¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 108: El apego persistente de un amigo de la infancia

Traducido por Lucy

Editado por Ayanami


Nota del autor: Este capítulo transcurre entre bastidores de la historia principal, así que no hay problema si no lo lees. Sin embargo, aunque no te sirva el punto de vista de Will, me encantaría que lo leyeras.

♦ ♦ ♦

—Parece que le ha pasado algo a Lidi. Ven a la oficina de inmediato.

—¿Qué? ¡¿Está a salvo?! También iré a buscarla…

—Freed salió, así que no debería haber ningún problema. Quiero que te quedes aquí por si acaso. Ya le he dado instrucciones a Glenn para que dirija la búsqueda.

—Ah… Sí, lo tengo.

Esa fue la comunicación de emergencia de Alex. Desconfié del contacto, ya que la comunicación telepática no se usa mucho, aun así conecté la línea solo para escuchar una historia increíble.

♦ ♦ ♦

Su Alteza la llamó de repente y desapareció…

Al ver el aspecto nervioso de Su Alteza, Alex pareció haber juzgado que se trataba de un estado de emergencia. Creo que estaba en lo cierto y que era apropiado instruir a Glenn para llevar a cabo una búsqueda. Pero, la incómoda sensación de estar a oscuras sobre lo que estaba sucediendo era insoportable.

—Will, está bien relajarse un poco.

Mientras me paseaba por el despacho, dirigí una cara de asombro a Alex. Cuando llegué a esta sala, su rostro tenía un aspecto mucho peor que el mío, pero ahora parecía haber recuperado la calma por completo.

—¿No estás preocupado?

—Por supuesto que lo estoy. Pero mira, Freed se ha llenado de ira al irse. Desde que fue, es imposible que le pase algo a Lidi.

—Eso es… correcto.

Puedo usar muchos tipos de artes mágicas, pero cuando se trata de la cantidad absoluta de poder mágico la de Su Alteza es abrumadora. Además, Su Alteza es un maestro de la espada. Pensando en ello con calma, es absurdo preocuparse. Lo comprendo, pero no puedo quedarme tranquilo pensando que le puede haber pasado algo.

—Después de todo también iré a buscar…

—Deja eso. Será ineficiente. Tarde o temprano Glenn se pondrá en contacto conmigo… Ah, llegó.

Habiendo interrumpido mis palabras, Alex recibió el informe telepático de Glenn. Después de un momento, la comunicación telepática terminó y, mostrando una cara de alivio, Alex me habló.

—Lidi está a salvo. Los detalles aún no están claros, pero parece que Freed llegó a tiempo. Le dije que los trajera aquí, creo que vendrán pronto.

—Ya veo… me alegro.

Al escuchar que estaba a salvo respiré aliviado. Después de un largo suspiro, la expresión de Alex también se aflojó y asintió.

—De verdad, estamos salvados de que Freed se haya dado cuenta…

—¿Cómo se ha dado cuenta Su Alteza?

Golpeado por una repentina duda pregunté, pero Alex ladeó la cabeza sin darse cuenta.

—Se levantó de repente y dio un salto. ¿Puso algún tipo de arte mágico de rastreo en Lidi de antemano? Bueno, para mí es un alivio de esta manera.

—Así es…

Por desgracia, no podía negarlo. Era común que tan pronto como uno ponía los ojos de ella, ella se escapaba de alguna manera. No quiero decir que necesitara un cascabel en el cuello como un gato, pero me aliviaba el hecho de que se la podía ayudar en cuanto pasara algo. Después de hablar un rato, la puerta se abrió. Lidi, que apareció de repente tenía su expresión habitual, me alivió desde el fondo de mi corazón verla así.

—¡Lidi!

A pesar de no parecer preocupado hace un rato, en cuanto vio la cara de su hermanita, Alex corrió hacia ella lleno de ansiedad. A pesar de que su actitud no lo demostraba, debía estar muy preocupado. Ese chico la quiere mucho, ya que es su hermana pequeña. A este tipo de Alex respondió que estaba bien con una cara de disculpa. Pero, de detrás de ella un brazo la alcanzó, y tirando de ella, la abrazó. Su Alteza, que entró con ella, la abrazó con fuerza. Al ser abrazada tan fuerte por Su Alteza, parecía avergonzada, pero se acurrucó dentro de los brazos de él, pareciendo un poco feliz. Al verlos, Alex trató de arrancarla mientras Su Alteza no cedía. Decidí dejar en paz a ambos que empezaron a discutir y me acerqué a ella. Para ser honesto, no quería verla tan feliz al ser abrazada por Su Alteza, pero, después de todo, había estado preocupado por ella. Sentí un fuerte deseo de querer confirmar su seguridad de cerca.

—Lidi.

—Will.

Ella giró su cara hacia mí y se disculpó por causar problemas. Mientras negaba con la cabeza y hablaba en un murmullo, Su Alteza nos indicó que tomáramos asiento un momento. Todos siguieron obedientemente sus razonables indicaciones. Entonces, empezamos a escuchar su historia, pero la mención de la “botella de reducción mágica” despertó mi interés.

“Botella de reducción mágica”

Es una de las herramientas mágicas más famosas entre los magos. Es una rara herramienta mágica de Sahaja con un alto valor. El efecto cuando se usa es confinar cualquier cosa que la toque, es muy útil y alcanza altos precios en las subastas clandestinas. Al escuchar que dicha herramienta mágica estaba defectuosa, me puse a reflexionar. Que una herramienta mágica, con un efecto mágico así, sería impensable. Pero era un hecho que Lidi estaba a salvo. Según su relato, no parecía que la botella se rompiera al contacto. El insólito caso despertó mi interés. De manera inconsciente, me sumergí en mis pensamientos. Mientras me perdía en mi propio mundo, escuché la charla. Durante la misma, surgió el tema de que ella viviría en la habitación de Su Alteza, sentí un ligero dolor en el pecho, pero si era por su seguridad podía ignorarlo. Una barrera poderosa como la de Su Alteza era difícil de hacer incluso para mí. No había nada que discutir sobre las palabras de Alex, de que estar a su lado garantizará su seguridad. Cuando la charla terminó, Glenn se levantó. Yo también le seguí. 

Quería intentar investigar un poco más la herramienta mágica. Tenía viejos libros de arte mágico en mi habitación. Si los revisaba una vez más, quizás encuentre algo parecido a una pista. Eso pensé cuando, de repente, me interesé por lo que haría a continuación. Su Alteza y Alex tienen trabajo. Pensé que sería lamentable que volviera sola a la habitación de Su Alteza en los aposentos reales. Además, quiero hablar con ella un poco más. Con esos sentimientos, sugerí que la acompañaría a su habitación. Podía estar en los aposentos reales sin problema, debería ser mucho más tranquilizador que confiarla a los guardias.

Eso pensé, pero la sugerencia fue rechazada por ella misma. Me dijo que ella quería quedarse un poco más con Su Alteza. No, ella no dijo esto con claridad. Pero, sólo pude oírlo así. Tal vez todos, excepto ella, se dieron cuenta. En respuesta a sus palabras, Su Alteza mostró una sonrisa feliz, a pesar de estar medio sorprendido, Alex también dio su permiso. Era verdad que hoy se sentía asustada. Así que las palabras de Alex de que, de verdad no le importaba, debían ser sus verdaderos sentimientos, pero era obvio, para todos, que ella sacó el tema queriendo estar al lado de Su Alteza.

Me duele… Mi pecho se apretó. Sentí que mis ojos se calentaron de repente.

Una vez obtenido el permiso, ella sonrió con alegría. Se disculpó conmigo, y aunque le dije que era yo a quien le faltaba consideración, incapaz de soportar más, bajé los ojos. Pero lo que alcancé a ver entonces…

Ella y Su Alteza estaban sentados en el sofá, uno al lado del otro. Estaban tan cerca que parecía que estaban acurrucados. Podía ver la mano derecha de Su Alteza agarrando con fuerza la mano izquierda de ella en el sofá, un lugar que no podía ver mientras estaba sentado. Con una sacudida, ella tembló. Al verla reaccionar así, los ojos de Su Alteza se relajaron, y entrelazó sus dedos con los de ella, sin soltar su fuerte agarre. Aunque ella se sonrojó hasta las orejas, ante la repentina acción de Su Alteza, también entrelazó sus dedos en respuesta. No puedo quedarme tranquilo si me muestras semejante exhibición.

—Entonces, me excusare…

Era demasiado para mí, así que me fui del lugar. A pesar de que lo sabía… Cuando salí de la oficina, cerré los ojos con fuerza y me apreté el pecho. La voz de mi hermano menor me siguió.

—¡Hermano mayor!

Sin querer nada parecido a la simpatía, ignoré las voces y comencé a caminar. Fui yo quien eligió seguir sintiendo algo por ella. Qué iba a hacer si no podía soportar tanto. Hace tiempo que comprendí que ella ama a Su Alteza.

Ella eligió a Su Alteza… no a mí. 

—¡Hermano mayor!

—Cállate. No me sigas. Vuelve a tu puesto.

—¡Pero!

Con brusquedad, alejé a mi hermano que venía persiguiéndome. Por favor, quiero que me dejen en paz. No quiero compasión ni consuelo. No deseo eso. Lo que quiero, lo que quiero es…

—Hermano mayor…

—Qué sabes tú. Cambiando de mujer todas las noches, no toques mis heridas a tu antojo.

—Me disculpo…

Me pregunto si he dado en el clavo, miré hacia atrás a Glenn que se detuvo, y comencé a caminar de nuevo. Glenn no me persiguió. Está bien, aunque pensaba eso, no podía quitarme el arrepentimiento de encima. No era mi intención decir eso… Él tiene sus propios pensamientos. Lo sabía y, sin embargo, arremetí contra él.

—Soy de lo peor…

Dejé escapar un gran suspiro y presioné mi frente. No podía decirle nada a mi amada, así que arremetí contra mi hermano menor… Ni siquiera puedo bendecir con honestidad a Su Alteza y a ella que se aman. Me estoy volviendo más y más miserable. Aun así, no puedo renunciar a ella. Patético. Soy tan patético que se me salieron las lágrimas. Sería tan fácil si renunciara a ella… Lo he pensado tantas veces, pero…

—Es imposible.

Es imposible que, a estas alturas, pueda cortar mis sentimientos por ella. Son lo que me hace seguir adelante. Si los pierdo, no me quedará nada. Me convertiré en un recipiente vacío.

—Es doloroso… ¿no es así?

Recordé las palabras de Alex. Será más difícil a partir de ahora. Él lo dijo. No fue otro que yo quien dijo que estaba bien. Por eso es algo que debo aceptar.

—Haa…

Me detuve y dejé escapar un gran suspiro. Todavía hay más por venir. El dolor solo aumentará. Si no me gusta eso, si es demasiado para mí de soportar, tengo que renunciar a ella. Lo sé. Y comprendo que no llegará el día en que me recompense. Pero…

—Aun así, no puedo rendirme. Te amo… Lidi.

Incluso yo podía entender lo patético de las palabras que escupí con un suspiro.

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