La Tierra está en línea – Capítulo 50: TangTang: Lo siento

Traducido por Shisai

Editado por Shiro


El aparcamiento subterráneo estaba poco iluminado. Los dos subieron las escaleras y salieron al exterior.

Era de noche y el cielo estaba oscuro. Sin la iluminación de las luces de la ciudad, las noches en Shanghái eran muy tranquilas, y esa en particular, con pocas estrellas en el cielo. Cuando salieron del centro comercial, Fu Wenduo se puso a un lado y dijo:

—La situación en Pekín no es mejor que la de Shanghái. Es similar. Todas las regiones de China deben estar en un estado desordenado en este momento. Independientemente del tamaño de la ciudad, la situación es casi la misma.

Tang Mo asintió, comprendiendo.

El juego de la torre negra comenzó de repente. A pesar de haber emitido un anuncio con tres días de antelación, exigiendo a todos los humanos que eliminaran a los jugadores y entraran en el juego, nadie sabía lo que eso significaba. En esos tres días, los jugadores oficiales que completaron un juego de la torre negra no podían decir nada sobre el juego —Li Bin lo confirmó—, y estaban destinados a entrar en el juego tres días después.

Así, después de que la Tierra se conectara, los sistemas de gobierno de todo el mundo quedaron básicamente paralizados.

La forma en que la torre negra seleccionaba a los jugadores no tenía nada que ver con sus identidades originales. Algunos miembros del personal confidencial, como Fu Wenduo y Luo Fengcheng, sobrevivieron, mientras que los ciudadanos ordinarios, como Tang Mo, también lo hicieron. Había muchos asesinos, como el ladrón llamado Qian Sankun que él encontró una vez, quienes también entraron en el juego.

Era un juego que trastocaba por completo el orden social que los humanos habían mantenido durante miles de años. Pero, al final, las personas eran animales sociales.

—¿Pekín tiene una organización de habilidades como Shanghái? —preguntó Tang Mo.

Shanghái tenía algunas otras organizaciones además de Ataque. Solo que la fuerza de este último era alta, por lo que eran bastante famosos en la ciudad.

—Hay muchas organizaciones pequeñas y una muy grande —dijo Fu Wenduo.

Tang Mo detectó el indicio de algo sombrío en su tono.

—Esta organización…

—Es una organización de polizones.

Los pasos del exbibliotecario se detuvieron.

—La organización más grande de Pekín se llama «Elegidos del cielo» y consta de más de treinta polizones. Todos son muy fuertes y uno de ellos completó con éxito el primer piso de la torre negra.

Tang Mo se sorprendió.

—¿Cómo sabes que completaron el primer piso de la torre negra?

—Tuve una pelea con él antes de salir de Pekín. Es muy fuerte. Por su nivel, debe haberse visto obligado a atacar la torre —explicó Fu Wenduo y, después de una pausa, continuó—: Al igual que tú cuando fuiste obligado a atacar la torre.

—Sí.

El polizón miró al tranquilo y vasto cielo nocturno mientras hablaba con voz calma:

—Él es igual. Debió ser forzado a atacar la torre y tuvo éxito. Esta posibilidad es del 90 %. Ya ha despejado el primer piso, quizá incluso antes que tú. Aparte del primer jugador que complete el piso de la torre negra en cada distrito, los demás jugadores que lo hagan no serán notificados globalmente y nadie lo sabrá. Por supuesto, tú eres una excepción.

—¿Soy una excepción? —De repente, escuchó a la otra persona describirlo de tal modo, y se puso en pie y se giró para mirarlo con sorpresa, reflexionando sobre aquellas palabras en el proceso.

Fu Wenduo desvió su mirada de las estrellas al rostro consternado del joven. Tang Mo rara vez mostraba expresiones tan vívidas. La mayoría de las veces, ocultaba sus emociones o las disimulaba. Pero esto superaba sus expectativas. Sus ojos estaban ligeramente abiertos y un mechón de pelo caía sobre su frente, haciéndole parecer un poco ingenuo.

El polizón comprendió el motivo de su asombro. Lo pensó y optó por decirle la verdad en lugar de ocultarla:

—Según mis especulaciones, la torre negra lleva casi dos meses en línea. Al menos veinte jugadores han superado el primer piso. Gracias a la instancia de beneficios navideños, muchos jugadores se vieron obligados a atacar la torre. Aunque la mayoría de los jugadores no han alcanzado el primer nivel, esta cantidad es demasiado grande y el número de los que lo hagan será objetivo. Una estimación conservadora es que al menos sesenta jugadores de todo el mundo han superado el primer piso de la torre negra. Pero tanto si han superado el piso como si no, no ha habido ningún anuncio como sucedió con el primero. Solo tú… —Fu Wenduo hizo una pausa, pero al final continuó, yendo al grano—: Has pasado el primer piso de la torre negra en el modo difícil. En el momento en que lo pasaste, la torre negra anunció en mi mente que el jugador Momo del distrito 2 de China había superado el primer piso de la torre negra (modo difícil). No hubo ningún anuncio mundial ni en China. Supongo que solo informó a los jugadores que ya habían superado el primer piso de la torre negra.

Tang Mo no supo qué contestar. Un mes atrás, tuvo dos altercados con la torre negra.

La primera vez fue cuando le informaron del juego de ataque a la torre. En esa oportunidad, Tang Mo sudó, trabajó duro para obtener habilidades y artículos con el fin de salvar su vida. La segunda fue cuando completó el juego y la torre negra le dijo que lo había superado en modo difícil. Allí fue directamente a la torre negra y descargó sus emociones en la tabla de piedra que había debajo.

Entonces, con Fu Wendou descubrió que la torre negra le había prestado un servicio, permitiéndole hacerse famoso entre los jugadores de alto nivel del mundo.

¡¿Quién quiere hacerse famoso?!

Tuvo mucha suerte de haber utilizado una habilidad para cambiar su nombre. Era Momo, no Tang Mo, quien era popular. Las personas que pudieron pasar el primer piso de la torre negra antes que él eran los mejores jugadores del mundo. Quería ser cauteloso y no exponer su fuerza por adelantado, lo que sin duda le convertiría en un objetivo.

La expresión del joven cambió deprisa. Finalmente, suspiró y recuperó la calma, decidiendo en secreto que la próxima vez que fuera a Puxi, buscaría la oportunidad de volver a patear las piedras.

A continuación, Fu Wenduo le reveló una breve información externa.

Por decirlo de forma sencilla, pudiera ser que toda China estuviera en anarquía y no hubiera orden social, pero la mayoría de las ciudades no eran caóticas. La aparición de la organización de polizones en Suzhou fue un caso especial. Fu Wenduo tomó la carretera sur de Pekín hacia Shanghái, pasando por tres provincias y dos ciudades. Solo en Suzhou encontró una organización de polizones desquiciada que mataba a la gente sin sentido.

Esa organización también fue accidental. Después de todo, de acuerdo a Tang Mo y Luo Fengcheng, los polizones estaban matando locamente a la gente porque tenían una habilidad especial con la que comer corazones los haría más fuertes. De lo contrario, una organización de polizones no mataría a ciegas a menos que fuera necesario. Esto se debía a que matar llevaría a una gran resistencia por parte de otros jugadores, no haciendo que valiera la pena.

Fu Wenduo afirmó que, aunque la organización de polizones de Pekín era muy grande, no se metían con los jugadores normales y todos estaban bastante seguros.

Tang Mo suspiró aliviado cuando escuchó la noticia. No sabía si su amigo de la universidad había entrado con éxito en el juego, pero al menos no lo deberían haber matado otros jugadores de Pekín. Pensó en encontrar una oportunidad para ir hasta allá.

En ese momento, una voz emocionada se escuchó en la distancia:

—¡Hermano Tang, hermano Tang!

Tang Mo se volvió para mirar.

Vio a una chica corriendo desde la dirección del centro comercial, moviéndose muy rápido. Llegó hasta él en pocos segundos. Tang Mo la conocía. Era Liz, un miembro de la organización Ataque, a quien había conocido una vez en la enfermería.

Lo primero que Tang Mo dijo fue:

—¿Le ha pasado algo a Luo Fengcheng?

Liz negó con la cabeza y sonrió.

—No, tu amiga ha vuelto.

Frunció el ceño, sin entender su significado, ponderando en su interior: ¿Quién volvió? De repente, pensó en otra posibilidad y preguntó:

—¿Chen Shanshan y su compañera han vuelto?

—No, solo una de ellas regresó. Chen Shanshan —respondió Liz—. Volvió a la organización y ahora está descansando en la sala médica. Acabo de vendar sus heridas. Tang Mo, ella quería verte después de regresar. Tiene algo que decirles a ti y al Dr. Luo. Recuerdo que ella tenía dos compañeros de clase. Uno es el pequeño y lindo gordito. Él y Jack fueron a Puxi por la tarde y aún no han regresado. El otro compañero de clase está hoy completando la instancia S8 con miembros de nuestra organización… Iré a buscar a ese amigo.

—De acuerdo, gracias. Volveré.

—Estoy muy contenta de que la niña pudiese volver sana y salva. —Liz sonrió y se dirigió deprisa a las profundidades de la zona de la fábrica, buscando a Liu Chen.

Tang Mo miró al hombre de negro.

—Una amiga mía acaba de regresar del juego.

Fu Wenduo entendió su significado.

—Volveré contigo. —Hizo una pausa y dijo con calma—: Aunque no a Ataque. No es bueno actuar de noche. Buscaré un lugar para quedarme en el centro comercial.

Los dos caminaron juntos de vuelta.

Los alrededores del centro comercial no eran seguros para hablar, y ya habían caminado hasta el límite de la zona de la fábrica. Las carreteras estaban vacías y los edificios de ambos lados eran uniformes. Era casi de noche. Los jugadores que entraron a alguna instancia durante el día aún no habían salido. Otros ya habían regresado al centro comercial para prepararse para esa tranquila noche.

Tang Mo se metió las manos en el bolsillo y miró al frente sin hablar.

No sabía qué decir.

Solo se conocían desde hacía un mes y medio. Si no contaban el tiempo que estuvieron en contacto a través de Momo, podría decirse que se conocían apenas desde hacía medio día. Antes de que la Tierra se pusiera en línea, las identidades de los dos eran completamente diferentes. Si la torre negra no hubiera aparecido, podría no haberse encontrado nunca a Fu Wenduo en esa vida.

Las dos personas tenían un entendimiento tácito y no abrieron la boca. Poco a poco, la sombra del centro comercial se hizo visible entre las hojas.

—¿Has dicho que eres de Suzhou? —Fu Wenduo habló en voz baja.

—Sí, soy de Suzhou —confirmó Tang Mo—. Vine a Shanghái por algunos asuntos. Originalmente tenía la intención de volver para ver la situación de los polizones. Pero como te has ocupado de ellos, no tengo prisa por volver.

—¿Te quedarás en Shanghái en lugar de volver a Suzhou?

Tang Mo pensó durante un rato.

—Quizá vaya a Pekín.

—¿Pekín? —preguntó Fu Wenduo.

Responder no era nada del otro mundo, así que lo hizo con sinceridad:

—Tengo un buen amigo al que no he visto desde que se graduó en la universidad. Trabaja en Pekín.

El polizón no preguntó más. Sus palabras explicaban a la perfección por qué quería saber sobre Pekín.

Los dos siguieron avanzando, pasando por una fábrica y cruzando una carretera hacia el centro comercial.

En ese momento, se oyó algo a lo lejos. En la oscuridad de la noche, el sonido era áspero, como si alguien arrastrara una pesada cadena por el suelo, la cual resonaba entre los edificios. Tang Mo sintió que algo iba mal y, al segundo siguiente, recordó un nombre: ¡Zapatero de Hierro!

Pero en el momento en que reaccionó, una figura alta y fornida apareció en la esquina.

Era un hombre musculoso de dos metros de altura, el cual llevaba una camisa gris grasienta y botas gastadas. Una gruesa cadena colgaba de una de sus manos y un clavo ensangrentado y oxidado en la otra. En su rostro, una cicatriz torcida le atravesaba el puente de la nariz, desde el ojo izquierdo hasta la comisura derecha de la boca.

El Zapatero de Hierro estaba al final del camino, detrás de él estaba el centro comercial y frente a él estaban Tang Mo y Fu Wenduo.

Este personaje miró a las dos personas antes de sonreír.

—¿Qué he encontrado?

El cerebro de Tang Mo trabajaba a toda velocidad mientras pensaba en lo que el jugador de reserva dijo ayer.

«No sé qué hizo Li Qiang. Yo estaba a su lado. El zapatero de hierro me sonrió, pero no me hizo nada».

Una persona no necesariamente sería arrastrada si se encontraba con este personaje.

De las dos personas, no había sido Tang Mo necesariamente quien desencadenó la instancia, resultando en terminar arrastrado por él.

Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos. Giró deprisa la cabeza y miró a Fu Wenduo. Los ojos del polizón estaban clavados en el Zapatero de Hierro, su rostro estaba tranquilo. Entonces, el de negro se dio cuenta de que Tang Mo le miraba y le echó un vistazo.

—Lo siento —dijo el joven y, sin dudar, se dio la vuelta y salió corriendo.

Fu Wenduo permaneció en silencio.

Mucha gente había oído el dicho sobre los tigres en el bosque. Si dos cazadores se encontraban con un tigre juntos, no había manera de que ambos sobrevivieran. Era imposible que una persona venciera a un tigre. Así que el cazador no se volvió contra el tigre sino su compañero.

Tang Mo no sabía quién había desencadenado la instancia, sin embargo, huir era sin duda la mejor opción. Si su compañero fuera Chen Shanshan, Luo Fengcheng o incluso Jack, podría dudar y no elegir este método; pero Fu Wenduo estaba actualmente de pie junto a él. Aunque recién se hubiesen conocido en persona, al final, su fuerza era inferior a la del otro.

No todas las muertes eran pobres o en vano.

En el momento en que se dio la vuelta para marcharse, envió en silencio algo de buena voluntad a Fu Wenduo en su corazón.

La reacción del Zapatero de Hierro también fue muy rápida. En cuanto, Tang Mo se giró y corrió un metro, el otro agitó el candado de hierro oxidado y lo lanzó hacia la muñeca derecha del jugador. Viéndose atacado, tuvo que girarse y mirar al personaje de la torre, el cual sonrió, mostrando una dentadura sucia y amarilla.

—Je, je, je. Bienvenido al mundo del juego del Zapatero de Hierro.

La expresión de Tang Mo se tornó sombría al comprender que había sido él quien había desencadenado el juego. No obstante, mantuvo la calma y trató de romper el candado de hierro en secreto, pero, aunque parecía ordinario, estaba firmemente bloqueado alrededor de su brazo. Al final, le fue imposible liberarse.

Una vez que se decretaba que alguien debía participar en un juego de la torre negra, resistirse no era lo mejor. Incluso encontrándose con una situación desesperada en la que se requiriera la moneda del rey luego en el juego, era inútil oponerse al inicio.

Fu Wenduo observaba desde un lado, su mirada alternándose entre Tang Mo y el Zapatero de Hierro, quien lo ignoró por completo ya que solo tenía ojos para su presa. Entonces, se fijó en el candado que apresaba el brazo del joven,y sus labios se curvaron al comprender lo que había sucedido.

—Lo siento —dijo sonriendo a Tang Mo.

Esta vez fue el turno de Tang Mo de quedarse callado. Esas exactas palabras le había dicho a Fu Wenduo, momentos antes, cuando decidió sacrificarlo. Ahora este se las devolvió.

El exbibliotecario ya se había resignado a participar en el juego. Sin embargo, mirando la sonrisa del otro sintió que esa persona estaba bendecida por los cielos.

A pesar de todo, Tang Mo no fue el único impotente por mucho tiempo. El Zapatero de Hierro a continuación sonrió y se volvió para mirar a Fu Wenduo.

—También te doy la bienvenida al mundo del juego del Zapatero de Hierro. —Las palabras acababan de terminar cuando este dio un pisotón, haciendo que otra cadena saliera disparada de la de Tang Mo y se enredara en la muñeca de Fu Wenduo a una velocidad que no se podía seguir a simple vista.

Esta vez ambos quedaron sin palabras.

El de negro reaccionó y trató de escapar, pero la cadena parecía tener ojos, persiguiéndolo. Una vez que la muñeca de Fu Wenduo quedó atada, levantó su mano derecha enseguida. Entonces, sus dedos desaparecieron y apareció un arma de metal oscuro, y no dudó en usarla para cortar la cadena. Se escuchó el estruendo de la colisión de metal, pero la cadena no se rompió y el polizón puso mala cara.

El Zapatero de Hierro vio sus movimientos y se echó a reír.

Una voz infantil familiar se escuchó en sus oídos a continuación:

¡Ding, dong! Has activado la misión secundaria «Toparte con el Zapatero de Hierro» y has entrado en la instancia real del encantador Zapatero de Hierro. 

Por favor, sigue al encantador Zapatero de Hierro y entra a su taller. 

Pista: La cadena de amor del Zapatero de Hierro es un arma causal. Después de ser atada, solo él puede desatarla.

Al escuchar la pista, Tang Mo y Fu Wenduo abandonaron los inútiles intentos de liberarse.

A la luz de la luna, el personaje de la torre tarareaba una suave canción mientras tiraba de la cadena, guiando a los dos hombres hacia la zona de fábricas.

La cadena era originalmente una tira larga, la cual ahora estaba dividida por la mitad; un extremo atado a cada uno. No lucharon como en la instancia anterior ni trataron de escapar de nuevo, optando en su lugar por caminar uno junto al otro.

Siguieron los pasos del Zapatero de Hierro. Si no fuera por los candados de hierro alrededor de sus muñecas, nadie pensaría que estaban a la merced de la voluntad de otra persona.

La canción de este personaje era aún peor que la de Pinocho. Después de un largo rato de escuchar sus horribles graznidos, Tang Mo susurró:

—¿Hacemos una tregua?

—¿Lo estás calculando? —respondió Fu Wenduo en voz baja.

—Lo estoy haciendo.

—Entonces, está bien.

Esta vez, de verdad se habían convertido en saltamontes atados por una cuerda —cadena de hierro—. Tang Mo esperaba que este incidente no causara una brecha entre ambos. Aunque él… bueno, haya querido vender a su compañero de equipo, las cosas habían terminado de ese modo. Lo importante en ese momento era trabajar juntos para superar el juego.

El Zapatero de Hierro los llevó a la entrada de una fábrica. Tang Mo observó cuidadosamente las cosas que rodeaban la estructura. La mirada de Fu Wenduo estaba siempre fija en el oponente de ambos. Cada cosa de su cuerpo —incluyendo el clavo y la cadena de hierro— las examinó varias veces.

Antes de entrar en la fábrica, el personaje de la torre tiró con fuerza de la cadena.

A pesar de que Tang Mo y Fu Wenduo estaban claramente conectados a la misma cadena, solo el jugador se vio afectado, avanzando, cuando el Zapatero tiró y dio medio paso.

—Estás aquí, así que entra —dijo con una sonrisa el Zapatero de Hierro. Abrió la puerta de una patada y la tenue luz de la luna brilló en la oscura fábrica, iluminando un rango de dos metros.

Tang Mo frunció el ceño mientras su mirada alternaba entre el monstruo y el polizón.

Los ojos de los dos humanos se encontraron en el aire y asintieron con la cabeza.

El Zapatero de Hierro vio que Tang Mo aún no había entrado y pareció querer armar un escándalo, por lo que no demoró más su entrada. En el momento en que entró, la cadena de hierro atada a su muñeca se soltó de repente; parecía poseer vida propia, y volvió a las manos del monstruo.

A continuación, la puerta se cerró de golpe. Tang Mo permaneció junto a la puerta durante un rato, escuchando la canción del Zapatero de Hierro alejarse cada vez más.

Estaba llevando a Fu Wenduo a otro lugar.

—Esta instancia, ¿no es en equipo? —se preguntó.

El Zapatero de Hierro y Fu Wenduo se habían alejado mucho. Tang Mo no podía quedarse quieto, se giró y observó los alrededores.

Se trataba de una fábrica de procesamiento de alimentos. Antes de entrar en la fábrica, había olido una dulce fragancia en el aire que provenía de las galletas. La Tierra había estado en línea durante un mes y medio, y aunque la fábrica ya no funcionaba, las materias primas allí apiladas no estaban completamente estropeadas. Por supuesto, era imposible comerlas.

La fábrica estaba a oscuras y la luz de la luna brillaba a través de las altas ventanas, iluminando un rincón.

Tang Mo intentó abrir la puerta, pero no pudo empujarla. Entonces, sacó una piedra de su bolsillo.

Con las prisas, había escondido su mochila en un coche, sin llevarla consigo. No tenía linterna, pero se acordó de la piedra que había obtenido previamente con el sombrero de Mario, cuya luz, aunque pobre, era suficiente para iluminar uno o dos metros a su alrededor.

Es mejor que nada.

Frotó la piedra tres veces y luego intentó pisarla. Una vez que la golpeó dos veces, aparecieron gradualmente pequeñas líneas de palabras.

【Artículo: Una piedra mágica.】

【Propietario: Tang Mo.】

【Calidad: Ordinaria.】

【Nivel: 1.】

【Ataque: Normal.】

【Función: Aplastar a una persona puede causar un poco de dolor. Puede brillar y quizás tener algunos efectos extraños.】

【Restricciones: Ninguna.】

【Nota: Una piedra también puede tener un sueño: ¡quiero ser una perla de la noche!】

Los ojos de Tang Mo se detuvieron un momento en «algunos efectos extraños». Luego levantó la piedra y comenzó a explorar la fábrica.

En el espacioso y silencioso lugar, sus pasos resonaban entre las paredes. Utilizó la piedra para iluminar su entorno mientras prestaba atención, observando de cerca todos los movimientos a su alrededor. Si llegase a detectar movimiento, sacaría el fósforo gigante para enfrentarse al enemigo.

Parecía estar en la zona de trabajo manual de la planta de procesamiento de alimentos. Tang Mo caminó más de una docena de metros y encontró una fila de largas mesas de acero inoxidable. Sobre estas, habían colocadas desordenadamente algunas cajas de comida empaquetada. La Tierra llevaba en línea dos meses, y la mayor parte de la comida de la fábrica ya había sido saqueada por los jugadores. Solo algunos alimentos que cayeron entre las cajas aún permanecían.

Recogió una pequeña caja de pan y siguió avanzando.

La zona de trabajo formaba parte del edificio de la fábrica y luego estaba la zona de oficinas.

Avanzó con la piedra brillante en la mano y se detuvo en la primera oficina, intentando girar el pomo de la puerta.

La puerta estaba abierta.

Tang Mo retrocedió medio paso, clavando la mirada al frente. Luego estiró una pierna y dio una patada, abriendo la puerta, la cual salió volando sin resistencia alguna.

La habitación estaba en silencio; no había movimientos. Sujetó la piedra y empezó a buscar alrededor. Era una oficina normal que ya había sido saqueada. Se preguntó si los jugadores habían entrado en la fábrica debido a esta instancia real o si había sido antes.

Tang Mo volvió a revisar y no encontró nada especial. Entonces, siguió adelante.

Buscó en tres oficinas y no encontró ninguna anomalía. Acababa de llegar a la más recóndita cuando escuchó débiles sonidos en el interior.

Miró la puerta con los ojos entornados y, no atreviéndose a ser descuidado, sacó su fósforo gigante. Después de escuchar un rato, abrió la puerta con un pie. Al mismo tiempo, su cuerpo se movió hacia un lado, apoyándose en la pared para evitar un ataque repentino.

—Ah… ¿Quién? ¿Quién está ahí?

Tang Mo frunció el ceño ante la voz masculina asustada.

—¿Quién es? ¿Quién es? —continuó la voz—. ¿Es un nuevo jugador? —preguntó de pronto excitada—. ¿Ha venido un nuevo jugador?

Tang Mo pensó por un momento, tras lo que agarró con una mano el fósforo gigante mientras se dirigía a la oficina.

El suelo era un desastre.

Había innumerables bolsas de comida amontonadas en el suelo, y podía ver manchas de sangre oscura. Un joven delgado como un murciélago negro marchito estaba escondido detrás de un escritorio, observando en secreto a Tang Mo. Tenía algunas migas de galleta alrededor de la boca. Los sonidos de antes parecía que era él comiendo.

Tenía unas impactantes heridas negras por todo el cuerpo. Desde los brazos hasta los muslos, la piedra iluminaba agujeros negros que parecían haber sido causados por un objeto afilado.

La piel alrededor de estas heridas ya estaba morada. Solo el mejoramiento físico del jugador impidió que muriera, pero estaba casi paralizado en el suelo. La pierna derecha estaba atrofiada de tantas heridas; parecía que llevaba mucho tiempo sin moverla.

Tang Mo relajó su vigilancia.

—¿Quién eres? —preguntó con frialdad.

El joven lo miró con horror.

—Yo… Me llamo Xing Feng. ¿Eres un jugador nuevo? Llegué hace mucho. Esta es la instancia real del Zapatero de Hierro, ¿verdad? Entré el día 1. ¿Sabes qué fecha es ahora? ¿Cuántos días han pasado? N-No tengas miedo. No quiero hacerte daño. No soy malicioso. No he tenido compañeros nuevos desde hace mucho tiempo.

—¿Nuevo compañero? —preguntó de inmediato a modo de respuesta.

Xing Feng tragó saliva con miedo y asintió con la cabeza.

—Cierto. Antes de ti, tuve otros dos compañeros. Ambos murieron. Fueron asesinados por la gente de allá. El Zapatero de Hierro fue quien me dejó así la pierna, por lo que no puedo moverme para encontrar pistas. Si no hubieras venido, temo que habría muerto.

—¿Quiénes son los de allí? —preguntó Tang Mo.

Xing Feng parecía horrorizado. Todavía no había hablado cuando oyó el sonido de una campana en la oficina. Al mismo tiempo, una luz deslumbrante iluminó la estantería detrás del escritorio de la oficina.

—¿Qué es eso? —preguntó Tang Mo, sorprendido.

El ordenador situado en la mesa del centro de la oficina se había encendido de repente y en la pantalla aparecía una videollamada. Todos los dispositivos de comunicación estaban inutilizados y los recursos energéticos paralizados después de que la Tierra se conectara, ese ordenador no debería poder encenderse.

Xing Feng se arrastró de un lado a otro con miedo, hasta aferrarse a la pared y señalando aterrorizado al ordenador.

—Vamos, ya vienen. La gente de allá, la gente de allá está llamando.

Tang Mo se lamió los labios y pensó un momento antes de dar un paso adelante. Primero miró el cuerpo del ordenador, este no estaba encendido. Solo se había encendido la pantalla y alguien había enviado una invitación de videollamada.

Se quedó con la mirada perdida en la pantalla del ordenador un instante antes de pulsar el botón de aceptar.

Al segundo siguiente, la cara del polizón apareció en la pantalla del ordenador.

—¿Fu Wenduo? —preguntó Tang Mo con sorpresa.

Este también mostró una pizca de sorpresa.

En ese momento, la voz clara y fuerte de un niño se escuchó en la habitación:

¡Ding, dong! Desencadenada la misión secundaria nro. 2: Encontrar el betún del Zapatero de Hierro.

♦ ♦ ♦

La autora tiene algo que decir:

Tang Tang: Lo siento.

Viejo Fu: Lo siento.

Zapatero de Hierro: Ja, ja, ja, ja, ja. ¡Lo siento~!

Tang Tang y Viejo Fu: …

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