Dejaré de ser la subordinada de una villana – Capítulo 32

Traducido por: Herijo

Editado por: Raon Miru


—Pasaré por usted en la tarde Señorita

—Gracias, nos vemos pronto.

Me despido de Sisie con mi mano, mientras observo la puerta de la Academia, la cual está ubicada en la parte este de la capital real, Altonil. Y, esa área se encuentra rodeada en su totalidad por un muro.

A pesar de que algunas partes de los distritos se encuentran fuera de las murallas, estos son tratados como un pueblo diferente.

Cuenta con dos calles principales, la primera de ellas que va de de norte a sur y conduce al castillo real, y la otra que atraviesa la ciudad de este a oeste formando una cruz.

Partiendo de donde se juntan ambas calles, si te diriges  hacia el este te encontrarás con la Academia, al oeste se encuentran las residencias de los nobles y más hacia el sur se pueden observar las casas de los plebeyos.

Llegué a la academia en un carruaje tirado por caballos, partiendo desde las residencias nobles a la parte este de la ciudad

La entrada se encuentra entre la puerta exterior e interior del edificio, está llena de carruajes de los alumnos que esperan su turno para entrar.

Los nobles con rangos iguales o mayores a los de un marqués, se les permite entrar en carruaje, mientras que aquellos con un rango inferior tendrán que caminar desde aquí.

Una vez cruce esta entrada, empezara el juego. Habiendo llegado tan lejos, no tengo más remedio que continuar.

Con un sentimiento y nerviosismo crucé la puerta, mi corazón no paraba de latir rápidamente.

La imagen de la Academia a través de una pantalla no le hacía ni un poco de justicia, era una vista maravillosa.

El gran edificio blanco construido justo después de los largos campos verdes que empiezan una vez cruzada la entrada.

Flores en todo su esplendor se encontraban endulzando el aroma con su fragancia.

Caminé lentamente hacia el edificio escolar mientras estaba atenta a los alrededores.

Estaba tan nerviosa que mi mente había empezado a divagar

—¡Cosette! —gritó alguien desde atrás, al darme vuelta pude ver a Goerge acercándose.

—George, ¡que gusto verte!

—¿Te encuentras bien? Tu brazo derecho se está moviendo al mismo tiempo que tu pierna derecha.

—¡No lo había notado! Gracias George, todo bien.

Él se había vuelto realmente atractivo con el paso de los años, apenas quedaba rastro de aquel niño que conocí la primera vez.

La impresión que me había dejado era la de un niño bonito, pero ahora que tiene 15 años desprende un aura más juvenil.

El rostro por si solo es bastante masculino, pero con su tonificado cuerpo desprende un sentimiento de seducción.

Se hizo más alto por lo que ahora tengo que mirar hacia arriba cuando hablo con él. Diría que está sobre los 180 cm.

—Supongo que se debe a que hay otras personas con las que no estoy familiarizada, que me encuentro así de nerviosa —dijo preocupado mientras palmeaba mi cabeza.

En el pasado yo solía ser quien hacía eso.

Sin embargo, no es un mal sentimiento.

—¡Qué hay con esa gran sonrisa! —al decir eso se alejó con su rostro teñido de rojo.

—Gracias George, me siento mejor. Tu rostro está demasiado rojo. ¿Será una fiebre?

Traté de tocar su frente, pero debido a la diferencia de altura, tuve que conformarme con su mejilla. Mmm… no es fiebre.

—Estoy bien, pero algo así ya había ocurrido antes ¿no?

—Ciertamente, la primera ocasión en que nos conocimos. George no dejaba de observarme en ese momento.

—Eso… creí que eras alguien retorcido que trataba de engañar a su Alteza.

—¿Retorcida? Ahora entiendo esa mirada tan amenazante.

—Ja, ja…

Nos dirigimos a la puerta de la escuela aun riendo.

Por alguna razón, los estudiantes en nuestro camino se hacían hacia los lados, como si se tratara del mar de Moisés. Como se espera de los efectos de caminar con un hombre guapo.

Había una multitud en la entrada

—Con tanta gente reunida, ¿habrá pasado algo?

—Tal vez un día de ofertas

—¡¿Día de ofertas?!

—O una batalla…

—Para que sea un campo de batalla…

Un día de ofertas es un campo de batalla para todas las amas de casa. Debes hacer una investigación previa para poder saber dónde habrá uno y poder llegar con anticipación.

—Algo así como un ataque sorpresa…

—Espera, espera, ¿ataque sorpresa?

Entonces al momento en que abran sus puertas, correr a toda velocidad y tomar lo más que puedas.

Sin embargo…

—Para poder obtener méritos en la guerra no hay límite en lo que está permitido.

—Es cierto, en el campo de batalla lo más importante es la supervivencia, ya que los resultados no siempre son buenos.

No hay seguridad de que podrás comprar los productos que querías.

Si otros clientes ya los tomaron el mejor curso de acción es desistir de esos productos.

—A veces los resultados son decepcionantes, ¡pero no me rendiré!

—Cosette… Sin saberlo estabas teniendo todos esos problemas…

¡La próxima vez que haya rebajas compraré el producto que quiero! ¡eh!

—¿Por qué estás llorando, George?

—¡No tenía ni idea de que habías vivido experiencias tan dolorosas! —respondió mientras lloraba.

A pesar de que el cuerpo es mas grande, el interior todavía es el de un niño

—Siempre pensé que eras demasiado valiente y con una voluntad fuerte para una señorita de tu edad, pero nunca creí que hubieras tenido ese tipo de experiencias. ¡Te respeto!

—Gracias…

De alguna manera ese comentario se sintió realmente grosero.

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