No quiero ser amada – Capítulo 71: Belleza tortuosa

Traducido por Maru

Editado por Sharon

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—Su Majestad, pronto llegaremos a la finca de la condesa.

Una voz entró en el oído de Igor. Levantó la cabeza y miró hacia adelante. El viaje de Crichton a Arundell fue sencillo. Dos horas después de haberse bajado del puerto, entrar en el carruaje y comenzar su viaje, finalmente habían llegado a la finca de Rihannan Alessin.

El plan original era viajar directamente a Edirne, la capital del reino, pero Igor se desvió ligeramente del horario planificado y se detuvo en la mansión. Pensó que le costaría mucho volver a visitar a sus sirvientes.

—Detente.

El carruaje real se detuvo a las instrucciones del rey. Cuando Igor se bajó del caballo y se acercó al carruaje en el que estaba Rihannan. Por el bien de la formalidad, llamó a la puerta antes de entrar.

—Disculpe.

Al abrir la puerta, la vio apoyada contra la ventana. Estaba cansada y no había descansado nada desde el puerto hasta aquí. Después de ordenarle a su gente que permaneciera en silencio, Igor saltó dentro del carruaje y se sentó frente a ella mientras cerraba la puerta con cuidado. En lugar de despertarla, tenía la intención de esperar.

Estaba un poco oscuro dentro del carruaje y con el silencio a su alrededor. Había un sonido ocasional de su suave aliento que él podía escuchar. Era la primera vez que le miraba bien la cara. En su vida pasada, aunque casado, nunca había tenido la oportunidad de mirarla realmente de esta manera. Incluso en sus actos más íntimos, todo lo que vio fue su piel blanca.

El sol brillaba a través de la grieta de las cortinas en la pequeña ventana. Sus pestañas plateadas, que se estiraban hacia abajo, brillaban suavemente bajo la luz. Sus labios se separaron ligeramente y salió un aliento débil. Igor sonrió inconscientemente. Parecía completamente indefensa.

Cuando la miró de nuevo, vio que tenía problemas para dormir. Había un ligero pliegue entre sus cejas y una inquietud que parecía incómoda.

Lamento que estés así.

Frunció el ceño ante la idea de que ella bebiera la medicina que él pensaba que era veneno… aunque ahora que lo pensaba, sus acciones fueron vergonzosas. Ella debió haber pensado que estaba lidiando con un lunático repentinamente lanzándola de la nada.

Él también se habría sorprendido.

Lo que era peor… fue su conversación de después. Sus palabras solo la enfadaron aún más y ella no salió de su habitación durante todo el viaje.

Igor miró su rostro dormido, preguntándose cómo debería resolver su malentendido. Basil le aconsejó que debería ser sincero con lo que había hecho, pero…

Luego su cabeza cayó de la ventana y gradualmente se inclinó hacia el otro lado. Observándola con una mirada temblorosa, Igor se adelantó y se sentó a su lado mientras su cuerpo se inclinaba pesadamente hacia un lado. Tenía la intención de colocar su cabeza sobre su hombro, pero se deslizó hacia abajo.

No podía respirar bien mientras ella se recostaba sobre sus muslos.

Igor apretó los dientes y gimió suavemente.

Esto es tortura…

Apartó la vista con la mano alrededor de su rostro. Sintió que le hervía la sangre. No era un adolescente, pero no podía creer que reaccionaría así. Después de respirar hondo, logró recuperar la compostura y miró su pequeño cuerpo que descansaba sobre sus muslos.