El último jefe, la bruja – Capítulo 33

Traducido por Ichigo

Editado por Sakuya


No he estado empapada con tanta sangre desde ese día. No quiero recordarlo, pero los recuerdos siguen volviendo.

Lo odio. Es casi como si me arrepintiera de lo que pasó ese día.

Antes de dominar el arte de ver el pasado, mi recuerdo más antiguo era la gentil sonrisa de mi madre, Alonia.

—Sonia, mi linda hija. Hice esto para ti. Disfruta tu comida. —Lo dijo durante la cena y me dio una palmadita en la cabeza.

—Sí, madre.

Yo, que tenía 5 o 6 años en ese momento, felizmente rellene mis mejillas con la hamburguesa que tenía delante. No sabía muy bien, pero aun así no dejé de comer. Después de todo, mi madre me miraba felizmente. Sin embargo, en cuanto terminé de comer, empecé a sentirme mal. Me sentí extraña. El sudor frío y el temblor de mis manos no paraban. Algo agrio salió de mi estómago y cuando casi vomité, mi madre me tapó la boca con fuerza.

—No, Sonia. Esto es mejor tomarlo por la boca. Aguántalo.

No podía entender de qué estaba hablando. Después de eso me desmayé y dormí durante tres días y tres noches.

Después de ese día, cosas como esta ocurrieron a diario.

No pensé que fuera extraño. Después de todo, no había visto cómo cenaban otras familias. Además, yo era una bruja y las brujas se entrenaban a sí mismas. Tuve que perseverar a través de experiencias dolorosas.

Desafortunadamente, mi cuerpo era más honesto y poco a poco empezó a rechazar la cocina de mi madre. No podía meterme algo en la boca mientras fuera consciente de que me pondría enferma.

Cuando eso sucedió, mamá trajo a una de sus brujas discípulas al comedor. Ésta última siguió llorando, rogando ser salvada y pidiendo ser perdonada. Había rastros de abuso en su cara. ¿Quizás había hecho algo malo?

—Si comes esto sin dejar nada, te dejaré conservar tu vida al menos.

Siguiendo las palabras de mamá, sorbió la sopa que olía tan mal. Después de un solo trago, su boca empezó a echar espuma, se retorció de dolor y finalmente dejó de moverse. Para mí, fue el momento en que la vaga idea que tenía sobre la muerte, finalmente se solidificó.

—Verás, Sonia. Eres mi linda hija, así que no te daré de comer cosas como esta. Te criaré de forma muy, muy preciosa. Si te esfuerzas, te daré galletas deliciosas. Te vestiré con bonitos vestidos. Te daré todo lo que quieras. Así que no desobedezcas las palabras de mamá, ¿de acuerdo?

Instintivamente entendí lo que mi madre sonriente quería decir. Si la desobedecía, correría la misma suerte que su discípula que estaba en el suelo. 

—Sí, madre…

Comí la comida envenenada y una vez más, me enfermé. 

Después de eso, mi madre, Alonia, siguió dándole el palo a sus discípulos y la zanahoria a mí. 

Yo estaba siendo favorecida. Estaba siendo apreciada. Sólo recibía un veneno débil; no me golpeaban y me mimaban. 

Hubo momentos en los que me sentí naturalmente superior a los demás. Sin embargo, cuando crecí, comprendí que mi familia era anormal. 

Un libro, fue lo que inició todo. 

Crecer en un pueblo como Cucurouge fue tan aburrido que, naturalmente, me metí en la lectura de libros. Ni mi madre ni los adultos que me rodeaban me enseñaron el sentido común, así que no tuve más remedio que aprenderlo de los libros. 

Afortunadamente, había muchos libros en la biblioteca de mi familia. Libros que no eran exclusivamente sobre magia también. Todos ellos fueron reunidos por mi padre, que fue el antiguo esclavo, para educarse a sí mismo, así que también había algunos fáciles para los niños. 

—Ya veo… así que las comidas envenenadas no se sirven en las casas normales. 

Me pareció extraño. Pero misteriosamente, no me molestaba mi madre. No fue como si me hubieran hecho comer veneno porque ella me odiaba. Fue por el bien de un importante experimento. No se podía evitar. 

La Gema Rosa. 

El tesoro de las brujas que prometía un rejuvenecimiento y una belleza eterna. Si se incrustaba en el estómago, curaba todas las heridas y enfermedades, manteniendo al dueño del cuerpo sano en todo momento. 

Madre siempre estudiaba la receta que recibía de su maestro. Pero no parecía funcionar. 

Se suponía que era una esfera sólida en su estado final, pero cuando Madre la hacía según la receta, se quedaba en su forma líquida. Si se ponía en el cuerpo en su forma esférica, el veneno no se filtraba, pero si se ponía en el cuerpo en su estado líquido, el veneno instantáneamente arrasaba el cuerpo, dominando el efecto de la inmortalidad y matando a la persona.

—¡Esa maldita vieja bruja! ¡Me dio una receta de mierda…! ¡¿O fue Ambert?! ¡Cómo se atreven a engañarme!

Los primeros cinco años después de heredar la receta, Madre estudió cómo cambiar su forma líquida a la forma sólida… Pero después de entender que era inútil, se dedicó a investigar cómo dejar que el cuerpo se adapte a la forma líquida.

Intentaba crear anticuerpos que se mezclarán con la Gema para neutralizar su veneno.

Por eso me obligó a mí, a su hija y a los sujetos del experimento a beber veneno. Lo probaría en su propio cuerpo sólo después de asegurarse de que era seguro.

Si tan solo se completara pronto. De esa manera, madre dejaría de gritar histéricamente a sus discípulos y no me daría más veneno.

Tal vez incluso empezaría a jugar conmigo, me enseñaría magia o me llevaría de viaje.

Era más feliz cuando soñaba con un futuro así.

La lectura de libros era suficiente para darme un conocimiento completo sobre la magia.

Cualquier cosa que fuera demasiado difícil de entender para mí, se lo preguntaba a la abuela, la anciana del pueblo. Otras brujas rara vez me hablaban y no había ninguna bruja aprendiz de mi edad en la aldea en ese momento. Amaba a la abuela, que me alababa cuando aprendía nueva magia.

A veces también la consultaba sobre cosas que no tenían que ver con la magia.

—Abuela… ¿soy realmente la hija de mi madre?

¿Y si me obligaba a beber veneno porque en realidad soy hija de otra persona? ¿Y si mi verdadera madre me estaba buscando en algún lugar? Me lo preguntaba de vez en cuando.

—Eres una genio que sucede una vez en un siglo, ese es el talento que has heredado de Alonia. Definitivamente eres su hija… pero no te dejes llevar por su personalidad también. Solo mantén sus buenos rasgos.

La abuela me dio una palmadita en la cabeza. Parecía estar muy dolorida. 

Cucurouge era un pueblo que las brujas, que temían que se reanudara la caza de brujas, construyeron para proteger a Madre, considerada como el símbolo de la paz. Todo estaba bajo el control de Madre. Después de todo, ella era la salvadora de Mistria. La fuerte y sabia, la mejor bruja del reino. 

Muchas brujas la envidiaban y asaltaban el pueblo. O eso me dijeron.

Los niños son muy simples… En esa época, incluso respetaba a mi madre. 

Cuando aprendí a leer y escribir, empecé a recibir cartas de la capital. Eran de mi prometido, el Príncipe Rain. 

Incluso esas cartas cortas, que venían sólo varias veces al año, eran suficientes para hacerme feliz. Siempre decían lo mismo, pero yo me emocionaba cada vez que abría el sobre. 

Para mí, que no tengo amigos y nunca había salido del pueblo, era un estímulo muy fresco. 

Los príncipes de los cuentos eran todos personas maravillosas, así que estaba segura de que él sería lo mismo. 

Además, si nos casábamos, podría dejar Cucurouge. Viviría en el castillo. Todavía no podía entender lo que significaba ser reina, pero estaba segura de que era más fácil que beber veneno todos los días. 

Preferiría poder escribir mis respuestas libremente, pero todas mis cartas al Príncipe tenían que pasar primero por Madre. 

Elegante y con gracia. Tomando prestadas las palabras de Madre, “nunca se sabe quién las leerá, así que actúa como una chica pura que no tiene ningún interés en el poder o el estatus”. No lo entendí, así que al principio respondí exactamente como Madre quería. 

Las aburridas cartas que escribí no transmitían nada sobre mi verdadero yo. 

¿No me odiaría? Estaba ansiosa. 

Cuando cumplí ocho años, el Señor de Azurite se puso en contacto con nosotros. 

Querían que yo, que había dominado perfectamente el control de mis poderes mágicos, comenzará oficialmente mi entrenamiento de Reina. Fue entonces cuando escuché por primera vez la verdad sobre el asalto a la capital real por parte de Madre y me quedé sin palabras por sus incontables actos de maldad. 

—Escúchame. No bajes la guardia alrededor de la gente del Reino. Especialmente la gente de la familia Aspinel. Siempre están buscando una oportunidad para usarnos. Están esperando que cometas un error. 

En realidad… Ya estaba vagamente consciente de ello. Los materiales para la Gema y los objetos de investigación que fueron entregados desde la capital real. Brujas que iban detrás de mi madre. 

La investigación de la Gema Rosa fue en realidad algo malo. 

Mi madre era la bruja mala. El rey era el rey malo. 

Y yo, era la hija de esa bruja mala.

—No se te permite decir la verdad. Si el público se entera de ello, tú y el príncipe Rain morirán. Ese es el contrato que se ha lanzado sobre ustedes dos. Eres una chica inteligente, así que sabes lo que eso significa, ¿verdad?

Toda la emoción de dejar Cucurouge por primera vez en mi vida, desapareció y fue reemplazada por el miedo.

—Bienvenida, Sonia, y encantado de conocerte. Piensa en este lugar como tu casa a partir de hoy. También puedes llamarme hermano. 

—M-Me alegro de conocerte…

—¿Qué pasa? ¿Estás nerviosa? Qué linda.

Mi hermano era como el Sol.

Amable, alegre y genial.

Pero al principio, no podía decirle ni una sola palabra. Tenía miedo de lo que pasaría si decía algo malo.

La verdad es que el padre de Sanigue, el señor de la familia Aspinel, tampoco me hablaba mucho. Odiaba ver las miradas llenas de lástima, así que me encerré en el cuarto privado que me dieron, comprometiéndome totalmente al entrenamiento de Reina. No podía fallar. “Si muestro el más mínimo error, seré humillada”, así pensaba. No me sentía viva.

Sin embargo, después de acostumbrarme a pasar una semana en la mansión Aspinel cada mes, dejé de sentirme tan nerviosa.

Las comidas que me daban no estaban envenenadas. Cada vez que terminaba una tarea, mi hermano me alababa. Me contaba historias interesantes que no estaban escritas en los libros. Me mimaba. 

El maestro, quien me enseñó modales y lenguaje, era estricto, pero entendió mis fortalezas y debilidades y me guio bien. Era un profesor realmente bueno. Incluso si fallaba una vez, me daban la oportunidad de volver a intentarlo.

Eso fue suficiente para que me sintiera aliviada. 

Poco a poco empecé a tener ganas de ir con los Aspinels. 

Después de aprender Alta Magia, también empecé a ayudar en la defensa del pueblo. Era una orden de mi madre. 

Las brujas que atacaron a Cucurouge por la receta de la Gema Rosa lo sabían todo. Sabían que la bruja carmesí Alonia estaba cegada por su antiestética avaricia y mató a su maestra, Jebera, por la receta de la inmortalidad. Estaba aterrorizada. 

No podía sentirme aliviada a menos que les diera el último golpe. 

Aprendí a ensuciarme las manos y maté a todas las brujas invasoras. 

Cuando maté a otra persona por primera vez, pensé seriamente en huir de este lugar. 

No quiero hacer esto. Quiero tirar todo, ir a algún lejano y vivir libremente. 

Pero para entonces ya había comprendido que no sólo no se permitía la fuga, sino que era imposible. 

Huir del pueblo también significaba abandonar mi matrimonio con la familia real de Mistria. Mi compromiso con el Príncipe Rain fue la prueba de la paz entre las brujas y el Reino. Las brujas del pueblo, que temían que se reanudará la caza de brujas, harían todo lo posible para evitar que me escapara. 

Lo más importante, no había forma de que la familia real me dejara libre después de que ya había descubierto la verdad de hace veinte años. 

No tenía la confianza de que sería capaz de escapar después de hacer enemigos de ambos lados. Como ya había matado a alguien, no podía argumentar en contra de correr la misma suerte. 

Yo era el ratón de laboratorio de mi madre. Una herramienta conveniente para todos. 

Ni siquiera se me permitía vivir por mi propio bien. Tenía un lugar donde quedarme, pero ningún sitio al que correr. 

Estoy segura de que esto es lo que la gente llamaría “actuar como una heroína trágica”. Era como una débil princesa de una historia romántica. No me gustan mucho ese tipo de heroínas. 

Tuve momentos en los que pensaba si podría superar esta situación con mis propios poderes. 

Pude haberle revelado todo a mi hermano y haberle pedido ayuda. 

Pero… no tuve valor para eso en ese momento. No podía vender a mi madre o confiar plenamente en mi hermano. Si lo arruinaba, mis acciones podrían haber sido tomadas como una violación del contrato, matándome a mí y al príncipe Rain.

Fingí que nada estaba mal y gradualmente me acostumbré a ir y venir entre Cucurouge y la mansión Aspinel.

No podía confiar en nadie. Ni siquiera confiaba en mí misma. Aguantaba la respiración, esperando que la situación cambiara de alguna manera. 

No me sentía viva.

Un día, conocí a una chica llamada Judia en una fiesta. Se me acercó con fuerza después de ver que estaba siendo escoltada por mi hermano. Yo quería que nos lleváramos bien porque era una chica cercana a mi edad, pero me pareció una tarea difícil. Su hermana, la señorita Juna, sin embargo, me cuidó y me sonrió.

La señorita Juna era la prometida de mi hermano. No tuvimos muchas oportunidades de hablar, pero una vez tomamos el té juntas.

Aprovechando la oportunidad cuando mi hermano dejó su asiento por algún asunto, dudé en preguntarle algo. Pensé que nunca se enfadaría sin importar lo que le preguntara.

—¿No odias el matrimonio político?

—Oh dios, oh dios.

La señorita Juna apretó sus propias mejillas y respondió con suavidad.

—No. Estoy feliz. Después de todo, Lord Sanigue es una persona maravillosa.

Sentí envidia. Podía entender que su relación no era un acto. Si me casara, también amaría que mi marido fuera alguien como Sanigue. Seguía manteniendo mi correspondencia con el príncipe Rain, pero como de costumbre, no había corazón en ella. Me preocupaba si podía hablarle y reírme con él como lo hacían la señorita Juna y mi hermano cuando nos encontrábamos en persona. Tenía la corazonada de que ya estaba decepcionado de mí, pensando que era una chica aburrida.

—Debes estar ansiosa por casarte con alguien que no conoces. Todo estará bien. He oído que Su Alteza Rain es un niño inteligente y hermoso. Estoy segura de que será un perfecto partido para usted, Lady Sonia.

—Me pregunto…

—Sí, por favor, ten más confianza en ti misma. No hay manera de que una persona como tú no sea amada. 

¿De dónde vinieron sus suposiciones infundadas? Estaba un poco molesta. 

Preferiría que no hablara tan irreflexivamente cuando no sabía nada de mí. 

No podía ni imaginar… lo que se sentía el ser amado por alguien. 

¿Mamá alguna vez me había amado realmente, aunque sea un poco? 

¿Sanigue habría pensado en mí como su hermana menor? 

¿No había odiado el príncipe Rain la idea de casarse conmigo? 

¿La gente de este país anhelaba de verdad a la asesina y venenosa futura Reina?

Aun así, sentía que, si no fuera por la Gema Rosa, todo saldría bien. 

Cuando tenía once años, lady Juna sucumbió a una epidemia. Viendo a todos los dolientes llorando, me di cuenta de que era realmente amada. 

No podía mirar la cara de mi hermano que estaba mojada de lágrimas. 

Si la Gema Rosa estaba completa, quizás Lady Juna podría haberse salvado. No pude evitar pensar en esto, desanimándome por una culpa inexplicable. Aunque su muerte no fue mi culpa.

Fue entonces cuando dejé de confiar en mi hermano. 

Después de eso, dominé la magia de ver más allá de mi meta. 

Quería saber sobre mi padre, que había fallecido repentinamente. Tal vez me había amado. Tal vez estaría de mi lado si estuviera vivo. Quería pensar eso. 

Era una magia bastante difícil, pero logré dominarla en un año. 

Los resultados no fueron muy satisfactorios…

Mi padre no parecía tener mucho interés en mí. Era el tipo de persona que no levantaba la cara de su libro, aunque yo, de pequeña, llorara a su lado. 

Sólo me abrazó una vez impulsado por la abuela, pero tenía una cara muy preocupada. Comprendí muy bien que no sabía qué hacer conmigo. Nada cambiaría, aunque papá estuviera aquí. 

Sin embargo, se convirtió en una buena forma de matar el tiempo. 

Mi curiosidad me hizo mirar más allá de mis recuerdos, finalmente incluso trascendiendo los límites. 

—¿Huh…?

Vi mi vida pasada.

Era un lugar lejos de aquí, un mundo sin magia. Era un mundo que parecía estrecho y problemático, pero rebosaba de herramientas útiles y una gran variedad de entretenimiento.

La vida de una mujer que vivía en un mundo así me dejó sin aliento. Aunque esta mujer era mediocre tanto en su apariencia como en su talento, ejercía una tremenda energía en un cierto campo.

Los “otakus” son realmente asombrosos.

Gastarían más y más dinero para las cosas “moe”. Se enamoraban de un personaje de ficción, se obsesionaban tanto con la ficción que les causaba problemas en su vida privada y expresaban su alegría y tristeza de forma dolorosa y directa.

Era una forma de vida que no podía entender, pero… quizás era porque estaba reviviendo sus sentidos… Cosas como el “manga”, los “juegos” o el “anime” no estaban en mi mundo, así que calentaban mi corazón. No podía imaginar que existiera un mundo desbordante de tan maravilloso entretenimiento. Incluso dudaba si era solo un sueño, pero al final decidí que mientras fuera divertido, estaría bien. Después de eso, cada vez que tenía tiempo libre, miraba la vida de mi encarnación pasada.

Así, el encuentro con cierto “anime” cambió mi destino.

¡Kyaa! ¡Will! ¡Sigues siendo tan dolorosamente lindo como siempre! ¿Eres Dios?

La mujer de mi vida pasada estaba obsesionada con una obra llamada “Emerald y la Leyenda de la Bruja”.

Era una historia sobre cómo Emerald, el príncipe Rain y sus cuatro aliados salvaron el mundo.

Una historia ambientada en el reino donde yo vivía.

9 respuestas a “El último jefe, la bruja – Capítulo 33”

  1. Wow ….Sonia es increíble!!!!
    No puedo creer que ya a esa edad ya reflexionaba y cuestionaba sobre el tipo de vida que llevaba……
    Sin duda es una chica fuerte 💪 😉

  2. No me sorprende que la Sonia del anime actuara como lo hizo cuando el príncipe la enfrentó en la ceremonia. Todo lo que ella vivió, lo duro que fue, no tener nadie en quien confiar, para que al final llegara para inculparla de algo que no hizo.
    Estaba completamente sola.
    ¡Muchas gracias!

    1. Por suerte ahora ya cuenta con más personas que pueden ayudarla, y ya siento que se deja depender un poco más de Will con cada capítulo que pasa, espero que los dos puedan crecer personalmente para que tengan una linda relación juntos <3.
      ¡Gracias por leer!

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