Felicidades Emperatriz – Capítulo 9: Orgullo


*Patada*

*¡Splash!*

Fue como si un objeto pesado cayera al río. Una sirvienta cercana, escucho el sonido y fue a investigar, solo para encontrar que el estanque estaba Zhao Yi tirado en el agua.

Hua Jin saco su pierna con elegancia, arreglo su ropa y fue cerca del estanque. Se inclinó para mirar al ahora empapado Zhao Yi.

—Las personas que son despreciables, acaban recibiendo su merecido. Ya que estás tan impaciente, es justo que te humille y juegue un rato contigo.

Zhao Yi, no podía creer lo que veía. ¿Cómo podría esta Hua Jin y la inofensiva Hua Jin, ser la misma persona?

—¿Cuál es el problema?¿Se siente ofendido?—Sonrió Hua Jin

—Puesto que soy una persona generosa. Yo te perdono. Desde que me empujaste al agua e intentaste drogarme con una poción de amor antes, simplemente no eres digna de mi tiempo.

Hua Jin se puso de pie y comenzó a reírse , mientras aplaudía

—Hablas tantas cosas sin sentido, ¿como si usted fuera una persona justa?, tú no eres nada más que mi juguete. Conoce tu lugar.

Los ojos de Zhao Yi se encendieron, alimentados de rabia. Deseaba desgarrar a la mujer delante de sus ojos, en pequeños pedacitos. Sin embargo, sabía que él era débil, no podía hacer nada más que tragar esta amarga píldora y soportarlo.

La señora se acercó a toda prisa, con el fin de limpiar este desastre y Hua Jin ya había liberado toda su frustración. Se llevó a Jiao Yue y a Chu Yun al patio frontal, solo para encontrar que el lugar estaba lleno de gente. Coincidentemente, vio al hombre que acababa de conocer en la tarde, Chun Yu Zhuang.

—Parece que usted tiene un pasatiempo interesante—Hua Jin bajo la voz, para que solo él escuchara.

La cara de Yu Zhuang cambio de repente por un instante, Hua Jin paso por su lado y se alejó del lugar.

—¡Que día tan interesante!

Después de regresar a su residencia Hua Jin recuerda todo lo que paso hoy.

Chu Yun le llevaba una olla de agua caliente y le comento—en el pasado, al joven Zhao Yi, le gustaba intimidar a la joven ama, pero hoy, usted realmente le dio lo que se merece.

Hua Jin, toco su dura cama y mientras sonreía para sí misma, se tumbó a descansar. Jiao Yue, le puso algunas mantas.

—Joven Ama, por favor, tenga un buen descanso. Atentamente me quedare en la puerta y la protegeré.

—No tienes que hacer eso, Jiao Yue. Ven aquí y duerme conmigo—Hua Jin le dio unas palmaditas en el espacio vacío de la cama.

Jiao Yue repetidamente negó con la cabeza—No, esta servidora no puede hacer eso. Joven Ama es mi Maestra, pero, además, solo soy más que una simple esclava y….

—¡Basta!—Interrumpió Hua Jin—No hay suficientes mantas, así que tengo que conformarme con usted. Durmiendo conmigo, será lo suficientemente cálido, para que pueda dormir. Chu Yun, vas a dormir en esta habitación también, así que ve y prepara un colchón.

—¡Joven Ama!, una mujer soltera y un hombre, no deben dormir juntos…—Chu Yun se sonrojo.

Hua Jin se burló—Eres solo un niño, eres demasiado joven para decir esas cosas.

Chu Yun murmuró—Pero, ya tengo catorce….

—Tienes solo dos años menos que yo….ya veo—Hua Jin se sentó en silencio y miro a ambos—No importa que tanto sospechen de mí, a partir de este momento, ambos tienen que confiar en mí y garantizarme su lealtad.

Chu Yun y Jia Yue se miraron antes de largarse a reír—No importa lo que eres, la Joven Ama es la joven Ama. Y también es nuestra más importante familia.

Hua Jin salto y abrazó a Jiao Yue— Dado que somos familia, deben dejar de decir “su servidor” o “su esclavo”, eso realmente me molesta. Guau…esta es la primera vez que me di cuenta, pero….en serio….eres muy suave. ¡Tan abrazable!

En ese momento, tanto Jiao Yue como Chu Yun se sonrojaron al mismo tiempo, sus caras estaban tan rojas que fueron incapaces de seguir oponiéndose.

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