No confío en mi hermana gemela – Capítulo 7

Traducido por Maru

Editado por Sharon


Agarrando cada documento uno por uno con el ceño fruncido, los examiné antes de arrojarlos para que se dispersaran por el suelo. Miré inmóvil el paquete de documentos que cayó con un ruido sordo y me volví hacia Ian con una expresión desconcertada.

—Todos esos documentos están relacionados con su deuda, ¿correcto? Necesitan su firma, ¿verdad?

Me encontré cara a cara con él mientras sacaba una hoja de papel de mi persona. No había nada escrito en el papel rectangular blanco que no fuera grande. Sin embargo, el punto clave era la marca laminada con material especial en la parte posterior.

—Este es un cheque en blanco que la familia Aztane emplea para uso comercial. El límite es de aproximadamente cien mil de oro. Solo tiene que escribir la cantidad numérica de oro en este lado y pasarla a cualquier negocio de la familia Aztane. Simple, ¿verdad?

Ian probablemente escuchó sobre eso. Se sabía que el banco Aztane solo emitía tres de estos cheques por año, y el plazo para el cheque en blanco se limitaba a un año.

Uno de ellos estaba en mi poder, mientras que los dos restantes los llevaba el abuelo. Esto se hacía para asegurar rápidamente cualquier negocio que pudiéramos encontrar por casualidad.

Aunque existía la preocupación de que fuera robado o perdido, la transacción no podía ocurrir a menos que yo estuviera presente o haya una prueba de mi aprobación.

—Entonces voy a escribir aquí mismo la deuda e intereses acumulados del presupuesto y el aumento de presupuesto de fin de año.

Escribí suavemente los números con el bolígrafo con el que estaba jugando anteriormente y se lo mostré a Ian.

100.000 de oro

—Simple, ¿verdad? Si acepta mis condiciones, esto es todo suyo. —Se extendió un largo silencio en la sala. —Entonces, ¿cómo procederá?

Sus ojos miraban inmóviles el papel que agitaba el viento. No sabía lo que estaba pensando cuando levantó la vista del cheque. Sentí un escalofrío en mi cuerpo mientras lo miraba a los ojos rojos.

Las personas que no pudieron evitar felicitar sus hermosos ojos rubí probablemente sentirían miedo al verlo ahora.

—Tengo algunas preguntas.

—Pregunta tanto como quiera.

—La primera pregunta, ¿cuál es su razón para darme esta cantidad de dinero?

—Se puede ver como una inversión.

—¿Qué tipo de inversión?

—Si acepta mi trato, entonces lo diré. Originalmente, no es común compartir inversiones con quienes no son socios comerciales.

Su rostro se convirtió en un ceño fruncido mientras yo reía alegremente.

—Entonces, la segundo, ¿la vizcondesa de Aztane puede operar personalmente esa cantidad de oro? Cien mil piezas de oro superan el presupuesto anual del reino. ¿Se le permite a la dama usar esa cantidad como desee?

—¿Tiene sospechas?

—¿Cuál sería el estado de mi mente si no tuviera mis sospechas?

De hecho, sería sospechoso si no fuera el vizconde de Aztane, sino su nieta quien blandiera una gran suma de dinero. Es un pensamiento válido. Todavía soy bastante joven, ya que aún faltan unos meses hasta la ceremonia de mi mayoría de edad.

—Si respondiera, ¿confiaría en mí?

—Por supuesto.

—Entonces te daré la respuesta. Sí es posible. Eso es suficiente, ¿verdad?

—¿Qué? ¿Qué tipo de respuesta fue esa…?

—Dijo que confiaría en mí si respondía. Entonces confíe en mí. Estoy diciendo que soy capaz de administrar cien mil de oro.

 —Mira, señorita La…

—Por favor, llámeme Laurentia. Hablamos de esto ayer..

—Laurentia, no estoy bromeando en este momento. Honestamente, hablas palabras dulces. Si tuviera tanto oro podría resolver mi deuda y manejar todas las cosas que pospuse. Sin embargo, recibir tal regalo sería imprudente. Por lo tanto, sería mejor que respondieras sinceramente.

¡Dios mío, tiene muchas sospechas! Bueno, la mejor manera de tener éxito es moverse sospechando de todo. Solo confía en las personas que están a su lado. 

El abuelo también aconsejó esto. Solía decir que debía tener piel y huesos gruesos, pero que confiar en alguien que no confía en nadie es un gran error.

—¿Qué es lo que quieres de mí?

Finalmente, las palabras que hablaban sobre el punto principal hicieron brillar mis ojos.

—Me gustaría hacer un contrato con usted.

—¿Un contrato?

—Sí. Un contrato. Un contrato poderoso en el que puedo confiar que está sujeto al dinero. Si acepta el contrato y cumple sus términos, todo el dinero es suyo.

Levanté la mano y dibujé una línea con el dedo.

—Pago único.

—…Bueno. Muy bien, escucharé los términos.

—¿Está aceptando mi trato?

—¿No debería mirar primero el contrato y pensar las condiciones antes de llegar a un acuerdo?

—Una respuesta razonable.

Saqué otro documento que documentaba el contrato de mi persona. Lo había preparado sabiendo que él estaría de acuerdo con mis términos.

—¿Esto es?

—Este es el contrato. Verifique el contenido antes de firmar allí. Luego, coloque su sello y firme con sus propias manos. Con esto, el contrato se oficializará.

—… Todavía no he comenzado a leerlo.

—Por favor, saboree lentamente el contenido.

Disfruté esas palabras.

Un contrato era como una comida deliciosa. Con el primer plato te enamorarías, con el segundo caerías bajo un hechizo del que no podrías separarte. Grandes emociones recorrerían mi cuerpo si todo iba según lo había imaginado y planeado.

Cada vez que le daba un contrato a una persona me preocupaba. Si les gustaba o no, no sabía cuál sería la conclusión. Nadie sabía si el contrato haría bien o mal.

—Tengo una pregunta.

—Pregunta por adelantado.

Con una expresión amarga, levantó la cabeza.

 —… ¿Por qué necesitamos casarnos?

—La razón está escrita allí.

—Entonces, para proteger las posesiones de la familia Aztane de las personas que las buscan… es lo que está escrito. En detalle, ¿de qué tipo de personas estás hablando?

—Lo explicaré una vez que firme el contrato.

La forma de hacer un trato exitoso era mostrar una parte a la vez para despertar la curiosidad de los demás. Ian se había enamorado del contrato que había escrito y continuó haciéndome preguntas, mientras respondía con calma.

E Ian tenía su última pregunta en la punta de la lengua.

—Hacia el final…

—Por favor pregunte cómodamente.

—Gracias por eso. Entonces preguntaré lo que quiera. ¿Cuál es el último artículo de tu contrato?

—Ah, ¿eso?

La última de las treinta y dos condiciones del contrato.

La cercanía estaba prohibida.

¿Qué? ¿Es esto realmente tan impactante?

—No es como si fuera un matrimonio porque “Amo a Ian hasta la muerte” y que “No puedo vivir sin él”, ni quiero envejezcamos juntos con un niño. Es un matrimonio obligado por contrato, por lo que no hay necesidad de tener un hijo, ni actuar por amor.

Además estaba harta de los hombres. El hombre en el que había confiado me había apuñalado por la espalda, por eso no pensaba estar con uno.

—A menos que sea para ocasiones oficiales en las que necesitemos actuar como pareja, respetaremos la privacidad del otro. Ah, como Ian necesitará un heredero, estaré bien con que tengas una segunda esposa.

—¿H-Heredero?

—De hecho… ¿sería eso imposible?

¿Aunque él es claramente gay, un heredero arreglaría algo? Sería más rápido adoptar un niño que se parezca a Ian y decir “este es nuestro hijo”.

—De todos modos, ese es el contexto del contrato. ¿Qué tal, cuáles son tus impresiones después de leerlo?

—… A pesar de que trata muchos temas, es fácil de entender.

—Lo primero que enseña la familia Aztane es la forma de escribir contratos.

Sonriendo, saqué otro contrato de mi persona. Al final había colocado el sello familiar y firmado antes de entregárselo a Ian.

—Esta es una segunda copia.

Le di el contrato para firmar y recibí otra copia de seguridad para guardar. El contrato se firmó en un abrir y cerrar de ojos.

Hacer que firmen sin que tengan tiempo para pensar. Esa es mi especialidad.

—¿Huh?

Después de enderezar sus pensamientos, inclinó la cabeza. Había metido el contrato firmado en mi persona, coloqué el otro contrato firmado y firmé en la mano de Ian.

Los ojos de Ian se agrandaron mientras miraba el hermoso cheque en su mano.

—¡Espera! ¿Justo ahora algo vino y se fue?

—Gracias por firmar.

—Espera. Todavía tengo muchas cosas que preguntarte.

—Por favor, pregúntales lentamente en otro momento, y no hay necesidad de tener una ceremonia de matrimonio ahora. Solo necesitamos anunciar nuestro compromiso y celebrar la ceremonia más adelante. Así que no hay necesidad de que vivamos juntos en este momento. —La habitación volvió a quedar en silencio. —De todos modos, gracias por firmar. Invíteme a la fiesta que anunciará nuestro compromiso una vez que decida la fecha. Por favor, infórmeme antes de decidir. Entonces, adiós.

Tenía que irme rápidamente después de terminar el trato. De lo contrario, me atraparía.

—¡Espera!

Ian se recuperó más rápido de lo que pensaba y me detuvo. Giré mi cabeza para mirarlo, pensando que esto era problemático.

—¿Hay algún problema?

—… Déjame preguntarte una cosa más.

No sé si tenía muchas sospechas o preguntas. Me di la vuelta y junté mis manos, sonriéndole.

—Por favor dígame.

—… Aunque recibiré este dinero, Laurentia, ¿no habrá problemas para ti? Es una asombroso cantidad.

—¡Oh, cielos!

Jadeé sorprendida, apareciendo por un segundo una expresión de sorpresa. Elegantemente cubriendo mi boca con mi mano, me reí.

—¿De qué estás hablando? No te preocupes por eso, Ian.

Me miró con aprensión en sus ojos cuando las comisura de sus labios se elevó en una sonrisa. Esta sonrisa no era una real, sino simplemente una de negocios.

—Esa cantidad es equivalente a polvo para la familia Aztane.

Aunque era un montón de polvo bastante caro.

Maru
Y así te haces con un husbando. Bien jugado, Laurentia, bien jugado.

Sharon
Primer paso, elegir el marido. Segundo, atraparlo con un contrato y una deuda de miles de monedas de oro. Tercero, enamorarlo. Como dice mi profesora de matemáticas, el orden de los factores no altera el producto.

5 respuestas a “No confío en mi hermana gemela – Capítulo 7”

  1. Match! Gracias por el capítulo. Es una muy buena historia, auqnue me temía que sería como otro par que he leído, pero resulta tener un twist super interesante. Ahora, sigo con la lectura.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido