Princesa Consorte Chu – Capítulo 39: La trampa de la señorita mayor dentro de otra trampa

Traducido por Moux

Editado por Ayanami


En ese momento, Wang mama estaba muy ocupada para encargarse de otras cosas, permitió que algunas mamas cambiarán las sábanas de la cama mientras ayudaba a Yun Ruo Xue a volver a la habitación. No obstante, Yun Ruo Xue agarró sus brazos con una misteriosa fuerza, chillando estrepitosamente:

—¡Mama…! ¡Mama…! Yo no… Yo no sé nada…

Wang mama soportó el dolor en sus brazos y la consoló con delicadeza.

—Mi señorita, esta nubi lo sabe. Sabe que le están haciendo daño. Pero lo que sucedió hoy ha sido visto por todos los sirvientes, no hay nada que podamos hacer en este momento incluso si lo gritamos a los cielos. ¡Pero no se preocupe! En cuanto lleguemos a la ciudad Su, nubi se deshará de Zhang Ming. Para entonces, aun si regresamos a xiangfu, la primera señorita no podrá hacernos nada. Además, ahora hay un pequeño amo en el vientre de Furen, ¿Quién se atrevería a contradecirnos?

Yun Ruo Xue escuchó sollozante su argumento y aunque seguía llorando, poco a poco, dejó de temblar. Después de todo, era una señorita soltera de buen estatus; aún si este incidente fue a causa de otro plan, cuando el asunto se llegase a esparcir, no habrá posibilidad de hablar sobre matrimonio con príncipes y nobles, temía que su padre eliminara su nombre de los libros genealógicos.

Además, Yun Ruo Xue había sido criada llena de amor y mimos desde que nació y estaba llevando una vida de lujos. Pero a causa de esta noche, ella sería reducida a una plebeya, esto era para ella, un destino peor que la muerte; sin mencionar el ridículo y la burla que recibiría de las otras jóvenes señoritas.

Después convencer con gran dificultad a Yun Ruo Xue para que se fuera a la cama, a Wang mama ni se le ocurrió apartarse de ella de nuevo. Sosteniendo la mano de Yun Ruo Xue, se recargó en la cama repitiendo los eventos de aquella noche en su cabeza.

Ella le había explicado a Zhao Ming sobre la habitación de la señorita mayor, enviando a una mama para que vigilara ocultándose en el pasillo. Cuando la mama gritó lo del agresor, ella fue a resguardar la habitación de la segunda señorita desde el exterior. Luego de que la señorita salió corriendo, ella había cerrado muy bien el cuarto, sin haber visto a nadie en la cama.

Entonces, ¿cómo es que en un parpadear, la puerta bien cerrada se había abierto? Y la persona que se suponía que aparecería en la cama de la señorita mayor, de pronto, estaba acostada y sin ropa entre las sábanas de la segunda señorita.

Entre más recapacitaba Wang mama, más recelosa se sentía. En especial, cuando Yun Qian Meng y Yun Yan estaban completamente vestidas; estaba preocupada de haber caído en la trampa de Yun Qian Meng.

La única cosa que puede hacer ahora es cortar las hierbas y eliminar las raíces. Zhao Ming no debe seguir existiendo, de otra forma, si el maestro usa la jianfa, ¡es seguro que Zhao Ming confesará sobre el plan de la señora!

Por lo que, incluso si la señora era querida por el amo, es un asunto que ponía en peligro la vida de la joven mayor que ni siquiera el amo sería capaz de disuadir.

Esta vez, la señorita mayor ya los había sobrepasado. Había previsto que la señora tramaba algo en su contra desde el inicio del viaje. Por lo que primero arrastró a la segunda señorita y luego esperó hasta que se presentara una oportunidad para vengarse. Era inesperado que ese escrupuloso plan proviniera de una niña de quince años, Wang mama sintió que un sudor frío recorría su espalda. Sin poder dormir toda la noche, se levantó y miró la suave luz de afuera. De su pecho sacó una bolsa con polvo y la agregó a una taza de té, luego salió de la habitación.

♦ ♦ ♦

En la otra habitación, Yun Qian Meng y el resto tuvieron un buen descanso. Todos se sintieron de buen humor cuando el brillo del amanecer atravesó las cortinas de algodón, llenando con algo de calor la habitación.

Algo inquieta, Mu Chun llevó el desayuno.

—¡Joven señorita, el Capitán Liu acaba de avisarme que el hombre de anoche escapó!

Mi mama estaba limpiando con cuidado las manos de Yun Qian Meng con un pañuelo caliente y, al escuchar las palabras de Mu Chun, su corazón se agobió por un instante. Alzó sus ojos hacia Yun Qian Meng, notando que ella permanecía tranquila y se calmó. Luego, le reprochó a Mu Chun por el comportamiento tan escandaloso que mostraba.

—Eres la sirvienta personal de la joven señorita, ¿cómo puedes olvidar tus modales en cada encuentro?

El rostro de Mu Chun se enrojeció con el recordatorio de Mi mama. Alejando los nervios de su corazón, colocó el desayuno cuidadosamente y dijo con educación:

—Joven señorita, si aquel hombre vuelve ¿Qué debemos hacer?

Cuando Yun Qian Meng vio la genuina preocupación que sentía Mu Chun por ella, sus labios ligeramente fruncidos se alzaron en una sonrisa monótona pero contenta. Recibió el cuenco con gachas que le preparó Mi mama y meneó las gachas humeantes de hongo blanco con la cuchara mientras hablaba.

—¡No hay de qué preocuparse! Después de lo de anoche, es seguro que el capitán Liu reforzará la seguridad. Además, las siguientes paradas serán en nuestras villas, por lo que será más cómodo.

Sin embargo, Yun Qian Meng no les contó que los recientes eventos sucedieron tal y como le había dicho a su tía. Por eso, ella podía adivinar con exactitud qué es lo que seguiría a continuación.

Pero había algo que la tenía perpleja. Ese día, esperaba que su tía le enviara algunos guardias de Fu Guo Gong Fu para que la ayudaran. Pero en su lugar, quien apareció ante ella fue su primo mayor Qu Chang Qing.

Incluso teniendo en cuenta que Yun Qian Meng y Qu Chang Qing, en realidad, nunca habían interactuado, su primo mayor era una persona indiferente y estricta; a temprana edad, ya había ascendido al puesto de asistente del ministro en el ejército, así que era claro que no era alguien al que le gustara inmiscuirse en los asuntos de otros. Pero ¿por qué venía a tratar con las aguas sucias del xiangfu?

—Joven señorita, las gachas se enfriarán. Necesitamos apurarnos con el viaje, en caso de que a alguien más se le ocurra otra espantosa idea —Mi mama se dio cuenta de que Yun Qian Meng solo miraba el desayuno en el cuenco sin siquiera haber tomado un bocado, también le preocupaba lo que había sucedido, así que habló para recordarle.

Al escuchar esto, Yun Qian Meng asintió levemente y luego comió el pequeño tazón de gachas y dos pedazos de pastel de maíz, antes de levantarse y salir de la habitación.

Yun Yan ya había traído a sus sirvientes para esperar fuera de la puerta. Al ver que Yun Qian Meng salía, se apresuró a inclinarse.

—¡Yan’er saluda a jiejie!

—Somos hermanas, no tienes que ser tan educada —las esquinas de los labios de Yun Qian Meng formaron una sonrisa al mismo tiempo que Yun Yan iba a ayudarle a bajar las escaleras.

Lo que sucedió por la noche hizo que Yun Yan se diera cuenta de que Yun Qian Meng era en realidad su estrella de la suerte.

¡Si Yun Qian Meng no le hubiera avisado la noche anterior, era posible que a quien culparan fuese ella! Así que, aun si tuviese diez bocas, no sería capaz de limpiar su nombre.

Recordando como Yun Ruo Xue, quien siempre era prepotente y soberbia, se había quedado sin palabras anoche, provocó que un sudor frío le recorriera por la espalda, sin poder detener la exhalación al sentir más admiración por Yun Qian Meng.

Todos habían abordado los carruajes cuando Yun Ruo Xue acababa de levantarse aun adormilada. E incluso después de haberse sentado por mucho tiempo en la cama, no vio a Wang mama, quien estaba en un taburete esperando para servirle. Al acordarse de la desgracia de la noche anterior, Yun Ruo Xue tomó una almohada y la arrojó hacia Wang mama.

—¿¡Con qué estás soñando!? ¿¡No ves que ya me he levantado!?

Wang mama, que había estado viendo la taza sobre la mesa con la mirada perdida, no tenía noción de lo que sucedía a su alrededor. La almohada se estampó contra su rostro, pero ella no osó enfurecerse, solo apartó la preocupación de su corazón y ayudó a Yun Ruo Xue a refrescarse y desayunar.

Yun Ruo Xue tampoco tenía tanta hambre, así que solo comió algunos pasteles y tomó la taza de té que había cerca; pero, Wang mama se la quitó antes de que bebiera.

—Wang mama, ¿qué estás haciendo?

Al ver que la expresión de Wang mama no estaba bien, Yun Ruo Xue perdió el control de su temperamento y le apuntó hacia su nariz para regañarla.

—¡Incluso tú te atreves a contradecirme! ¿¡Es que ya no quieres vivir!?

Wang mama tembló de pies a cabeza, dándose cuenta de que la situación no era la correcta. Por lo que se apresuró a disculparse.

—Joven señorita, no se enoje. Este té ya está frío y no es bueno para el cuerpo que lo beba así. Nubi le servirá una nueva taza.

Mientras hablaba, Wang mama se volteó y derramó el té en un bonsai que estaba en la ventana; luego tomó una taza limpia y sirvió té caliente antes de dejarlo en las manos de Yun Ruo Xue.

Ya habían pasado dos horas cuando Yun Ruo Xue salió de la habitación para seguir con el viaje. Aunque Yun Qian Meng y Yun Yan no le reprocharon su tardanza, los sirvientes, quienes esperaron afuera solo podían enojarse sin decir nada.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido