Traducido por Ichigo
Editado por Ayanami
Cuando entré en la sala, el olor a medicina era penetrante.
Casi me atraganté, pero me recuperé rápidamente cuando me llamaron.
—Ha pasado mucho tiempo, Lord Nacht.
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Editado por Ayanami
Cuando entré en la sala, el olor a medicina era penetrante.
Casi me atraganté, pero me recuperé rápidamente cuando me llamaron.
—Ha pasado mucho tiempo, Lord Nacht.
Traducido por Ichigo
Editado por Ayanami
—¿Sir Leonhard…? —Pregunté, confundida debido a que me agarró las manos de repente.
—Princesa, yo…
Intentó decir algo antes de que su voz se cortara. El resto de la frase desapareció y nunca se materializó en sonidos. Con una expresión de dificultad, Sir Leonhard siguió buscando desesperadamente palabras adecuadas.
Traducido por Ichigo
Editado por Ayanami
Tragué fuerte, mientras miraba atentamente la placa de hierro caliente. Mi mano sosteniendo la masa de chapati finamente horneada temblaba de emoción. Debo haber servido docenas… No, si nos referimos a todo el clan Kua, entonces ya debe ser un número de tres dígitos. A pesar de eso, seguía temblando nerviosamente, como si fuera mi primera vez de nuevo.
Cálmate, Rosemarie.
Traducido por Ichigo
Editado por Ayanami
—La bestia dijo entonces: “No confíes en mí. Mis afiladas garras acabarán hiriéndote”. La bestia se rió, con sus garras ocultas a la espalda. Pero, por desgracia, la princesa siguió llorando…
Giré el libro de ilustraciones. Cuando miré hacia la siguiente línea de la página, oí un ronquido.
Traducido por Ichigo
Editado por Ayanami
Era la medianoche cuando finalmente llegamos a la capital real.
Al llegar, el castillo real, antes dormido, se fue llenando de gente. No era mi intención despertar a todo el mundo, pero no teníamos otra opción. Esperar al amanecer simplemente no podía considerarse.
Seguí leyendo “La Princesa derriba banderas – Capítulo 131: El regreso del príncipe excéntrico”
Traducido por Ichigo
Editado por Ayanami
Un apetitoso aroma comenzó a salir de la olla hirviendo. Observé atentamente y removí los ingredientes del interior.
Sí, esto es bueno. Tanto las verduras como la carne se han hervido a la perfección.
Me limpie el sudor caliente de la frente mientras sacaba la lejía que flotaba en el borde.
Traducido por Ichigo
Editado por Ayanami
—Qué calor… —Me limpie con el dorso de la mano, el indeseado sudor que goteaba por mi frente.
Puede que las hojas hayan suavizado un poco la luz del sol, pero eso no ayudaba con la alta humedad del aire. El aire pesado, que se pegaba con avidez a mi cuerpo, poco a poco iba minando mi fuerza física.
Traducido por Ichigo
Editado por Ayanami
—Señor Wolf, moveré la medicina extra hacia allá.
—Gracias.
Le di las gracias sin mirar. Los ligeros pasos de Lily se alejaron apresuradamente y, poco después, la puerta se cerró detrás de ella.
Seguí leyendo “La Princesa derriba banderas – Capítulo 128: El murmullo del próximo jefe”
Traducido por Ichigo
Editado por Ayanami
Después de que los sollozos disminuyeron, siguieron los ronquidos suaves.
Levanté suavemente mi mano de sus ojos dormidos. Estaban rojos e hinchados con marcas de lágrimas, pero su rostro en reposo permanecía siempre tranquilo.
Acaricié suavemente las gotas que quedaban de las pestañas de Johan con las yemas de los dedos, antes de dejar salir un suspiro de alivio. Seguí leyendo “La Princesa derriba banderas – Capítulo 127: La enfermería de la princesa reencarnada”
Traducido por Ichigo
Editado por Ayanami
Mi invitado de medianoche era un niño pequeño.
Su piel oscura y sus ojos dejaban en claro que era originario del pueblo. Me agarró la mano con la cara llena de lágrimas.
—¡Por favor! ¡Vengan conmigo! ¡¡Es mi padre!! Seguí leyendo “La Princesa derriba banderas – Capítulo 126: Las esperanzas del segundo príncipe”
Traducido por Ichigo
Editado por Ayanami
El hombre se quedó quieto y guardó silencio.
Se detuvo un momento, antes de soltar un suspiro y poner su mano en su capucha, tirando de ella hacia atrás para revelar la morbosa piel blanca que brillaba intensamente bajo la llama de la antorcha. Tenía una delicada expresión facial que difería de la de su padre.
—Quería preguntarle lo mismo, ¿qué hace usted vagando por un lugar como este, Su Alteza? Seguí leyendo “La Princesa derriba banderas – Capítulo 125: La esperanza del príncipe terco (2)”
Traducido por Ichigo
Editado por Ayanami
Corrimos a través del bosque en plena noche.
Las cercas y las ramas que cepillamos en la oscuridad eran como una mancha borrosa mientras nos apresurábamos a seguir adelante.
En el exuberante bosque, donde la luz de la luna no podía llegar, las negras sombras esparcían su influencia con toda su fuerza. Era como si el mundo entero hubiera desaparecido, excepto por nuestros pies que se iluminaban con las pocas y tenues antorchas. Esta oscuridad indivisible, como si reclamara nuestro futuro, despertó el miedo dentro de mí. Seguí leyendo “La Princesa derriba banderas – Capítulo 124: La esperanza del príncipe terco (1)”
Traducido por Ichigo
Editado por Sakuya
Una vez que vimos a Nacht y a los otros irse, metimos a Marx dentro.
Dos caballeros lo apoyaron a ambos lados mientras yo lo seguía con el equipaje que me había confiado Nacht.
Una estructura construida de madera y paja, apareció una vez que cruzamos la puerta de piedra del pueblo. Seguí leyendo “La Princesa derriba banderas – Capítulo 123: La lucha del segundo príncipe (1)”
Traducido por Ichigo
Editado por Sakuya
—Lord Nacht…
—¿Eh? ¿Quieres decir que Su Alteza Real…?
El joven caballero hizo caso a la voz de su amigo y finalmente se dio cuenta de la identidad del chico que tenía delante, su mirada se interponía constantemente entre su amigo y Nacht. Seguí leyendo “La Princesa derriba banderas – Capítulo 122: La decisión del segundo príncipe (2)”
Traducido por Ichigo
Editado por Sakuya
Leonhard mojó el paño con agua de la cantimplora y procedió a limpiar la cara del hombre. Los pies del hombre temblaron cuando le limpiaron la suciedad y el sudor. Sus profundos ojos azules se abrieron pronto, pero era obvio que estaban desenfocados…
¿Es la fiebre o todavía está medio dormido? Obtuve mi respuesta no diez segundos después de preguntarme a mí mismo.
El hombre parpadeó varias veces y se levantó, antes de saltar de repente cuando vio a Leonhard delante de él. Pero su cuerpo pronto se tambaleó, y su rodilla golpeó el suelo no mucho después. El hombre gimió con frustración porque su cuerpo no se movía como él quería. Seguí leyendo “La Princesa derriba banderas – Capítulo 121: La decisión del segundo príncipe (1)”