Consorte experta en venenos – Capítulo 136: ¡Mira rápido, algo ha pasado!

Traducido por Selena

Editado por Ayanami

¡No hay veneno! ¡Los resultados del escáner no mostraban ningún veneno!

Han Yunxi aspiró con frialdad, mirando con consternación las hojas de té. Un sudor frío brotó en su espalda.

¡No hay veneno! ¡Realmente no había veneno!

Cómo…

Nadie de los presentes tenía idea de lo que acababa de hacer. Todo lo que vieron fue su mirada fija en las hojas de té con una expresión bastante espantosa. La señora Li fue la primera en causar dificultades.

—Estimada wangfei, ¿vas a hacer la prueba del veneno ahora?

Han Yunxi levantó la vista para ver cómo los ojos de la señora Li parpadeaban con una mueca de desprecio. Lo había hecho a propósito, sólo para poder ver la reacción de Han Yunxi. Ella tenía que ser la verdadera culpable, pero estas hojas de té…

—¡Estimada wangfei, date prisa en probarlas! —Instó Han Ruoxue.

Mu Liuyue no era tan paciente y dijo fríamente: —¡Han Yunxi, habla! ¿Por qué no dices nada? ¿Qué, acaso todas esas palabras bonitas se vuelven marchitas cuando es el momento de probar el veneno? ¡Sólo estás asustando a la gente! O si no, ¿haciendo el ridículo? Déjame decirte que puede que seas Qin Wangfei, pero si no obtienes ningún resultado hoy, ¡esta joven señorita irá directamente a ver a la emperatriz viuda y te acusará de incriminar a otros!

Al oír las palabras “emperatriz viuda” puso al instante a la Gran Concubina Yi de mal humor. Exigió airadamente: —Han Yunxi, ¿qué te pasa? ¿Las estás poniendo a prueba o no?

Han Yunxi miró a todos con las cejas fruncidas. A su lado, Mu Qingwu y Chu Xifeng estaban tan ansiosos como hormigas en una sartén caliente. Aunque ninguno de ellos entendía lo que había hecho la estimada Wangfei, podían deducir, por su expresión que, quizá… quizá sabía que las hojas de té no tenían veneno.

Aiya, se lo habían dicho mucho antes, pero ¿por qué no les creyó? ¿Ahora qué deberían hacer? A quien monta un tigre le resulta difícil desmontarlo.

De repente, alguien gritó desde la multitud. —¡Estimada wangfei, por favor, haga la prueba del veneno para evitar que se difame a una buena persona! —Poco después, muchos más se hicieron eco de sus palabras al unísono.

—Estimada wangfei, ¡por favor, compruebe si hay veneno para evitar que se difame a una buena persona!

Sin duda, Han Yunxi se había convertido en el blanco de la crítica pública. Apretó los dientes. Todo el mundo pensó que se había quedado sin opciones, pero no pasó ni un segundo antes de que diera una orden fríamente. —¡Que alguien traiga agua caliente para empapar estas hojas de té! Esta wangfei probará los venenos ahora para que todos lo vean.

Tal vez, sus escáneres no detectaron ningún veneno porque no había ninguno. Pero otra posibilidad era que las técnicas de la señora Li fueran demasiado astutas para que el sistema de desintoxicación las descifrara. Recordó débilmente haber leído en un texto antiguo un determinado método para detectar el veneno de las diez mil serpientes. No importaba cuán poco veneno hubiera, aun así, lo revelaría.

El Veneno de las Diez Mil Serpientes no existía en el presente, así que nunca tuvo la oportunidad de probar el método. Incluso ahora, no estaba segura de si funcionaría, pero no tenía tiempo para preocuparse por todo eso. Esta era su única opción ya que no tenía otras, así que sólo podía prepararse y seguir adelante.

Ya que iba a darlo todo en la batalla, ¡podría luchar hasta el final!

Desde la perspectiva de una persona ajena, remojar el té era simplemente un pretexto para encontrar a una persona que lo bebiera. Era una forma sencilla de probar el veneno, porque los resultados revelarían la toxina. Todos se pusieron nerviosos al pensar en ello. Mientras tanto, la señora Li ocultó una fría sonrisa en su corazón. Por supuesto, sabía que Han Yunxi no sería tan estúpida como para probar un método tan sencillo. Han Yunxi era la que había salvado a Mu Qingwu; debía entender que el Veneno de las Diez Mil Serpientes no aparecería en el cuerpo hasta años después. Supuso que Han Yunxi tenía algún tipo de arma secreta, tal vez, una formidable aguja de prueba de veneno o una piedra de veneno, para comprobar si el té estaba envenenado.

Mientras el veneno no entrara en el cuerpo, incluso pequeñas cantidades podían ser detectadas con herramientas de veneno. Pero sus venenos eran diferentes. Ni siquiera la piedra detectora de venenos más potente del mundo sería capaz de detectar su Veneno de las Diez Mil Serpientes. Los labios de la señora Li se curvaron con desprecio, mientras esperaba pacientemente.

Muy pronto, un asistente llegó con agua caliente en una bandeja de té, pero Han Yunxi no tardó en decir: —No quiero una taza de té, sino un cuenco grande.

¿Un tazón grande? ¿Para qué quería eso?

Los espectadores no tenían ni idea. El desprecio de la señora Li aumentó. Ella no estaba planeando utilizar un gran tazón de té para fortalecer la concentración de veneno, ¿verdad? ¡Qué método tan estúpido! Parece que su maestro no era el único que sobrestimaba a esta mujer. Ella también la había sobreestimado.

El asistente cambió inmediatamente a un gran cuenco y lo llenó de hojas de té, antes de colocarlo en una mesa portátil. Todos miraron, esperando ver el siguiente paso de Han Yunxi. ¿Buscaría a alguien para beber el té o utilizaría una piedra detectora de veneno en sus profundidades?

Inesperadamente, Han Yunxi volvió a hablar. —Que alguien atrape un pez de colores para mí. ¡Quiero uno vivo!

No estaba usando a una persona o una herramienta, ¿sino un pez de colores?

Pero la lógica de probar los venenos era la misma. La señora Li permaneció tan tranquila como antes. Los peces de colores tenían una inmunidad mucho menor que los seres humanos, pero ¿y qué? Han Yunxi seguiría decepcionándose.

Muy pronto, el asistente trajo un pez de colores alegre y saltarín ante las miradas expectantes de la impaciente multitud. Han Yunxi aceptó el pez y se dirigió a la taza de té, antes de volver a respirar profundamente. Sabía que todos estaban ansiosos en ese momento, pero ella estaba aún más nerviosa. Si los textos antiguos le habían dicho la verdad o no, si esto daría algún resultado, su propio destino, todo dependía de este único golpe. Tan pronto como soltara el pez, todo llegaría a su conclusión final.

O el pez estaba luchando demasiado, o sus manos temblaban incontrolablemente, pero no pudo controlar ninguna de las dos cosas mientras bajaba los dedos, endurecía su corazón y colocaba el pez en el agua del té. Innumerables ojos se dirigieron a la criatura, Han Yunxi entre ellos. Vio que el pez huía salvajemente hacia el agua al mismo tiempo que captaba su propio reflejo ceniciento.

El pez nadaba…

¿Estaría envenenado? ¿Morirá?

Todo el mundo miraba embelesado. Incluso Mu Qingwu y Chu Xifeng se olvidaron temporalmente de tomar precauciones contra la señora Li mientras miraban hacia el agua. La Gran Concubina Yi también estaba mirando y esperando. El corazón de Han Yunxi latía como un tambor: mientras seguía el camino del pez nadador. Los latidos de su corazón se aceleraban cada vez más, hasta el punto de que le resultaba incómodo respirar. El tiempo transcurría mientras el pez nadaba y descansaba gradualmente, aparentemente con total normalidad.

Los labios de la señora Li se alzaron en una sonrisa burlona. —Estimada wangfei, ¿exactamente cuánto tiempo va a experimentar antes de que tengamos resultados?

—¿Calculo que hasta el amanecer? Jeje —Mu Liuyue también sonrió. Había pasado mucho tiempo. Si realmente hubiera veneno, el pez dorado ya estaría muerto. Para empezar, no había nada en las hojas de té, ¡Han Yunxi había dicho una gran mentira!

—Aiya, esto es agua de té. Si realmente esperáramos hasta el amanecer, el pez no viviría tanto —recordó Han Ruoxue con una carcajada, aliviada de una pesada carga. Al fin y al cabo, el té no era agua clara. Un pez dorado sólo podía permanecer en ella de cuatro a seis horas antes de morir por causas naturales.

Han Yunxi apretó los dientes, ignorándolos a todos mientras seguía mirando al pez. Ni siquiera se dio cuenta de que su frente hacía tiempo que había sudado frío. Había pasado el tiempo suficiente para beberse media taza de té, pero el pez dorado seguía vivo. ¿Se habían falseado los textos antiguos? ¿Estaba condenada a caer hoy en manos de esas mujeres?

—¡Han Yunxi, deberías anunciar los resultados del examen de veneno ahora! —La Gran Concubina Yi le recordó fríamente. No podía esperar a ver cómo Han Yunxi cumplía los términos de la apuesta.

Sin embargo, Han Yunxi agachó la cabeza y no respondió.

Mu Liuyue soltó una carcajada. —Aiya, al fin y al cabo, es sólo una apuesta. Si has aceptado apostar, debes estar preparada para perder. No es divertido si alargas esto.

—¡Han Yunxi! ¿Estás escuchando o no? ¡Te lo estoy ordenando! —La Gran Concubina Yi dijo con severidad. No quería perder más tiempo.

El pez dorado estaba nadando tan felizmente en el té. Han Yunxi miró y miró, antes de cerrar finalmente los ojos. Lentamente, muy lentamente, levantó la cabeza. Cuando la multitud la vio, no pudo evitar regodearse en su desgracia mientras se burlaba de ella.

¡Pero!

De repente, Chu Xifeng lanzó un grito. —¡Ha pasado algo! Estimada wangfei, mira rápido, ¡ha pasado algo!

¿Ha pasado algo?

Los ojos de Han Yunxi se abrieron de golpe mientras bajaba la cabeza, sólo para ver… sólo para ver que el pez seguía nadando, pero no tan equilibrado como antes. Muchas veces, seguía cayendo de lado. Esto era un presagio de que se iba a hundir y morir.

El corazón de Han Yunxi no dejaba de palpitar, como si fuera a salirse de su pecho. ¡Había esperanza! ¡La esperanza! Su mano se cernía con entusiasmo sobre su pecho. Ni siquiera se atrevió a parpadear mientras miraba fijamente al pez dorado. Al mismo tiempo, la asombrada multitud se había dado la vuelta para mirar también. Incluso la señora Li, tan segura de sí misma, sólo pudo mirar hacia atrás con incredulidad mientras sacudía la cabeza.

¿Cómo podía ser esto? No se lo creía. No lo haría. El pez dorado no podía morir. No lo haría.

Pero rápidamente, el pez dorado dejó de moverse para flotar en el agua. Una y otra vez se puso de lado, como si luchara en sus últimos asaltos con el dios de la muerte. Por desgracia, sólo habían pasado unos pocos combates antes de que se diera la vuelta por completo, con su vientre blanco sobresaliendo de la superficie del agua. Poco después, pequeños puntos negros se revelaron en su blanco estómago, creciendo en número y densidad, hasta que todo el vientre del pez se volvió negro.

¡Cielos!

En un instante, todos los espectadores respiraron con frialdad. El pez dorado no sólo había muerto, sino que se había vuelto negro. ¡Esto era veneno! Ni siquiera Han Yunxi había esperado tales resultados. Al fin y al cabo, ni siquiera estaba segura de que fuera a funcionar. En aquel entonces, el fracaso la había asustado de verdad. Ahora mismo, su corazón seguía latiendo con fuerza, incapaz de calmarse.

Por supuesto, no olvidaría el protocolo adecuado. Mientras el veneno se mostrara, sería sencillo diagnosticarlo. Rápidamente, sacó una aguja de acupuntura y recogió una muestra de sangre del vientre del pez.

—¿Quién vendrá a analizar este veneno? —Preguntó en voz alta.

De entre la multitud, una voz respondió: —¡Yo lo haré!

Un anciano se adelantó, examinando cuidadosamente el vientre del pescado antes de tocar la sangre envenenada con el dedo. Después de olerla un par de veces, se convenció. —¡Esto es veneno de serpiente, una combinación de muchos venenos de serpiente diferentes, el llamado Veneno de las Diez Mil de Serpientes!

¡Realmente era un maestro entre la gente común!

Han Yunxi se alegró. —Estoy segura de que todos lo vieron claramente con sus propios ojos. Este té tiene veneno, ¡el mismo Veneno de las Diez Mil Serpientes que afligió al joven general!

Ante estas palabras, los espectadores se recuperaron lentamente de su conmoción para discutir entre ellos.

—Cielos, si bebieras esto a diario durante años, un día acabarías como ese pez…

—¡Demasiado espantoso, estos métodos son tan siniestros! ¡Detestables!

—¡La Señora Li y su hija son las verdaderas culpables! ¡Esto es horrible! ¡Nunca lo imaginé!

Los gritos de alarma se elevaron por todos lados. La señora Li se mantuvo a distancia. Sus habilidades de envenenamiento eran magníficas, pero nunca esperó que un trivial pez dorado pudiera poner en evidencia sus habilidades. Ella valoraba sus técnicas de envenenamiento por encima de todo, pero ahora, su fachada tranquila y sin prisas se había roto por completo. Todo en ella había sido negado y expuesto. Aunque no quería creerlo, no podía decir nada en contra de los resultados. Tampoco tenía otra opción que aceptarlos.

Han Ruoxue miraba aturdida al pez dorado. De principio a fin, nunca creyó que su propia madre pusiera veneno en las hojas de té. ¿Su madre la había utilizado para envenenar al joven general desde el principio?

—Madre, tú… —Han Ruoxue ni siquiera se había enfrentado a su madre antes de que Mu Liuyue se abalanzara sobre ella para agarrarla por el cabello.

—¡Puta! ¡Te has atrevido a hacer algo así! No me fío de ti, zorra. Te voy a matar. —Mu Liuyue estaba tan enfadada como una bestia salvaje mientras se lanzaba sobre Han Ruoxue y la arrastraba por el cabello.

♦ ♦ ♦

Los personajes comentan…

Han Yunxi: Esto se parece mucho a un callejón sin salida.

Mu Liuyue: No del todo. Tienes que saltar primero antes de que eso ocurra.

Han Yunxi: Todavía no pienso hacerlo.

Mu Liuyue: ¡Hmph! ¿Qué más puedes hacer?

Han Yunxi: La aplicación práctica sobre la teoría pragmática.

Mu Liuyue: ¿Qué?

Han Yunxi: No puedo confiar en una máquina mágica de desintoxicación para que me dé todas las respuestas.

Han Yunxi: ¡Conseguiré una respuesta por mí misma!

Mu Liuyue: ¿Qué clase de galimatías…?

Han Yunxi: ¡¡Contempla el poder de la ciencia!

Selena
¡El poder de la ciencia! Es verdad, no siempre es bueno confiar tanto en la tecnología, como cuando se corta la luz y querías traducir porque tenías mucho tiempo… jaja… Este capítulo estuvo buenísimo, hasta yo estaba nerviosa, bendito pez, tu sacrificio será recompensado…

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