Joven esposa del Capitán (de 62 años) – Capítulo 61: Los lamentos de la sirvienta Mary

Traducido por Hime

Editado por Sharon


—Aah, aah…

—De acuerdo. Hemos terminado con el trabajo matutino, tomémonos un descanso —dijo Richard, el viejo mayordomo, a Mary, que estaba empapada en sudor.

Desde la mañana, la mansión fue limpiada, las ropas y sábanas fueron lavadas, las camas fueron hechas, etc. Mary, quien casi no tenía ya energías, no podía hacer más que asentir.

Mary Hopkins era la hija de un Barón.

La casa del Barón de Hopkins no era de ninguna manera adinerada, pero tampoco eran pobres. Tenían un buen número de sirvientes, así que Mary nunca había trabajado como ahora.

Pero ahora era una empleada de la casa Ducal de Ambrose. Pienso que es justo lo que se merece, aunque cada día su energía es llevada al límite.

Siempre terminaba pensando por qué alguien como ella debía hacer este trabajo, pero no tenía forma de revertir su situación.

Rayford, quién era el único apoyo de Mary, fue apresado por la orden de caballería y llevado lejos. De acuerdo con la declaración de Lilia, la amiga de Carol, había sido anunciado que el príncipe se tomaría un descanso cuando en realidad estaba bajo confinamiento en su casa.

Y Mary, quién tenía en su contra todas las evidencias de sus crímenes, sólo podía trabajar honestamente para la familia Ambrose.

—¿Por qué sucedió esto…? —gimoteaba ella. Pero sin importar cuanto se quejara, el hecho de que esto era lo que se merecía siempre la golpearía sin piedad.

—Bien, entonces, iremos a comer. Por aquí.

—S-Sí…

Mary no tenía días libres. Richard, el encargado de enseñarle su trabajo, tenía un descanso un día a la semana. Incluso los otros sirvientes podían descansar. Mary era la única sin este privilegio.

Por lo tanto, sus días de llegar a su habitación cansada como un perro para volver a trabajar al día siguiente continuaron. Aunque tenía permitido ir al patio de la mansión a limpiar, no podía huir.

No. Si ella huía, Lilia publicaría las evidencias en su contra.

Y si eso ocurría, Mary ya no tendría futuro, y la casa del barón Hopkins caería en la ruina.

Mientras se desesperaba, Mary se dirigió a la antecámara de los sirvientes.

Básicamente, sólo los miembros de la familia del duque podrían comer en el comedor, y la servidumbre comía en la antecámara. Y no todo el mundo lo hacía a la misma hora, sino que tomaban turnos.

En ese momento, Richard estaba con ella como la persona a cargo de su entrenamiento, pero él comía con otros sirvientes veteranos en sus días libres.

—Por favor, come.

—Muchas gracias… —agradeció, y comenzó a comer en silencio lo que Richard le ofreció—. Delicioso…

Para una hija de un barón, ella tenía el paladar entrenado. Los ingredientes usados no eran caros, y era una simple comida para sirvientes. Aún así, de alguna forma era delicioso.

Ella se preguntó qué clase de condimentos se usaron para que algo con ingredientes tan simples resultara de esta manera.

Sin embargo, no tenía tiempo para disfrutar de su comida.

—Te estás acostumbrando a esto.

—¿Es así…?

—En efecto. Las sábanas están más estiradas que antes. Y tus barridos solían ser notoriamente más rudos. Pero ahora, cada rincón está limpio. Si sigue manteniendo este ritmo, pronto podrás hacerlo sola

—Después de todo, lo hago todos los días…

Sólo pudo responder a los cumplidos de Richard con una sonrisa amarga.

¿Y qué si mejoraba en ser una sirvienta? La situación de Mary nunca cambiaría. Esos días durarían por siempre.

Inconscientemente, soltó un suspiro ante ese futuro deprimente.

—Para esta tarde, cambia las sábanas en las habitaciones del señor y la señora. Después de eso, deberíamos limpiar el jardín. Una vez que esté listo, deberías tomar un descanso hasta el regreso de la señorita. Después de que la señorita haya vuelto, por favor sigue sus instrucciones.

—Sí.

Después de terminar su merienda, ella y Richard se levantaron.

Ya que Carol era temporalmente una maestra, ella no estaba en la mansión entre semanas. Y ya que Mary había sido asignada como la sirvienta personal de Carol, debería seguir sus instrucciones cuando volviera.

Aunque, esa noche probablemente se ocuparían de los mismos documentos.

Bajo la mirada de Richard, Mary se dirigió hacia las habitaciones de sus maestros, los duques Gilliam y Elizabeth, y cambió sus sábanas.

Hasta ahora, Richard siempre había mantenido una apariencia seria, pero cuando Mary cambió las sábanas y se inclinó hacia abajo, él se rió misteriosamente.

—¡Ujojo!

¿Así de rara era su postura?

Habiendo cambiado las sábanas un montón de veces, era fácil estirarlas con rapidez. Entonces, ambos se dirigieron al jardín a limpiar.

Solo debían barrer las hojas del jardín y luego quemarlas en el incinerador. Pero la parte difícil era que debido al enorme espacio, era un trabajo demoroso.

Richard no la ayudó, simplemente observó cómo Mary barría. Él estaba a cargo del entrenamiento, y su rol era únicamente supervisar. Aunque ella no tenía quejas sobre esto, estaba algo cansada de tener que barrer el enorme jardín por sí misma.

Haa…, suspiró cuando por fin terminó al caer la noche. Ahora podría tomarse un descanso liero mientras esperaba el regreso de Carol… Sí, claro.

—Oh, ¿limpiando el jardín?

—Bienvenida a casa, señorita,

—Bienvenida a casa, señorita…

Desalentada, recibió a Carol quién había vuelto antes de que pudiera tomar un descanso.

Natalia, quién también era una sirvienta personal de Carol, miró a Mary con una leve insatisfacción, pero se mantuvo en silencio. Quizás era una advertencia para que cambiase su actitud.

—Luces cansada, Mary —dijo Carol con una sonrisa.

—Aah… N-No…

—Deberías descansar al menos hasta la cena. Cuando acabe de comer, por favor ven a mi habitación.

—Eh…

Ella quedó sin palabras por lo que Carol había dicho.

Aaah… Realmente, a Mary no le gustaba aquello.

Carol siempre era amable. Incluso mientras hacían los documentos, le enseñaba con actitud cortés y minuciosa, y nunca la dejaba trabajar demasiado. Siempre se preocupaba por Mary, a pesar de que podía hacerla a un lado. Cuando comenzó a trabajar con los documentos, solía desperdiciar mucho papel, pero Carol nunca se enfadó.

Ese tipo de actitud, realmente le desagradaba.

Era como si todo lo que Mary había hecho hubiese sido un amorío insignificante para Carol… Esa actitud…

—Muchas gracias, señorita.

—Entonces, ve a mi habitación después de la cena.

—Sí…

Aceptó la oferta de Carol de tomar un descanso.

De todas formas, su energía ya había alcanzado el límite. Si no tomaba aunque fuera un leve descanso, colapsaría.

Se disculpó con Carol y se dirigió a la antesala de los sirvientes. Se sentó a descansar en el sencillo sofá que había allí, y luego dejó que su cuerpo se apoyara en él. Solo un pequeño descanso…

Si, cierra tus ojos…

Y de esa manera, Mary se quedó dormida.

♦ ♦ ♦

—¡¿Ah?! —exclamó, levantándose de un salto y mirando a su alrededor inquieta.

—¿Finalmente estás despierta?

El sol claramente ya no estaba afuera de la ventana. La noche había caído. Ya no era “después del crepúsculo”.

Podría decirse que era alrededor de la medianoche.

Estaba tan cansada que accidentalmente había dormido todo ese tiempo.

Esto es malo… 

Los ojos de Mary se encontraron con los el ceño fruncido de Richard en el sofá frente a ella.

—E-Esta hora es…

—Los otros sirvieron ya se retiraron. Estoy de turno esta noche.

—¡Hiiii!

Seguramente ya lo arruiné…. 

Sostuvo su cabeza con desesperación.

Se había dispuesto a tomar un descanso y acabó quedándose dormida cuando debería estar ayudando a Carol a hacer sus documentos.

Por esta clase de torpeza, ¿qué clase de castigos le esperaría….?

—¡Yo… r-realmente lo sien…!

—Por favor, discúlpate mañana después de que la señorita se despierte.

—¡Uuh…!

Ya era incluso la hora de dormir de Carol.

Con esos pensamientos, todas sus esperanzas se hicieron polvo.

—Ven, no hay nada que temer. La señorita no estaba especialmente enojada.

—Eh…

—Vino a esta habitación con Natalia, te vio dormida y dijo “dejémosla descansar”. Bueno, trabajaste sin descansar y la señorita probablemente no quiso hacértelo más difícil.

—Algo así…

¿Por qué…? Las lágrimas brotaron de sus ojos mientras se preguntaba una y otra vez: ¿Por qué es tan amable…?

—La señorita le preguntó a la duquesa si sería posible darte algunos días libres. Después de todo, es imposible trabajar sin descanso. No aceptarán que te duermas mientras estás de turno, pero reporté que has estado trabajando diligentemente.

—Y-Yo estoy…

—Todos los sirvientes saben lo que le hiciste a la señorita. Bueno, a algunos no les hace gracia que no hayas mostrado simpatía. Como sea… La señorita te ha perdonado.

Mary se quedó sin palabras.

—Mientras trabajes honestamente, la casa ducal de Ambrose mantendrá su promesa. Por favor, recuérdalo bien, y procura trabajar con diligencia de aquí en adelante.

—Um…

Aunque había hecho algo inaceptable, pensó que estaba siendo tratada como una esclava. Había hecho algo tan indignante como robarle el prometido a otra mujer.

Mary había hecho tales cosas… Y Carol la había perdonado

—Muchas… muchas gracias…

—Me preocupa incluso si estás agradecida. Ah, sí. Aquí está tu cena. Por favor, come.

Con eso, Richard removió la canasta de bambú que estaba en la mesa frente a Mary. Allí yacía la usualmente fría pero deliciosa comida.

—Entonces, debo irme a hacer mis rondas. Por favor, ve a descansar a tu habitación después de comer.

—Si…

Ella se llevó una cucharada de comida a la boca.

Estaba fría. Estaba hecha con ingredientes tan simples.

Aún así, era extremadamente deliciosa.

Trabajar como sirvienta era muy difícil. Era estresante, cansador, y se hartaba más cada día.

Como fuera.

Ya que la comida era deliciosa, haría su mejor esfuerzo.

3 respuestas a “Joven esposa del Capitán (de 62 años) – Capítulo 61: Los lamentos de la sirvienta Mary”

  1. Parece que empieza a ver las cosas diferente poco a poco, es bueno que acepte que lo que hizo estaba mal y se se haga la víctima solo por trabajar… creo…

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