No quiero ser amada – Capítulo 92: Dimi por encima de ti

Traducido por Maru

Editado por Sharon

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—¿Recuerdas cuando dije que te protegería? ¿No crees en esas palabras?

Rihannan… siempre estaré aquí para ti. Nunca dejarás mi mente, siempre estarás allí; mental o físicamente. Di por sentado… No lo sabía entonces, pero tú eres el cielo y las nubes, el río apacible y los pájaros que cantan… No necesito tu amor. No es algo que merezco. No necesito que me ames. Solo… déjame protegerte, déjame darte todo de mí…

Igor la miró. Esa mirada suya, le había robado el corazón. Su corazón latía fuerte y lento y las palabras que quería decir permanecieron alojadas en su garganta, bloqueando las palabras que deseaban escapar.

Rihannan sacudió la cabeza.

—No. Creo que tus palabras fueron sinceras.

Dijo esas palabras frente a la tumba de su madre y ella le creyó. Igor era muchas cosas, pero no era tan cobarde como para decir mentiras.

—¿Crees que es posible proteger a alguien o algo que no has conocido por mucho tiempo? —preguntó ella.

El deseo de proteger solo desaparecería si esa confianza se desvanecía.

—He decidido confiar en ti. La siguiente opción depende de ti… —Cerró la boca y no dijo más.

Rihannan miró la mano que descansaba sobre la de ella. Le dio su promesa unilateral de protegerla. ¿Estaba dispuesta a hacer lo mismo? En el momento en que correspondiera, gran parte del futuro cambiaría.

Después de un momento de vacilación, ella colocó su mano sobre la de él y le dio un ligero apretón.

Las mejillas de Igor se sonrojaron de rojo rojizo, inclinando torpemente la cabeza y besando el dorso de su mano.

Un extraño sentimiento la atravesó y sintió una sensación de hormigueo donde sus labios se tocaron. Se las arregló para mantener una calma tranquila.

—De ahora en adelante, solo nos diremos la verdad. No te ocultaré nada. Si hay cosas que terminas aprendiendo, preguntas de las que exiges respuestas, no dudaré en dártelas.

Ella asintió rápidamente ante sus palabras y esperó a que él soltara su mano. Pero no lo hizo.

—Igor.

—¿Está bien si te hago una pregunta? —preguntó con una sonrisa suave.

—Pregunta —dijo con cautela, algo ansiosa.

—¿Hay otros hombres en Crichton mejores que yo?

Rihannan se quedó sin palabras y lo miró a la cara sin expresión.

—¿Q-Qué…?

—¿Hay?

Estaba avergonzada, las mejillas rojas como la remolacha. Trató de alejar su mano de su agarre, pero él no la soltó. Se dio cuenta de que solo la soltaría cuando respondiera.

Rihannan se mordió los labios.

—No. No hay ninguno.

La dejó ir de inmediato. La expresión de satisfacción escrita en su rostro la asqueó un poco. Quería decir que había mejores hombres que él, pero no podía. Porque no había ninguno. Los hombres de Crichton la decepcionaron.

Los rumores sobre el apuesto y soltero rey de Arundell eran tan conocidos que fluían en todas las calles y esquinas de Crichton. Dado el estado de Igor y su apariencia superior, solo unos pocos podían compararse con él. El príncipe heredero era uno. Pero era un bribón lujurioso. Otros nobles también la decepcionaron.

Excepto por una persona.

—A excepción de mi primo Dimitri, por supuesto.

La sonrisa de victoria pintada en sus labios desapareció rápidamente. La miró con los ojos entrecerrados.

—Escuché ese nombre desde que éramos niños. También hablaste de él admirablemente. Parece que sigue siendo el mismo incluso ahora.

Los ojos de Rihannan se abrieron ante sus palabras.

—¿Dije eso entonces?

—Hablaste muy bien de él cuando nos conocimos y en muchas ocasiones después.

Rihannan estaba asombrada de que Igor recordara algo del pasado con tanta precisión. Incluso ella no recordaba mencionar el nombre de Dimitri durante su primer encuentro. Quizás salió de forma natural. Tenía frecuentes intercambios y reuniones con Dimitri cuando su madre estaba viva.

—No sabía que hablaba de mi primo con tanta frecuencia.

—Incluso llamaste su nombre mientras dormías.

—¿Qué?

Rihannan se perdió en la confusión.

—Cuando te quedaste dormida en el carruaje con la cabeza apoyada en mis piernas, dijiste su nombre.

—Bueno, si lo hice… es porque él está cerca de mí y lo trato con cariño.

—¿Los primos se prestan las piernas en Crichton? ¿Qué tan profunda es su relación?

Rihannan estaba desconcertada.

—No sé qué está pasando con tu cabeza, pero el matrimonio entre primos en Crichton está prohibido.

—Pero no en Arundell. Es posible aquí. Ha pasado mucho tiempo desde que dejaste Arundell, así que tal vez te hayas olvidado.

—¿Qué…?

Rihannan, realmente sin palabras, de repente sintió un aire de celos.

¿Qué? ¿Está celoso? ¿Este chico?

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