pasar esta oportunidad de darle una muerte tan cómoda.

—Si dices oportunidad…

—Si digo “cambio de posición”, ¿lo entiendes ahora? —dijo, y su expresión se volvió malvada. Parecía feliz de haber conseguido al fin el juguete que tanto quería, mientras se preguntaba cómo lo haría caer.

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