La Villana Revierte el Reloj de Arena – Capítulo 62: El futuro distinto al pasado (12)

Traducido por Maru

Editado por Sharon


—Es de verdad… un artículo innovador —fue lo único que pudo decir Mielle.

Para ella, que no conocía los detalles, la conversación de la que hablaban las esposas y Aria sonaba como el lenguaje del otro mundo.

Aun así, tenía una aliada fuerte, Emma, quien ante la señal de su ama, sacó algo que había preparado. Era un artefacto de cristal que a todos les gustaría, independientemente de pertenecer a la aristocracia o la gente común.

Siguiendo las instrucciones de Emma, ​​las doncellas de Mielle se las entregaron a las damas. Esto rompió la atmósfera amistosa de Aria y las esposas, y la iniciativa volvió a Mielle.

—Oh, Dios mío, ¿qué es esto?

Los ojos de las damas estaban muy abiertos en el broche de cristal en forma de rosa. Podían ver de un vistazo que no era algo normal. Además, tenía la forma de una rosa. Sin saber el motivo, preguntaron con atención qué era.

—Oh, no es nada especial sino un pequeño regalo. Debería haberlo dicho eso antes, pero es un poco tarde.

—¿Nos… está dando este broche?

—Puede pensar en ello como una celebración de su visita.

Los obsequios eran demasiado para la ocasión. ¡Cristal! Aunque de tamaño pequeño, su presencia no era rival para ninguna joya. Las esposas miraron a Mielle con caras temblorosas porque sintieron vagamente que no era solo un regalo para celebrar su visita.

Y Aria, leyendo sus rostros, se tragó una carcajada. ¡Qué truco para dar sensación de unidad con un broche! Dado que esto no había sucedido en el pasado, pensó que podría ser su influencia.

Es más, tiene la forma de una rosa. ¿Por qué la dama de la familia del conde ya juega con la forma de una rosa? 

No importa cuánto le prometiera, todavía tenía tres años para casarse con Oscar. Ni siquiera era la dueña de la familia Frederick todavía.

¿De verdad crees que va a funcionar?

Ellas ya habían dicho que no se tomarían de la mano. En lugar de presumir de las conexiones y convertirse en una flor social, dijeron que ayudarían en el negocio de sus maridos. Les era imposible enamorarse de un broche de cristal.

Esta era la mayor jugada de Mielle, y todas parecieron darse cuenta. Una rana en un pozo sería más sabio que esto.

—Gracias por su corazón, pero creo que es demasiado para mí. ¿Cómo me atrevo a entrometerme entre los nobles siendo plebeya? —dijo la mujer de la esquina, dejando el cristal sobre la mesa.

Luego, otra mujer sentada a su lado la imitó.

—Lo siento, pero yo también. Creo que sería un gran insulto para la noble dama Mielle.

Cuando las esposas dejaron los broches uno tras otro, el rostro de Mielle palideció. Algunas mantuvieron en secreto el cristal, pero la mayoría indicó que no podían recibirlo.

Por eso deberías haberlos dejado ir cuando se negaron por primera vez, Mielle.

Demasiado arrepentimiento era feo. Era algo muy divertido. Mielle, que se convertiría en duquesa, ni siquiera tenía el corazón de una mujer plebeya.

Sí, esta puede ser toda la habilidad original de Mielle. Una niña que no puede hacer nada sin los antecedentes de la familia Roscent. Todo lo que pudo hacer fue ponerse una máscara y fingir ser prepotente.

En realidad, a Aria le enfadaba ver que su hermanastra no era más que esto.

¿Qué tan tonta fui en el pasado, para que me hubiera matado una mujer de este calibre? Por supuesto, a partir de ahora, toda la humillación que había sufrido le llegaría a Mielle.

Aria, la ganadora del día, dobló su abanico y se lo entregó a Annie. Una mirada triunfante pareció expresar la alegría que había ganado.

—Mielle, creo que será mejor que termines la reunión ahora. ¿No es de mala educación mantener durante tanto tiempo a esposas que recién están comenzando a intensificar sus negocios?

Como si hubieran esperado las palabras de Aria, las esposas fingieron comprobar la hora por nada pareciendo avergonzadas.

Ya no habría razón para tomar té con ellas, dado que la oferta de liderar y unirse al mismo grupo fueron rechazadas.

—Sería una buena idea.

Tan pronto como llegaron las palabras de Mielle, las esposas se apresuraron a regresar. Como si esperaran que saliera la noticia, comentaron que estaban ocupadas.

Pero Mielle, insultada frente a innumerables mujeres, no las envió con una sonrisa tan brillante como antes. Con una mirada fría en su rostro, agregó un consejo a las esposas que estaban a punto de regresar.

—La reunión terminará hoy. Ha sido divertido. La próxima vez que nos veamos, es posible que no podamos sentarnos cara a cara y hablar. —Era más como una advertencia para los humildes que la despreciaban. Era una amenaza que no dejaría ir.

Mielle les estaba diciendo lo que realmente quería. ¿No era ella la que siempre tenía una sonrisa en su rostro?

Aria no tenía idea de cómo había sido Mielle hasta que la decapitaron porque se había estado escondiendo por completo. Pero ahora ella expresaba su corazón en esta medida.

Tal vez fuera porque, a diferencia del pasado cuando siempre hacía lo que quería hacer, las cosas que no estaban funcionando y su su control explotaba. Quizás no era suficiente para esconder lo podrido de adentro hacia afuera.

Ahora que te has quitado la máscara de santa, le daré la bienvenida.

Ante la advertencia de Mielle, las esposas mostraron signos de inquietud. No sabían que Mielle, quien se rumoreaba que era benevolente, tomaría tal actitud. Era posible que se arrepintieran de tener una mente demasiado abierta, ya que ella los trató con una sonrisa amable.

Aria resolvería las ansiedades de esas esposas. Incluso si estaba ocultando su identidad, eran su gente. Como para robar la expresión suave que faltaba en el rostro de Mielle, Aria se despidió de las damas con una sonrisa tierna y benevolente.

—Entonces, ¿puedo organizar la próxima fiesta del té? No podemos terminar con nuestras preciosas relaciones tan fácilmente —habló con un matiz que contrastaría con las amenazas de su hermana.

En la superficie, no era rival para Mielle en ningún aspecto, pero aún era la hija mayor de la familia del conde, por lo que las esposas parecían bastante aliviadas.

—Bueno… tendré que volver ahora. Gracias por invitarme.

—Espero que el futuro de la señorita Mielle esté lleno de felicidad.

Mielle, que respondió con una sonrisa fría a las esposas que se despedían, fue la primera en desaparecer del jardín. Era una figura de corazón frío y sin remordimientos. Emma, ​​que la siguió, desapareció con una mirada feroz en su rostro, para que Aria no se diera cuenta.

—Entonces, puede ir a casa sana y salva.

Aria se levantó de su asiento, porque había logrado lo que esperaba. Pensó que debería tener cuidado de que ningún aristócrata de alto rango los codiciara.

—¡Señorita Aria! —la llamó la señora Clean antes de que pudiera retirarse. Cuando miró sus ojos, habló con un rostro muy emocionado—. Si está libre, ¿por qué no se une a nuestra próxima reunión? No es exactamente nuestra, es de las personas en quienes el inversor A invirtió, pero… espero que venga y les dé algún consejo.

Al ver a las esposas sentadas a su alrededor asintiendo con la cabeza con rostros brillantes, parecía que habían tomado tal decisión en poco tiempo. Aria le respondió con una sonrisa muy satisfecha.

—Oh, no sé si puedo asistir.

—¿Qué quiere decir? ¡Está más informada que nadie aquí! También tiene el mismo punto de vista que el inversor A, por lo que estoy segura de que todos se beneficiarán de su consejo.

—Así es. El inversor nos dijo que aceptemos una nueva persona en cualquier momento.

¿Qué tan sorprendidas estarían al saber que la inversionista era ella? Con un pensamiento tan divertido, Aria asintió.

De hecho, había querido asistir, pero lo había retrasado porque no creía que fuera el momento de revelar su identidad. No parecía nada malo venir con naturalidad y ver cómo les iba.

—Gracias por sus palabras. Entonces lo haré.

Aria se despidió cortésmente de las esposas que aplaudían ligeramente, encantada con la respuesta positiva, y salió del jardín. El barón Burboom y Andrew, que habían estado luchando por ocultar su identidad, podrían desmayarse por el resultado, pero su boca imaginativa dibujó una buena línea.

♦ ♦ ♦

—Señor Asher, el nuevo grupo de poder del que hablé la última vez, está centrado en el barón Burboom.

Asher, con un rostro de aspecto muy cansado, asintió y dejó el documento. Ahora estaba en un pequeño pueblo lejos de la capital. Esto se debía al ascenso al poder del Partido Aristocrático. Cuando obtuvo el permiso de Asher, Lane se apresuró.

—De hecho, uno de mis familiares recibió la oferta —dijo con expresión avergonzada, rascándose la mejilla.

—¿Tu pariente? —se atrevió a preguntar Asher.

—Sí, ha estado atrapado en una habitación todo el tiempo, y ha estado teniendo una extraña ilusión… No sé cómo recibió la oferta.

—No creo que el inversor A vaya a dejar entrar a cualquiera, así que estoy seguro de que hay algo muy capaz en tu pariente.

Todavía era una fuerza pequeña en comparación con el Partido Aristocrático, pero ahora era demasiado grande para ignorarlo.

—Bueno, solo espero que no regrese con lágrimas.

Lane, avergonzado por los elogios de Asher, respondió aclarándose la garganta. Los ojos de Asher estaban feroces por la charla ociosa excepto por el tema principal.

—Entonces, ese no es el punto, ¿verdad?

—Ah, sí. Se le ha pedido que se una a la reunión una vez para ver qué está pasando. Así que pensé que podría participar en su lugar.

—Oh, eso es lo que estás diciendo.

Era una fuerza a la que había estado prestando atención. Era una escala bastante grande para un barón. La cantidad era demasiado grande para apoyar el negocio de innumerables jóvenes empresarios. Estaba seguro de que debía haber un número considerable de personas poderosas detrás de la fuerza, y había estado fisgoneando todo el tiempo. Si podía participar en la fiesta, podría ponerlos de su lado.

De todos modos, el trabajo estaba casi terminado. No tenía mucho tiempo antes de que tuviera que regresar a la capital, por lo que era una gran oportunidad para acercarse.

—Está bien, lo haré.

—Oh, y creo que el duque nos ha presionado demasiado y tenemos que liberar los artículos de lujo. Se dice que su majestad no pudo soportarlo más, y estaba en un ataque de rabia. Ordenó traer al señor Asher.

La reacción fue más rápida de lo que pensaba. Podría deberse al rápido aumento del precio en el mercado. No calculó que el mercado iba a saltar tan lejos, pero asumió que probablemente se debía porque alguien había estado jugando con el azúcar al principio.

—¿Cuántos de ellos están en quiebra? ¿Quién se ha ido de la capital?

—Cerca de trece están en quiebra. Cinco salieron de la ciudad. La ruta comercial está cortada de todos modos, y los otros ocho no podrán revivir, por lo que pronto tendrán que salir.

—Todo bien. Entonces intenta liberarlo. De todos modos, todavía queda un pez grande, así que está bien soltar las cosas sin importancia.

—Ya veo. El vizconde Vigue no está en su sano juicio. Corre como un idiota, incluso con la princesa detrás de él. Creo que podemos exprimirlos en una fila y deshacernos de al menos diez más.

—Puede que la princesa no lo sepa. Si lo hubiera sabido, no lo habría dejado ir.

Fue por sugerencia de Aria. Nunca había pensado en eso antes de que ella le dijera que vendiera el casino. Por supuesto, había sido objeto de todo tipo de insultos por ser incompetente, pero como resultado, había podido pescar un pez gordo.

El vizconde Vigue parecía haber intentado aprovechar la crisis que atravesaba el Partido Aristocrático, pero también estaba indignado sin saber que la persona que le había presentado al casino era el enemigo. Fue la mejor elección para dispersar su poder en un movimiento.

—Entonces creo que la señorita Aria realmente tuvo una gran visión. Soportó un breve insulto y pescó un pez gordo.

Lane también comenzó a elogiar a Aria diciendo su nombre como si se sintiera comprensivo, y Asher asintió con la cabeza e incluyó los documentos restantes en sus ojos. Su boca estaba ligeramente levantada porque se mencionó a Aria, y se acordó de su cara.

Al ver a Asher, que parecía estar de buen humor por primera vez en mucho tiempo, Lane se fue por la borda y dijo tonterías. No sabía por qué, pero siempre expresaba su alegría cuando se trataba de Aria.

—Entonces, ¿por qué no va a ver a Aria, para despejarse un rato?

—¿Qué?

—Gracias a la señorita Aria, las cosas han salido bien y solo queda el toque final. Creo que está bien si va a verla un rato de todos modos. No tomará mucho tiempo.

Por lo general, era un largo camino hasta la capital, que tomaba más de diez días en carruaje, pero era solo para la gente común. Asher, que puso los ojos en blanco, pareció pensar por un momento y pronto negó con la cabeza.

—No, a pesar de que el viaje de ida y vuelta es un instante, no puedo soportar las consecuencias porque es un largo camino por recorrer.

Lane recordó que Asher sufría de ciertas incomodidades después de usar su poder, por lo que rápidamente se inclinó y se disculpó.

—No quería hablar de eso —dijo. Asher no había viajado largas distancias últimamente, así que Lane se olvidó porque no lo había visto sufrir.

—No pasará mucho tiempo antes de que regrese, así que puedo ir a verla.

Al final, concluyó que iría a visitarla, aunque sería un poco tarde. Lane sonrió con amargura. Asher había sido educado como el príncipe heredero desde que era muy pequeño, y nunca se había comportado como su edad lo indicaba, pero ahora, gracias a Aria, podía ver esa faceta.

—Entonces haré todo lo posible para terminar el trabajo rápidamente. No sé si debería quedarme despierto toda la noche.

—No me digas que has dormido bien hasta ahora.

—¡Nunca, nunca! ¡Me ha costado mucho vivir una vida incómoda!

Lane apenas logró soportar la adición de que la fatiga había destruido su hermoso rostro. Si decía otra palabra aquí, podría tener que ocuparse de los asuntos de otras personas. No podía derribar la torre construida con la historia de Aria.

—Me ocuparé de ello tan pronto como pueda.

Más tarde, Lane lanzó rápidamente los artículos de lujo al mercado, como le informó a Asher. Por supuesto, el hombre que había estado suministrando artículos tuvo que dar un paso atrás con cuidado para no revelar su identidad, y lo envió a pasar sus vacaciones en el extranjero para descansar por el momento.

Cuando los nuevos lujos fueron finalmente aprobados por la oficina de aduanas, hubo una burla generalizada de que el príncipe heredero cedió ante el Partido Aristocrático. Ellos lo insultaron con entusiasmo, y los moderados y algunos nobles del Partido del Príncipe Heredero comenzaron a agonizar, pensando si la cuesta en verdad iba cuesta abajo. Pero esto era inevitable. Esto se debió a que no pudieron seguir el ritmo de la caída de los precios de los artículos de lujo debido a la compra excesiva.

Además, ya no era un monopolio porque se lanzaron muchos. El Partido Aristocrático ya no tenía los medios para controlar el mercado como en el pasado. Asher entregó la ruta comercial que había tomado del Partido Aristocrático al marqués Vincent, quien había estado protegiendo al Partido Moderado durante generaciones.

Cuando se le pidió al marqués que se ocupara de los artículos de lujo, al principio se negó con frialdad diciendo:

—No dejaré que esta situación me moleste, porque todavía tengo otros ingresos.

No obstante, pronto tuvo que aceptar, aunque no pudo evitar quejarse, diciendo que el Partido Aristocrático terminaría disgustado.

—Marqués, el señor Pinonua le envió una carta.

El marqués Vincent miró por un momento a su mayordomo, que había traído la carta, y suspiró. Aunque no le gustaba el dominio del Partido Aristocrático, pensó que no tenía ninguna razón para tomar la ruta comercial a pesar de que todavía estaba ocupado. Y la interferencia… era intensa.

—Dámelo.

La carta que recibió fue bastante concisa.

«Vende artículos de lujo a menos de la mitad del precio original».

Y era arrogante. Aguantó el tono de la carta, murmurando que no se trataba de Pinonua sino del príncipe heredero.

Podía ver sus intenciones. Incluso si los vendiera a menos de la mitad del precio, el número de compradores que no fueran aristócratas no aumentaría porque el precio original era alto. El precio de los artículos de lujo, por bajo que fuera, era extremadamente alto para la gente común. Entonces, no importaba cuán juguetón fuera en ese momento, no habría ningún daño a su paz.

—El príncipe heredero no va a dejar al Partido Aristocrático moverse a sus anchas.

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