Traducido por Den
Editado por Sakuya
Suspiré mientras echaba agua caliente en la bañera. Me di palmadas en las mejillas hasta que sentí un hormigueo caliente.
Habían pasado algunos minutos desde que le dije a Volker, que se quedó sin palabras, que necesitaba prepararme, y me bañaba. Al quedarme sola, estaba un poco angustiada por la excentricidad de lo que intentábamos hacer.
Pero ¿para qué me estaba preparando?
Intenté planificar cómo prepararme, aunque no sabía cómo. Supongo que para asegurarme de que se vea bien, tengo que limpiarlo, ¿no?
Me quité el camisón y la ropa interior. Miré las bragas y tracé con los dedos el encaje hasta llegar a la zona cerca de la cavidad trasera, descubriendo… un agujero.
¿Q-Qué es esto? ¡El agujero es bastante grande!
Cuando Marie me lo recomendó, pensé que el encaje era bonito, pero supongo el agujero era para ese tipo de cosas…
¡Marie!
Examiné más las bragas y encontré otro agujero en la parte delantera. Resulta que estas bragas tenían el propósito de permitir hacer el acto mientras las llevas puestas.
Marie, no estarás yendo y saliendo de tiendas sospechosas por esto, ¿verdad? No estás haciendo nada peligroso, ¿verdad? Definitivamente, tendría que confirmarlo más tarde. No quería que se pusiera en peligro por esto.
Volviendo a las bragas, el agujero de delante era para la penetración mientras las usabas, así que el de la parte trasera… ¿no era prueba de que a algunos lores les gusta amar la cavidad posterior con sus dedos o con…?
Por eso deben vender esta ropa interior pervertida, ¿cierto?
—Existe un mundo que aún no conozco…
Por el momento, tenía que prohibir este tipo de ropa interior. Tengo que esconderlo en alguna parte y tomar medidas apropiadas en el momento adecuado.
Me enjaboné las manos con el agua tibia e hice espuma con el jabón. Luego, me lavé las nalgas como de costumbre. De pequeña me enseñaron a lavarme la entrepierna y el trasero con suavidad, con agua tibia y sin jabón. No he tenido problemas hasta ahora. ¿Qué debería hacer en esta situación?
Parece que Volker intentaba tocar la cavidad posterior. Pero ¿estaba bien tocar tanto el lugar de excreción, sobre todo, por razones de higiene? Me preguntaba si debía meter el dedo para… lavarme por dentro. Sin embargo, recordé vagamente a mi madre diciendo: «Te va a doler la barriga…»
¿Era igual de doloroso que cuando te excedes limpiándote el ombligo? Hmm, no estoy segura de querer experimentar ese tipo de dolor.
Me llevé la mano a la barbilla, pensativa, mientras un escalofrío me subía por la espalda.
Empezaba a sentir frío, por lo que me froté los brazos. Entonces estornudé.
¡Agua caliente! Calentémonos.
Cuando estaba a punto de echarme agua caliente, la puerta del baño se abrió de golpe.
—Fredericka, acabas de estornudar. ¿Estás bien?
Hay dos puertas para pasar del dormitorio principal al baño principal. Y entre ambas habitaciones se encuentra el vestidor de Volker. Sin embargo, solo oí una puerta.
¿Había estado esperando en el vestidor? Además, había entrado mientras estaba así.
—Volker, por favor, sal. Sal.
Me puse de cuclillas para esconder mi cuerpo, pero era demasiado tarde. Podía ver mi trasero mientras me agachaba, ya que estaba de espaldas a la puerta.
No lo hice a propósito, sino que su sincronización fue…
—Lo siento, Fredericka. He estado esperando durante mucho tiempo y no salías, así que me preocupé mucho cuando te oí estornudar. Me preocupaba que estuvieras haciendo algún tiempo de ritual de limpieza.
En lugar de irse, se acercó a mí y me cogió en brazos, sin importarle que su camisa se mojara.
—Mira, tienes los hombros fríos —dijo después de besarme en el hombro.
Me resistí para que me bajara, pero no lo permitió. Me arrastró de nuevo a la cama.
—No creo que te hayas resfriado.
Eh, ¿esto es para calentarme? Levanté la mirada mientras me besaba en la frente, sus labios estaban calientes. Supongo que, desde el punto de vista de Volker, había estado aguantando durante mucho tiempo. ¿Era malo decir que mi marido era como un perro?
—Volker, tu camisa está húmeda —dije contra sus labios. Cuando nos estábamos separando, mordió mi labio inferior. Su aliento caliente parecía ayudar a aumentar mi temperatura corporal.
—¿Y qué? —respondió entre besos.
Lo miré fijamente y selló de inmediato mis labios con un beso.
♦ ♦ ♦
—Ah~ —gemí cuando salió de mí.
Ya me había corrido muchas veces, no obstante, Volker seguía duro. Su rostro parecía estar en agonía, ¿por qué lo aguantaba tanto? ¿Por qué no lo dejaba salir?
—Volker… —Extendí la mano hacia él y besó gentilmente mi palma.
—Soy muy codicioso —dijo mientras se tumbaba en la cama.
Estaba a punto de preguntarle al respecto, pero me acercó a su firme pecho. Su olor a bosque mezclado con su sudor me envolvió y quedé cautivada.
Ahora que lo pienso, ¿es extraño que me guste el olor de su sudor?
Si lo piensas, en circunstancias normales, si olieras el sudor de alguien, pensarías: «Gracias por tu duro trabajo. Debes haberte esforzado mucho». Pero no resultaría nada atractivo.
Me pregunto si es por su constitución. Aun así, sin duda me encantaba su olor.
—¿A qué te refieres con codicioso? —Al final le pregunté. Era difícil imaginar que fuera codicioso, porque no tenía muchas ambiciones y no le gustaba el dinero. No creo que me esté engañando, así que tampoco era muy lujurioso.
Suspiró preocupado mientras se echaba hacia atrás el cabello empapado en sudor.
—Soy muy afortunado de tener un trabajo, me llevo bien con Su Majestad y mis subordinados. Tengo una linda esposa que ama a un hombre como yo y, sin embargo, quiero más.
—¿Qué quieres?
Estaría en un aprieto si dijera que quería una amante o un harén. Pero haría lo que pudiera para ser complaciente.
—No, no es lo que piensas… Es solo que yo… como que… detrás de Fredericka… —No me miró a los ojos mientras hablaba. Siento que lo hace mucho últimamente.
Ah, ¿es eso? Después de todo, quiere hacerlo…
Lo pensé por un momento y, luego, me senté en su pecho. Me incliné hacia adelante para chupar los pezones de Volker.
—¡Fredericka! —exclamó alarmado.
Lo ignoré y seguí chupando como él hacía con los míos. Intentó apartarme.
No podía igualar su fuerza, así que me incorporé.
—¡No chupes ahí! —protestó. Su cara estaba muy roja; era tan lindo que no pude evitar reír.
—Pero quiero amar todo de ti, Volker. ¿Fue una mala idea…? —dije, moviendo mis caderas a propósito. Podía sentir la tensión de sus músculos abdominales.
Me deslicé hacia abajo hasta que pude sentir su pene caliente contra mi trasero. Se sentía un poco viscoso.
—Fredericka, lo siento —dijo, escondiendo su rostro sonrojado con el brazo. Supongo que no le gustaba sentirse avergonzado, pero ¡no pasa nada!
—Pero creo que es genial querer amarnos cada vez más para ser felices. —Me froté contra Volker y eso estimuló mi vagina sensible. Pero debía ser paciente—. No creo que sea amor obligar a alguien a hacer algo que no le gusta o que se sacrifique, pero… ah~ Tú no me obligas, Volker~ y siempre haces lo que quiero, um~
Ah, mis caderas van a romperse, pero ¡solo un poco más! ¡Aguanta, Fredericka!
—Quiero amarte un montón y quiero que me ames de igual manera.
Utilicé toda mi fuerza para levantar mis caderas y me senté sobre su miembro duro.
♦ ♦ ♦
Golpeé la cama con mis puños. Mi cara estaba muy roja mientras mis brazos y piernas quedaban enterrados en las sábanas.
—Ah~
Volker me rodeó con sus brazos.
—Fredericka, ¿puedes mirar hacia aquí?
Aunque su tono era suplicante, pude notar su risa.
Había tratado de meter el miembro de Volker en mi cavidad posterior, pero se me resbaló y aterricé sobre Volker. Entonces grité como un cachorro abandonado.
—¿Estás bien? —preguntó Volker con voz un tanto temblorosa—. Me alegro de que lo hayas intentado, pero Fredericka, no puedo simplemente entrar así. Se necesita un poco más de tiempo.
Es cierto. Era un lugar muy estrecho. Incluso la vagina tenía que prepararse para ser penetrada. Ahora lo comprendía, pero sentía mucha curiosidad y estaba emocionada, así que me preguntaba si entraría. Además, quería devolverle los sentimientos mediante acciones.
—Pero, Volker… aún no has terminado.
Me besó la cabeza y me levantó para que estuviera más cerca de él. Todavía podía sentir su miembro duro contra mi trasero.
—Estoy muy contento de que Fredericka piense tanto en mí. Me encanta hacerte sentir bien y oírte decirlo.
—Pero, sigue duro…
No paraba de besarme en la cabeza y la cara mientras respondía: —Sería ridículo que no lo estuviera cuando estoy tan contento de que pienses tanto en mí…
Volví a sentir esa presión en mi trasero.
Me besó detrás de las orejas y… me olió
—No, no lo huelas.
—¿Por qué?
¿Por qué? ¿Por qué preguntas eso?
—Porque estoy sudada. —Estaba empapada en sudor, no quería arruinar el dulce ambiente con mi mal olor.
—¿En serio? Aunque para mí hueles bien —dijo, mordiéndome la oreja. Su respiración me envió un cosquilleo por el cuerpo.
—Hmm~
El pequeño fuego que perduraba en mi interior se avivó con facilidad con cada estímulo. Sus manos grandes recorrieron mi cuerpo, estimulándome más y haciendo que me pusiera más mojada.
—Te amo, Fredericka.
La respiración de Volker se vuelve cada vez más agitada. ¿A Volker también le gusta cómo huelo…? Entonces, está bien que a mí también me guste su olor, ¿cierto? Eso espero…
Mientras me besaba el cuello, me frotaba los pechos y los pezones, haciendo que estos últimos se pusieran erectos y duros.
—Ah~ Volker…
Me retorcí contra él. Sé que no debería hacerlo porque era vergonzoso, pero no podía evitarlo, me dolía el coño.
—Ah~ Volker…
Se rio y deslizó sus manos por mi cuerpo, acariciando mis costados y abdomen. Luego me envolvió el bajo vientre.
—¿Puedo llenarlo? —Apoyó la barbilla en mi hombro mientras preguntaba.
¡Ah! Tuve un orgasmo con solo su voz. ¡Qué mal! Intenté aguantar esforzándome un poco, pero no pude. Sin importar lo que hiciera, quería a Volker dentro.
Era en momentos así que entendí lo que dijo Stephan. Pensé desesperadamente, sin embargo, no se me ocurría nada maravilloso y profundo que decir.
Tendré que pensarlo antes de irme a la cama la próxima vez. Por ahora, debía ser franca.
—Volker, por favor~ Lléname mucho~ Por favor~ Ahn~
Antes de que pudiera terminar de hablar, Volker recorrió un dedo por fuera de mi vagina, recogiendo la miel que goteaba, antes de introducirlo.
—¿Qué intentas hacerme al decir eso, hmm? —preguntó mientras introducía su dedo. Cada vez que el tarro de miel se agitaba obscenamente, mi cintura se arqueaba por el estímulo.
—Ah~ Volker~
Metió dos dedos más mientras preparaba mi cuerpo para aceptarlo. Estaba muy familiarizado con mis puntos sensibles y me atacaba con precisión y sin descanso, como si tratara de dominarme con solo sus dedos.
—Ah~ Volker~
Volví a arquearme contra su firme pecho como un arco a punto de disparar una flecha. Sin embargo, retiró sus dedos, levantó mi cintura y me penetró.
—Aah~ ah~ ah~
Aunque me había penetrado muchas veces con su miembro viril, esta noche se sentía realmente grande. Al no estar acostumbrada a este tamaño inusual, mis músculos internos protestaron.
Se inclinó hacia mí cuando estaba un poco alarmada. Tenía dificultades para relajarme, respirar y aceptarlo
—Volker, pesas…
También me incliné hacia delante, pero Volker me rodeó la espalda y me acercó mientras el ángulo de entrada cambiaba y… la metía estando en una extraña posición…
—Fredericka, ¿así está… mejor?